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Su gran secreto - por Henar Tejero

SU GRAN SECRETO
El anciano encontró la llave en un rinconcito del cajón de su mesilla. Mil recuerdos brotaron a su mente de repente, como si una parte de su pasado recobrara vida. Jang era un superviviente de aquel atroz bombardeo de Hiroshima de un día de agosto de 1945.
Yukiko,su mujer,trabajaba en un hospital en las afueras de la capital, dónde los heridos de guerra se amontonaban por los pasillos,cuándo las habitaciones estaban saturadas. El trabajo era agotador y había que obrar con frialdad viendo tanta crueldad y locura fruto de sus enemigos los aliados.
Jang era campesino y ese día había viajado a un pueblo cercano a vender sus verduras en el mercado, como cada semana.
De repente el horror se apoderó de él. Una columna de humo ascendió rápidamente. En el centro se observaba un terrible color rojo. La turbulencia se extendió propagando los incendios con enormes brasas . Era imposible contar los incendios. Se propagaron por todas partes. Lanzó un alarido ensordecedor y observó como las casas se habían derrumbado a su alrededor. La bomba había destruido todo lo que se encontraba sobre el suelo. Él se había refugiado detrás de unos montones de cascotes y había logrado sobrevivir. La base del hongo producía una densa niebla y la ciudad, junto con las colinas, estaban desapareciendo bajo el humo violáceo. El olor a azufre parecía inundar el aire, haciéndolo irrespirable.
Éste quería echar a correr, pero no sabía qué dirección seguir. Todo era caos,como un laberinto pedregoso. La gente corría sin rumbo,gritando,buscando un por qué, buscando un motivo que respondiera a tanta desolación. Otros lloraban desconsoladamente, si es que reunían fuerzas. Sus propias lágrimas lavaban sus rostros, algunos ya desfigurados por las llamas. A medida que avanzaba iba esquivando cadáveres, que se hacían más visibles al disiparse la niebla caliente y punzante que le ardía en el pecho.
—`¿Dónde estará mi amada?`— Este fue el primer pensamiento que le vino a la cabeza tras observar tanta barbarie y calamidad. Quizás nunca pudiera volver a reunirse con ella. Esa sería su mayor desolación.
Siguió avanzando entre edificios derruidos, desorientado, borracho de tanta lluvia negra. Al poco acertó a ver las ruinas de una iglesia que le era familiar y avanzó en dirección este. Lloró sin más, guiado por el sentimiento de esperanza de encontrar a su mujer, y a la vez por el miedo que se apoderaba de él si no le encontraba. Sus lágrimas mostraban agotamiento e impotencia, dolor e indignación y la lucha por seguir el camino que había emprendido.
Por fin,llegó al barrio donde se encontraba el hospital y lo vio a lo lejos, observando que era de los pocos lugares que aún se mantenía en pie. Los alrededores estaban atestados de supervivientes que hacían cola para ser atendidos. Algunos mantenían la calma a pesar de su pavoroso estado, quizás esperando un milagro.
Logró entrar tratando de esquivar con la mirada los cuerpos, muchos arrugados como un papel por las llamas, otros infestados y con llagas. La buscó por todas partes, incluso preguntó a algunos compañeros del hospital y no halló respuesta.Todo era confusión y caos, nadie recordaba nada con lucidez aparte de la explosión. Entonces fue a los vestuarios y buscó en su taquilla. Era fácil localizarla, pues se podían leer sus nombres. Ésta estaba abierta, revolvió entre sus ropas y encontró su bolsa de aseo, unas llaves y unas fotos. Observó una llave suelta, pequeña, como de una caja fuerte, lo cual le intrigó bastante, pues ella tras sus diez años casados nunca le había ocultado nada. No parecía saber el significado de la palabra secreto, en cuánto a su vida de pareja. Jang hurgó nuevamente entre sus cosas, buscando respuestas. Entonces entre sus fotos vio una carta sin dirección. Pensó que era el momento de leerla, —ahora o nunca — se dijo. Sintió que hacía algo malo, que invadía su intimidad, pero no podía parar de leerla. Quizás le diera una pista de dónde estaba. A medida que iba leyendo sintió un vuelco en su corazón. La alegría le invadió. Era una carta de amor, dedicada a él, claro está. Su cumpleaños se acercaba y ella le tenía preparado un regalo (oculto en algún lugar, para él secreto).
Nunca volvió a ver a su amada, pero guardó sus pertenencias con recelo y todavía hoy le sigue añorando, buscando aquella cerradura para su llave, sin duda la que abre su corazón.

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8 comentarios

  1. 1. Melisa dice:

    Hola, Henar Tejero. Soy tu vecina de arriba.

    Una pequeña historia que forma parte de una gran historia, me gustó mucho el relato.

    Algunos detalles que me parece que podrían mejorarse:

    -brotaron a su mente —> brotaron en su mente

    -bombardeo de Hiroshima de un día de agosto de 1945 —> también podría escribirse —> bombardeo a Hiroshima en un día de agosto de 1945

    -…dónde los heridos de guerra se amontonaban por los pasillos, cuándo las habitaciones estaban saturadas. —> donde / cuando (sin acento). No pondría coma antes de “cuando”.

    -buscando un por qué —> un porqué (sustantivo)

    – —`¿Dónde estará mi amada?`— Este fue el primer pensamiento que le vino a la cabeza —> «¿Dónde estará mi amada?»
    te dejo un link que a mí siempre me ayuda con este tema: https://www.literautas.com/es/blog/post-11231/como-senalar-cuando-piensa-un-personaje/

    -pues ella tras sus diez años casados —> pues ella tras diez años de casados (acá en Argentina se diría así) 🙂

    -en cuánto a su vida de pareja. —> en cuanto a (sin acento)

    La historia me resultó fácil de leer, está muy bien contada y me atrapó de principio a fin. La desesperación permanente de Jang se siente muy creíble, ¡gran trabajo! 😉

    Hasta la próxima, ¡saludos!

    Escrito el 17 junio 2016 a las 22:12
  2. 2. Patricia Redondo dice:

    Buena historia y bien narrada, muy emotiva. De la parte formal no diré nada por qué MElisa lo ha hecho muy bien y a mí me falta experiencia y conocimientos. Pásate por mi texto si te apetece, es el 193, cualquier comentario será bien recibido

    Escrito el 19 junio 2016 a las 13:48
  3. 3. LUZ ORTEGA dice:

    Hola Henar,
    Un relato muy bonito y conmovedor. Y refleja muy bien la desesperación del protagonista.
    Enhorabuena.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 23:50
  4. Hola Henar Tejero:
    Una historia con mucho sentimiento. Cautivas al lector y lo estimula muy bien para mantenerlo interesado.
    me ha gustado mucho.
    P.D: Gracias por tu comentario en mi relato. No leemos en la próxima.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:40
  5. 5. Dante Tenet dice:

    Hermosa historia de amor contada con el marco de una tragedia.

    Muy bueno el ritmo.

    Por momentos se siente la angustia del protagonista.

    Nos seguimos leyendo

    Yo estoy en el 67

    Escrito el 26 junio 2016 a las 01:23
  6. 6. B.M. Donald dice:

    Buenas Henar Tejero.
    La parte técnica la ha explicado muy bien Melisa
    Una historia conmovedora por la crueldad de una situación horrible. Un relato que atrapa por querer saber y explica lo justo para que nos deje un sabor agridulce.
    Un placer haber podido leerte.
    Saludos Gracias

    Escrito el 27 junio 2016 a las 09:21
  7. 7. Henar Tejero dice:

    Hola a todos, gracias por los comentarios. Siempre es constructivo ver vuestro punto de vista, pues se aprende mucho. Además los comentarios positivos animan en esta difícil tarea de la escritura.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 07:02
  8. 8. Tatei Jautze dice:

    Hola Henar Tejero:
    Has tocado uno de los temas más sensibles de los que la humanidad pueda tener historia. Y creo que no tienes idea de la magnitud de aquellos acontecimientos.

    Para que tengamos un muy amplio panorama podemos recordar que con los bombardeos atómicos se calcula que murieron más de 220,000 personas, más los heridos. Cuando te hablo de heridos, no pienses en pequeñas pequeñas o algunos huesos fracturados, te hablo de cuerpos totalmente quemados, cancer por radiación, mutaciones genéticas, transtornos psicológicos, por mencionar algunos.
    Por si esto no fuera ya demasiado, los pocos supervivientes fueron cruelmente discriminados, se les llamó: “hibakusha”.
    En mi opinión muy personal, creo que la literatura puede hablar de éste o de cualquier otro tema, pero sucede que estás hablando de un ataque atómico y lo describes como un cuento de hadas.

    Escrito el 13 agosto 2016 a las 23:36

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