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5 razones para no estar juntos (Capítulo cero) - por Tyess
Web: http://tyess.blogspot.com
Creo que en el fondo siempre supe que queria tener una familia.
No necesariamente media docena de niños y la pareja perfecta. Ni siquiera una familia modelo. Sólo… No lo sé. Una familia.
No es que uno sepa desde la infancia lo que es una familia realmente. Ves a tus padres organizando el horario para la estación próxima, o los escuchas discutir porque ninguno de los dos quiere ocuparse de la limpieza. Sabes que los otros adultos se ocupan de otras cosas, pero tus padres son especiales, porque no tienes que compartirlos con todos los demás estudiantes, o los demás pacientes, o los demás pasajeros del autobus. Tus padres, son tus padres; incluso si tienes hermanos con los cuales compartirlos, ellos saben tu nombre completo, cuanto te demoras en quedarte dormido, cuál es tu desayuno favorito.
Desde el mas perfecto hasta el más indulgente, un hogar es el sitio en donde descubres quien eres. Sí, claro, descubrirás el mundo de muchas otras maneras, pero a ti mismo te descubres al final del dia, cuando llegas a casa y puedes elegir. O, al final del dia, eliges que quieres estar en casa.
Si no fue desde siempre, lo entendí cuando estaba iniciando el colegio.
En otras ciudades, el colegio empieza a los ocho años y dura otros diez. Aquí, desde el mandato de la alcaldesa Garcia, el colegio es la segunda etapa de la educación formal. No inicia sino hasta que tienes trece. No sé si en el sistema estandar te das cuenta en el momento en que empiezas a prepararte para elegir tu ocupación, pero en el sistema García sin duda lo notamos. Sutil o directamente, se pasan todo el dia preguntándote sobre tus talentos y qué es lo que quieres dar y recibir.
Tras las primeras siete horas de exposición a las Interrogantes de Vida, yo ya sabía exactamente lo que quería dar y recibir. Me enfoqué en ello. En el colegio, prestaba especial atención a los debates, lecciones y prácticas que iban sobre cocina, limpieza, educacion y psicólogía. En casa, cambié completamente mi actitud respecto a las actividades familiares, que siempre me habian causado incomodidad. Ya no miraba con ternura a la madre que ayudaba a su hijo a andar en bicicleta, sino que intenté aprender la técnica.
Investigué todo lo que pude sobre el sistema de asignación de hogares, sobre la forma en que se entregaban los alimentos, y la distribución de las escuelas. Leí los reglamentos que regían la vida de los pocos que elegían dedicarse a traer niños al mundo y educarlos.
En segundo año, cuando el orientador académico nos hizo elegir dos cursos especificos, tomé cocina y primeros auxilios. No aprendí gran cosa, ya estaba más allá de eso y, mientras Elisa y Javier intentaban que los huevos quedaran tibios en lugar de recocerse, yo aprendía mi receta número trecientos veintidos, a pesar de que la cocina siempre me habia parecido demasiado trabajo para lo poco que dura una comida.
Con la premisa de que los cursos eran para novatos, tuve problemas eligiendo los cursos siguientes. Administración fue una elección relativamente sencilla, pero el otro no lo encontraba; podia matar el tiempo con lecciones ya conocidas sobre organización del hogar pero quería aprender más, así que buscaba un tema que aún no hubiera tocado, mientras todos los demás elegían rapidamente. Asi fue como acabé en el otro curso que nadie tomaba: horticultura.
Creí que no me serviría, pero fue lo que terminó de definir mi proyecto de vida. Yo tendría una familia, sí. Pero en las afueras de la ciudad; sería una familia grande, cultivaríamos nuestros vegetales y tendriamos nuestro propio lago. Los niños tendrían espacio suficiente para jugar, aprender y lastimarse en las medidas exactas para poder conocerse a sí mismos sin ninguna cicatríz desagradable.
Cuando me di cuenta de que había requisitos y un proceso de prueba, mi plan amenazó, por primera vez, con venirse abajo. A pesar de haber pocos interesados, esta era la ocupación a la que más trabas le ponía el gobierno. Por un espantoso minuto, creí que no iba a lograrlo. Pero al leer los requisitos, estaba tan feliz de cumplir con todos que mi optimismo regresó, sólo para volver a abandonarme con una evaluación que no podía superar.
Era hora de afrontar la Pregunta de Vida que no me había atrevido a confrontar como se debe: ¿Tenía talento para esto?
Algunas impresiones: Creo que la historia me hubiera gustado más, si hubiese habido más conflicto. En lo personal, me gusta el conflicto psicológico, pienso que la historia podría haber profundizado más en ese aspecto (sólo unas cuantas ideas). Por ejemplo: ¿que hubiera sucedido si el protagonista fuera un niño no deseado, en un hogar disfuncional? ¿si hubiese tenido alguna discapacidad, que lo marginara de cualquier proyecto de vida “normal”?, ¿ o quizá, hacer que el protagonista sufra de trastorno obsesivo compulsivo y confrontarlo con una familia y sociedad “normales”
En la forma: Me hubiese gustado más economía del lenguaje, hay varias palabras que se repiten. Por ejemplo: “pero a ti mismo te descubres al final del dia, cuando llegas a casa y puedes elegir. O, al final del dia, eliges que quieres estar en casa.”
Bueno ánimo y a seguir escribiendo
Muy buenas Tyess.
Creo que planteas una sociedad bastante diferente a la que tenemos y eso me ha gustado bastante aunque durante la lectura de tu texto no he sabido encontrar nada que realmente me enganche. Alguna característica del personaje o de su entorno que me inspire cierta curiosidad.
Con respecto al estilo con el que escribes nada que objetar. Creo que esta muy bien estructurado, sin fallos evidentes y muy pulcro. Felicidades
P.D: cumples con el reto de forma magistral, enhorabuena
Tyess, leí tu relato y sentí mucha empatía. Tal vez necesite otra lectura más detenida para ser más precisa en mi juicios, pero en retos anteriores me he dejado para luego los comentarios y se me ha pasado el tiempo sin hacerlos.
Quizás estuve esperando todo el tiempo encontrar a ese alguien con quien no debía o podía estar nuestra protagonista, eso me dejó atrapda por saber más.
Posiblemente lo que noto en el texto es más descripción que narración, cómo si le faltase algo que contar, no sé explicarlo muy bien.
Por lo demás disfruté mucho leerte. Pásate por el mío si puedes.
Un abrazo
Hola Tyes. Bonito relato, te engancha al principio, porque deseas saber quien está hablando y cual es la razón de su conflicto. Pero coincido con los anteriores comentarios que al contenido del relato le falta narración. Algo que te conecte con el personaje, cosa que al principio consigues, pero que vas dejando de lado a lo largo del mismo.
Por lo demás me parece excelente, bien escrito, buena puntuación. Ha sido un placer leerte.
Si puedes pasarte por mi relato es el nº 18
Hola, Tyess:
Escribes bien, pero te fallan algunos conceptos. Te aconsejo que las algún libro de los denominados esenciales para escritores, se encuentran fácil los títulos en internet.
Coincido con los anteriores sin conflicto no hay historia.
Por otra parte cuentas la vida pasada de alguien a quién no conocemos. Es lo mismo que su un desconocido se dedica a contraste su vida, simplemente no te interesa.
Por último utilizas muchas frases negativas, recomiendan que, a poder ser, todas sean afirmativas. A mí me codo verlo, después me convenció. Es un buen consejo. Prueba lo.
Te invito a que pases por mi texto y me comentes es el 225. Te dejo el link:
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-32/5024
Buena historia amigo me gusta el contexto y la objetividad del protagonista, lejos de hacer una critica sobre cuestiones ortográficas, dejaré de lado el mal humor que me provocan las criticas a mi texto y debo felicitarte porque toda buena historia comienza con un viaje al interior y cualquier critica superficial sobre lo que a mi gustaría sobre tu texto quedaría lejana a la que el mismo autor siente al escribirlo porque se transmite al leerlo, sigamos adelante porque aun falta mucho por eso estamos aquí.
¡Hola Tyess! Me gustó tu relato, es una introducción bastante bien estructurada, es cierto que no hay conflicto, pero has desarrollado el inicio de tu historia, y le has puesto capítulo cero que me parece muy acertado.
En cuanto a la forma: te faltaron algunas tildes: quería, autobús, García, día, educación, habían, veintidós, había, podía, tendríamos. Sé que quieres ponerle énfasis a “interrogantes de la vida” y “pregunta de vida” porque los has puesto con mayúscula, yo lo pondría entre comillas. Quizás sean preferencias, no sé. Felicitaciones, me dejaste con ganas de saber cuáles son las “5 razones para no estar juntos”. Saludos. Te invito a leer mi relato #5
Hola, Tyess:
Justamente, “enganchar a alguien” es ponerle delante algo que le da curiosidad y que le interesa. A mucha gente le interesa lo que a otros no. Tratándose de un primer capítulo creo que la historia de cómo alguien determina su proyecto de vida puede ser tan respetable como cualquier otro. Sí coincido en señalar la necesidad de cuidar la acentuación. También te sugiero para hacer más ágil y claro un relato, introducir diálogos, y algunas descripciones de ambientes y personas.
Adelante. Suerte.
Al inicio, fue un poco decepcionante leer los comentarios. No por que anden mal, si no por tener razón. Es la segunda vez que inicio esa historia y sigue teniendo el mismo problema. Les agradezco mucho, sin la claridad de sus reacciones, no hubiera podido definir lo que estoy haciendo mal, y ahora es cosa de que averigüe como arreglarlo.
Eso en cuanto a fondo. En la ortografía… admito que es un milagro que no se quedaran ciegos, pero tengo una buena excusa: Me he quedado sin tildes en el teclado y ni mi navegador ni el focusWriter me quisieron ayudar con la corrección de ortografía 😛 Luego… debí tener mas cuidado.
Ahora, hay algunos detalles que requieren respuesta especifica:
Paracelsus: Esa sociedad tiene mas reglas de las que podre describir en toda la historia, pero la primera es que todos tienen lugar. Cualquiera encuentra sitio en alguno de los proyectos de vida normales, aunque… si existen personas que podrían no querer pertenecer: los artistas. Debería incluir uno en la historia.
María Inés: La parte que te dejo intrigada, es la mitad de la historia, el romance. Esa persona que no se digno a aparecer en las primeras setecientas palabras va a abrir su corazón al lector a lo largo de la historia (si la escribo bien).
Seilof: si, hay muchas frases negativas… es lo que me pasa cuando miro mucho tiempo a mis personajes menos optimistas.
Beba: esa es la otra mitad del argumento. Lo que hagan y decidan los protagonistas, en solo unos meses, definirá el resto de sus vidas.