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Quiso ser libre - por Ismael Tomas Perez

Web: http://www.gigantedealgodon.blogspot.com.es

Quiso ser libre

El anciano encontró la llave en el lugar previsto, en el fondo de un macetero, al lado de la puerta de su casa. Elías había depositado allí una copia de la llave de su hogar, a sabiendas de que algún día volvería a por ella. Los rosales del macetero habían muerto todos pero su tesoro estaba a buen recaudo, escondido al fondo de la tierra que estos tenían de base.
Once meses atrás había fallecido su esposa, en extrañas circunstancias, debido según los médicos, a una inexplicable insuficiencia respiratoria. Ninguno de lo doctores que la atendió fue capaz de comprender el motivo de dicha enfermedad, tan rápida como letal.
Tres ese trágico percance, su único hijo intentó en varias ocasiones llevarle a su casa para evitar que viviera solo, estando así perfectamente atendido por él y su esposa, ya que afortunadamente vivían cómodamente en una gran casa sin problemas económicos.
Elías era ya un anciano de ochenta y tres años, gozando de una buena salud, aunque en algún momento ya había dado algún susto a su familia. Era de carácter introvertido, poco amable y totalmente autodidacta. No admitía, o al menos le costaba un gran esfuerzo, ningún consejo y, por supuesto, quería vivir siempre haciendo lo que su voluntad dispusiera.
Había puesto mucha resistencia pero, por fin, su hijo consiguió llevarle con su familia a la ciudad, a escasos cien kilómetros de la aldea donde vivía.
Elías nos se adaptaba a la ciudad, estaba horrorizado por el tráfico, no entendía las técnicas modernas como los ordenadores, los contactos por WhatsApp, el operar en los cajeros de los bancos, ya que en la ventanilla no le atendían para sus escasos movimientos, etc. Mucho menos se adaptaba a las comidas prefabricadas, a las que su familia era bastante aficionada. Nunca quería comer algo que, según él, estaba cocinado sin saber ni cómo ni donde.
A los pocos meses de vivir en la ciudad, ocurrió una tragedia que despertó todos los titulares de la prensa local. Su hijo y su esposa habían amanecido sin vida en la cama sin explicación ninguna. Los médicos forenses, después de unas largas autopsias, diagnosticaron una muerte por fallo respiratorio, totalmente inexplicable en dos personas de mediana edad, deportistas, y que hasta el momento tuvieron una salud envidiable.
Elías apenas sabía leer ni escribir, pero sin embargo era un gran experto en toda clase de plantas, tanto medicinales, como para otros usos. Toda su vida se había dedicado al pastoreo, y heredado de su padre, pastor también, todos los secretos del campo que además, fue incrementando con sus conocimientos a través del paso del tiempo.
Su esposa le había tratado los últimos años con mucho celo, no permitiéndole fumar ni beber nada de alcohol. Le controlaba todos sus movimientos así como el dinero que disponía ocasionalmente. Según Elías, le hacía la vida imposible.
Cuando esta falleció, la gente quedó extrañada del poco impacto que éste sufrió, queriendo olvidar al poco tiempo el dolor producido por la pérdida de su esposa y volviendo, casi de inmediato, a su vida libre y sin control ninguno.
Su hijo y nuera, también en un exceso de cuidados, le habían hecho las mismas prohibiciones que su difunta esposa, resaltando siempre que era debido a la preocupación por su salud. Elías volvía a tener su mal carácter, vivía en un constante desasosiego y se volvió huraño y desconfiado.
Al fallecer su hijo y nuera, y después de los sepelios, preparó su maleta con los escasos efectos personales de que disponía y emprendió el regreso a su aldea, otra vez libre.
Volvería a fumar, a beber, a hacer lo que le viniera en gana, como había hecho toda su vida.
Al día siguiente de estar ya en su casa, disfrutando de un hermoso cigarro puro habano, llamaron a la puerta, de una forma un poco brusca. Fue rápidamente a abrir, con la convicción de que algún vecino al haberle visto volver se interesaría por él.
Cuando abrió, al otro lado de la puerta había dos hombres, igualmente vestidos que preguntaban por él. Lo que Elías no pudo ver en ese instante es que en la espalda de las cazadoras de estos hombres había un letrero que ponía: Guardia Civil, criminología……

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7 comentarios

  1. 1. Autor dice:

    Buena historia. Existen varios puntos a tratar.

    El inicio.
    En mi oponion queda algo confuso, se entiende, pero confusamente. Podrias resumirlo algo asi:

    “El anciano encontró la llave en el lugar previsto. Los rosales del macetero habían muerto todos pero su tesoro estaba a buen recaudo, escondido al fondo de la tierra que estos tenían de base. Elías había depositado allí una copia de la llave de su hogar, a sabiendas de que algún día volvería a por ella.”

    Y queda mas organico. Tambien, repites demasiado el nombre del protagonista, puedes utilizar otra manera de referirte a el: Anciano, vejete, viejo, etcetera, etcetera, etcetera.

    Algo mas seria, como dije en otro relato, ir soltando migas de pan por el camino. Insinuar. Persuadir. Cuando el golpe de efecto del final llegue el lector no se sentira estafado. Cada quien lo hace a su manera y es mas podrias engañar, encaminando hacia un camino y al final resultar ser totalmente falso.

    Espero haberme dado a entender.

    Animo y a seguir escribiendo.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 18:55
  2. 2. Autor dice:

    P.D. Se que dije varios puntos. Pero es como cuando tienes un asunto muy importante a tratar y vas a la cocina abres la puerta del refrigerador y no tienes idea que haces ahi. Lo mismo ahora conmigo.

    Y tambien, parrafos. Crea parrafos. Da un tiempo de respiro al lector antes de continuar leyendo. Tampoco los metas a la fuerza, un parro tiene un orden de ser. No recuerdo cual, investigalo.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 18:57
  3. 3. Dante Tenet dice:

    Ismael:

    Te salió un policial y está bueno, un único comentario, lo dicho por Autor, separa los párrafos, para que el lector descanse y disfrute.

    Nos seguimos leyendo, estoy en el 67.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 03:00
  4. 4. gaia dice:

    Luego de los comentarios de tan duchos compañeros, povo queda por decir. Me gustó la hostoria. Soy tu vecina en el 202

    Escrito el 20 junio 2016 a las 19:01
  5. 5. José Torma dice:

    Que tal Ismael, gracias por pasarte por mi relato.

    Creo que en lo formal poco puedo decirte, fuera del comentario de Autor que comparte totalmente, para mi los relatos necesitan aire, si no, caes en el crinco de lineas. Una revision en los parrafos le vendria muy bien.

    El anciano asesino, mira tu que lo esbozas pero no lo tenia por seguro.

    Un buen relato, entretenido.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 21:59
  6. 6. beba dice:

    Hola,Ismael:
    Muchas gracias por tu visita y comentario.
    Buena historia; sales del estereotipo del viejecito. Hay buen manejo gramatical.
    Creo que le ha faltado suspenso y que lo necesita. Se puede lograr fracciinando párrafos,dando señales menos explícitas de la verdadera situación.
    Saludos.

    Escrito el 23 junio 2016 a las 01:47
  7. 7. earendil dice:

    Hola Ismael:
    Leí en tu comentario que tus escritos habían sido publicados en las tres recopilaciones anteriores, por lo que te felicito.
    No sé si llevas intención de enviar alguno para esta edición, pero intentaré pasar por tus relatos y dejar un comentario, por si te puede ayudar en algo.
    EN CUANTO AL CONTENIDO:
    La trama de esta historia me gusta: el anciano octogenario de quien nadie sospecharía. Pero, para mi gusto (y mi opinión es tan buena o mala como de la de cualquiera), tal vez hubiese cambiado el orden de algunos párrafos de la historia, para que las pistas que das al lector, sobre las “habilidades” del protagonista, fuesen más sutiles.
    Siguiendo el orden cronológico de tu escrito, creo que la historia empieza a fallarme un poco a partir de este párrafo: “Elías apenas sabía leer ni escribir, pero sin embargo era un gran experto en toda clase de plantas…”.
    A partir de este momento te lo ves venir, se te echa encima el final. En mi modesta opinión, esos detalles sobre sus conocimientos de las plantas podrías haberlos mostrado al principio, aprovechando que tenía la llave guardada en un tiesto y que los rosales habían muerto, etc. etc.
    Después, a la muerte de su esposa, hubieses podido describir su extraña conducta ante su fallecimiento, rejuveneciendo en vez de mostrarse taciturno y triste, no sé si me explico bien.
    Después, a la muerte de su familia, la acción hubiese rodado más fluida, sin necesidad de dar explicaciones, ya resultaba bastante extraño que todo aquel que intentaba corregir sus malos hábitos, acabase de la misma manera. Y el final fantástico, el último párrafo perfecto.
    EN CUANTO A LA FORMA:
    *En general el lenguaje está bien empleado, la sintaxis de las frases bien construida, así como la puntuación.
    *Tengo que darle la razón a los demás compañeros que han dicho anteriormente sobre la presentación del texto. Separa un poco más los párrafos para que la lectura resulte más atractiva, que no se vea como un bloque.
    *He contado ocho adverbios acabados en -mente, cuyo uso se debe limitar. Solo en esta frase hay tres: “Tres ese trágico percance, su único hijo intentó en varias ocasiones llevarle a su casa para evitar que viviera solo, estando así PERFECTAMENTE atendido por él y su esposa, ya que AFORTUNADAMENTE vivían COMODAMENTE en una gran casa sin problemas económicos.” Aparte de esto, al empezar la frase has escrito tres, en vez de tras.
    * El uso del gerundio también debe limitarse, he contado siete de ellos.
    * En esta frase: “No admitía, o al menos le costaba un gran esfuerzo, ningún consejo”, creo que quedaría mejor: “No admitía, o al menos le costaba un gran esfuerzo HACERLO, ningún consejo”
    * Falta la tilde en: “sin saber ni cómo ni DÓNDE”
    * También se repite “Elías” siete veces.
    Espero haberte ayudado en algo. Como ya te dije, en cuanto a la forma son opiniones personales, que como lectora empedernida, he notado que podría mejorar.
    Un saludo.

    Escrito el 10 julio 2016 a las 16:35

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