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El anciano, la llave y su secreto - por Ales

Web: http://micuadernodeescritor.blogspot.com

El anciano encontró la llave en el lugar de siempre. Aquella mañana el sol entraba en la habitación atravesando las cortinas e iba a parar a la base de la chimenea que presidía el pequeño salón. La habitación no era en absoluto ostentosa, pero lo poco que había allí estaba meticulosamente colocado. Próximos a la puerta de madera había dos sillones perfectamente inclinados hacia una pequeña televisión que se encontraba próxima a la chimenea, alejada de la ventana. En cada uno había dos cojines delicadamente acolchados. Cerca de la ventana, que se encontraba en el extremo opuesto de la habitación, había un pequeño mueble sobre el que alguien había colocado un montoncito de revistas de manera que mantenían el exquisito orden de la sala. De fondo se escuchaba una música suave que salía de una pequeña radio colocada encima de la chimenea, junto a la pequeña caja metálica que el anciano estudiaba con detenimiento.
El anciano cogió la caja y acarició sus relieves detenidamente. Sus manos cansadas y llenas de arrugas captaron hasta el más mínimo detalle que la caja le ofrecía. Empezó por la parte inferior de la misma, luego pasó por los laterales, para finalmente llegar a la parte frontal donde estaba el mecanismo de apertura. Con un chasquido, la cajita se abrió.
Allí, reposando sobre un pequeño cojincito rojo, descansaba la llave más hermosa que el hombre había creado. Sus formas y sus relieves estaban exquisitamente diseñados. Su silueta era perfectamente simétrica desde la cabeza hasta los dientes. Al tacto era suave, ligera como una pluma, sin perder la dureza característica de una llave de excelente calidad. El anciano notaba esto y mucho más cada vez que la tenía en sus manos. Tanta era la belleza que encontraba en aquella llave que, cada mañana, y únicamente por las mañanas y a esa hora, el anciano se permitía admirarla.
Pero aquella mañana fue diferente. Cuando todavía no había terminado de examinar la llave, llamaron a la puerta. Se trataba de dos hombres con gabardinas grises y gastadas que venían a comprobar la instalación del gas. El anciano les dejó entrar y los guió hasta la cocina. Uno de ellos le estuvo preguntando cosas respecto a la instalación mientras retiraba una de las tuberías y la examinaba con detenimiento. El anciano observó cómo su compañero desaparecía por la puerta de la cocina, pero no dijo nada. Tampoco dijo nada cuando el hombre le comunicó que la instalación parecía estar correcta después de examinar la tubería del gas de tan extraña manera. No dijo nada tampoco cuando el otro hombre regresó y le hizo una negativa con la cabeza a su compañero de manera disimulada. De hecho, no hubiese dicho ni hecho nada si ese mismo hombre no le hubiese preguntado directamente por la llave después de arrojar la cajita metálica con violencia al suelo. Obviamente, lo que buscaba no se encontraba allí. El anciano únicamente sonrió, algo que al hombre no le debió hacer ni la más mínima gracia porque se llevó la mano al abrigo en un gesto que el anciano conocía bien.
Con un giro brusco de una pequeña palanca colocada junto a las tuberías, una nube de gas caliente golpeó en la cara al desprevenido técnico, que no puedo hacer más que llevarse las manos a los ojos dejando caer un objeto al suelo. Su compañero ya había encontrado lo que buscaba en su abrigo, pero no fue tan rápido en usarlo como el anciano. El disparo se escuchó en todo el edificio.
Con el arma del técnico en la mano, el anciano pasó al lado del hombre herido en la pierna y salió corriendo en dirección a la azotea.
Mucho les debieron haber pagado, porque pese a su mal estado corrieron detrás de él por las escaleras. Y les valió la pena. En la azotea el anciano no tenía a dónde ir.
Cuando le gritaron que se entregase, esta vez no intentó escapar. Al contrario, dejó caer el arma y, con absoluta tranquilidad, les ofreció la llave. El que iba armado se la arrebató de un tirón, sin dejar de apuntarle ni un instante.
Sólo entonces el anciano habló.
“Tanto esfuerzo por conseguir una llave que ni siquiera sabéis qué abre”.
“El jefe…” comenzó a decir uno de ellos.
“El jefe sabe lo mismo que vosotros. Nada. Y me encargaré de que así continúe siendo”.
Y sin que los dos hombres pudiesen evitarlo, el anciano saltó al vacío llevándose con él su secreto.

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7 comentarios

  1. 1. Noemi dice:

    Hola Ales,soy tu vecina y me toca comentar tu cuento. Hay una cosa que me llama la atención en él y es lo mejor y lo peor del mismo: la descripción. No quiero ser paradójica pero tus descripciones me parecen lo mejor porque están muy bien hechas, detalladas, vívidas, prolijas y muy bien ajustadas. De repente una se siente “en casa” y es extraño porque las buenas descripciones no abundan, dan mucho trabajo, son raras y por eso es una alegría encontrar una descripción tan bien realizada ¡te felicito! Ahora viene lo malo, es muy larga para un relato tan corto y retrasa demasiado la acción, no tiene gancho, la introducción resulta demasiado larga, casi la tercera parte del relato pasa hasta que sucede realmente algo.El cambio de ritmo es demasiado brusco y el cuento resulta desequilibrado.La solución viene demasiado rápida y de describir demasiado pasamos a quedarnos sin saber nada ¿cuál es el valor de la llave? ¿quién es el “jefe”?¿por qué vale la pena sacrificarse por ella? Todo me queda en el aire. Creo que has creado un personaje muy sorprendente, ese anciano es fascinante y quizás por eso nos quedamos con ganas de saber más de él. No es un anciano común y corriente ¿cómo ha llegado a ser como es? Está bien insinuar un misterio pero es necesario dar al lector también algunas pistas. En fin, tu cuento me ha gustado mucho y espero seguir leyéndote.
    Un saludo

    inclinados perfectamente inclinados hacia una pequeña televisión
    cojines delicadamente acolchados

    Escrito el 17 junio 2016 a las 21:59
  2. 2. Dante Tenet dice:

    Ales.

    Es la primera vez que te leo y realmente me ha gustado tu relato, comparto con Noemí, que la introducción te toma mucho y el cierre queda un poco falto de definiciones.
    Otro tema, vigila las repeticiones de palabras;
    líneas 1 y 2 “Habitacion, habitacion”
    líneas 4 y 5 “Próximas, próximo”
    líneas 7 y 9 “Pequeño, pequeña”
    Noe seguimos leyendo , estoy en el 67

    Escrito el 18 junio 2016 a las 00:41
  3. 3. Emyl Bohin dice:

    Hola Ales:
    Me ha gustado mucho tu relato, sobre todo la parte de las descripciones, pero leyendo el buen comentario que ha hecho Noemí, no voy a insistir más en ello. Yo lo que le veo es un problema de trama, que le dé verosimilitud. A ver cómo me explico, no son los típicos rateros que entran en casa de los ancianos con la excusa del gas y luego uno de ellos se dedica a robar lo que pilla. Van armados. Luego, una vez dentro de la vivienda no tienen que disimular, encañonan al anciano, le torturan o lo que acostumbren. Pero el anciano tampoco es un anciano común, a pesar de sus manos cansadas y con arrugas, es capaz de agacharse, recoger el arma y disparar a su enemigo antes de que este saque la suya del bolsillo, ni Billy El Niño en sus mejores momentos. Y cuando ya tiene la situación controlada con un sicario herido de bala y el otro con la cara abrasada por la nube de gas caliente, también llamada vapor de agua (+ 100 grados Celsius) va y se rinde. No sé creo que se podría arreglar un poco, aunque difícil en 750 palabras.
    Lo dicho un maestro de las descripciones y por tanto del lenguaje. Y tomo nota de tu blog, que he ojeado por encima, y tiene muy buena pinta. En cuanto encuentre un rato prometo examinarlo más a fondo.
    Saludos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 08:55
  4. 4. Ales dice:

    ¡Muchas gracias a todos por vuestros comentarios! Tomo nota para mejorar en próximas escrituras.
    Emyl Bohin, estoy encantado de que te quieras pasar por el blog 😀
    De momento no lo tengo muy activo, pero tengo muchas ideas para el verano que espero poner en marcha pronto (de todas formas, tienes entradas para rato).
    Ahora después voy a pasarme yo tb por vuestros textos 😀
    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 20:43
  5. 5. Laura dice:

    Hola Ales.
    Inicias con un relato con un anciano convencional y finalizas con una especie de súper espía con un rápido final.
    Nada voy a agregar a lo ya hecho por quienes me preceden. Simplemente, sigue escribiendo.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 21:58
  6. 6. L. Daniel Caballero dice:

    Me gustó el relato y el desarrollo de éste, soy de los que les gusta el Misterio. Por eso leo Lovecraft y Poe xD… Y este, el final, tiene ese misterio que me gusta, aunque muchas xD a mi pesar :/… Seguro que tu sabes más sobre el anciano, y qué puerta abre la llave 😉
    Muy buen relato!!!

    (me encantó la descripción del inicio)
    Y gracias por pasarte en el mio 😉 nos seguimos leyendo! 😀

    Escrito el 20 junio 2016 a las 03:25
  7. 7. Thelma López Lara dice:

    Hola, Ales.

    Me gustó tu relato. Logras que el lector se meta en la historia.
    Los verdaderos secretos se llevan hasta la muerte.
    Es un relato que da para más.

    Aspectos de forma:

    He observado que repites y utilizas muchos adverbios terminados en mente: meticulosamente, perfectamente, delicadamente, detenidamente, finalmente, exquisitamente, perfectamente, únicamente, obviamente.

    Saludos.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 18:33

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