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El anciano y la llave - por bealcasa

El anciano y la llave
Autor: Bealcasa

El anciano encontró la llave en un día en que nadie podía imaginar siquiera su existencia. Lo había intuido, sin embargo por la embriaguez permanente de su mente y las confusas visiones que lo atormentaban, prefirió dormir…Ahora, no sabía qué hacer, era una responsabilidad muy grande; pero, cuando uno elige asumirlo, no hay más remedio que hacerlo.
Se levantó lentamente, aún no asimilaba lo sucedido y se preguntaba:
-¿Será posible que todo el esfuerzo pueda terminar de esta manera?
Quiso coger el cuaderno pero intuyó que escribirlo, podía ser peligroso. Luego, se sentó en ese gran sillón que un día le habían regalado los viajeros hace varios años atrás. Sacó su encendedor zippo, cuyo recuerdo aún perduraba en su mente y volvió a encender el cigarro que a medio consumir, había dejado en el cenicero.
Se quedó embelesado mirando el humo de su cigarro que se elevaba lentamente y se esparcía por el cuarto, llegando al techo, a las ventanas, a la puerta. Entre él y el humo no había nada que lo diferenciara, sentía que ambos eran uno solo.
-¡Qué estupidez!- se dijo.
Se levantó del sillón, se dirigió a la cocina y abrió la puerta del refrigerador, sacó una cerveza, buscó un abridor y la destapó. Normalmente, cuando se sentía medio confundido, triste o melancólico e incluso exaltado, lo único que lo calmaba era un buen trago de cerveza helada. Bueno, a veces necesitaba más de una para ahuyentar los malos espíritus. Pero, sólo con sentir el brebaje cayendo por su garganta, se calmaba.
El calor era insoportable, iba cada cierto tiempo a mirar por la ventana, no quería que nadie lo sorprendiera, menos el día de hoy que había encontrado la llave. Sólo esperaba que la noticia no se esparciera tan luego, necesitaba todo el tiempo posible.
-¿Si llegan y no estoy preparado?
Caminaba por toda la casa, iba a la cocina y abría otra cerveza, luego entraba a la pieza y se tiraba en la cama, comenzaba a dar vuelta sobre ella jugando como un niño, se paraba y se volvía a lanzar sobre ella, cuando estaba agotado se mojaba la cara y la cabeza en el baño; luego, volvía a mirar por la ventana.
-¿Qué estoy haciendo?
No podía entender que esta nueva situación, lo había alterado y para poder escapar a ese sentimiento, se movía por todos lados como si el movimiento y los cambios de direcciones lo pudiesen proteger y calmar.
Se dirigió al escritorio, el tiempo transcurría lentamente y pareciera que su lentitud fuera a propósito. Abrió el cajón, sacó la cajita de metal finamente tallada y volvió a mirar la llave, estuvo mirándola por un largo tiempo, preguntándose dónde la había perdió y porqué, ahora, aparecía. Se imaginaba las peripecias que estaría realizando los otros buscadores, los innombrables o a quienes se aventuraron a buscarla sin saber sus consecuencias. Recordó que no había querido hacerse cargo ni ser responsable de nada; pero no hubo caso. Desde esa vez, su único destino fue la aventura, el riesgo y ahora ya viejo, lamentaba no haber tenido ni mujer ni hijos, aunque en la situación que se encontraba…era lo mejor.
Lentamente sus manos tomaron la llave, estaba temblando, la alzó y comenzó a brillar de tal manera que la luz que salía de ella, lo cegó. Cerró los ojos por un instante y lentamente los fue abriendo, se dio cuenta que ya no estaba en su casa, se miró y comenzó a tocarse, quizás para sentir alguna sensación que lo llevara de regreso al hogar. Definitivamente se convenció de que estaba en otro lugar. Se encontraba en medio del desierto y hacia donde mirara, sólo había arena, dunas y montañas por todos lados.
Se sentó aturdido, volvió a mirar, tomó un poco de arena en sus manos, comenzó a mirar hacia el horizonte y se quedó así, pensativamente por un largo rato. El cielo estaba despejado, no había viento y la temperatura era muy agradable. Luego, se dio cuenta que la llave ya no la tenía en sus manos, se puso de rodilla rápidamente, buscó en todos los bolsillo, miró para ver si se le había caído, escarbó desesperadamente en la arena, por aquí, por allá y cansado de escarbar, cerró los ojos…para no abrirlos más.

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6 comentarios

  1. 1. Zelfus dice:

    El tipo de relato es agradable para mí, pero me parece más parte de una novela porque en un cuento todos los elementos deben ser necesarios para tener la extensión exacta. Me gustó la idea de una llave dimensional, aunque no veo justificada su desaparición.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 20:58
  2. 2. El Sr. Pimienta dice:

    Hola Bealcasa, lo primero que quiero decirte es que usas demasiados adverbios acabados en “-mente”. A mi parecer, deberías intentar substituirlos por palabras que describan mejor la situación que estás apuntando.

    Aunque me siento identificado con el anciano, pues un trago de cerveza tiene el mismo efecto en los dos, me he perdido varias veces antes de que apareciera en el desierto. Creo que tú, como autor, sí que sabes de lo que estás hablando, pero yo, como lector, no lo he llegado a entender.

    La peligrosidad de escribir en el cuaderno, por poner un ejemplo. Es evidente que hay una relación, pero no la puedo descifrar.

    Que tengas un buen día

    Escrito el 18 junio 2016 a las 10:26
  3. 3. Guiomar de zahara dice:

    Hola bealcasa: yo soy una de esas personas que piensa, que toda historia tiene varios finales. Que las acciones pueden transcurrir en cualquier lugar físico o no. Partiendo de ese punto, tu idea se puede interpretar de muchas maneras… pero tú has elegido una ¡bien!
    Lo único que voy a decir sobre este escrito es que, a veces, se hace algo ¿pesada? la lectura por la repeticiones:
    cigarro,llave… en “hace varios, yo pondría hacía varios años. alguna cosilla más sin demasiada importancia.
    te seguiré leyendo

    Escrito el 20 junio 2016 a las 14:17
  4. 4. Shira M. Collins dice:

    Hola,
    Me ha resultado un poco liosa, he llegado a pensar que estaba en una casa que no era la suya, y por eso estaba nervioso.
    Por lo demás es una historia diferente, y eso esta muy bien.
    Saludos

    Escrito el 21 junio 2016 a las 15:47
  5. 5. Bealcasa dice:

    Agradezco a cada uno de vosotros/as, los comentarios que han realizado de mi relato. Han permitido ver a la distancia sus debilidades:
    Como lo has dicho, Sr. Pimienta, hay muchos adverbios.
    Podría haber utilizado otra frase como muy bien lo mencionas Giomar.
    Debió ser más clarificadora la narración y de esa forma no hubiera entorpecido la lectura de Shira, el final a Zelfus y lo peligroso de escribir en el cuaderno al Sr. Pimienta.

    Nuevamente gracias por sus aportes. Lo tendré en cuenta para la próxima.

    Escrito el 23 junio 2016 a las 04:17
  6. 6. Tatei Jautze dice:

    Hola bealcasa:
    Cuando creas que has terminado de contar tu historia, déjala reposar uno o dos días y vuelve a leerla. En esta nueva lectura podrás corregir algunos pequeños defectos que no habías encontrado, como por ejemplo evitar la repetición constante de las mismas palabras.
    Hay situaciones que no me quedan claras: primero dices que “sin embargo por la embriaguez permanente de su mente y las confusas visiones que lo atormentaban, prefirió dormir…” y luego dices “Normalmente, cuando se sentía medio confundido, triste o melancólico e incluso exaltado, lo único que lo calmaba era un buen trago de cerveza helada.” Creo que no te pones de acuerdo de qué manera se calmaba.
    En una parte escribes que “necesitaba todo el tiempo posible.
    -¿Si llegan y no estoy preparado?” Y un poco más adelante dice “el tiempo transcurría lentamente y pareciera que su lentitud fuera a propósito.”
    Algo que me gustó mucho fue la parte donde escribes “Se quedó embelesado mirando el humo de su cigarro”… bueno, por lo menos fumando pudo quedarce tranquilo.

    Escrito el 4 agosto 2016 a las 01:42

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