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El lápiz mágico - por Alma Rural

Web: http://alma-rural.blogspot.com.es/

Lisboa se mostró ante sus ojos con toda su esplendorosa belleza decadente. Desde el mirador de Santa Lucía, Serra veía el mar de tejados extenderse hacia el Tajo. Habían pasado cinco años desde la última vez que pudo estar allí. Buscó un sitio para sentarse a la sombra en la terraza de un quiosco de bebidas que había en la plaza, cerca de la barandilla que le regalaba la mejor vista de la ciudad. El calor exigía tomarse algo fresquito. Quizás estaría bien beberse una cerveza. Tal vez una Sagres. En un viaje nostálgico repleto de recuerdos sentir de nuevo el sabor de una cerveza portuguesa en la boca iba a ser una buena sensación.

Entonces Serra sacó de su mochila de viaje un cuaderno de dibujo y su lápiz nuevo. Quería plasmar en el papel el paisaje que estaba observando como tantas otras veces había hecho en el pasado. El cuaderno lo había traído desde su casa, pero el lápiz se lo había olvidado sobre la mesa de su despacho. Así que no le había quedado más remedio que comprarse uno al llegar a Lisboa. Estaba visitando el Chiado y antes de llegar al café “A Brasileira” para sentarse junto a su admirado Fernando Pessoa a tomar una “bica” se topó con una librería antigua cuyas paredes estaban tapizadas con libros de arriba a abajo. Allí compró su nuevo lápiz de dibujo.

El negro carbón del lápiz rasgaba con delicadeza el papel trazando líneas en apariencia sin sentido. Sólo Serra tenía en su mente lo que pretendía dibujar. Poco a poco, línea a línea, una sombra por aquí y otra por allí, el paisaje fue tomando forma. Un conjunto abigarrado de casas y tejados ocupaba todo el blanco del folio. Una estrecha carretera sinuosa discurría entre las casas. En ella Serra trazó un tranvía que descendía por sus raíles hacia el río.

Dejó a un lado sobre la mesa el cuaderno de dibujo y el lápiz. Descansó un rato su mano sobre el muslo de su pierna derecha. Después se frotó los ojos cansados y alzó la vista para mirar de nuevo el hermoso paisaje urbano.

De repente Serra oyó un ruidito cerca de él. Era como si alguien estuviera dibujando a su lado. Miró hacia el lugar del que provenía el agradable sonido que el lápiz hacía al rozar el papel. Pero no vio a nadie. Sin embargo la sorpresa que se llevó fue mayúscula.

Era su lápiz nuevo que parecía tener vida propia. Él solo se deslizaba sobre el papel terminando de perfilar el dibujo que Serra había comenzado. Con la punta inclinada trazaba las últimas sombras que daban un mayor realismo al dibujo.

Serra no se podía creer lo que estaban viendo sus ojos. ¿Es que sólo lo veía él? Se incorporó en la silla y pegó su espalda al respaldo de la misma. Intentaba alejarse del lápiz aunque tampoco quería perderlo de vista para ver qué sucedía. Entonces recordó y entendió la conversación tan extraña que había tenido por la mañana con el hombre que le había atendido en la papelería.

“Si no tiene preferencia por ningún lápiz en especial llévese este modelo. Ya verá lo contento que queda con él. Le saldrán los dibujos prácticamente solos” – le había dicho el tendero – “Nosotros lo vendemos mucho. Nuestros clientes lo llaman el lápiz mágico”.

En realidad no podía ser cierto que fuera un lápiz mágico que dibujara solo pero en aquel momento Serra no encontraba otra explicación plausible a lo que sus ojos estaban viendo.

El lápiz mágico bailaba sobre el papel mientras iba dibujando el paisaje que Serra había comenzado unos minutos antes. De una esquina a otra del folio trazaba sus líneas hasta que dio por terminado el dibujo. Entonces se dejó caer sobre el cuaderno quedando inanimado otra vez.

Serra sujetó el lápiz con una mano y el cuaderno con la otra. Miró el dibujo finalizado. Estaba perfecto. No le faltaba ni le sobraba ni una sola de las trazas que contenía:
“Parece que he encontrado a mi compañero perfecto de profesión en este viaje. Los descubrimientos que hago en Lisboa nunca dejan de sorprenderme” – se dijo Serra al tiempo que sonreía.

En silencio guardó el cuaderno y el lápiz mágico en su mochila y comenzó a subir la empinada calle que le llevaría hasta el Castillo de San Jorge. Desde allí podría dibujar mejor el atardecer lisboeta.

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12 comentarios

  1. 1. Diego Manresa Bilbao dice:

    Alma,
    me ha giustado tu relato. Sobre todo la caracterizacion de Lisboa y los recuerdos que le trae la ciudad.
    Sin embargo, me parece poco original la historia del lapiz. Este mes era dificil, pero casi todo el mundo ha hecho eso.
    Aun asi, muy bien escrita…
    #Nos leemos!

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 22:46
  2. 2. Christian Joseph White dice:

    Un relato sugerente en cuanto al lugar donde se desarrolla, muy logradas las imágenes. Es el primero de mis leídos que hace referencia a un pintor y no a un escritor, enhorabuena por ello. Tiene unas cuantas erratas, pero no soy el indicado para corregirte, por ejemplo en la siguiente línea:

    …prácticamente solos” – le había dicho el tendero – “Nosotros lo vendemos…

    El guión de diálogo no es el correcto. El que se emplea es este: —
    Se hace de la siguiente manera (al menos en windows):
    Alt0151: guión largo (—)

    La intervenciones del narrador van siempre entre rayas y sin espacio. Quedaría así:

    …prácticamente solos” —le había dicho el tendero— “Nosotros lo vendemos…

    ¡Saludos, Alma! Sigue así 😉

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 06:11
  3. 3. CARMELILLA dice:

    Hola Alma. Decirte que me ha encantado la parte que en la que has descrito un trocito de Lisboa, ciudad que me encanta y que ya de por sí tiene magia, pero es cierto que cuando el lápiz comienza a dibujar solito, el relato ha ido perdiendo interés para mí, creo que efectivamente ha sido por falta de originalidad a partir de ahí, pero esto es muy subjetivo claro. Creo, que a parte de esto, está bien escrito. Seguimos en esto, un saludo.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 17:49
  4. 4. Alma Rural dice:

    Gracias a Diego, Christian y Carmelilla por sus comentarios y críticas constructivas. Me apunto los fallos porque en muchos casos estoy de acuerdo con vuestra opiniones. Intentaré sorprenderos con el relato del próximo mes. Seguimos trabajando. Un saludo a los tres.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 20:23
  5. 5. Aitor dice:

    Me gusta mucho la manera en que has escrito el relato, me has trasladado a Lisboa sin haber estado nunca, esa ciudad decadente y dormida, con la nostalgia del mar.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 11:51
  6. 6. Jordan dice:

    Hola Alma. Yo he sido uno de tus comentaristas. Siempre suelo decir que no hay historia o relato poco original, sino forma poco original de narrar y tu lo has narrado de fábula. También, influye mucho como el lector lee el relato. A mi me has conmovido porque, como bien te dije, he vivido en una de las capitales europeas durante un tiempo y hace que añore esos tiempos. Y como también te dije, me da a mi que has estado por Lisboa viviendo, de viaje o que es una ciudad que te encanta.

    Un saludo y encantado de leerte.

    Mi relato, por si os apetece echarle un ojo. https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-29/4362

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 12:03
  7. 7. Alma Rural dice:

    Gracias Aitor y Jordan por vuestros comentarios. Me alegra haber sabido transmitir el espíritu de Lisboa. Me ha resultado un poco difícil enganchar con el tema del lápiz mágico; de ahí la falta de originalidad que me achacan otros compañeros. Pero me alegra saber que por lo menos he sabido desarrollar otras partes del relato. Un saludo para ambos.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 19:02
  8. 8. T. Arévalo dice:

    Me ha gustado mucho la facilidad que tiene tu relato para generar en mi mente imágenes de Lisboa. Perfecto en cuanto a descripciones, falla un poco en originalidad, nada que no nos haya pasado a los demás. En general buen relato.
    Felicidades.

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 14:13
  9. 9. Manoli VF dice:

    La frase del principio es lo único, por lo que toca a la forma, de esta historia que no me gusta, Alma: “Lisboa se mostró ante sus ojos con toda su esplendorosa belleza decadente” a mi entender esplendoroso y decadente no casan bien, incluso son contradictorios.

    Por lo demás tienes una forma de narrar absolutamente cautivadora; las descripciones están muy bien, y transmites a la perfección el ambiente y nos haces ver al personaje, aunque esta fuerza narrativa pierde intensidad cuando empiezas a contar eso de que el lápiz dibuja solo y encima no es único sino que lo venden a montones en una librería con rótulo y todo: “lápiz mágico” a mi entender este desarrollo corta la magia de tu entrañable historia, no me acaba de encajar, es como esas magníficas envolturas de regalos que no se corresponden con la sorpresa que guardan.

    Te felicito por tu don indudable a la hora de escribir, pero te invito a ir un poco más allá en lo que cuentas, espero que no te moleste que te lo diga, creo que la forma de ayudarte en este caso es no quedándome en el:” muy bien” porque realmente la pena que lo intentes.

    Un saludo.

    Un saludo.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 02:22
  10. 10. Manoli VF dice:

    Hola Alma, de tu forma de narrar me gusta todo excepto el comienzo cuando dices: ” en toda su esplendorosa decadencia” porque las cualidades de esplendorosa y decadencia no me casan bien, incluso me parecen contradictorias, dejando aparte de que en todo caso sería: espléndida decadencia.

    Respecto a las descripciones están mejor que bien, nos sitúas en el ambiente y vemos a tu personaje, tienes una indudable fuerza narrativa que no obstante decrece considerablemente cuando llegamos a la parte en la que el lápiz comienza a escribir sólo y además no es un lápiz único sino que lo venden en las tiendas a montones y con rótulo incluido: “lápiz mágico” con eso se pierde la magia de un relato por lo demás entrañable.

    Te felicito por tu don a la hora de narrar y a la vez te animo a ir un poco más allá porque sino es como esos regalos muy bien envueltos que guardan poca cosa al abrirlos.

    Nos seguimos leyendo. Un saludo.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 02:30
  11. 11. isan dice:

    Hola Alma Rural.
    Coincido con la mayoría de los comentarios por la magistral entrada del relato. El resto, para mi gusto, decae un poco. Y también para mi gusto, “la espléndida (que no esplendorosa) decadencia” me encanta. Es un oxímoron muy oportuno para el lugar que describe.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 12:35
  12. 12. Alma Rural dice:

    Gracias a T. Arévalo, a Manoli VF y a isan por sus comentarios y críticas constructivas. Con vuestros análisis, junto con los de los otras compañeras y compañeros, me doy cuenta de los fallos que he podido cometer en este relato. También veo las cosas buenas que me señaláis; Todo es válido y de todo se aprende.
    Ahora toca seguir leyendo y escribiendo para seguir avanzando en el difícil arte de la escritura. Gracias a todos.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 18:42

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