Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
UNA LLAVE DE AMOR - por Jesus Lacupett
UNA LLAVE DE AMOR
El anciano encontró la llave en su caja de herramientas. Sintió deseos de gritar para que todos subieran a verla, y así lo hizo.
Los jóvenes treparon los escalones de dos en dos, llegando los primeros y abrazando al abuelo, jubilosos repetían a sus padres: – “por fin la encontró”.
Su esposa lo beso excitada, mientras sus hijos aplaudían.
Bajaron juntos al anciano, que salió caminando hacia la vieja bodega, donde antaño se guardaban las cajas de embalajes. Iba a la cabeza riendo con pasos rejuvenecidos y manteniendo en alto la llave, repitiendo eufórico:
– ¡Ya verán! los tesoros que he guardado durante toda mi vida, hasta mis cosas de infante. ¡Si, si! esta llave no podía haberse extraviado tantos meses, ya conocerán, mis niños, las cosas que hacían vibrar a su abuelo.
Ansiosos, los nietos, avanzaban con cuchicheos nerviosos y mirando a sus padres, los que sonreían benévolos.
La construcción, por fuera, lucia destartalada y sin pintura. Suspiró e introdujo en la cerradura la enorme llave de fierro y esta se abrió con suavidad, en lo cual no reparó el anciano. Los mayores abrieron, de par en par, ambas hojas de la puerta y automáticamente, se iluminó y se escuchó el “Cumpleaños Feliz”, que corearon todos los presentes.
El abuelo miraba, estupefacto, una exposición de todos sus recuerdos muy bien montada. Ordenados por época, junto a fotos de sus antepasados, familia y amigos. Toda su existencia estaba expuesta maravillosamente.
Con lágrimas que, sin pudor, corrían por sus mejillas, fue indicándoles la historia de cada objeto a sus entusiasmados nietos; mostró orgulloso sus cuadernos colegiales, sus medallas y condecoraciones ganadas en diferentes momentos de su vida.
Sus uniformes: del colegio, de “niño explorador” y los de la Marina de Guerra, estaban en maniquíes; ¡hasta su esmoquin con charreteras, apuntado y los tiros bordados desde donde colgaba su espada!, se encontraba junto al de su novia y, en un gran marco colgaba la foto de ese inolvidable día, al lado de sus padres en el atrio de la Iglesia.
Se volvió a su mujer, la abrazo y beso su rostro, húmedo de emoción.
Sus hijos habían mandado a construir los buques de Guerra a escala, de todas las unidades en las que él había estado embarcado en sus treinta y cinco años de Marino. Junto a ellos en cajas vidriadas se encontraba los gallardetes que habían flameado en el mástil de los buques que había Comandado por tantos mares, indicando las millas navegadas.
La noche llegó. Se retiraron sus hijos y nietos satisfechos por el gran amor y felicidad que todos habían disfrutado.
Los abuelos, desde el umbral agitaron sus brazos, despidiéndolos a medida que partían. Cuando las luces se perdieron por el camino, el anciano contento, levantando la llave, exclamó:
– ¡Octogésimo cumpleaños, “bravo zulú”!
Hola Jesús:
Muy gratificante tu cuento porque no solo hizo feliz al abuelo, sino que todos disfrutaron con sus historias.Fue una buena idea.
Saludos y si gustas puedes pasarte por el 126.
Maritel
Hola Jesús: Los cumpleaños sorpresa están muy de moda actualmente y creo que es un tema que da para muchas historias y de todo tipo, ya que en la vida hay de todo (sonrisas y lágrimas). Tú has elegido un relato homenaje a un abuelo que, como bien nos relatas, ha vivido mucho. Por ese motivo, y porque te sobran palabras, puedes añadir algún episodio de riesgo o peligro que el abuelo protagonizó en su día. Me permito, Jesús, dar mi opinión con toda franqueza y como lectora. Que no sea todo tan de “color de rosa”, en definitiva.
Es una buena historia cargada de emoción y agradecimiento con un final positivo. Eso está muy bien.
Cuando nos dices que la puerta se abrió con suavidad y que el anciano no reparó en ello, nos estás dando alguna pista. Esa técnica, la de ir dejando rastros por el texto, me gusta mucho.
En cuanto a la forma creo que escribes bien y que, al igual que todos, se puede mejorar dándole un repaso: sobra ese “los” delante de “que sonreían benévolos”
Cuando pones “esta”, refiriéndose a la puerta, creo que sería más correcto y claro poner directamente la puerta ya que no te habías referido a ella anteriormente.
Escribes “a construir” creo que sobra ese “a”.
Es la primera vez que te leo y espero seguir haciéndolo.
Un saludo. Marazul
Marazul:
Gracias por leer mi historia y pondré atención a tus indicaciones en mi próxima historia .
Un abrazo
Hola!!
Enhorabuena por tu historia, me ha gustado mucho, sobre todo el poso positivo que deja en el cuerpo. Estoy totalmente de acuerdo con Maritel.
Ya vi que en el mío me dices que es tu segunda participación, así que te animo a seguir escribiendo…ya verás cómo vas mejorando y te das cuenta de los pequeños fallos que puedas cometer, aunque eso nos pasa a tod@s.
Nos leemos, un saludo!
Una hermosa historia, se siente el cariño del grupo y la felicidad del abuelo.
Solo creo que podrías intentar darle algo mas de volumen al personaje. Cuenta algo menos y muéstranos un poquito mas. Déjanos crear nuestra película.
Un gran abrazo sigue escribiendo sobre cosas bonitas.
P.D.: Gracias por tu comentario en mi relato.
menuda sorpresa que tuvo el abuelo.
me ha gustado mucho, y es una idea original. gracias y saludos
Una historia optimista y emotiva, sin duda. Lo que creo que le ha faltado es algo de conflicto, algún giro o sorpresa, sugerir que hay “algo más” detrás de toda esta celebración que nos cuentas o, como ya han dicho antes, profundizar un poco más en el personaje.
En cuanto a la forma, el relato está escrito de forma ágil y clara, y eso se agradece. Sin embargo, hay algunas cosas que hay que revisar, como las intervenciones de los personajes (pueden ir precedidas por un guión largo o entre comillas, pero no con las dos cosas a la vez; además, detrás del guión no hay que poner ningún espacio), la acentuación, el uso de las comas o la construcción de algunas frases (por ejemplo, en el párrafo que empieza con “Sus uniformes…”).
¡Un saludo!
Buenas de nuevo Jesús!. Me alegra leerte de nuevo. Enternecedor relato, muy humano y emocionalmente de 10. Mi enhorabuena!. Mi relato es el 27, por si te apetece echarle una ojeada. Un saludo.
Estimados Ortzaize, Sab B, Robles:
Antes que nada, gracias por leer mi relato, y por sus observaciones, las cuales encuentro muy valiosas. Tengo la costumbre de escribir muy largo y con muchos detalles y descripciones, por lo que es un gran desafío para mí crear una historia en pocas palabras; me esforzaré en pulir mis cuentos. Leeré los vuestros con mucho entusiasmo, pero no pretendan que corrija, aun no me siento capaz.
Un abrazo desde Viña del Mar, Chile
Hola M Jesús Lacupett, he venido a leer tu historia: gracias por invitarme a pasar por acá. Mi deseo es tener suficiente tiempo libre para leer a todos los participantes, pero mis ocupaciones me lo impiden. Es la primera vez que leo un texto tuyo y me parece que está muy bien redactado. Tu historia me parece una escena dulce, muy familiar que se lee con gusto. Me has despertado el deseo de ir guardando una u otra cosa para construir mi habitación del recuerdo, eso sí, esperanzado en llegar a vivir bastantes años.
Me alegró saber que estuviste por estas tierras hace 23 años (en épocas difíciles). Hoy somos una región agro-industrial de mucha pujanza, de renovación urbana e innovación tecnológica. Bien puedes darte otro nuevo paseo, eres bienvenida.
Te agradezco mucho la visita a mi texto y el comentario que dejaste, espero que volvamos a leernos en las próximas convocatorias.
Un abrazo.
Hola Jesús!!
¡¡Cómo molan las fiestas sorpresa!! Tanto hacerlas como recibirlas. Que orgulloso está tu abuelo de recordar y enseñar toda su vida a sus nietos.
Ya han comentado otros compañeros algunos defectos de forma que habría que pulir y no quiero repetirme, pero en general tu texto es bueno.
Es la primera vez que te leo y espero seguir haciéndolo.
Un saludo!!
Hola Jesús.
Muchas gracias por tu comentario en mi texto.
La idea del tuyo me parece genial, y destacaría el hecho de que todo lo que aparece en él es positivo, es decir, que dejas de lado las cosas negativas de la vejez y te centras en los momentos felices, todo envuelto en el cariño de los seres queridos.
En definitiva, me ha gustado, si señor.
Un saludo.