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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Cómo limpiar el estor - por Ratopin Johnson

El anciano encontró la llave en donde esperaba, en un bolsillo de la americana color beige. Devolvió la prenda en su plástico a su percha y, cerrando sus vivos ojos, besó el objeto metálico con devoción, y lo guardó en el bolsillo izquierdo de su camisa, a la altura del corazón, palmeando un par de veces con su mano derecha sobre el mismo, como asegurándose de que sí, de que la llave estaba ahí.

Cerró el local, la tintorería-lavandería en la que trabajaba desde hacía muchos años por demasiado poco dinero, mientras pensaba que no volvería nunca más.

No había corrido la persiana lateral cuando, repentinamente, como si un sentimiento de nostalgia le invadiera, decidió entrar de nuevo en el establecimiento. Abrió, pero no, no era nostalgia. Dentro, miró hacia el exterior a través del cristal. A esas horas no solía pasar mucha gente por allí. Aún así, bajó un estor que protegía el cristal, y por ende, el interior del lugar, de los rayos del sol en los días calurosos. “Nuestro único aire acondicionado”, dijo con sorna.

Entonces, fue al pequeño baño que usaban los empleados, abrió el grifo del lavabo y llenó una botella de agua. No tenía sed, pero le vendría bien para lo que se le había ocurrido. Se echó tres tragos largos. “Sí, ahora, sí”, pensó. Después se sitúo en el hall central, allí donde la gente estaba mientras era atendida, o esperaba su turno, al otro lado del mostrador, se bajó la cremallera del pantalón, extrajo su miembro, y como si llevara días sin hacerlo, empezó a orinar en todas direcciones. No contento, decidió apuntar al estor también, que recibió la ducha con un ruido que al anciano le hizo reír. “Bonita obra”, se dijo.”Enfundó” su pene, y ya satisfecho, salió del lugar pensando en lo que había dejado y soltó una carcajada.

No tenía un trayecto muy largo hasta la estación, así que fue caminando. Además, la temperatura era estupenda. Silbaba una estúpida canción que llevaban poniendo varios días seguidos en la radio. Durante su jornada laboral la había llegado a odiar, pero ahora, con la alegría que llevaba encima, le parecía la mejor música que hubiera escuchado jamás.

Luego, cuando llevaba diez minutos andando, se le vino a la cabeza la idea de pasar por su casa a recoger algunas cosas. Casa por llamarlo de alguna manera. No iba a echar de menos ese cuartucho en el que malvivía. Decidió que no, que no había nada allí por lo que mereciera la pena ir.

Llegó a la Estación Central. Las puertas se abrieron. Había cierto trajín. No como por la mañana, aunque circulaba gente que regresaba a esas horas de sus centros de trabajo. Fijó la vista en el panel de “Salidas” y sonrió. “Luego lo miro”, pensó. Se dirigió directamente al cuarto de taquillas. Sacó la llave, se puso nervioso y se le cayó al suelo. La recogió. Empezó a recorrer con la vista los números. Era el 73. Sus ojos se abrieron de par en par. Metió la llave, giró como esperaba y se abrió el habitáculo. Un maletín. Cerró la taquilla.

Seguidamente, se marchó corriendo a los primeros baños que vio, escondiendo entre sus brazos su “tesoro”, mirando frenéticamente por todos lados. Cuando se sintió seguro, sentado en uno de los retretes, puso el maletín sobre sus rodillas, y con el corazón palpitando, lo abrió. Estaba vacío.

El anciano se quedó de piedra. Estuvo unos instantes sentado, mirando hacia ninguna parte. Con el ánimo por los suelos salió de los servicios. Arrastraba los pies. Seguía sin reaccionar, con el maletín abierto en la mano y comenzó a balbucear:

– Tengo que limpiar eso… sí, tenemos lejía. Cogeré la fregona, sí, enseguida. Limpiaré toda la noche si hace falta- decía.

De pronto, resonó en la estación:

– ¡Alto, policía!

El hombre no escuchaba.

– Sí, me dará tiempo, pero tengo que darme prisa.

No oyó la voz que le conminaba a que se detuviera, así como tampoco llegó a sus oídos el sonido de pasos cada vez más próximos. Al poco, sintió su corazón crujir y se llevó la mano al pecho. Se desplomó en el suelo.

Rodeado de figuras humanas a las que no lograba ver el rostro, musitó débilmente:

– ¿Y el estor?… ¿Cómo rayos limpio el estor?

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11 comentarios

  1. 1. Majencio dice:

    Me ha gustado el relato. El acto de “descargar” la frustración acumulada es algo que muchos hemos pensado de una u otra forma y es fácil sentir empatía con el protagonista. Sin embargo, el que creo que el cénit del relato, el momento en el que abre el maletín y lo encuentra vacío, me deja algo más indiferente. No se muy porqué. Quizás abundar un poco en su perplejidad y la decepción de encontrar el maletín vacío hubiera funcionado mejor. Pero vamos, es sólo mi opinión.

    El ritmo es bueno, pero me parece que hay algunas comas que ralentizan la lectura y creo que algunas son innecesarias o no están donde deben. Algunos ejemplos:

    – “allí donde la gente estaba mientras era atendida, o esperaba su turno” por “allí donde la gente estaba mientras era atendida o esperaba su turno”

    – “extrajo su miembro, y como si llevara días sin hacerlo, empezó a orinar” por “extrajo su miembro y, como si llevara días sin hacerlo, empezó a orinar”

    – “”Enfundó” su pene, y ya satisfecho, salió” por “”Enfundó” su pene y, ya satisfecho, salió”

    – “uso el maletín sobre sus rodillas, y con el corazón palpitando, lo abrió” por “uso el maletín sobre sus rodillas y, con el corazón palpitando, lo abrió”

    Creo que la regla de las comas explicativas es que la frase tiene que seguir teniendo sentido si quitas lo que hay entre las comas.

    En cualquier caso, me parece que la idea del relato es buena y he disfrutado leyéndolo.

    ¡Gracias!

    Escrito el 17 junio 2016 a las 17:28
  2. 2. Ratopin Johnson dice:

    Hola Majencio

    Muchas gracias por leerme y por tus comentarios y sugerencias. Estoy muy de acuerdo contigo en que la parte final donde todo se destapa queda, digamos, más colgada, más floja respecto del resto. Lo noté pero no sabía bien cómo resolver el tema, sobre todo por el número de palabras (aunque utilicé 713). Y lo cierto es que el tiempo me apremiaba (lo envíe media hora antes del cierre, creo). Pienso que me hacían falta 1500 palabras y no 750 para dejarlo más redondo. La primera parte me gustaba mucho, y no veía que quitar, no quería quitar nada,la verdad, y quizá esa parte te prepara para algo mejor de lo que al final me ha salido. Crea expectativas, puede ser. Intenté escribir un párrafo que explicara lo que había ocurrido (el anciano había sido engañado, la policía había seguido un señuelo falso, y el dinero estaba en otra parte). Otra cosa que no sé si he conseguido es la descripción del personaje. Yo quería que se viera como una persona mezquina, avariciosa, cobarde. El tipo de persona que echa la culpa de todos sus males a los demás.

    Saludos

    Escrito el 18 junio 2016 a las 19:27
  3. 3. Escritores Anónimos dice:

    ¡Hola Ratopín!
    He buscado lo antes que he podido tu relato para comentarle y lo que es más importante leerlo. Creo que has sido creativo, has innovado, creando una historia humorística, en parte, que impresiona. Leyendo tu comentario he entendido mejor al protagonista visualizándolo como tu lo visualizabas, tal vez tienes razón un mil palabras te hubiesen venido mejor, pero no pasa nada.

    Voy a empezar con la forma, aunque he de decir en primer lugar que no soy una experta ni en gramática ni en nada de lengua. Pero me gustaría hacer algunas apreciaciones:
    *Sustituiría el “su camisa” por “la camisa” para intentar liberar de “sus” el párrafo.
    *Quitaría un “de que” ya que hay dos muy seguidos tal vez decir: “como asegurándose de que, efectivamente, la llave seguía allí”.
    *En el segundo párrafo pondría: “cerró el local, una tintorería-lavandería…”
    *Cuarto párrafo: “situó” no “sitúo”
    *Sexto párrafo: cambiaría el “ir” por “volver”
    *Noveno párrafo: quitaría el “seguía sin reaccionar” y dejaría simplemente: “Con el maletína abierto en la mano comenzó a balbucear..”
    Y por cierto ¿cómo va a tener el maletín abierto EN la mano? Yo habría puesto colgando o en las manos en caso de querer decir que está ENCIMA o SOBRE. Creo que esa frase todos la entendemos pero hay veces que decimos cosas que, pensando fríamente no tiene sentido (jejejeje a mí me pasó en retos anteriores, cuando me di cuenta pensé ¡mira que eres tonta!)
    *En los diálogos la letra que sigue al guión debe de estar inmediatamente después, tú has dejado un espacio. Además de que antes de “decía” debería haber un guión largo no corto.

    Creo que que el “en donde esperaba” queda muy forzado, según mi visión, metido con calzador yo hubiese ido directamente al “en un bolsillo…”.

    En cuanto a contenido no tengo ninguna idea, a pesar de los fallitos que pueden interrumpir un poco la lectura, creo que sigues buen ritmo eres creativo, y posees cierta gracia y soltura escribiendo que envidio profundamente.

    Un beso, buen trabajo y nos leemos!!!

    Escrito el 20 junio 2016 a las 19:18
  4. 4. Wiccan dice:

    Buenas Ratopin,

    Me gustó el relato, aunque como bien comentáis si que se echa en falta un poco más de historia que justifique algunas cosas.
    Los comentarios que tengo son principalmente de contenido, ya que formalmente me pareció que el texto estaba bien redactado. De entrada y, puesto que lo comentas, te diré que a mi el personaje del viejo no me pareció mezquino o avaricioso, es más, puedo entenderlo en segun que momentos (que igual soy mezquino o avaricioso y no me he enterado). El caso es que tal y como cuentas la historia sabemos que el viejo no va a volver a trabajar allí, que considera que le pagan muy poco y que por alguna razón que no conocemos siente más rencor que aprecio por su trabajo; pues eso es en realidad lo que piensa mucha gente de su trabajo, no se sienten valorados, no cobran lo que consideran que deberían cobrar y desearían dejarlo si pudieran, por eso no sentí que fuera mezquino, sino parte de esa gran mayoría atrapada en un trabajo para pagar las facturas, más dramático en su caso porque es mayor y ya ha pasado la mayor parte de su vida en esa situación.
    En cambio, la situación del anciano buscando el botin que le llevará a su liberación para descubrir que no lo tiene me parece genial, y en cierto modo un poco triste por lo que comentaba antes. Me parece un giro muy original ya que de entrada yo daba por hecho que el anciano estaba jubilándose y por eso no iba a volver. Y te felicito también por ese detalle de empezar a pensar como limpiar su pequeño acto de venganza dentro de la situación que se le viene encima, eso me gustó mucho.
    Personalmente, a efectos de poder dar alguna explicación sobre ese botin en la historia quizás eliminaría el párrafo que empieza por “No tenía un trayecto muy largo…” que únicamente sirve para enfatizar ese sentimiento de liberación del protagonista y que en cierto modo ya se ha explicado en los párrafos anteriores y con su pequeño acto de venganza y reduciría al mínimo el siguiente párrafo que, salvo por la recogida del maletin, es únicamente ambientación.
    A nivel formal te reconozco que me pareció que estaba bien escrito, no me interrumpió nada, está bien organizado y la lectura es clara, en cualquier caso, estoy de acuerdo en los comentarios de los compañeros como posibles mejoras. Buen relato!!

    Escrito el 22 junio 2016 a las 17:34
  5. 5. María Esther dice:

    Hola Ratopín:
    He leído tu relato dos veces.Al comienzo todo discurre con normalidad; yo también pensé que él se jubilaba;luego, cuando salió, volvió a entrar y luego se puso a orinar, te soy sincera, me sorprendió, no esperaba esa reacción.El salió al parecer satisfecho, contento rumbo a la estación.
    Ahí es que se me confunden un poco las cosas.Ese maletín, supongo que robado porque si ganaba tan poco no podía tener ahorros; parece que era su salvación.Entonces,por eso, al encontrarlo vacío, es que se desespera porque tiene que volver a sufrir en un trabajo que no lo satisface.
    Yo creo que el final está bien resuelto aunque sea trágico;porque de cualquier modo su vida ya era un callejón sin salida.
    Me gustó tu relato porque muestra un ser humano alienado, que busca liberarse.
    Saludos y nos leemos!
    Maritel

    Escrito el 23 junio 2016 a las 04:31
  6. 6. Juana Medina dice:

    Hola Ratopin,
    Qué pena me dio el anciano! No sé si fue el ladrón y lo escondió para el momento ideal, en cuyo caso yo quisiera castigar al que se lo sacó; no sé si fue la lotería; no sé si fue una mente ya debilitada que le hizo creer que había guardado un tesoro donde no había nada. No importa, el efecto está muy bien logrado. Por momentos me he sentido plenamente identificada con el personaje. Muy entretenido, muy buen ritmo y buen final.
    Buenas vacaciones,

    Escrito el 23 junio 2016 a las 20:45
  7. 7. Marazul dice:

    Hola Ratopin:
    Es verdad que tanto en tu relato como en el mío, aún siendo muy diferentes, aparece la Estación Central. Creo que los dos hemos querido tener una taquilla que guardase “algo”, y nada mejor ni más anónimo, que la taquilla de una estación.
    Dicho esto te cuento mi impresión de tu relato. Me han surgido sensaciones enfrentadas. Por un lado me haces reir en el principio con esa pequeña travesura del viejo, pero luego, me hace sentir pena por él. Es tragicómico. Se lee bien porque tienes un estilo claro. Al principio creí que simplemente se había jubilado, que se iba harto de la empresa y más contento que unas pascuas. El giro final es bueno porque no es lo que parece. Resulta que el viejecito gracioso era un ladrón y de poca monta. ¡Pobre! no sé si reír o llorar.
    Un historia original, bien escrita y con mucha psicología.
    Un saludo, Ratopin

    Escrito el 25 junio 2016 a las 16:22
  8. 8. Marcelo Kisi dice:

    Como estas Ratopin, tanto tiempo sin leernos!
    Aquí estoy en un ataque de nostalgia por los amigos que ya estaban aquí cuando yo llegué 🙂
    Tu inventiva sigue estando intacta, y tu fina ironía para relatar también. Me ha enternecido este viejo. ¿Dónde habrá encontrado la llave? ¿Cómo sabía que era la del casillero 73? ¿Habrá estado esperando durante sus 40 años en la tintorería que alguien olvidara esa llave delictiva en algún bolsillo y tener un golpe de suerte?
    La respuesta a estas preguntas (¿cómo llega este viejo a ese maletín? ¿cómo se termina vaciando el maletín?) es la clave para lo que me parece que es una película entre comedia italiana y drama negro a la Tarantino.
    Eso solo ya merece un aplauso. FElicitaciones, compañero!

    Escrito el 27 junio 2016 a las 12:25
  9. 9. Lisbeth Hernandez Ramos dice:

    Hola Ratipin:
    Interesante historia y un final inesperado pero divertido … no se que abría dentro del maletin pero lo cambio todo.
    Me parecio divertida y me enganche desde el principio c:

    Escrito el 30 junio 2016 a las 03:40
  10. 10. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Ratopin Johnson, he disfrutado la lectura de tu narración, me parece que ha sido muy gráfica: muestras claramente el tenor del personaje.
    Hasta pronto. Saludos.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 03:58
  11. 11. Cryssta dice:

    Hola Ratopin, disculpa que no lea esta vez tu relato para corregirlo pero he tenido muchas visitas y estoy algo cansada de hacer correcciones por lo que ahora solo leo por el placer de la lectura.

    Solo decirte que tu relato me ha gustado mucho.

    Te deseo un feliz verano.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 12:25

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