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Desatado en los Cielos - por AC Callaspo

El anciano encontró la llave en unas piedras, no muy lejos de la puerta. Su suspiro de alivio, sin embargo, fue interrumpido por una fuerte sacudida.

A pesar de su edad, el hombre corrió veloz como una liebre, esperando no haber llegado tarde. Las sacudidas se hacían cada vez más violentas, y más desesperadas. Ya estando cerca de la puerta, el anciano miraba con horror la diminuta rendija que se había abierto.

Pensando inmediatamente en cerrar la puerta, el anciano empujó aquella maciza laja de piedra con todas sus fuerzas. Un fuerte golpe abrió la puerta un poco más, y arrojó al hombre al suelo. La sombra de una inmensa mano emergió de las cavernosas profundidades selladas por la puerta; las palabras no podían describir aquella aberración, una oscuridad de lo más pura, un profundo abismo negro con cinco filosas garras.

La abominación hacía lo posible por empujar la puerta, por liberarse de su encierro. El anciano la miraba, sus ojos pequeños y su boca abierta ante algo tan horrendo como aquella oscuridad. Sin embargo, el hombre rápidamente recobró la razón y fue a completar su misión. Apretando aquella llave de oro contra su pecho, el anciano embistió la puerta con todo lo que su cuerpo podía darle. La puerta cedió. Pero no se cerró.

Con la puerta abierta de par en par, un largo brazo lentamente emergió de la oscuridad, y como ese salió un tercero, y un quinto… Afortunadamente, el anciano no pudo ver ese horroroso espectáculo, ni siquiera se defendió mientras su cuerpo era arrastrado hacia la puerta.

El viejo despertaría un tiempo después. No podía ver nada, pero sentía como si flotara en medio de un gran vacío. Él no sentía miedo o temor. Se sentía acompañado y feliz; podía sentir a sus padres, a sus amigos, incluso a personas que nunca había conocido. Todos estaban ahí, contentos de tenerlo con ellos. El anciano estaba tan feliz, él quería que otros se sintieran como él. Quería salir y traerlos. Pero cuando iba a hacerlo, sintió su cuerpo chocar contra algo frío y duro. Él intentó una y otra vez, pero algo bloqueaba la salida.

Un suave susurro salió de la puerta sellada. Un pequeño “no,” seguido de varios violentos golpes. Un nuevo anciano, un pescador judío llamado Pedro, solo suspiró. Él miraba la llave en su cinturón con rabia y asco, por que si la opción fuera de él, nadie tendría que cruzar esa puerta jamás.

Pero era inevitable. Las almas virtuosas tenían que ir a algún lado.

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3 comentarios

  1. 1. KMarce dice:

    Saludos AC:
    El taller nos pide comentar a los tres relatos siguientes al propio, conforme a las normativas del taller: Forma-Contenido-Opinión personal.
    Espero que mis comentarios te sean de utilidad.

    FORMA: Se ha cuidado la ortografía, a primera lectura no he detectado algo.
    Si hay una repetición en la palabra “anciano”, en muchas ocasiones no es necesario su uso, ya que se puede eliminar, sin afectar la comprensión de la oración.
    La expresión “correr veloz como una liebre” es cliché. Hay que evitarlos, es preferible usar la simpleza: “corrió veloz”, o utilizar un recurso creativo. Sobre todo tratar de evitarlos al inicio de la lectura, para no crear una idea preconcebida por parte del lector, que el autor usa “muletas” para expresarse.

    CONTENIDO: Ha sido una lectura, un poco confusa. La cascada de imagenes es demasiada para asimilarlas de entrada. Creo que eres, al igual que lo soy yo, muy visual. Por ello describes con detalles pormenorizados todo. Se puede sentir, el ímpetú y la vertiginosidad de la escena, pero siento que falla un poco la narrativa para plasmar la idea sin abrumar. Lo cual, me confunde; porque siendo visual, debería ser más fácil para mí.
    Hay algunas inconsistencias en la narrativa, si la puerta cede, pero no cierra, que luego está de par en par, que sí corre, que después lo atrapa. Al menos con las lecturas que realice, (volví varias veces al texto), no captaba una secuencia.
    También es una visión, quizá demasiado poética, casi como trágedia griega, la descripción de la muerte. El papel de Pedro, tampoco, comprendí su repulsión a “su trabajo”, sobre todo para las almas virtuosas.

    OPINION PERSONAL: Creo sinceramente, que tienes una mente muy fructífera, porque la historia analizandola desde el “marco grande” es muy original. Me ha gustado como desarrollaste el sentimiento de lograr un objetivo (un poco ambiguo) por parte del primer anciano; para “penosamente” sucumbir ante la oscuridad con tantos brazos. Al final, se vió recompensando, pese a que su deseo era compartir ese gozo con otros, no es algo que corresponda a mortales lograrar hacer.
    Lo que sí debes cuidar es como transmites esa idea. Pese a que el título lo enmarca todo resumido, llegó un punto que en lugar de ver al anciano, pensé en el conejo de Alicia con el reloj en mano corriendo por todos lados, desesperado. (Sí, tengo cierta obsesión con ese libro).
    Me pasa seguido, me entusiasmo escribiendo la escena y algo queda de más. Te recomiendo que no sólo seas el “camarográfo”, sé también el director, ese que dice “corte”, “se vuelve a rodar” y “se imprime”. Divide la escena, introducción, nudo y descenlace. Nota sí se cumplen todos. Divide en párrafos, en frases, en oraciones y en palabras.
    Todo se aprende, pero la creatividad es innata.

    Fue grato leerte, creo que aprendí algo, cualquier cosa puede contarse de otra manera.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 08:14
  2. 2. Alonso García-Risso dice:

    Saludos AC Cagaspo: Nos has traído a colación la alegoría del cielo cristiana. Aunque se distingue una variante, así creo entenderlo, en la actitud de San Pedro. Imagino que la llegada de un salvo, sería motivo de alegría.
    Formalmente es un escrito de pocas palabras, lectura rápida y amable. Bien, se agradece. Es un trabajo logrado con acierto y habilidad. Felicitaciones

    Escrito el 21 junio 2016 a las 22:47
  3. 3. B.M. Donald dice:

    Buenas AC Callaspo
    Imaginación no le falta.
    Es una amalgama de intriga, miedo, seguridad, inseguridad… Pienso que se mezcla todo, para mi gusto, sin concierto, algo desordenada. Consigue que me pierda. Imagino que lo visualizas con tal claridad que te parece que todos lo haremos igual. La narrativa es algo confusa. Interesante esa visión de “el cielo y/o el infierno”.

    Seguro que si lo vas leyendo en voz alta y ordenas las acciones las escenas irán cogiendo más consistencia. Aquí se aprende mucho. Un saludo
    Gracias

    Escrito el 22 junio 2016 a las 15:49

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