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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Ramiro y Eduviges - por José Torma

Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com

El anciano encontró la llave en una caja de zapatos. Era antigua, pesada, de color cobre. La examinó curioso, no sabía qué abría. Una suave brisa hizo sonar la campana del cobertizo. Con dificultad tomó su bastón y salió de la casa.

El edificio era muy viejo, requería trabajo, pero él no tenía fuerzas ni quien le ayudara. Su familia había partido hacía tiempo. Él jamás pudo seguirlos. Ahora solo mataba los días, encerrado en su cuarto, olvidando su vida y sus recuerdos; exiliado de su mundo.

Tenía asistencia médica del estado. Una vez a la semana un enfermero lo ayudaba a asearse y a limpiar su habitación. Su nombre era lo primero que olvidaba. Lo llamaba “muchacho” para disimular.

A medio camino detuvo su andar, con ojos asustados volteó a la casa y se preguntó que hacía afuera. El sonido de la campana lo trajo de vuelta. Un hombre joven estaba en la entrada, le sonreía y con un gesto lo invitaba a acercarse. No lo conocía, pero algo en su comportamiento lo tranquilizaba.

—¡Hola, Ramiro! —lo saludó–. Qué bueno que llegas. ¿La trajiste? Llevo mucho tiempo esperándote.

Tímido le mostró la llave, los ojos de su visitante se agrandaron de la emoción.

—Ven, tenemos mucho de que hablar.

Y sin mediar otra palabra, tomó la llave y entró al cobertizo.

Una gruesa capa de polvo cubría el piso. Pegado a una de las paredes, se encontraba un gran armario de roble. Sin dudar, el hombre se acercó e introdujo la llave.

—Acércate —le dijo al notar su turbación—. ¿Recuerdas esto?

Ramiro miraba sorprendido, gruesos álbumes de fotos, trofeos y una pequeña caja de música. Con mano temblorosa la tomó e instintivamente la volteó para darle cuerda. Los acordes del Lago de los Cisnes llenaron el lugar mientras una esbelta bailarina giraba incansable sobre sus piernas. Un par de argollas estaban sujetas a su cintura con un listón rojo.

Con delicadeza puso la caja sobre la mesa y desató el nudo.

—¿Las recuerdas, Ramiro? Son tus argollas matrimoniales. Tenían que ser especiales, las mandaste traer de París, nadie en México tendría unas semejantes.

Guardó silencio al ver que el anciano intentaba penetrar la bruma que había en su cerebro. Una pequeña lágrima se le escapó mientras admiraba la joya. Levantó la vista para mirar la foto que el joven le mostraba.

—Ella es Eduviges, tu esposa.

Una mujer guapa le sonreía desde la fotografía, su cabello amarrado en un moño. En su mano izquierda brillaba el complemento de la argolla que se había materializado en su dedo anular. De a poco su mente estaba más lúcida, sus recuerdos regresaban.

El joven sonrió al verlo y seguido le mostró unas fotos donde unos niños sonreían chimuelos a la cámara. Tenían los ojos de su mujer. Pasó sus dedos sobre sus rostros. Las lágrimas ahora surgían sin obstáculo, limpiando su mente y su alma.

—Son tus hijos, Ramiro. ¡Trillizos! Algo extraordinario en el pueblo, nunca ha habido otro nacimiento múltiple. Estabas tan contento que te fuiste a la capital a comprar puros para regalar… ¡y tú no fumas!

Sintiendo una renovada energía, se acercó a examinar los tesoros escondidos en aquel mueble. La medalla del ejército, el trofeo de basquetbol y, escondido en la parte trasera, bajo un guante raído de béisbol; un paquete de cartas atadas finamente por un listón rosa. Levantó la vista interrogante hacia el muchacho.

—Las guardó todas, nunca te olvidó, te esperó hasta el fin.
¿Te las leo?

Perdió la cuenta del tiempo que pasó escuchando a aquel desconocido que leía sus palabras. Sus recuerdos florecieron y sus lágrimas cesaron, sonreía sin control ante alguna de las anécdotas que relataba. En otro álbum revivió la niñez de sus hijos, se entristeció al recordar su muerte.

El hombre leía, mientras él seguía explorando el armario. El primer libro que le regaló a Eduviges. Se sorprendió con las flores secas que había entre las páginas; gardenias, sus favoritas.

—¿Estás bien, Ramiro, necesitas descansar?

Asintió y tomó la mano del joven que solícito lo llevó de regreso a la casa. Amoroso lo acomodó en la cama y le dejó una última foto en sus manos.

Ramiro abrió los ojos y se sorprendió al ver al joven sonriente, abrazando a su Eduviges.

Al día siguiente lo encontró el muchacho, había fallecido con una gran sonrisa en los labios y la foto de su boda fuertemente apretada contra su pecho. En la esquina, el armario abierto, vacío de recuerdos.

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28 comentarios

  1. 1. Tavi Oyarce dice:

    Hola José:
    Habías desaparecido del Literautas.

    Como siempre tus personajes mostrando el fondo de su alma. Y ahora dejando a descubierto la desorientación y soledad de la vejez. Una etapa tan difícil de la vida. Creas personajes de carne y hueso: creíbles. Consigues un muy buen final.
    Algo que me hizo ruido es esta oración “Sintiendo una renovada energía…,”, como que escapa de la belleza general del texto.

    Piso y cobertizo tienen una rima muy notoria y
    “de que hablar”, el acento se hizo humo. Por más que se revisen los relatos siempre se escapa algo, pero tu cuento no desmerece en nada.
    Te felicito

    Escrito el 17 junio 2016 a las 20:29
  2. 2. beba dice:

    Hola, José: Me encantó tu historia. Ya te marcaron las fallitas, de modo que sólo queda expresar el deleite ante tu personaje tan bien logrado y ante la situación de retorno a la juventud y a los recuerdos felices. Un sentido aplauso. Muchas gracias por tu visita.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 23:29
  3. 3. Tavi Oyarce dice:

    Hola José:
    había dejado el siguiente mensaje en mi relato, pero pensando que tal vez no lo leas lo agrego acá:

    Tienes razón, mi cuento es bastante oscuro.
    Quise entrar en la mente de un muchacho que intentó suicidarse lanzándose a la Jaula de los leones y que traté de resumir en las 750 palabras, de acuerdo a los datos conocidos.
    Espero volver sobre el tema y sin las restricciones de espacio, desarrollarlo de nuevo.
    De inmensa ayuda tu comentario

    Te doy un link para que conozcas la historia verdadera:

    http://www.bbc.com/mundo/america_latina/2016/05/160525_chile_leones_zoo_historias_suicidio_pm
    Saludos

    Escrito el 18 junio 2016 a las 06:14
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola José:

    tu relato me ha resultado algo confuso. Los personajes no los encuentro bien delimitados. La presencia de “amoroso” abrazado a la esposa, no se si se trata del hijo del anciano.

    Este párrafo me resulta confuso porque no está claro de quienes estás hablando: ” Las guardó todas, nunca te olvidó, te esperó hasta el fin. ¿Te las leo?
    Perdió la cuenta del tiempo que pasó escuchando a aquel desconocido que leía sus palabras. Sus recuerdos florecieron y sus lágrimas cesaron, sonreía sin control ante alguna de las anécdotas que relataba. En otro álbum revivió la niñez de sus hijos, se entristeció al recordar su muerte.”

    ¿Quién guardó todas las cartas? su esposa, y ¿Por qué dices que le esperó hasta el fin? tampoco queda claro cuando dices que se entristeció al recordar su muerte, ¿la muerte de los tres hijos, de cada uno de ellos?

    Me chocó también la palabra: “argollas matrimoniales” toda vez que una argolla suele referirse a un aro grande no a un anillo, en lo que tengo entendido.

    En resumen, a mí como lectora -que no conoce los hechos a priori- me ha faltado claridad en tu historia.

    Nos seguimos leyendo. Un saludo.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 19:59
  5. ¡Hola, José!
    Gracias por pasar por mi relato y comentarlo.

    He leído el tuyo y me ha encantado. Me parece bonito, enternecedor y muy duro al mismo tiempo.

    Creo que está perfectamente escrito. Utilizas buen vocabulario, no hay faltas de ortografía y el uso de las puntuaciones me parece muy acertada. Es un texto ameno y fluido.

    Coincido con la compañera en que en algunos momentos no se sabe muy bien de quién hablas, si del anciano o del chico, pero para mi en líneas generales se entiende estupendamente.

    Sólo comentarte que has marcado el reto, pero tienes dos personajes en tu historia y no un solo protagonista, como se proponía.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 18:13
  6. 6. Maureen dice:

    Ah, pero sí que cumple el reto: el joven es él mismo, y se lo está imaginando, no es un personaje real. ¿o me equivoco, Jose?

    Me ha encantado la historia, me ha emocionado cómo va repasando sus recuerdos a través de los objetos guardados. Precioso.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 19:38
  7. 7. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola José, nos presentas una creación muy sensible, en donde se nota la fragilidad de la mente y también de la vida. Tus relatos siempre tocan el lado más humano de la existencia.
    Hasta pronto José, espero seguir leyendo tus participaciones acá o a través de tu blog Cuentos, historias y otras locuras.
    La lectura ha sido muy agradable.
    Saludos.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 04:32
  8. 8. Wolfdux dice:

    Hola José, una historia algo confusa pero que tiene algo que me llama la atención. Un saludo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 10:29
  9. 9. Beverly Matos dice:

    Hola José
    Tu relato muy tierno, aunque coincido con las compañeras en que como lectora, en ocaciones me confunden los personajes, por ejemplo no se si el enfermero es parte de su familia sino no entiendo como tiene tanta información.
    Algunas palabras que no son de mi lenguaje cotidiano (como chimuelos) me han dificultado la comprension , lo digo porque esto lo leemos desde muchos países y aunque se intuye su significado, podrías usar palabras mas universales.
    Un saludo
    Mi relato es el número 42 por si quieres comentarlo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 14:43
  10. 10. Diego Manresa Bilbao dice:

    Hola Jose,
    Desgraciadamente coincido en los comenttarios con manoli. Me ha parecido un poco confuso, como si hubieras cortado un relato mas largo… Aun asi tiene, como siempre,cosas muy interesantes…
    Nos leemos compadre!!!
    Un saludo!

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:04
  11. 11. Roger/NHICAP dice:

    Hola José,
    ¡Qué bueno verte de regreso! Me ha gustado el texto. Es una historia bonita,y emotiva, que trasmite lo que has querido reflejar. Los giros mexicanos, “la volteó”; “de a poco”; “sonrieron chimuelos”…, me trajeron recuerdos de mi estancia, cuatro años, en tu querido México.
    Participo como los compañeros que falta claridad en algunos aspectos ¿El armario se encuentra en el cobertizo o dentro de la casa? ¿El anciano fallece en la casa o en el cobertizo? Imagino que el muchacho, su nieto, es uno de los cuidadores del anciano, y lo reconoce que reconoce, y quizá también la casa. ¿Correcto? Si no fuera así, tendrías que habernos dicho porqué sabe, ¿o no lo sabe?, lo que hay en el armario y le pide la llave.
    A pesar de este inconveniente, es una historia llena de ternura, muy propia a tu estilo. Un gusto leerte.
    Buen verano y te mando un abrazo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:52
  12. 12. charola dice:

    Hola José Torma! Un relato enternecedor que no pude captar en toda su extensión. Me resultó confuso. No sé quién es el que le ayuda a recordar todo. ¿Un ángel o su hijo muerto? Puedo deducir por este fragmento: “Ramiro abrió los ojos y se sorprendió al ver al joven sonriente, abrazando a su Eduviges”, pero no sé si murieron los tres hijos, porque eran trillizos, pues dices: “En otro álbum revivió la niñez de sus hijos, se entristeció al recordar su muerte”.
    De todas formas reflejas ternura y nostalgia de la vejez y la forma sublime de morir.
    Un saludo. Nos estamos leyendo. ¡Bienvenido!
    Te invito a leer mi relato: 176

    Escrito el 20 junio 2016 a las 18:45
  13. 13. José Torma dice:

    Gente bonita que me lee, voy a hacer algo que no acostumbro hacer en este taller, pero creo se hace necesario al ver la confusión que mi relato provoca al leerlo.

    La línea del texto es la siguiente. Un anciano encuentra la llave, sabemos que está solo y recibe asistencia del estado en la persona de un enfermero del cual no recuerda nunca el nombre. La llave destapa algo en su memoria, que se manifiesta en el joven que le dice que lo estaba esperando de hace tiempo. El viaje de los recuerdos van todos narrados por el joven, el anciano no participa de los diálogos. De a poco su mente se descongestiona y revive, por medio de “las cartas” que le leen, todo lo que fue su vida. Al final, todo estuvo en su mente. El detalle de la foto final es para cementar el hecho de que el joven es él mismo (por lo tanto un solo personaje, reto superado) y que era el único objeto real que contenía el armario.

    La intención de no dar mucha información fue a posta, ya que quería que al final se desvelara el hecho de que no había cobertizo, el hombre jamás salió del cuarto, solo recordó su vida y al final murió.

    Agradezco sus visitas y también es bueno que me mencionen el enredo, hay veces que uno lo ve muy claro en su mente y sin embargo no lo es para todos igual.

    Saludos a todos y ya me paso por sus relatos.

    José

    Escrito el 20 junio 2016 a las 19:04
  14. 14. Marcelo Kisi dice:

    HOla José!
    Ya venía extrañando tu presencia, sos de los pocos compañeros más veteranos que yo en el taller 😉
    Tu relato me gustó y lo disfruté. Yo sí logré descifrar al final que el joven era él mismo, aunque al principio se me hacía como un ángel de la muerte de lo más amigable.
    El único enigma que queda sin resolver es el de la muerte de su hijo o de sus hijos, ahí cabría otra pincelada más.
    Por lo demás, me pareció un relato muy tierno, lleno de sensibilidad. Te felicito!

    Escrito el 20 junio 2016 a las 20:23
  15. 15. Fonta dice:

    Me gusto mucho, me hubiese gustado que no muriera, muy bien descripto el viaje en su vida.
    Soy nuevo en literautas, me servirían mucho los consejos que me pudieran dar, ya que la idea es mejorar mi escritura, así que si queres pasar por el mio (nro 125), un abrazo.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 05:37
  16. 16. lunaclara dice:

    Hola Jose: Yo me lo he leído 2 veces, he hecho trampa, y la 2ª vez ya entendí mejor. Quizás hubiera sido bueno dar pistas a lo largo del relato de que todo era imaginación del anciano.
    El relato es muy bello y los detalles están muy bien seleccionados.
    Muy buen trabajo!

    Escrito el 21 junio 2016 a las 07:39
  17. Hola José:
    Te echaba de menos en Literautas, de hecho te he estado buscando. Yo también he tenido una temporada “fuera de cobertura”. Realmente me gusta mucho leerte. Eres de los que dan a los personajes casi siempre pocos, una vida propia que te engancha. Cuentas la historia como si el lector estuviera allí. Me ha gustado mucho aunque a veces hay palabras que me cuesta entender, seguramente debido a las diferencias del castellano con el mexicano “sonreían chimuelos a la cámara”
    Como siempre Felicidades. Si quieres estoy en el 201

    Escrito el 21 junio 2016 a las 12:50
  18. 18. Isolina R dice:

    Hola, José Torma:

    He leído primero el texto y luego todos los comentarios, incluido el tuyo. Había entendido más o menos lo que quisiste decir, aunque creo que debes pulir un poco la forma para que se comprenda mejor. A veces sí que resulta algo confuso. En todo caso, has creado un personaje tierno y entrañable.

    Me quedo con la duda de si los tres hijos murieron a la vez.

    En cuanto a la forma, quiero señalarte algo que a mí me incomoda bastante y que a otra mucha gente no. Hablo de los posesivos. Te diría que de todos los que has puesto yo no dejaría ni la mitad. Te voy a decir cómo los sustituiría: “tomó el bastón”, “encerrado en el cuarto, olvidando su vida; exiliado de su propio mundo”, “se detuvo” (eliminando “su andar”), “los ojos del visitante”, “giraba incansable sobre las piernas”, “Tenía dos argollas sujetas a la cintura con un listón rojo”, “el cabello amarrado en un moño”, “En la mano izquierda”, “se le había materializado en el dedo anular”, “Pasó los dedos”, “limpiándole la mente y el alma”, “le dejó una última foto en las manos”, “apretada contra el pecho”.

    Otra cosilla que me resulta chocante es el adelantamiento del adjetivo al verbo: “Tímido le mostró”, “solícito lo llevó”, “Amoroso lo acomodó”. Con el participio sí me suena bien (“Asustado, echó a correr”). Pero con el adjetivo me resulta algo artificioso.

    “se preguntó qué hacía”.

    “tenemos mucho de qué hablar”.

    “«basquetbol»”.

    Nos seguiremos leyendo tras el parón de las vacaciones.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 23:19
  19. 19. Lemo dice:

    Hola José,

    Rápida visita que se me acaba el tiempo.
    Me gusto el relato, no tanto que se muera el personaje, que ganas de eliminar a los pobres ancianos, jeje. Como dicen si resulta un tanto confuso, quizás esta vez escondiste mucho tus intenciones.

    Pero muy buen resultado

    Nos leemos

    Escrito el 23 junio 2016 a las 19:32
  20. 20. Luis Ponce dice:

    Hola José:
    Que bueno volver a leerte.
    Has superado el reto. Solo al final me dí cuenta de que era el mismo personaje que sobrevivió a su mujer y sus tres hijos. Muy bien logrado, pero estoy de acuerdo con Isolina sobre el uso de los posesivos, es un riesgo cuando tiene un solo personaje.Nada difícil de solucionar para tí que tienes un muy buen manejo del idioma.
    Al final el anciano tiene que morir, porque ese es nuestro destino, tenemos fecha de caducidad.
    Me ha encantado leer un personaje humano.

    Escrito el 23 junio 2016 a las 19:54
  21. 21. Luis Ponce dice:

    Hola José:
    Muchas gracias por tus generosos comentarios.
    Un abrazo.

    Escrito el 23 junio 2016 a las 23:44
  22. Hola José,

    Tienes una delicadeza muy especial al escribir, sobre todo al crear personajes. Los conviertes en reales, palpables, humanos.

    He visto que has hecho una explicación del texto, pero la verdad es que a mí no me ha hecho falta. Me has transportado con dulzura al camino del anciano, a su último día, sin tener que releer ni volver sobre tus palabras,

    Me ha gustado mucho, de verdad,

    Mi más sincera enhorabuena.

    Nos leemos,

    Aina Pons Triay – Menorca, España
    ainaponstriay.wordpress.com
    Mi relato este mes: nº 49 – DESTINO https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-36/5891

    Escrito el 24 junio 2016 a las 15:28
  23. 23. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, José! Muy bien llevado y estructurado. No hay unos fallos que se palpen para dificultar su lectura. Los sentimientos traspasan las palabras; la temática la plasmas con mucho acierto. Me ha gustado. Seguimos leyéndonos a la vuelta de las vacaciones. ¡Saludos y buenas tardes!

    Escrito el 28 junio 2016 a las 12:45
  24. 24. Cryssta dice:

    Hola José, muchas gracias por pasarte por mi relato, con mucho gusto te devuelvo la visita.

    Tu relato me ha gustado mucho y yo lo he entendido perfectamente, lo único que no me queda claro es quién es el muchacho del final, pensé que podía ser el nieto de él pero después de lo que tú has dicho pienso que puede ser el enfermero. Hablas todo el tiempo de un joven y al final de un muchacho que es un sinónimo por lo que se presta a la confusión de quién es.

    Aparte de lo que ya te han dicho te digo lo que yo he visto:

    – dices dos veces “volteó”, hay bastante separación pero tú tienes léxico suficiente para no repetir

    – a mí me gusta más “su cabello estaba amarrado en un moño”

    – “Pasó los dedos sobre la imagen de sus rostros”, esto de “la imagen” es algo que me corrigieron en mi relato y creo que muy acertadamente, me he aprendido la lección y por eso te lo corrijo a ti

    – una coma tras “guante raído de béisbol

    Te deseo un buen verano y espero leerte a la vuelta.

    Un abrazo

    Escrito el 1 julio 2016 a las 08:49
  25. 25. earendil dice:

    Hola José:
    Me ha gustado mucho tu relato por diversas razones:
    está bien escrito y bien narrado, salvo algunos pequeños detalles que ya te corrigieron.
    Cuando hay tantos comentarios anteriores al mío no suelo leerlos, pues no me gusta que influyan en el mío. Esta vez sí empecé a hacerlo hasta tu explicación de la trama. Si te soy sincero, no sé por qué hubo tanta confusión en su entendimiento, pues estaba claro desde el principio que era él mismo todo el tiempo. La verdad es que hay algunos detalles que sí ofrecen dudas, sobre la muerte de los hijos, que su mujer lo esperase hasta el final…
    A mí personalmente me gustan mucho las historias paranormales, incluso llegué a pensar que era la propia muerte la que lo visitaba, aunque en su versión más benévola. Después pensé en un familiar directo, pues he leído muchas historias sobre la visita de familiares ya fallecidos llegado el momento del “último viaje”, para acompañarlos y guiarlos a buen puerto.
    En fin, una gran historia, por la que te felicito sinceramente.
    Un saludo

    Escrito el 2 julio 2016 a las 18:41
  26. 26. KMarce dice:

    Saludos José T:

    Muchas gracias por pasar por mi relato, y espero que mi tardanza no merme en nada mi comentario.
    No he leído ninguno de tus comentarios, porque quiero avanzar en la lectura de mis comentaristas, así que disculpas anticipadas si repito algo.

    Lo diré y lo repetiré un millar de veces, me encanta la sensibilidad que presentas en tus personajes. Siempre tienes una fibra de humanidad, de la buena, en tus personajes. Es algo que se define en tu estilo y que conociendo tu obra, es más lúcida cada vez.

    Este relato es tan claro, expresas tanto con tan poco. Me encanta los detalles que vas deshilando a cuenta gota, y ver que el anciano, no esta más preso de los recuerdos que lo hacían quizá hasta olvidar el tesoro más grande que había tenido: Un hogar, una familia, hijos y una esposa que le hicieron felíz.
    Me ha gustado mucho ese personaje del joven, que a mi entender, al verlo con su esposa, es verse a si mismo en sus años mozos, aunque al principio hice un poco de juntar las cejas, porque habías marcado el reto. Y cuando lo veo, me pongo más alerta a ver si lo han cumplido o no, en tu caso de manera muy fina y hermosa.

    Creo que al final de la vida, nos veremos no como ese anciano o desválido, sino en un cuerpo juvenil y fuerte (amparada a la fe que la Biblia dice que tendremos cuerpos nuevos), así que me ha gustado mucho esa parte.

    Y me ha encantado leer la palabra “chimuelo”, me fascinó. Soy americana y defenderé siempre a capa y espada la variedad del español de nuestras tierras. Aunque es una palabra que creo que casi todo mundo comprende,(mucho gracias a los programas de TV); me ha gustado mucho que la incluyeras de una forma tan natural y propia del entorno situado en México como relata tu texto.

    ¿Pegas, consejos? Creo que otros te los han dado. Yo me quedo con lo enternecedor que encuentro siempre en tus relatos, y que disfruto tanto leyendo.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 4 julio 2016 a las 23:24
  27. 27. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Que tal compadre José, mira que sigues padeciendo de las mismas habilidades (es como una enfermedad); sabes despertar emociones. La tuya na historia que revive la grandeza de un amor antes del apacible adiós a la vida. Premio que me parece digno de la historia que cuentas. Enhorabuena. Este mes pasado no participe pero ya te mando algo en lo que estoy trabajando.

    Escrito el 5 julio 2016 a las 00:03
  28. 28. Isan dice:

    Hola José:

    Lo primero que quiero comentar es el parecido entre tu relato y el mío: Un anciano desmemoriado que encuentra la llave que abre sus recuerdos; la caja de música; la foto de su querida; las lágrimas; las 750 palabras exactas y, especialmente, el asombroso final. Parece que nos hemos puesto de acuerdo: Al día/mañana siguiente lo encontró/encontraron; con la foto apretada; En sus labios una sonrisa/en su rostro el reflejo del sosiego. Así que originales no parece que hayamos sido, así que tengo que convenir en que, si me gusta el mío, me gusta el tuyo. Puedo asegurar a quien nos lea que no hay copia. Ni siquiera nos conocemos pues nos separan miles de kilómetros.

    Lo segundo aclarar que mi comentario lo hice antes de leer otros y, especialmente, tu aclaración, con lo cual se desvirtúa un poco. Pero ten en cuenta que es lo que un lector saca en conclusión, por tanto es una opinión que se repite, por lo que cobra importancia. Así que tal como anoté, lo transcribo:

    No sé si el reto está cumplido como apuntas. Está Amoroso que puede ser un personaje ficticio producto de su imaginación, o no, pero con el que interactúa y está en el relato. Luego está a quien llama el muchacho que es su cuidador, aunque este probablemente no cuenta a estos efectos. Tampoco me ha gustado el nombre que has elegido de AMOROSO.

    Parece que los recuerdos estaban en un cobertizo anexo del que vuelve para meterse en la cama, pero, al final, el armario abierto está en LA esquina (mejor UNA esquina) de su habitación. Este párrafo y el anterior ya los comentas, así que tengo que decir que no vi que era él mismo y la misma habitación como apuntas. Perdón por mi impericia.

    Hay dos objetos escondidos que están muy próximos (me refiero a la palabra).

    Hay bastantes gerundios y participios. Me han parecido michos para un texto tan breve. Igual está bien, pero me han llamado la atención.

    Algún acento he notado su ausencia. Después de “encontró el muchacho” creo que le va mejor un punto en lugar de coma.

    Ha sido un placer leerte y ver que participamos de la misma idea aunque con diversos matices. Y una cosa he aprendido (o comprendido) y es que no hay que ser tan lineal ni en escritura ni en interpretación.

    Un abrazo.

    Escrito el 30 julio 2016 a las 19:08

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