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La llave del destino - por Majencio

El anciano encontró la llave en los albores del tiempo y en más de cinco mil años había estado a punto de usarla cuatro veces. La primera fue a los pocos días de hacerse con ella. La introdujo en la ornamentada cerradura del pequeño baúl taraceado, pero las palabras que escuchó al encontrar la llave frenaron sus dedos: "Como dueño de la Llave del Destino se te concede el don de la vida eterna, pero también la obligación de ser juez de la humanidad." Seguía sin entender bien esas palabras que le fueron susurradas al oído por una mujer que no estaba allí, pero todo el valor que había reunido desapareció con el eco de las mismas. No había prisa. Tenía mucho tiempo para comprenderlas.

A pesar de no envejecer un sólo día y de disfrutar de una salud de hierro, inmune a todo tipo de enfermedades, no era invulnerable, tal como pudo comprobar en varias ocasiones. Por ello, la eternidad supuso una ventaja que incluía el inconveniente de tener que permanecer con vida durante milenios. En algunas generaciones ya dominaba todos los trucos que le permitían no llamar la atención. El primero era no estar mucho tiempo en el mismo sitio, por lo que había recorrido el mundo entero varias veces.

Salió de Sumeria alrededor de 2500 a. C. con destino al valle del Nilo, donde vio florecer y marchitarse imperios que dejaban como herencia gigantescas construcciones en piedra. Aún hoy recuerda la sobrecogedora belleza de la pirámide de Giza y lo diferente que la encontró cuando volvió a visitarla con las tropas de Napoleón. En Roma vivió la caída de la república y el amanecer del imperio. Conspiró en el magnicidio de Julio César y ello a punto estuvo de costarle la vida. Desde entonces, decidió no inmiscuirse en el desarrollo de la historia y limitarse a entender cuál era la misión que le había sido asignada.

La primera vez que estuvo a punto de usar la llave conscientemente fue en el año 762. Durante sus viajes por Grecia y Oriente Medio descubrió por fin la función de la llave y ahora llevaba algún tiempo viviendo en China. Gobernaba la dinastía Tang y en el año 755 se produjo un levantamiento armado, conocido como la rebelión de An Lushan. Tras casi siete años de conflictos uno de cada dos habitantes de China había muerto a causa directa de los combates o de las hambrunas. Con su fortuna pudo poner a salvo a miles de personas, pero decenas de millones perecieron. La noche del 18 de marzo de 762 introdujo la llave en la cerradura y realizó un cuarto de giro en el sentido contrario a las agujas del reloj. No pudo pasar de ahí. Esa vez fue el miedo lo que le hizo sacar la llave y arrojarla contra la pared, como si le quemara la mano.

Los otros dos intentos fueron en el siglo XX. En 1916 se encontraba viviendo en Montevideo y las noticias sobre la Gran Guerra le convencieron de que era el momento. Sin embargo, el océano de por medio enfrió sus intenciones y ese día la llave entró y salió de la cerradura horas después sin haberse movido un sólo milímetro. La tarde del 9 de agosto de 1945 la llave volvió a entrar en la cerradura. Sobre la mesa de la habitación del hotel, situado a cien metros de Times Square, la edición del Daily News llevaba en portada el lanzamiento de la segunda bomba atómica sobre Nagasaki. Ese día, la humanidad estuvo a media vuelta de llave de descubrir que todas las acciones tienen consecuencias tarde o temprano, pero decidió concederle una última oportunidad.

Hoy, 16 de junio de 2016, el anciano se ha levantado temprano. Quiere disfrutar del último amanecer. Tras la Segunda Guerra Mundial el mundo pareció haber entendido la lección, pero era un espejismo. Por cada paso hacia adelante, dos hacia atrás. Sin duda, la humanidad había agotado su tiempo.

Introduce la llave en la ornamentada cerradura del pequeño baúl taraceado y la gira con decisión hasta escuchar un sonido metálico. Al abrir la caja de Pandora percibe un olor a flores frescas. Una brisa cálida le acaricia el rostro al tiempo que Elpis, la diosa de la esperanza, se escapa y deja a la humanidad a merced de todos los males.

Tras más de cinco mil años, tiene ganas de morir. Se tumba en la estrecha cama y cierra los ojos. Aún huele a flores frescas

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10 comentarios

  1. 1. Vespasiano dice:

    Hola Magencio:
    Me repito en las disculpas que he senalado a los companeros que por las reglas del taller, me corresponde comentar.
    Estoy sin wifi y no puedo utilizar mi ordenadot.
    Con mi telefono movil, no me manejo bien.
    La proxima semana te comentare con mas detalles.
    Tu historia en principio me ha parecido interesante y con hechos historicos mostrados de manera cronologica.
    Perdona las faltas de tildes y otras.
    Felicidades.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 21:07
  2. 2. charola dice:

    Hola Majencio! Primeramente gracias por visitar mi relato y por los aportes al mismo.
    Ahora sí a tu relato. Te diré que me gustó desde el título. Interesante, va cronológicamente llegando al presente y a algo que siempre se dice: la esperanza es lo último que se pierde y asumo que esa era la que estaba en el pequeño baúl. Ahora pienso que la misión que tenía era de preservar para siempre la esperanza, por lo tanto, no utilizar la llave para abrir el baúl.
    Tu relato está bien escrito, veo que en la fecha le falta la “l” en “del 2016”. El punto después del cierre de comillas, no antes: “…obligación de ser juez de la humanidad”.
    Felicitaciones! Nos seguimos leyendo. Un abrazo.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 19:12
  3. 3. Majencio dice:

    x charola

    Gracias por tus comentarios.

    Efectivamente, mi relato hace referencia a la infame Caja de Pandora (que en realidad, era un odre, pero me he permitido esta licencia que me sirve para usar la llave) de la que escaparon todos los males y en la que sólo quedó la esperanza.

    En realidad, el uso del artículo “el” antes de un año en documentos no es lo recomendado y, aunque en escritos menos formales, como es el que nos ocupa, es común y se acepta el artículo “el” dando lugar a la contracción “del”, también es correcto no usar el artículo.

    http://www.rae.es/consultas/de-2007-o-del-2007
    http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=7Yloy2M3SD6pcC3Zyx

    En el relato, al ser una cronología he decidido prescindir del artículo “el” tratando de ser menos coloquial. Es posible que hubiera funcionado mejor con él.

    En cuanto al uso del punto fuera de las comillas, tienes toda la razón. Siempre pensé que si la frase entrecomillada era una cita el punto iba dentro de las comillas, pero estaba equivocado. Uno de los objetivos de este taller es que aprendamos entre todos y a fe mía que hoy lo he hecho gracias a ti.

    Muchísimas gracias. Un abrazo.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 20:55
  4. 4. Fonta dice:

    Hola, te devuelvo la visita, me atrapo mucho la historia, y la cronología del relato, soy nuevo, no había escrito nunca un cuento, así que gracias por las observaciones en el mio, veo que la pagina tiene buen material para aprender así que voy a empezar a leerlo en el tiempo que disponga, un abrazo y gracias nuevamente, perdón por no ser un buen comentador de tus cuentos todavía, espero mejorar para el próximo, y te estaré leyendo porque me encanto el tuyo

    Escrito el 21 junio 2016 a las 04:55
  5. 5. Manoli VF dice:

    Hola Majencio.

    Es el segundo relato que leo sobre una llave con poderes mágicos. Es una buena opción para una historia. Ahora bien, en tu texto observo que “vas y vienes” en torno a lo que dices sobre la llave. APrecio una vuelta atrás continuamente en el texto, ya desde el inicio, cuando dices que introdujo la llave en la cerradura y le frenaron las palabras que oyó “al encontrarla” o sea, antes de meterla en la cerradura.

    Después este retorno sigue intensificándose en el texto una y otra vez cuando dices sin decir realmente lo que pasó cuando la utilizó:” Salió de Sumeria alrededor de 2500 a. C. con destino al valle del Nilo, donde vio florecer y marchitarse imperios que dejaban como herencia gigantescas construcciones en piedra…” Y después vuelves de nuevo atrás para decir: “La primera vez que la utilizó…” y entonces a mí este desorden cronólogico me ha desorientado.

    Subsanando lo que te comenté puede ser un buen relato, el tema de la llave “histórica” puede dar mucho juego.

    Nos seguimos leyendo. Un saludo.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 13:33
  6. 6. Majencio dice:

    x Fonta

    Muchas gracias por tus comentarios y a seguir aprendiendo que es por lo que estamos aquí.

    x Manoli

    El relato empieza en el pasado, hace cinco mil años y siempre se mueve hacia el presente. Ahora que lo vuelvo a releer tras algunos días, veo que en la frase en la que se hace referencia a las palabras que escuchó al encontrar la llave tendría que haber usado el tiempo pluscuanperfecto: “las palabras que había escuchado al encontrar la llave”. Además, creo que quitaría el segundo párrafo completo.

    En cualquier caso, muchas gracias por tus consejos.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 14:05
  7. 7. Otilia dice:

    Hola Majencio,
    Me ha encantado la idea de tu relato. Siguiendo la historia, bien documentado. De él podría salir una novela. Buen trabajo.
    Me resultan confusos estos párrafos:
    “El anciano…” y “A pesar de no envejecer…”
    “…y ahora llevaba algún tiempo…” ¿ahora?.
    Nos leemos. Saludos

    Escrito el 22 junio 2016 a las 17:57
  8. 8. Majencio dice:

    x Otilia

    Gracias por tus comentarios.

    El segundo párrafo tenía que haberlo quitado. No aporta demasiado, salvo la justificación de que el protagonista viaja por todo el mundo. Pero en realidad, es más confuso que otra cosa.

    Y el “ahora” es un fallo sin duda y sobra.

    Gracias por tus observaciones.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 18:01
  9. 9. Vespasiano dice:

    Hola Majencio:
    Estoy de vuelta en tu relato, ya que en la primera oportunidad que tuve, no estaba en posesión de mi ordenador.
    Con relación a tu relato veo que ya te han hecho acertados comentarios los compañeros que me han precedido, que no solo te servirán a ti sino a todos los que hallamos leído tu historia.
    Como dije en mi primera y corta intervención, tu historia en principio me ha parecido interesante y con hechos históricos mostrados de manera cronológica.
    Y por supuesto elogiar la metáfora: “Aún huele a flores frescas” en el sentido de que aún es tiempo de esperanza para que la humanidad mejore.
    Felicidades.

    Escrito el 27 junio 2016 a las 15:40
  10. 10. Lisbeth Hernandez Ramos dice:

    Hola Majencio:
    Bonita e interesante historia
    me encanto su final, me parecio que fue preciso

    Escrito el 30 junio 2016 a las 03:05

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