Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El fabuloso destino de Hilario Navarro - por Melisa

«Hilario Navarro: ¿Suicida o Narciso?
Documental periodístico no oficial a 50 años de su muerte.»

Un grupo de periodistas independientes locales develó, por fin, el misterio detrás de aquel conductor de noticieros de la antigua cadena de noticias de la ciudad de La Plata, la TNP. Y cómo hizo aquel hombre para continuar vigente en el recuerdo colectivo platense después de medio siglo.

«Resulta que Hilario Navarro comenzó a trabajar para la TNP desde muy joven. Desde el comienzo, sus dotes como contador de anécdotas lo transformaron en un personaje invalorable dentro de la compañía. Tenía una fantástica habilidad para embellecer las historias más ordinarias. Su lema como contador de noticias era el siguiente: “La gente no quiere que le digan la verdad, sólo quiere algo en que creer”.

Luego de que la TNP fue adquirida por la sociedad Ricco-Vitti, la creatividad y espontaneidad de Navarro fue manipulada con fines políticos. Desde que el hijo mayor de la familia Ricco llegó a la intendencia de La Plata, Navarro se convirtió en el nexo principal entre la TNP y los intereses del gobierno. Su ocupación consistía, básicamente, en ocultar al pueblo platense las atrocidades cometidas por su intendente. Y mientras lo hacía, su apariencia física se fue transformando. Navarro comenzó a ocultar su rostro tras el Botox e innumerables operaciones estéticas.

Durante los dos primeros años en los que Ricco estuvo en el poder, se habrían cometido numerosos actos de corrupción y habrían sido —al menos— doce los muertos como consecuencia de la impunidad imperante. Todo esto, claro, bajo la complicidad de la TNP, que vendía una imagen de la realidad totalmente distorsionada. Navarro fue el creador de la imagen pública de los Ricco: una familia digna de amor, respeto y admiración. Y la gente le creía porque… ¿cómo no creerle a Hilario Navarro?

Sin embargo, la mentira siempre tuvo patas cortas y la realidad comenzó a develarse de a poco. Apenas surgieron rumores de que parte del pueblo estaba organizando una revuelta popular en contra de los Ricco, Navarro fue llamado a “hacer” algo. Planificó, entonces, la simulación de un incendio en una escuelita humilde de calle 45. Sostenía que semejante shock lograría distraer al pueblo por unos días y así, se calmarían las aguas en torno a la situación política. Los Ricco estuvieron de acuerdo… pero ordenaron que el incendio se provocara intencionalmente con el fin de conseguir que hubiera, como mínimo, un muerto. Sin muertos no habrá shock, aseguraban.

Lo cierto es que horas antes de que se llevase a cabo el incendio, Navarro fue encontrado ahogado en el lago del Paseo del Bosque. Parece haberlo matado la culpa, o la vergüenza. Pero lejos de permitir que se relacionara su nombre a un suicidio, Hilario contó su última noticia, embelleciendo así la última de sus historias: la de su propia muerte. Sobre su despacho de la TNP, dejó por escrito lo que esperaba que se contara sobre su final. Pedía ser recordado como “El Narciso moderno” y que su imagen quedara vinculada a la de un reconocido e inocente conductor de noticias que muere ahogado tras contemplarse en un espejo de agua.

Durante semanas, el pueblo entero fue absorbido por el gran show brindado por la TNP en torno a la muerte de su conductor estrella, dejando a Ricco en el olvido. El intendente tuvo, entonces, tiempo de sobra para armar un nuevo escenario político que le permitiera continuar con su mandato.»

Al salir de la sala de cine, vinieron a mi mente vívidas imágenes de aquellas tardes de verano en las que de niño solía ir con mi familia al Paseo del Bosque. Siempre que pasábamos cerca del lago, papá me advertía en tono jocoso:

—¡Cuidado con Hilario Navarro!

—¿Quién es ese? —preguntaba yo.

—El Narciso platense —me decía mientras se reía a carcajadas.

Yo también me reía, aunque demás está decir que no entendía su respuesta. Ningún niño sabe de mitología griega.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

12 comentarios

  1. 1. Manoli VF dice:

    Extraordinaria crónica, Melisa! Mis felicitaciones, antes de nada. Desde el mismo título la ironía acompaña todo el texto en el que se dan cita la corrupción, las mafias y las intrigas. Una cosa no me cuadra y es, por supuesto: esa contemplación de Hilario a modo de Narciso, no le pega al personaje y menos de leyenda, pero como es un poco ácida la crónica puede permitirse, sobre todo con esa aclaración que la precede de que en el incendio: “tenía que haber al menos un muerto.” Cumplidor y leal el gran Hilario. Me ha gustado mucho y en cuanto a la forma sin objeciones, si las hay no me han llamado la atención.

    Te sigo leyendo. Y te invito a leer el mío (38) Un saludo.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 01:43
  2. 2. Marcelo Kisi dice:

    Hola Meli!!
    Gracias por tu comentario a mi relato y por tu buena onda y buenas vibras! Da gusto compartir este marco con vos.
    Y qué buen relato, con aire borgiano mezclado con Woody Allen en Zelig 😉 También se cruza con el género del libro periodístico, que en la Argentina está muy desarrollado (y con mucho sobre lo que escribir). ¿Podés creer que justo después de leer tu relato escuché una nota en la radio sobre un libro sobre un agente de la Federal argentina utilizado como espía para espiar gente inocente? Se arrepiente cuando se da cuenta de la inocencia de esa comunidad y lo injustificado del espionaje, y cuando se enamora de una chica de la misma. Aunque en este caso se trató de un caso real. Tu personaje no es policía sino periodista, pero ambos se arrepienten y pagan un precio.
    Bueno lo tuyo, excelente, bien armado, bien contado. Ojo, un documental por definición es periodístico o de investigación, entonces documental periodístico sería redundante.
    Y otro ojo: hay dos cambios de registro. Empieza como texto que suena a crónica periodística en prensa escrita sobre el documental filmado; sigue con que en realidad era el texto de la película en sí, por las comillas y porque el narrador habla de que salió del filme y pensó tal y cual cosa; y termina con eso, lo que dice el cronista en primera persona, como si no fuera un documental sino un cuento que engloba al otro, el de Hilario.
    Te propongo unificar: a mí me sigue pareciendo que es una crónica escrita en un periódico de La Plata. Si querés que sea el documental te propongo darle más forma de guion de tal, con narración y entrevistados, incluso indicación de sobreimpresos a pie de pantalla y música de fondo. Podés elegir ir por ahí, sería original como cuento 😉 Si fuera un cuento en primera persona tendría que haber más autorreferencias en todo el texto, que el protagonista nos cuente de cuando conoció a Hilario cuando era chico, lo que siente al ver tal o cual escena de sus lugares de infancia, etc. Pero así como lo presentás, por ahora gana la crónica escrita acerca de un documental, por lo cual la anécdota en primera persona al final está como descolgada. Como periodista te cuento que se puede resolver, poniéndole más consistencia a la presencia del cronista. Para eso, ponele algo en primera persona al principio, cosa que el lector “lea”: “esta es la historia del documental que ‘yo’ vi, y te lo cuento como yo lo vi”, para que no le caiga de sorpresa cuando el cronista “le hable” al final al lector directametne, contándole la anécdota. Ese principio personal puede ser un toque nomás al final del primer párrafo, tipo: “… después de medio siglo. El documental sobre Hilario Navarro tiene un significado especial para mí.”. Con eso sería suficiente para dar esa consistencia, y a la vez provocar curiosidad hasta el final, donde la anécdota ya no queda descolgada porque el lector la estaba esperando. Ah, y obviamente antes de empezar la historia en sí, conviene poner el autor de la crónica:
    «Hilario Navarro: ¿Suicida o Narciso?
    Documental periodístico no oficial a 50 años de su muerte.»
    Por Adalberto Perezuela, especial para El Heraldo Platense
    Cosillas microscópicas para pulir: “Luego de que la TNP fue adquirida” tiene que ser “Luego de que la TNP fuera adquirida”.
    “Botox”: el buen hombre murió hace 50 años, o sea que es de los años 60… Botox??? Y muchas operaciones estéticas? Un adelantado! Yo debo haber escuchado por primera vez el concepto de botox hará 5 años como mucho. A menos que yo sea el ignorante histórico, lo cual puede ser, pero fijate.
    Y lo que me encantó: cómo trabajás el cinismo de los políticos como Ricco, decidiendo la vida y la muerte de sus gobernados como si tal cosa. Y no me meto en qué está metaforizando tu relato, cada lector, al leer, seguro que está pensando en sus propias comarcas… 😉
    En fin: bravísimo!
    Que tengas un 2016 espectacular!!

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 08:12
  3. 3. Melisa dice:

    MANOLI VF: Muchas gracias por tu visita. Me alegra que te haya gustado el relato. 🙂

    En cuanto a la leyenda de que Hilario muere a lo Narciso: no es real. Es un invento del propio Hilario. Esa es la historia que él quiere que el pueblo crea. Y lo logra. El padre del narrador del relato es un claro ejemplo de que muchos platenses compraron su ridícula versión de los hechos.

    Pronto estaré visitando tu relato. 😉

    MARCELO: Estuve googleando los datos que me diste sobre el libro de espías. ¿”Espiados” se llama? Me gustan los libros basados en hechos reales así que lo voy a tener en cuenta. 😉
    Muchísimas gracias por ayudarme con el tema del registro. Mi intención era armar un cuento en primera persona que incluyera el documental. Al principio había comenzado como un cuento, pero no logré ser concisa. Entonces decidí comenzarlo directamente con el documental, pero entiendo que de esa forma el final quedó totalmente descolgado. ¡Gracias de nuevo! 🙂
    En cuanto a la ubicación temporal, no la escribí pensando en los años sesenta, sino más bien en los noventa. Es cierto que no escribí nada que haga sentir al lector en un ambiente futurista. Gracias por tu observación.
    Siento que con este relato me desahogué. Dije mucho, pero también dejé mucho a libre interpretación del lector. Me alegro que te haya gustado. 😉

    ¡Muy feliz 2016 para vos también! Me guardo tu blog en favoritos para visitarte luego.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 19:33
  4. 4. Marcelo Kisi dice:

    Melisa, qué bueno que te sirvan mis devaneos 😉
    El libro acaba de salir en Buenos Aires, se llama “Iosi, el espía arrepentido”, de editorial Planeta. Conozco a uno de los autores y sé que escribe excelente y es muy puntilloso en sus investigaciones. De la otra autora no leí nada, pero parece que también es una periodista muy rigurosa. No sé si ya estará en formato digital, espero poder conseguirlo pronto.
    Y vos? Tenés blog? Si no, animate, está bueno, yo lo abrí hace poco y confieso que es un salto, pero es copado.
    Abrazo y felices fiestas de nuevo!!

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 20:35
  5. 5. Melisa dice:

    Marcelo, Google me había llevado hacia el libro equivocado, jaja. Estoy leyendo la reseña y parece ser una historia muy interesante. Y sí, realmente hay coincidencias entre Iosi y mi Hilario.

    No, no tengo blog. Presiento que estaría siempre arrepintiéndome de mis publicaciones anteriores. Quizás el próximo año me anime a probar. 🙂

    ¡Abrazo!

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 00:04
  6. 6. Christian Joseph White dice:

    Un relato con aires de crónica periodística muy bien desarrollado. No tengo mucho que aportar que sea útil. Ya te han corregido sabiamente otro compañeros. Destaco las problemáticas implícitas que sólo una lectura atenta entrevé. Trágico y extraño personaje el tal Hilario. Felicitaciones por tu trabajo, Melisa. Hasta la próxima.

    ¡Saludos!

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 20:47
  7. 7. Melisa dice:

    CHRISTIAN: Muchas gracias por la visita. ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 22:49
  8. 8. beba dice:

    Hola, Melissa:
    Me desayuné con esta historia que desconocía, pero que tiene -por desgracia- bastantes hermanos gemelos ; y encontré otros camintos interesantes para la lectura.
    Muy correcto tu texto; claro e interesante.
    Felices augurios para estas fiestas

    Escrito el 26 diciembre 2015 a las 22:08
  9. 9. M. Blacksmith dice:

    Hola Melisa!

    Muchas gracias por comentar mi relato. En cuanto al tuyo me ha parecido una narración estupenda, un relato muy interesante y ameno sobre una historia que desconocía. Nada que añadir que no te hayan comentado ya en anteriores comentarios.
    Mi más sincera enhorabuena

    Un saludo

    Escrito el 28 diciembre 2015 a las 16:08
  10. 10. Melisa dice:

    BEBA y M. BLACKSMITH:

    Muchas gracias por sus comentarios. Me alegro mucho de que les haya gustado el relato. En cuanto a la historia, es totalmente ficticia. 😉

    ¡Feliz 2016!

    Escrito el 28 diciembre 2015 a las 23:31
  11. 11. Andrés Scribani dice:

    Hola Melisa. Estuve a punto de investigar si la historia era real, hasta que vi tu comentario de arriba. Me disponía a investigar porque me fascina el hecho de que alguien tome piezas de una historia real y las moldee a su favor para adaptarlas a las premisas del taller, por ejemplo… pero cabe destacar que aunque es ficticia la llevaste tan bien que termina pareciendo un hecho real. ¡Que naturalidad!

    Me gustó mucho tu relato, por ello trataré de mantenerme al tanto de tu trabajo el mes entrante.

    Feliz 2016. Saludos.

    Mi relato -> https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-30/4508

    Escrito el 30 diciembre 2015 a las 03:07
  12. 12. Melisa dice:

    ANDRÉS:

    Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. 😉

    Feliz 2016 para vos también. Ahora paso por tu relato.

    Escrito el 1 enero 2016 a las 19:21

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.