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La lealtad consigue mejores resultados que la fuerza - por Cándida Fuentes Arroyo

El anciano encontró la llave en el fondo del baúl. Vivía en una gran mansión donde abundaban los muebles de caoba pero ajena a otros lujos.
Jaime era uno de los antiguos bibliotecarios de una de las mayores bibliotecas del país y a sus noventa años aun conservaba su pasión por los libros. Tenía una biblioteca de dos mil ejemplares con todo tipo de contenidos. Se pasaba los días hojeando sus páginas, limpiándole el polvo y escribiendo artículos que muchas veces publicaba en un periódico.
Aquella mañana, al despertar sintió frío y quiso preparar una manta para la noche. Buscó en el baúl que tenía en su dormitorio y sintió curiosidad por saber qué había debajo de otras mantas antiguas que no utilizaba desde hacía muchos años. Encontró una foto de su mujer, que había fallecido hacía cincuenta años. Jaime se entristeció y unas lágrimas brotaron de sus ojos mientras se llevaba el retrato a su pecho.
Después de un rato contemplando la foto, decidió dejarla fuera y miró el calendario: «Doce de octubre de mil novecientos noventa», leyó en voz alta. Recordó que por mil novecientos cuarenta, entró él a trabajar en la biblioteca y falleció su mujer. Siguió buscando y en el fondo encontró una llave maciza. Su cara se iluminó con una sonrisa.
Nada más desayunar, se vistió con rapidez y partió con llave en mano. Cruzó la ciudad y a dos kilómetros observó con admiración que la casa de las cuatro chimeneas todavía lucía en la finca que no había vuelto a pisar durante cincuenta años. Se acercó observando cómo se mantenía todo perfectamente cuidado y cómo verdeaba la dehesa cargada de bellotas. Los animales estaban bien cuidados. Recordó cuando él era joven y estaba pendiente de la gestión de todo aquello y, de pronto, sus ojos volvieron a entristecerse al pensar cómo abandonó la finca para dedicarse a cuidar de su esposa. Aquella finca le había dado de comer toda su vida a él, a sus antepasados y a muchas familias de la zona.
Entró la llave en la cerradura y, aunque chirrió bastante, abrió sin problema. No había mucha diferencia entre aquella casa y la gran mansión en la que vivía. Al fin y al cabo, él eligió reformarla a imagen de esta, intentando conservar el espíritu un tanto bohemio de su forma de ser y de vivir, donde los muebles de caoba no combinaban. Sus trabajadores la habían mantenido igual.
Llamó varias veces pero nadie respondió. Paseó por las distintas estancias y al pasar por la cocina vio la mesa con la comida preparada para el mediodía. Se alegró de ver que seguían habitándola y, sin embargo, mantenían la decoración a la vez que habían ido adornándola con fotografías relacionadas con él y con la explotación de la finca, reflejando sus noventa años de existencia, aunque él nunca había vuelto a esta casa. Se relacionaba con todas las personas de la finca en su casa de ciudad y confiaba en ellos. A cambio de su trabajo, cada uno tenía derecho a explotar la finca, a vivir en ella y solo le pagaban a él una renta que le permitía vivir bien, sin necesidad de inmiscuirse en cómo la explotaran, aunque todos le pedían consejo con frecuencia y lo mantenían al tanto, así como se preocupaban por su salud, con el paso de los años mermada. También tenía derecho a estar en esta casa, aunque los recuerdos se lo impidieran tanto tiempo.
Subió a una de las habitaciones donde él ponía sus libros cuando estaba allí y aunque estaba muy cambiada, en una estantería seguía un manual de agricultura que había escrito mientras su mujer estaba enferma.
Lo cogió en sus manos y sintió el mismo entusiasmo que cuando lo escribió de joven. Mientras lo hojeaba encontró una fotografía de su mujer, pero esta vez la tristeza asomó a sus ojos solo por unos segundos, suficientes para tomar la decisión que había pospuesto cincuenta años.
─Lo publicaré dedicado a ti ─dijo en voz alta con tibio entusiasmo mientras miraba la foto de su esposa─. Será como el hijo que nunca tuvimos.
Un mes después asistía a la publicación de aquel manual rodeado de sus únicos amigos y familiares, los trabajadores de aquella finca, quienes siempre habían estado a su lado y quienes, poco tiempo después, descubrieron que la finca la había dejado Jaime en herencia a sus trabajadores el mismo día de la publicación del libro.

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18 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Cándida:
    Soy tu primer comentarista. Voy a tratar de ser lo más justo posible.
    “Vivía en una gran mansión donde abundaban los muebles de caoba pero ajena a otros lujos”.Aquí estás hablando del anciano, por lo tanto sería “ajeno a otros lujos”. La abundancia de muebles de caoba es una detalle que aunque lo repites en la casa de hacienda, no tiene nada que ver con el relato, podrías prescindir de él.
    “Jaime era uno de los antiguos bibliotecarios de una de las mayores bibliotecas del país y a sus noventa años aun conservaba su pasión por los libros. Tenía una biblioteca de dos mil ejemplares con todo tipo de contenidos”. Te falta una tilde en “aún”.En tres líneas repites “bibliotecarios”, “bibliotecas” y “biblioteca”.
    “Aquella mañana, al despertar sintió frío y quiso preparar una manta para la noche”. Tú ni nadie puede saber en la mañana que clima va a hacer en la noche, por lo que no concuerda la acción. Si hubiera buscado algo con que arroparse ese momento que tenía frío lo hubiera entendido.
    Hasta ahí podrían haber comentaristas que desistirían de seguir leyendo y eso pasa a veces por lo que para muchos de nosotros parece inexplicable el no recibir comentarios.
    Pero luego desarrollas toda una historia bien contada con algunos fallos gramaticales sin importancia, pero con un gran mensaje.
    Te aconsejaría cuidar los primeros párrafos, que es donde el lector se engancha, para luego brindarle un buen relato que por lo que he leído puedes hacerlo.
    Espero seguir leyendo tus trabajos en el taller.
    Saludos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 22:05
  2. 2. Saldivia dice:

    Hola Cándida. El relato que has escrito combina muy bien con tu nombre, posee candor y un mensaje positivo. A mi me retrotrae a la época en que vivía yo en una sociedad en la que podrían ocurrir cosas como las que describe tu relato. Hoy en día, en mi entorno, ello resultaría impensable; por lo que tu relato para mi constituyó una especie de escapismo, una fantasía, casi un cuento de hadas.

    Alabo tu interés en rescatar el valor de la solidadirad y el de la gratitud. Coincido con Luis en sus acertadas observaciones, y añado otra más. Creo que publicar un manual de agricultuta cincuenta años después de haber sido escrito no resultaría muy factible, mucha de la información estaría desactualizada. Quizás hubiese podido trabajar con fechas menos remotas, y el efecto hubiese sido el mismo.

    Sigue adelante, mira que la execlencia se logra con la práctica. ¡Éxito!

    Escrito el 19 junio 2016 a las 21:13
  3. 3. María Esther dice:

    Hola Cándida:
    Si no me equivoco nos hemos leído otras veces.
    Luis Ponce te ha hecho muy buen comentario,digno de tener en cuenta; así que yo, poco podría agregar.
    El relato está bien pensado a mi modo de ver;pero encuentro un tanto exagerado que tuvieran que pasar tantos años, para que el señor volviera a su casa. Tampoco sabemos el motivo por el cual no lo hizo antes, ya que la casa estaba habitada y aunque él no tuviera la llave,habría entrado igual.
    Desde mi modesta opinión, como que no veo claro cuál es el conflicto que tiene el protagonista.
    Sigamos trabajando y leyendo para seguir mejorando.
    Nos leemos.Saludos.
    Maritel 126

    Escrito el 20 junio 2016 a las 01:38
  4. 4. Perla Preciosa dice:

    Hola, Cándida. He leído tu relato y me encanta la agilidad de tu estilo. Como ya te han hecho comentarios de este tipo, yo simplemente puntualizo que no veo el sinsentido de que el anciano vuelva, muchos años después, a la casa que él mismo había dejado en herencia, detalle señalado por otros compañeros. se supone que va de visita o algo por el estilo. En cualquier caso, me encanta el final, pues considero que has utilizado una metáfora muy poética para expresar los sueños y la frustración del anciano: un libro, para quienes los amamos en general y nos gusta escribir a nivel particular, es siempre como un vástago nuestro. Te felicito. Si te apetece leer el mío y no te has percatado, está dos posiciones más abajo que el tuyo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 18:22
  5. 5. Perla Preciosa dice:

    Se me ha olvidado corregirte algo que no te han corregido. Cuando dices: “Se pasaba los días hojeando sus páginas, limpiándole el polvo”, deberías decir “limpiándoles”, dado que te refieres a las páginas de los libros.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 18:31
  6. 6. Candi Fuentes Arroyo dice:

    Hola, Luis Ponce:
    Gracias por pasar por mi relato y por tus comentarios. Todos me habéis aportado hasta ahora muchas cuestiones.
    En cuanto a “ajena a otros lujos”, me refiero a la casa, que a pesar de tener muebles de caoba, no tiene otra decoración relacionada con el lujo. Es cierto, que podría prescindir de ello, pues no aporta mucho, solo quería mostrar que el anciano es una persona de posibles pero que no vive como tal, sino que tiene un carácter más bohemio sin seguir tendencias propias de su estatus.
    Gracias por hacerme dudar en “aún”, porque dejé de acentuarlo con las modificaciones de la ortografía de la RAE en 2010 pero veo que de forma incorrecta cuando lo he repasado.
    El resto de consejos, también muy constructivos. Los tendré en cuenta.
    Un saludo

    Escrito el 21 junio 2016 a las 19:35
  7. 7. Cándida Fuentes dice:

    Hola, Saldivia:
    Gracias por leerme y por tus comentarios.
    Lo de los 50 años tiene su explicación en que sitúo la historia en 1940 en España. Ese año, el siguiente de la postguerra (Guerra Civil del 36) fue un año de muchos cambios, y lo considero un año en el que el personaje sufrió mucho por las cuestiones comunes en aquella época, lo cual le ha hecho permanecer alejado de todo aquello. De ahí, que cuando ha encontrado esa llave que guardó por algún motivo sin que quisiera volver a verla, ha decidido después de tanto tiempo volver a su lugar, aunque siempre estaban las puertas abiertas para él.
    En cuanto a lo del manual de agricultura, hay muchas profesiones relacionadas con agricultura que no cambian con los años y que se están olvidando dejando paso a los peritos agrícolas que no saben hacerlas porque no las han hecho. A eso es a lo que me refiero.
    Todo el relato apela a cuestiones olvidadas y que ahora casi son ficción porque no las palpamos de cerca. Estamos acostumbrados a la ficción de cosas irrealizables, que no nos damos cuenta de que cosas que sí se pueden realizar están pasando a ser ficción.
    Me alegro de que te haya gustado. Intentaré pasar por tu relato.
    Un saludo.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 19:44
  8. 8. Candi Fuentes dice:

    Hola, María Esther:
    No tengo buena memoria, pero seguramente nos hayamos leído.
    Gracias por pasar por mi relato y por tus comentarios. Intentaré pasar por el tuyo.
    He explicado el motivo de los 50 años en la respuesta a Saldivia.
    El conflicto que tiene el personaje es el de tomar la decisión de ir a la casa después de tantos años, aunque no es un conflicto que le suponga grandes cambios en su vida para conseguir algo. Suelo escribir relatos lentos, con poca acción, porque suelen buscar la reflexión sobre la sociedad actual.
    Un saludo.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 19:48
  9. 9. Candi Fuentes dice:

    Hola, Perla Preciosa:
    Gracias por comentar.
    Veo que a todos os choca lo de los cincuenta años y desconozco vuestro país. Seguramente no es España y esas fechas no os dicen nada. En España hubo personas de esa época que estuvieron cuarenta años exiliados y con circunstancias personales que perfectamente aislaron a las personas de su entorno más cercano, así como le causaron traumas que algunos todavía no han olvidado. En eso he basado el fondo del relato, a la vez que muestro que no siempre, aunque tendemos a pensar lo contrario y con razón, las personas son malas e irreconciliables.
    En cuanto a lo del libro, coincido contigo y por eso incluí ese final.

    Un saludo

    Escrito el 21 junio 2016 a las 19:52
  10. 10. Candi Fuentes dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios.
    Después de escribiros respuestas a todos individualmente, veo que no se han publicado. Debe ser un error o es que no deja escribir dos mensajes seguidos sin una nueva aportación por otra persona.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 19:55
  11. 11. Jordi Lafuente dice:

    Hola Candida.
    En general te diría que el relato me ha costado un poco leerlo. Además de los comentarios que te han hecho yo me repasaría las fechas… si la mujer murió hace 50 años… son muchos años. También dices que su familia vivia de las rentas de la casa pero después dices que tiene 90 años… Igual soy yo que lo he entendido mal.
    Creo que junto con la llave, el manual de agricultura tiene mucha importancia en el texto, pero el encuentro con él parece casi fortuito … no se si serviría darle mas peso a ese encuentro…

    Luego está lo de mostrar en lugar de explicar. ¿Que pasaría si en lugar de explicar explícitamente por qué publica el manual, simplemente lo encuentra firmado por los dos (o algo parecido)? Si lo cuentas todo, se pierde el misterio y no me dejas hacerme mia la historia…

    Espero que te sirva.

    Escrito el 25 junio 2016 a las 12:34
  12. 12. Candi Fuentes Arroyo dice:

    Hola, Jordi:
    Gracias por comentar mi relato. Me gustaría que me respondieras si resuelvo tus dudas y quizá como lo he escrito yo no he tenido esas dudas.
    En cuanto a las fechas no veo nada extraño, porque si tiene 90 años y se murió la mujer hace 50, es que él tenía 40 cuando murió la mujer. Edad suficiente para que hasta entonces hubiera llevado personalmente la gestión de la finca y haber escrito un manual sobre cuestiones relacionadas con la agricultura, así como para abandonar todo por una cuestión emocional y de vuelco en la vida.
    El libro lo encuentra de forma casual. Si parece el encuentro fortuito, es lo que quería que pareciera. Aunque estaría bien darle más peso, el número de palabras ha corrido en mi contra.
    El final, es cierto, que podría hacerlo más emotivo pero necesito más extensión.
    Tendrén en cuenta tus comentarios, y si puedes decirme si aclaro tus dudas, te lo agradezco.

    Un saludo

    Escrito el 26 junio 2016 a las 12:34
  13. 13. Jordi Lafuente dice:

    Hola Candi.

    Tienes razón en cuanto al tioempo que hace que murió ella. De repente 50 años me parecieron muchos, pero no son tantos cuando tienes 90 🙂

    Otra cosa en cuanto a las edades que me sonó rara fue la frase ” habían ido adornándola con fotografías relacionadas con él y con la explotación de la finca, reflejando sus noventa años de existencia, aunque él nunca había vuelto a esta casa” En esta frase entendí que la casa tenía 90 años, algo incongruente si sus antepasados habían vivido de la finca.

    En mi opinión, que el libro lo encuentre de forma casual, le quita sentido al relato. ¿Por qué cuando encuentra la llave vuelve a la casa? La sensación que me ha dado a mi, es que vuelve porque recuerda el libro que escribió y, por lo tanto, el encuentro no puede ser casual, es de hecho, el detonante de la historia. Para darle mas peso al libro, no creo que necesites mas palabras ¿Que pasaría si el libro lo hubiese escrito ella en lugar de él?

    En general, como te decía, cuesta un poco de leer. No se si lo has hecho, pero creo que en una reescritura enseguida verías esas partes que cuestan un poco y encontrarías otras palabras mas adecuadas u otra mejor colocación de las mismas.

    Espero que te sirva.

    Escrito el 27 junio 2016 a las 19:30
  14. 14. Candi Fuentes dice:

    Hola, Jordi:
    Gracias por responderme y por tus apreciaciones. Lo releeré más veces y le daré algún cambio con las sugerencias que me habéis hecho para darlo por finalizado.
    Un saludo

    Escrito el 28 junio 2016 a las 17:53
  15. 15. drow_jack dice:

    Hola, Candi.
    Gracias por tú comentario en mi relato.
    El tuyo es muy sentimental y, sobretodo, conservador. Se me hace eterno pensar en ese vacío de cincuenta años, e increíble que prácticamente todo permanezca intacto.
    Te hace entristecer en parte, porque historias así son imposibles de mantener en el mundo cambiante de hoy en día.
    Una narración muy fluida, te felicito.
    Saludos.

    Escrito el 29 junio 2016 a las 00:44
  16. 16. Candi Fuentes dice:

    Gracias, Draw_Jack, por tu comentario. Me alegro que te haya gustado y que aprecies el tipo de relato que escribo lejos del estilo típico que llega a más gente.

    Escrito el 29 junio 2016 a las 18:35
  17. 17. beba dice:

    Hola, Candi:
    Como coincido en la totalidad de lo señaalado por los compañeros, sólo me detengo en el aspecto formal.
    Encuentro muy correctas tu ortografía y puntuación; pero el relato se me hizo un tanto lento, sin sobresaltos que “entonen” el desenlace. Por cierto, no “choca” con la historia, que es tranquila y emotiva.
    Adelante.
    (203)

    Escrito el 30 junio 2016 a las 00:15
  18. 18. Candi Fuentes Arroyo dice:

    Hola, Beba:
    Gracias por pasarte a leer y por tus comentarios. Nunca había escuchado a alguien que retratase mejor mi estilo. Faltan en todos esos sobresaltos, esa acción que todo el mundo espera (salvo en el que escribimos del ascensor en el que algunos dijeron que se habían angustiado un poco), porque todos los que escribo son tranquilos, en especial este, y quieren transmitir el contenido de la historia donde nos fijemos en los valores personales, en las personas y sus sentimientos sin sobresaltos. Para sobresaltos ya tenemos el día a día y las historias de televisión.
    Un saludo.

    Escrito el 30 junio 2016 a las 18:53

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