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Una llave abrió un abismo - por Marián

UNA LLAVE ABRIÓ UN ABISMO

El anciano encontró la llave en el bolsillo de su abrigo. Al salir de casa para dar su habitual paseo matutino, metió las manos en los bolsillos como era su costumbre, y allí estaba. Una llave colgando de un llavero muy colorista que, no sabía por qué, le recordaba aquel viaje maravilloso, el último que hicieron juntos, toda la familia.

Aquella llave no era suya; él no la había dejado allí; no sabía que puerta abriría. No podía recordar y eso le producía un nerviosismo y una inquietud que apenas controlaba. Le daba miedo. Con frecuencia le acechaban indicios del monstruo. Ese que no hacía mucho se había llevado para siempre a su mujer. Ese al que todos sus compañeros temían aunque nunca querían mencionarlo. El alzhéimer que de vez en cuando era objeto de sus pesadillas. No podía ser. Tendría que haber una explicación razonable. Pero no conseguía recordar.

Lo comentó con sus amigos en la tertulia y todos se sorprendieron; pusieron cara de interés y de ayuda pero fingían, estaban disimulando. Todos y cada uno de ellos habían encontrado una llave en el bolsillo pero todos, por separado, sin acuerdo previo, habían decidido guardar el secreto porque ninguno quería reconocer que su memoria les fallaba. Así que, aquel día, la tertulia resultó silenciosa y triste mientras los cuatro amigos estaban absortos en su intento de recordar cuál era la puerta que abriría su llave.

Ya de vuelta a casa para comer pasaron a recoger a Carlitos a la salida del cole, como hacían todas las mañanas antes de despedirse hasta el día siguiente. Y fue el niño, tan sonriente como siempre, el que les preguntó con alegría:

-¿No vais a decirme nada? Hicimos los llaveros ayer en la clase de manualidades. Para celebrar el día de los abuelitos. Es la llave de mi corazón ¿Chulos, verdad?

Carlitos no entendió bien la reacción de aquellos abuelitos suyos que no se habían puesto tan contentos como él esperaba. Pero siguió contando sus aventuras diarias que recordaba con todo detalle.

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10 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Marián:
    tenebroso el juego del humor negro con los abuelitos. La presencia permanente del enemigo te hace cambiar tus prioridades.
    Bien escrito, fácil de leer, con las ideas claras.
    Pero me queda la duda de que si nadie quería contar la existencia de la llave, porque no hubo uno solo que reaccionara ante el cuento del único abuelito que se atrevió a hacerlo.
    Otro detalle que me llamó la atención es el hecho de que Carlitos tenga cuatro abuelitos. En mi época solo tuve dos, a no ser que ahora con los tiempos modernos…
    Me ha gustado mucho, solo con las salvedades que te indico.
    Nos leemos.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 22:42
  2. 2. Marián dice:

    Gracias Luis Ponce. Lo que tendré que mejorar es la idea de lo avergonzados que se sintieron con su decisión de no compartir sus miedos con sus amigos. ¿Es mas fuerte el miedo que la amistad?
    En esta época, si he visto como hay niños que “adoptan” como abuelitos a los amigos del abuelo propio que muy frecuentemente se acompañan en sus tareas de cuidado. Esa es la idea.
    Muchas gracias.
    Seguimos.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 18:05
  3. 3. Cryssta (Madrid-España) dice:

    Hola Marián, curiosamente tu anciano y el mío encuentran la llave en el bolsillo del abrigo, menos mal que después la historia es distinta, jajaja.

    Tu relato me ha gustado, has puesto en él los miedos de los adultos junto a la inocencia de los niños.

    En cuanto a lo mejorable te comento:

    – al decir que encuentra la llave en el bolsillo del abrigo resulta repetitivo que luego digas que mete la mano en los bolsillos y allí estaba

    – “de vez en cuando” entre comas

    – creo que queda mejor decir “cara de interés y de querer ayudarlo”

    – “su memoria le fallaba” hablas de la memoria de cada uno por lo que “le” debe estar en singular

    – una coma tras “para comer”

    – dices “de vuelta a casa para comer” y “todas las mañanas” la hora de comer no casa bien con la mañana, si acaso con el mediodía (en España y en verano a veces nos ponemos en la tarde, jajaja)

    – el guión del diálogo tiene que ser largo, hay una entrada en el blog donde explican bien cómo se ponen los guiones y dan trucos por si no puedes ponerlo con tu teclado

    Espero que pases un feliz verano y leerte a la vuelta.

    Un abrazo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 07:45
  4. 4. Marián dice:

    Gracias Cryssta.
    Agradezco mucho tus comentarios. Sin duda tu anciano y el mío no tienen nada que ver salvo una edad… Aunque nunca se sabe. La literatura da para mucho, jeje.
    Buen verano para ti también.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:40
  5. 5. Laura dice:

    Marián
    Con qué ternura tratas a la ancianidad.
    Me resultó un relato muy sensible, donde se unen la inocencia de la niñez con una recuperada inocencia de la vejez al querer creer que las cosas que no se mencionan o que no se desea poner en palabras no existen, no pueden lastimar.
    Me has emocionado con esos abuelitos,el niño, y la inocencia de todos ellos.
    Sigue escribiendo.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 10:46
  6. 6. Shira M. Collins dice:

    Hola, pobrecillos se llevan un susto pero no recordaban quien se la había dado. Me ha gusto mucho como Carlitos suaviza el Alzheimer.
    Ha sido facial de leer.
    Saludos.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 16:23
  7. 7. Marián dice:

    Gracias Laura.
    A mi me ha emocionado tu comentario; parece que me has leído también la mente. Muchas gracias.
    Saludos,

    Escrito el 22 junio 2016 a las 16:46
  8. 8. Marián dice:

    Gracias Shira. Te agradezco mucho tu comentario.
    Saludos,

    Escrito el 22 junio 2016 a las 17:10
  9. 9. L.M.Mateo dice:

    Hola, Marián:

    Un relato tierno, pero como ya te ha comentado Cryssta hay demasiadas repeticiones para lo corto que es el texto. Intenta leerlo en voz alta cuando hagas la revisión, verás que ayuda mucho con las reiteraciones.

    Te corrijo también la siguiente frase:

    “Todos y cada uno de ellos habían encontrado una llave en el bolsillo pero todos, por separado, sin acuerdo previo,”

    En primer lugar, antes de “pero” debería ir una coma ya que es una conjunción adversativa. En segundo lugar, se hace confusa por la forma en que está escrita. Te planteo una solución para que veas a qué me refiero:

    “Todos habían encontrado una llave en sus propios bolsillos ese mismo día, pero ninguno se atrevió a decirlo porque significaba reconocer que les fallaba la memoria”.

    Por supuesto, esa frase es muy mejorable también, pero así te haces una idea.

    Un abrazo

    Escrito el 30 junio 2016 a las 21:28
  10. 10. Menta dice:

    Hola Marián: Me ha gustado mucho tu relato. La mezcla de los dos mundos infantil y senil me ha parecido muy tierna. Has tratado con un humor finísimo la camadería del niño con sus abuelos.
    Formalmente ya te han dicho algunas cosas, yo también he encontrado algunas cosas mejorables que te voy a decir y que espero que te ayuden.

    Primer párrafo: — El anciano encontró la llave en el bolsillo de su abrigo. Al salir de casa para dar su habitual paseo matutino, metió las manos en los bolsillos como era su costumbre, y allí estaba. Una llave colgando de un llavero muy colorista que, no sabía por qué, le recordaba aquel viaje maravilloso, el último que hicieron juntos, toda la familia –.
    Le recordaba” debe ser ” le recordó” para no cambiar el tiempo de las acciones.

    Segundo párrafo: –Aquella llave no era suya; él no la había dejado allí; no sabía que puerta abriría– (qué con acento)”abriría” está mal puesto porque es un tiempo condicional, en este caso debe ser “abría”.

    Tercer párrafo: Igual que en la frase anterior: — mientras los cuatro amigos estaban absortos en su intento de recordar cuál era la puerta que abriría su llave —Tiene que ser “abría”.

    Quinto párrafo: — Hicimos los llaveros ayer en la clase de manualidades. Para celebrar el día de los abuelitos. Es la llave de mi corazón.
    El orden de esta frase y el punto seguido en medio me resulta extraña. Yo la escribiría así:
    — Ayer, para celebrar el día de los abuelitos, hicimos estos llaveros en la clase de manualidades. Esta es la llave que abre mi corazón.
    Seguiré leyendo tus escritos, Menta

    Escrito el 25 agosto 2016 a las 11:15

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