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Susto de medianoche - por Cibeles

Apuramos el paso al escuchar las doce campanadas de la iglesia a lo lejos. Era medianoche y Bruno y yo volvíamos a casa después de celebrar nuestro primer aniversario con una pequeña cena. La noche era fresca, estrellada, y los tilos perfumaban el aire. Yo estaba alegre (había bebido un poco de más), y por algún motivo me divertía el hecho de que la calle, desierta y descuidada, pareciera un escenario digno de una película de terror.

-¿Qué harías si ahora se nos apareciera un fantasma? –pregunté de repente. Bruno me miró sin entender durante unos segundos, y luego volvió la vista al frente.
-Me preocupan más los ladrones.
Me acerqué más, lo tomé del brazo y apoyé la cabeza sobre su hombro.
-Dale, ponele onda, ¿qué harías? ¿Le hablarías, o…?
-Chst, calláte.

Sentí cómo su cuerpo se tensionaba, y de pronto oí el sonido inequívoco de unos pasos detrás de nosotros. Me sujetó de la mano, y me llevó un poco a la rastra. Los pasos se acercaban. Faltando media cuadra para llegar a la esquina, vi que deslizaba su mano en el bolsillo derecho, donde tenía la navaja suiza que siempre llevaba con él. En ese momento comprendí la gravedad de la situación.
En la esquina nos detuvo el semáforo en rojo. Los pasos estaban muy cerca. La tensión era insoportable. Ya me imaginaba la tragedia, cuando vi que una mano se apoyaba en el hombro de Bruno y una voz decía:

-Hola, vos sos Bruno, ¿no?

Al instante nos dimos vuelta. Un muchacho jovencito, de aspecto frágil e incoloro, nos miraba a la luz de los autos que pasaban. Me volví hacia Bruno; por una fracción de segundo pareció confundido, pero se recompuso en seguida. Con alivio noté que no había llegado a sacar la mano del bolsillo.

-Sí, soy yo…

El muchacho le estrechó la mano.

-Qué tal, me llamo Pedro; me mudé hace unos días acá a la vuelta y me dijeron que arreglás aparatos.
-Bueno, no, en realidad arreglo computadoras…
-Ah… Es que tengo un equipo de sonido y necesito urgente que alguien lo mire, me dijeron en el barrio que vos podías, no sé a quién más preguntarle…
-Sabés que de eso no sé nada, no puedo ayudarte, disculpame.
-Ah, bueno, no es nada, voy a preguntar por otro lado entonces, chau.
-Chau…

Se alejó cabizbajo. Bruno y yo nos miramos, y me dijo en voz baja, con los ojos muy abiertos:

-Casi casi le clavo la navaja en el estómago, me hizo pegar un susto…

Nos quedamos observándolo mientras caminaba. Me pareció que se volvía cada vez más translúcido y finalmente se desvaneció en el cono de luz de un farol. Dije:

-No le habría afectado nada, parece.

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6 comentarios

  1. 1. Simon Wallace dice:

    ¡Hola Cibeles!

    Me ha gustado mucho toda la descripción de tu texto y cómo has creado tensión.¡Está muy logrado!

    Y encima, con esa conversación casi surrealista, fuera de lugar, del chico que quiere que le reparen algo a medianoche. Es como muy raro y funciona muy bien.

    Sin embargo, he echado de menos otro final un poco más potente, porque se queda un poco en la anécdota de que han tenido un sustito. Es lo único que mejoraría.

    Sigues escribiendo fantástico.

    Enhorabuena 😀

    Escrito el 28 enero 2014 a las 13:07
  2. 2. DavidRubio dice:

    Coincido con Simon. El relato corre bien pero el final podría ser más extraño, que le pida algo más raro, sacarle más partido a la situación. Saludos

    Escrito el 30 enero 2014 a las 00:35
  3. 3. Servio Flores dice:

    Me ha gustado mucho. Lo encuentro bien, no me atrevería ha sugerir un cambio, y no niego que se le puede sacar mas partido.
    Saludos

    Escrito el 30 enero 2014 a las 04:19
  4. 4. Kangreja dice:

    Tú texto fue uno de los que recibí y me gusto mucho, especialmente los diálogos. Felicitaciones, nos leemos.

    Escrito el 30 enero 2014 a las 16:04
  5. Hola Cibeles, tu texto es uno de los tres que me tocó comentar este mes. Me gusta mucho el ambiente que creas, no obstante, te reitero lo que ya te comenté, que me parece un pelín inverosímil lo de que a esas horas de la noche alguien vaya en busca de otra persona para que le arregle un aparato. Muy buen final!! Enhorabuena otra vez…;)

    Escrito el 30 enero 2014 a las 19:33
  6. 6. Cibeles dice:

    Caray, no me esperaba tantos comentarios!! Y menos de gente que considero talentosa, no sé qué decir más que gracias.

    En cuanto a las opiniones, me hago cargo de ciertos defectos, por llamarlos de alguna manera, quizás el final debería ser un poco más contundente. Confieso que me dio un poco de trabajo, sobre todo porque no quería dar demasiadas explicaciones.
    En cuanto a lo del aparato, había pensado que era medio raro, pero realmente quería usar esa anécdota (está basada en algo que me pasó), pero la hora no funciona por lo que veo. Cuando tenga tiempo lo reviso y lo subo a mi blog.

    Nuevamente les agradezco el hecho de que se hayan tomado el tiempo para leer y comentar mi cuento, y por supuesto, los elogios. Prometo terminar de leer y comentar sus textos.

    Escrito el 31 enero 2014 a las 13:41

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