Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Roberto - por Bego

Web: http://www.asomadaalalocurarelatosyreflexiones.com

“¿Seguro que no quieres que nos quedemos?” le había preguntado su padre desde el coche, “Llama a Laura, seguro que no la importa quedarse contigo” Le dijo su madre borrándole los besos de carmín de sus mejillas. “Tengo que acostumbrarme a estar sola” y su voz sonó tan segura de sí misma que arrancaron el coche, encendieron las luces y se marcharon. Ella se quedó en las escaleras hasta que los vio desaparecer al doblar la esquina de la calle.
Se plantó frente a la puerta, desde fuera se veían todas las luces de la casa encendidas “buena señal” pensó, respiró hondo y se repitió para sus adentros “tengo que acostumbrarme a estar sola” y con esa cantinela se adentró en la casa.
El bombardeo de su corazón en el pecho comenzó a acelerarse así que intentó recordar las palabras de la doctora “controla la respiración y mantén tu mente ocupada”, la idea era ver “Dirty dancing” ¿qué mejor distracción que el contoneo de Patrick Swayze en el televisor? Había pensado frívolamente esa misma mañana, “que fácil es frivolizar cuando una se siente a salvo” pensaba ahora…
Llevaba un tiempo muy tranquila, prácticamente desde que se mudaron al chalet, la convivencia en el piso se estaba haciendo insostenible. Los episodios cada vez eran más violentos y sus ataques de ansiedad más frecuentes. La doctora les recomendó mudarse; la vidente afrontarlo, claramente optó por lo primero.
En contra tenía las opiniones de su madre y su hermana, ellas siempre con su lado esotérico tan a flor de piel, por suerte su padre fue tajante con el tema “nos vamos y no hay más que hablar” y se fueron, pero hay quien no entiende de distancias…
El silencio de la casa invitaba a su mente a que inventara sonidos. Cuando comenzaron a golpearla los recuerdos de noches anteriores se encerró corriendo en el salón, “respira” se repetía mientras se iba haciendo un ovillo apoyada en la puerta.
Escuchó por el pasillo lo que podría ser el viento colándose por la ventana, abrazó sus rodillas con fuerza, su madre nunca dejaría ninguna ventana abierta en una noche de lluvia como aquella. Cuando las luces empezaron a parpadear y empezó a escuchar a su espalda arañazos en la puerta salió corriendo hacia el sillón “no, por favor” sollozada viendo como el picaporte de la puerta luchaba por abrirse “Nooooo” chilló casi desgañitándose y paró.
“Solo tienes que hablar con él” le había dicho su madre “y ¿con qué demonios se supone que tengo que hablar, mamá? Que ahí no hay nada, ¡maldita sea!” pero ese nada había intentado ahogarla una tarde dándose un baño, ese mismo nada había roto cada una de sus tazas nuevas de café, ese nada era el peso que notaba por la noche a los pies de su cama…
Una parte de ella sabía que había vuelto aunque la otra parte hubiera querido esconderlo, pero ¿cómo obviar esa R oxidada que apareció en la bañera en el lugar donde ella siempre dejaba su esponja? Esa misma tarde los pilló a los tres cuchicheando en la cocina, al día siguiente, cuando llegó de clase estaban cambiando la bañera. Definitivamente tenía que haberle dicho a su hermana que se quedara aquella noche con ella…
Comenzó a tener frio. Acercó su mano temblorosa al radiador y este ardía, pero podía ver el vaho que salía de entre sus labios al respirar, “no por favor” se lamentaba de nuevo. A su espalda, en la ventana del salón, comenzó a escuchar un ligero roce en los cristales, como si alguien los acariciara y temió darse la vuelta.
“Mientras no asumas su existencia él no parará de intentar hacerse notar” le había dicho la pitonisa. Cada vez le costaba más respirar, el ambiente estaba cada vez más frío, tanto que ya habían empezado a castañearle los dientes. Por el rabillo del ojo miraba la ventana, sabía que había algo escrito pero no podía ver bien el qué.
Se giró despacio, luchando con la parálisis de sus músculos por el miedo, sin querer mirar al ventanal directamente. “No, no…” repetía entre sollozos. Casi se ahogó en su propio llanto cuando leyó “he vuelto” escrito en el cristal.
Se acuclilló en el suelo, con la respiración entre cortada, “por favor” gimoteó entre susurros al notar como unos dedos limpiaban las lágrimas de su rostro, “por favor, déjame” le dijo a la nada de su salón…

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

10 comentarios

  1. Hola bego. Es interesante el relato que expones. Incluso en un cuento de miedo se nota que te muestra más en el género romántico. Porque es eso lo que me ha parecido ver entre el ente y la muchacho. Bueno más de parte de él que de ella, la verdad, pobrecita .
    Lo único que se puede mejorar es que, ya que hablamos de un relato de terror, habría que crear un poco más de hambriento. Tú te lanzas en su mayoría a crear un contexto, como en las historias de amor. No es hasta la última parte que de verdad comienzas a narrar de manera más misteriosa.
    Tu estilo me gusta mucho. Sólo te doy esta recomendación para la horadio de un relato de este tipo. Que admito que tampoco es mi preferido. Yo voy más por el suspense que por el miedo. De hecho creo que así me quedó el de este mes.

    Un saludo. Si me quieres leer te dejo mi link.https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-20/2180 se titula jauría.

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 13:15
  2. ¡Hola Bego!
    A mi también me ha parecido una historia de “amor” no correspondido. Me gustaría mucho saber quién es ese fantasma y por qué atormenta a la chica. Es la única pega que le pongo aunque con 750 palanras, ya se sabe…
    Me voy a dar una vuelta por tu web para leerte un poco más!!

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 15:55
  3. 3. Bego dice:

    Gracias por comentar!! No puedo evitarlo, intento no llevarme los relatos a lo sentimental pero al final me sale la vena… Como dice mi madre “la cabra siempre tira al monte”.
    Hubiese escrito una historia más larga pero ya sabéis, tenemos un límite de palabras. Tengo en mente retocarlo, poner en práctica los comentarios que he recibido y hacer una historia con final, si os pasais por el blog ya os enterareis ;P.
    Iracunda, me pasé por tu blog, y te he añadido a mi lista de bloglovin =)
    Luis, tu sigues sin actualizar el tuyo y sin contestarme a los mails que es aun peor… ¬¬
    Un saludo para ambos.

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 21:53
  4. 4. Anoide dice:

    ¡Buenas, Bego!

    A mí me queda la duda de saber más sobre Robert. Parece como si hubiese conocido a la chica en vida. También coincido en que parece una historia de amor no correspondido. Es una pena a veces tener esta limitación de 750 palabras… Se nos quedan cosas en el tintero que no podemos expresar por falta de espacio.

    Muy bueno, disfruté leyéndolo. Es fácil meterse en la historia gracias al ambiente que creas.

    Si te apetece leer, el mío es el 114. Un abrazo 🙂

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 17:38
  5. Bueno Bego, ¡qué de cosas aprendo contigo!
    Primero descubro el Iron Blogger (que a ver si me animo y me apunto, yo y mi procastinación.. 🙁 ) y ahora lo de bloglovin… Al parecer soy una analfabeta en cuestión de blogs. Pues nada, ¡¡a seguir aprendiendo cosas!!
    ¡¡Gracias!!

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 19:15
  6. P.D. Enserio debo de ser idiota pero no encuentro tu blog en el dichoso Bloglovin

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 19:40
  7. No, no eres idiota, es que no sale y no se por qué… cuando lo averigüe te cuento ;P

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 21:03
  8. 8. Denise dice:

    Me gustó, creo que el flashback ayuda a crear la atmósfera, pero igual espero leer tu versión final.

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 21:08
  9. 9. David Rubio dice:

    Me ha gustado mucho el fondo de la historia. Ella, que en vida amaría a ese chico, lo teme en la muerte. No acepta su compañía le tiene miedo. El un poco cabroncete pero bueno…Esa parte es muy buena y redonda. A nivel de forma, al inicio pasamos de una situación normal a un bombardeo en el corazón, algo que no sabemos en ese momento porqué. Según mi gusto personal, por supuesto, cambiaría ese inicio. La despedida de los padres no es importante. Podrías comenzarlo con un “No sé por qué no le pedía a mi hermana que me acompañara.” Y así nos muestras la preocupación desde el inicio.
    Un abrazo!!!!

    Escrito el 2 diciembre 2014 a las 00:20
  10. 10. Bego dice:

    Hola David, El bombardeo es debido al nerviosismo que le provoca estar sola, es como si quisiera ocultarlo de cara a sus padres pero una vez cierra la puerta todo se la viene encima… Claramente tengo que matizarlo mejor. No se si la parte de los padres es importante o no, yo la necesite para situarme, como punto de partida, tampoco me parece que sobre, la verdad…
    Un saludo!!

    Escrito el 3 diciembre 2014 a las 00:04

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.