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La noche de la elegida - por LUCIA SIMANCAS

LA NOCHE DE LA ELEGIDA

Baimé, era una isla hermosa como el paraíso e infame por su maldad; como cosa del destino su nombre expresaba miedo. Era el hogar de pocas familias nobles que se dedicaban a la pesca, las otras, subsistían de hacer el mal.

Los pobladores vivían en aparente normalidad hasta que llegaba la hora siniestra; cada luna nueva, huían despavoridos buscando refugio en sus viviendas. El repique de los tambores y el olor a sahumerio de hierbas sagradas, preparaban el ambiente, era la señal.

Cuentan los abuelos que el tamborero antes de su cruel destino era un joven piadoso y trabajador a quien le arrebataron su deseo de existir. Una tarde de brisas apacibles, mientras jugueteaba en la playa con su más preciado tesoro, la joven más hermosa de la isla, una ola gigante los embistió; la cresta se fugó de su cauce y rugió, estaba embravecida y celosa por el amor de los dos. El joven gritó pidiendo auxilio, pero nadie le ayudó. Ella desapareció. El amor de su vida, el mar lo sumergió en un torrente de agua salina. Tan cruel puede ser el destino que aquella pasión que los unió, también los separó.

El joven, enardecido por el dolor lanzó una invocación.

Mar de fauces profundas
Te vengo a conjurar
Cada Luna Nueva
Una doncella hermosa
Te voy a regalar
Mar de entraña abismal
Quiero oír tu confesión
Cuando los tambores suenen
Lo que un día me robaste
Traerás a mi corazón

Sellaron el macabro pacto bajo los arrebatos de aquel instrumento que aterrorizó con su frenesí a los isleños. Del joven sencillo y trabajador no quedó nada, ahora le llamaban el tamborero. Su alma se oscureció y se hizo uno con el mal, cumplió con su legado creyéndole al mar y este se agradó de su ofrenda habitual. Ya no había escape, aquellos que lo intentaron fueron devorados sin piedad; cuando no se cumplía el sacrificio, un tramo de aquel lugar desaparecía en la gran masa de coral.

En medio de tanta crueldad, Laura, una joven inocente e impetuosa que vivía con sus padres y su hermano menor, soñaba con escapar, debía librar a su familia de ese destino fatal. Día a día se ingeniaba mecanismos de escape que terminaban inútiles; nadie podía enterarse de aquel plan pues ya en esta isla no se sabía en quien confiar. Lo único que mitigaba el tormento era Diego un joven apuesto y soñador que prometió a la chica y a sus padres ayudarles en su misión. Él amaba tanto a esa gacela indómita, que no iba a permitir para ella un trágico fin.

El tiempo transcurría entre altos y bajos, risas y penurias, pero no había obstáculos para el amor. Cada día, Laura se sentaba en la arena a esperar a su amado mientras el viento jugaba con su cabellera; a las seis de la tarde, como algo inefable, lo divisaba en medio de la bruma, era como una epifanía. No perdían el tiempo en saludos, solo se amaban con devoción, estar juntos era un escape de la cruel realidad.

Desde su bohío vieron desfilar a los poblanos que participaban en el ritual, llevaban animales primogénitos para sacrificar y cuando estos escaseaban, no quedaba opción, echaban mano de lo que encontraban a su alrededor.

Al morir la tarde se encontraron en el sitio acordado; hallaron la barca para su tranquilidad y se treparon en ella a esperar. El cielo estaba plantado de estrellas, la luna se asomaba tranquila, todo conspiraba para ayudar a la abnegada familia. De pronto se escucharon voces y chillidos agudos, en el aire se sentían legiones de espíritus vigilantes.

De repente, un silencio sepulcral envolvió la isla, el mar se aplacó esperando su ofrenda, y el momento llegó. Los cubrió una densa neblina que les impedía ver con claridad; en ese instante una silueta que marchaba por la playa se asomó entre la bruma, era Diego en aparente conmoción; su lánguido caminar los confundió. Traía algo cercado con sus brazos, era un tambor; miró fijamente a Laura y caminó hacia ella, levantó la mirada al cielo e hizo una plegaria. Lo que vieron los ojos de esta familia los puso a suspirar, los tambores comenzaron a sonar…

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14 comentarios

  1. 1. Karen Katina dice:

    ¡Vaya! Que relato tan interesante me gusto mucho. Muy bien narrado y me ha dejado sensación de querer más.
    Asumo que Diego es el tamborero y que se pasa embaucando jovencitas que despues entrega como ofrenda al mar ¿Cierto?

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 15:57
  2. 2. Borrás dice:

    Me he quedado con ganas de mas, muy bien.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 18:11
  3. 3. tavi oyarce dice:

    Lucía, tu relato me ha encantado. Misterio, amor, una linda formula para regalarnos tu cuento. el mar siempre es fascinante.

    Has conseguido que lo lea de un tirón.

    Te felicito

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 21:17
  4. 4. Christian Joseph White dice:

    Muy buen relato! No esperaba ese final, la verdad, me sorprendío. Congratulations! 😀

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 21:20
  5. 5. Minnie dice:

    Bello relato. Tiene un toque romántico y misterioso que enamora.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 23:53
  6. 6. PAULATREIDES dice:

    Buen relato Lucía. Aires de leyenda y superstición con un tono poético.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 07:58
  7. 7. Zory dice:

    Hola Lucía, me ha gustado mucho tu relato, se parece bastante al mio, puedes leerlo es el numero 19, ya verás que tienen bastante similitud. Me gusta la atmósfera que creaste. Pienso que has hecho un buen trabajo. Felicidades!!!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 22:03
  8. 8. LUCIA SIMANCAS dice:

    Gracias a todos los que han opinado sobre mi relato. Es la primera vez que participo y me parece una experiencia muy positiva. Nuevamente muchas gracias…

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 18:14
  9. Exquisito, LUCIA, me tocó corregirlo y fue un verdadero placer leerte. Tienes madera.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 10:23
  10. 10. beba dice:

    Hola, Lucía:
    Leí con placer tu cuento.Reeitero los comentarios anteriores.
    Aplausos

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 16:49
  11. 11. LUCIA SIMANCAS dice:

    Martina. Agradezco mucho tus aportes, son de gran apoyo.

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 23:51
  12. 12. LUCIA SIMANCAS dice:

    Saludos Karen. Estás en lo cierto. Diego está tan enamorado de su novia que no le importa hacer lo que sea para recuperarla. Gracias por tus comentarios. Éxitos

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 23:55
  13. 13. grace05 dice:

    Hermoso relato. superstición, amor y muerte. Una combinación volcánica para un relato poético y con mucho de tensión. Lectura clara y fluida, lleno de sensaciones y sentimientos.
    Excelente trabajo
    ¡Felicitaciones!!!!!
    Te invito a comentar 33

    Escrito el 1 junio 2015 a las 22:24
  14. 14. Wolfdux dice:

    Bienvenida a Literautas Lucia. Tu relato nos transporta con tu estilo a una isla muy bien definida y detallada. Me gusta como narras la historia y como nos conduces al final. Felicidades. Un saludo.

    Escrito el 2 junio 2015 a las 10:46

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