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Tal como fuimos - por Emyl Bohin

Web: http://emylbohin.com/

El anciano encontró la llave en la caja de galletas, una caja metálica, de tacto frío, decorada en tonos de verde con figuras que asemejaban a gheisas en diferentes posturas. En ella había olvidados recuerdos de sus diferentes vidas. Aquella llave abriría la puerta en donde se encontraba el último de sus deseos. Era una llave corriente, con la única peculiaridad de que todos sus dientes tenían la misma altura. Una sierra en miniatura. De la cocina cogió un mortero de madera y abandonó su hogar.

Hacía un tiempo que se había mudado a un apartamento cercano al suyo un joven al que siempre veía ataviado con pantalón corto, camiseta de tirantes y una cinta que recogía el sudor de su cabello. Con viento, frío o lluvia, día tras día, cuando el anciano bajaba a su rutinario paseo se cruzaba con él. Poco a poco los corteses saludos fueron dando paso a breves conversaciones hasta consolidar una relación más estrecha que las habituales entre vecinos.

Ahora, armado con la llave, cruzaba el descansillo para dirigirse a su casa. Sabía que no estaba. Hoy tocaba la tirada larga y podía disponer de más horas para localizar el objeto de su deseo.

El joven le había comentado todo acerca de su entrenamiento: tablas, rutinas, aparatos, suplementos vitamínicos, material deportivo, ropa, calzado… Lo escuchaba con la atención de veterano deportista, cuando para salir a correr sólo hacían falta ganas.

La puerta de entrada quedaba oculta tras un recodo, y con un mínimo de discreción nadie le vería manipularla. Se agachó, introdujo la llave en la ranura hasta el fondo, con suavidad la sacó hasta que quedaron a la vista cuatro dientes, la giró levemente en ambas direcciones, y con el mortero dio golpes repetidos junto al bombillo al tiempo que introducía la llave hasta el fondo, la cerradura cedió y la llave giró hasta que la puerta quedó franqueada.

El joven parecía un experto farmacéutico y de todas sus explicaciones, algo le llamó la atención. Una píldora milagrosa. Por fin había encontrado la solución a todos sus males. Estaba harto de tantas pastillas que le recetaba el médico y que nada le aliviaban. En un solo comprimido encontraría el remedio a sus piernas cansadas, a su hipertensión y a otras muchas dolencias, y no sólo eso, también le prometía un aumento de la vitalidad que, con el paso de los años, había ido en declive. El único inconveniente es que éstas no las recetaba el médico, éstas había que pagarlas y no estaban al alcance de su exigua pensión.

Entró al interior de la casa y el corazón lejos de calmarse, se aceleró aún más. Sin vacilar se dirigió al lugar donde guardaba las medicinas. Era una habitación dedicada al deporte, un gimnasio en miniatura: cinta de correr, banco de abdominales, mancuernas y un aparador repleto de todo tipo de cajas y frascos. Hacía la compra por Internet, y la hacía en grandes cantidades para ahorrarse gastos de envío, no tendría que notar la falta de un solo bote entre todos ellos.

En esos pensamientos estaba cuando oyó abrirse la puerta, apenas habían pasado diez minutos, cómo podía haber regresado tan pronto, instintivamente se arrimó a la pared, por su mente pasaron de manera confusa mil explicaciones sobre su prematura vuelta. Se habría lesionado, una llamada de teléfono, algo olvidado, esta era la peor de las opciones, ya que todo lo que se podía olvidar estaba en aquella habitación. Si salía en ese momento y con sigilo, tal vez podría cruzar el pasillo sin ser visto y abandonar la vivienda, pero las piernas temblaban demasiado. Oyó la descarga de la cisterna y suspiró. Un portazo indicó la salida del propietario.

Con el botín a buen recaudo, inició el camino de regreso a casa. Al girar la manilla comprobó que esta vez su vecino había cerrado con llave. Dispuesto a repetir la maniobra de entrada, se agachó, introdujo la llave en el bombillo, golpeó con el mazo, pero lo que tantas veces había realizado en sus años mozos ahora no quería funcionar. Insistió una, dos y tres veces sin conseguirlo. El sudor caía por su frente y las manos temblaban más de lo habitual. Se incorporó, tomó aliento y la sonrisa volvió a sus cara al comprobar que otro juego de llaves descansaba sobre el aparador del hall.

En la ferretería le harían una copia y desde ese momento tendría libre acceso a su panacea.

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15 comentarios

  1. 1. Ales dice:

    Sinceramente, muy bueno. Reconozco que me has mantenido en vilo hasta el final. Y ha valido la pena porque el final es bueno, porque los textos de este tipo suelen terminar mal.
    Un trabajo excelente, sigue así.

    PD: Por cierto, mi texto es el número 70. Por si quieres pasarte a echar un vistazo.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 21:23
  2. 2. Rayen dice:

    Hola Emyl:esta es una opinión muy personal, me perdí con tanta descripción poco conducente, lo leí varias veces y pienso que lo debes revisar un poco, pero yo no soy una experta, creo que no mantiene la espectativa del lector.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 23:13
  3. 3. Laura dice:

    Hola Emyl
    Muy cuidadosa la descripción inicial, pero muy bueno el relato.
    Un único detalle. Tal vez podrías haber usado signos de diálogo y de pregunta donde parece querer saber por qué vuelve el joven.
    De todos modos, muy buen relato. Sigue escribiendo.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 22:41
  4. 4. LUZ ORTEGA dice:

    Hola Emyl:

    Felicidades, me ha gustado mucho tu relato. Te mantiene en suspense…y el final es fenomenal¡¡
    Saludos

    Escrito el 18 junio 2016 a las 23:39
  5. 5. Isolina R dice:

    Hola, Emyl:

    La historia está bien, pero coincido con el comentario de Rayen: das demasiada información innecesaria, te paras con descripciones que no conducen a nada importante dentro de la trama. Por ejemplo: ¿qué importancia tiene que la llave estuviera en “una caja metálica, de tacto frío, decorada en tonos de verde con figuras que asemejaban a gheisas en diferentes posturas”? Cuando el narrador se detenga a hacer una descripción no ha de irse por los cerros de Úbeda.

    Creo que te conviene pulir el texto porque la idea es buena.

    Te señalaré algunas cosillas:
    Rima en: “tenían la misma altura. Una sierra en miniatura”.

    En: “cuando el anciano bajaba a su rutinario paseo se cruzaba con él”, yo pondría coma antes de “se”.

    En: “armado con la llave”, yo quitaría “armado”. Pondría: “con la llave en el bolso”.

    En: “Entró al interior de la casa”, basta con “Entró”, lo demás sobra.

    En: “se dirigió al lugar donde guardaba las medicinas” debes poner: “se dirigió al lugar donde el joven guardaba las medicinas”.

    “pero las piernas le temblaban demasiado”.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 11:58
  6. 6. merchylam dice:

    Hola Emyl,
    Ya estoy aquí de nuevo.
    El tema es bueno porque se sale del arquetipo de anciano que todos solemos tener en mente. Fluye y no te pierdes
    pero para mí, final, lo que se dice final, no tiene. Queda abierto a las siguientes veces que podrá aventurarse en la casa del joven.
    Quizás hubiera sido mejor que lo hubiera pillado o se hubiese encontrado algo sorprendente en el gimnasio del chico. No sé dale alguna vuelta.
    Hablando de vueltas, verás, un anciano que en sus años mozos abría puertas como experto ladrón se arriesga a entrar en la casa del joven por unas pastillas. ¿Por qué? Cuando puede entrar en cualquier casa por dinero, joyas, algo de valor que le solucionase lo de su exigua pensión. ¿No sería más convincente que fuera a por algo de más valor?
    Vale, pongamos por caso que lo de las pastillas es una necesidad para sentirse bien porque le duele todo, todos los días, a todas horas, no puede ni dormir del dolor…no sé yo quizás me plantaría en casa del médico y le amenazaría con algo si no me da una solución de inmediato, o iría a un hospital a montar “un pollo”.
    Repásalo y formúlate un nuevo planteamiento partiendo de la misma idea, capacidad para ello tienes de sobra.
    Un abrazo Emyl. Nos leemos. Estoy en el 157

    Escrito el 20 junio 2016 a las 00:01
  7. 7. L. Daniel Caballero dice:

    Hola, soy vecino tuyo, el número 70 ;)y pues vengo-a-leer-tu-relato x3
    Te digo, el relato en sí estuvo bastante bueno, aunque sí te digo que hay cosas que se pudieron pulir. No te habla un experto, aclaro, pero sí soy Lector :)… Y hay cosas como que no son muy necesarias.
    Pero en total en relato estuvo muy bueno…

    Aunque sigo pensando que el Anciano bien pudo pedirle las pastillas a su amigo, ya que se llevaban muy bien… XD lo siento, era lo lógico xD…

    Escrito el 20 junio 2016 a las 04:18
  8. 8. Fonta dice:

    Me gusto mucho el relato, final abierto, la verdad que me lo imagine bastante todo, la verdad que consejos no sabría darte porque recién estoy aprendiendo pocas cosas que ofrece la pagina, soy nuevo en literautas, me servirían mucho los consejos que me pudieran dar, ya que la idea es mejorar mi escritura, así que si queres pasar por el mio (nro 125), un abrazo.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 05:59
  9. 9. lunaclara dice:

    Hola Bohin: Buen relato. Te digo un par de cosas.
    Esta frase la quitaria: “En ella había olvidados recuerdos de sus diferentes vidas.” Y esta frase la pondría como una pregunta, sin adelantar acontecimientos: “¿Aquella llave abriría la puerta en donde se encontraba el último de sus deseos?”
    Aquí “Hoy tocaba la tirada larga y podía disponer de más horas para localizar el objeto de su deseo “, no repetiría lo del objeto del deseo, pondría “lo que estaba buscando”, pr ejemplo.

    Genial la tensión del final, pero reescribiria un final más provocativo, con mas tensión, y evitaría q el lector se relajara y quisiera seguir leyendo más.
    Un placer!

    Escrito el 21 junio 2016 a las 14:16
  10. Hola Emil,

    Gracias por tu comentario en mi relato. La verdad es que escribir en Menorca en verano es complicado, ¡da tanta pereza quedarse en casa! Pero quien algo quiere, algo le cuesta, aunque esta vez no me salió demasiado bien.

    Vengo a devolverte la visita y debo decirte que tu relato está muy bien escrito, con buenas descripciones, con buenas imágenes, con un lenguaje sin faltas de ortografía (al menos ninguna que cante, pues no la he detectado). Pero tal vez hay demasiadas descripcones para un texto tan corto. Hace que se ralentice y en 750 palabras no hay tiempo para eso.

    Debo decir que también me ha faltado tensión, pasarlo “mal” mientras el viejo está en casa del vecino, y un final un poco más sorprendente, que le diera algo de chispa.

    Espero seguir leyéndote, pues vale la pena.

    Que tengas un feliz verano y si decides llegar a Menorca, ya sabes como encontrarme 🙂

    Un abrazo,

    Aina Pons Triay – Menorca, España
    ainaponstriay.wordpress.com
    Mi relato este mes: nº 49 – DESTINO https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-36/5891

    Escrito el 23 junio 2016 a las 20:17
  11. 11. Denise dice:

    Hola, Emyl!

    Con respecto al relato, estoy de acuerdo con las observaciones que te hizo Isolina R. El problema no es que te vayas por las ramas, sino que todo lo que se dice en el relato tiene que tener un propósito, en especial en un texto breve como éste. Podés describir, pero es mejor seleccionar uno o dos detalles y seguir adelante, dado que es difícil para los lectores retener tanta información. Más aún cuando se trata de un objeto que no vuelve a aparecer.

    En cuanto al final, creo que está bien. No me parece que tenga que tener un final sorprendente.

    Ah, me olvidaba, creo que se escribe “geisha” XD

    Saludos, y gracias por comentar mi cuentito!

    Escrito el 24 junio 2016 a las 00:21
  12. 12. Cryssta dice:

    Hola Emyl, muchas gracias por pasarte por mi relato y comentar. Con gusto te devuelvo la visita.

    Tu relato me ha gustado mucho, independientemente de que piense como los compañeros que hay que pulirlo, una vez que lo hayas hecho creo que quedará estupendo.

    Te diré lo que yo he visto mejorable y no te han dicho:

    – es cierto que puedes decir que la llave está en una caja de galletas sin describirla pero como a mí me gusta imaginar las cosas y tú la has descrito yo pregunto: ¿las gheisas también están en tonos verdes? es lo que se deduce de lo que has escrito pero creo que deberías decir que el fondo es el que está en tonos verdes, las figuras deben tener otros colores para destacar, la cara fijo que estaría blanca, no verde. Mejor sería prescindir de describir la caja pero si lo haces cuida esos detalles

    – “cuando el anciano bajaba a su rutinario paseo” entre comas porque es una aclaración

    – una coma tras “Poco a poco”

    – “con atención de veterano deportista” o bien “con la atención de un veterano deportista”

    – un mortero está formado por un recipiente y un mazo, así que los golpes los daría con el mazo del mortero

    – cuando abre la puerta continúas con “El joven parecía un experto farmacéutico” por lo que parece que dentro está el joven, puedes arreglarlo diciendo “De todas las explicaciones que el joven le había dado…”

    – por lo visto “éstas” ya no debe ir con tilde salvo que dé lugar a confusión, en cualquier caso repites “éstas” dos veces” y las dos veces puedes prescindir de ponerlo

    – “se dirigió al lugar donde sabía que el chico guardaba las medicinas” sino dices quién las guardaba parece que es el anciano quien lo hace

    – “Hacía la compra por Internet en grandes cantidades” para no repetir “hacía”

    – “no tendría que notar la falta de un bote.” sobra el “solo” y “entre todos ellos”

    – “¿cómo podía haber regresado tan pronto?” y después punto y seguido

    – “la llave en el bombillo y golpeó”

    – a mí me falta algo al final, tal y como lo has puesto parece más el final de un capítulo que el de un relato

    Espero haberte ayudado. Te deseo un feliz verano.

    Un abrazo.

    Escrito el 27 junio 2016 a las 10:51
  13. 13. Wolfdux dice:

    Me quedo con ese final que para nada me esperaba. Felicidades por esta idea tan original. Un saludo.

    Escrito el 27 junio 2016 a las 17:20
  14. 14. Roger/NHICAP dice:

    Hola Emyl,
    Me ha gustado la historia; escritura clara y sencilla. Es cierto que las elaboradas descripciones afectan al ritmo, pero el giro final, el imprevisto regreso del vecino, le imprime una intriga que compensa; junto al inesperado, e ingenioso, remate del relato.
    Buen verano y un abrazo.

    Escrito el 28 junio 2016 a las 17:52
  15. 15. Caritobel dice:

    Hola, Emyl.

    Bueno, primero agradecerte por pasar por mi relato. Me alegro que hayas dejado un comentario, y me alegra mucho más que hayas estado leyendo mis historias.
    Tarde pero seguro, aquí estoy.
    En cuanto a lo técnico creo que ya te dieron bastantes consejos. Sólo el título no me cierra mucho con la historia. Me gustaría que me explicaras por qué lo elegiste, porque es muy probable que yo sea la que no haya entendido.

    Me centraré en la historia: se trata de un relato simple, con una trama clara. Un hombre que es ex-atleta descubre que un joven deportista posee una pastilla “milagrosa” que podría solucionarle varios problemas de salud. Decide entrar a la casa del joven que es su vecino, parece que en el proceso será descubierto en su fechoría pero no, resulta todo lo contrario, los planetas se alinean a su favor y consigue la forma de entrar a la casa del joven cuando se le de la gana.
    Coincido en el tema de que hay muchas descripciones que no añaden nada importante a la historia, no es que no me gusten las descripciones, pero he aprendido que en un espacio de 750 palabras debemos centrarnos en lo fundamental y darle mas lugar a la imaginación del lector. Hay algunas frases con palabras repetidas que entorpecen la fluidez de la lectura, pero fácilmente corregible.
    En lo personal me sentí algo distante de la historia, pero es una apreciación subjetiva y tiene que ver con mi gusto literario. Sin embargo creo que no está demás expresar lo que la obra deja en nosotros. Yo me sentí con necesidad de más intriga o suspense (habría explotado un poco más la escena del retorno del joven para aplicar más tensión).
    Creo que tu historia tiene buenos elementos y que con una pulida, quedaría mucho mejor.

    Gracias por compartir.

    Saludos.

    Escrito el 19 agosto 2016 a las 21:02

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