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El viajero del tiempo - por Nicolás Falcón
El anciano encontró la llave en el bolsillo derecho del pantalón. De un hombre que afirmaba llegar del pasado: nada menos que cincuenta años atrás.
Ése, era el informe qué, el cansado y viejo Dr. Jiménez Cabrera estaba leyendo sobre la mesa de su despacho, situado en el ala norte del hospital psiquiátrico.
Después de la entrevista sucedida el día 23 de abril de aquel mismo año. Los acontecimientos darían un giro en la forma de pensar del Dr.
Ahora, que apenas le quedaban unos meses para su jubilación. No podía pensar que la guinda del pastel estaba por llegar.
Éste paciente que, según sus documentos nació en 1932 en la ciudad de Murcia. Se llamaba, Pedro Olivares. Decía, que se encontraba en su ciudad. Año 1956. Se dirigía a abrir una caja-buzón de correos, numero 135. Donde guardaba algunas pertenencias. Y, que sin saber cómo, apareció en este tiempo: veinte tres de abril de 2006.
El Dr. Creía que se trataba de una broma. Un paciente que quería inventar una nueva identidad: como tantas veces había visto a lo largo de su extensa carrera como psiquiatra. Le asaltaba la duda del pasaporte, pero, por otro lado pensó, «que era bien fácil hacer una falsificación del mismo».
Una mañana, a la semana del internamiento del paciente. Unas enfermeras vinieron a dar la voz de que el paciente no estaba en su habitación: está fue la última vez que se le vio dentro de las instalaciones.
A pesar de que el pasillo estaba vigilado por cámaras de grabación, no se registró video alguno de su salida. No estaba.
Las investigaciones de la policía, culminaron con un hombre que se llamaba como él, desaparecido en la década de los sesenta.
El Dr. Tras darle muchas vueltas a aquella situación, fuera de toda lógica, decidió ir, a revisar las ropas del viajero desaparecido. Al ingresar en la institución todos los pacientes deben vestir con la ropa del hospital: un conjunto de dos prendas de color blanco.
Así que rebuscando en el bolsillo derecho de su pantalón. Encontró una llave.
La miró fijamente, dándole vueltas sobre la mano. Las ropas todavía desprendían un olor, como a la naftalina empleada en los años cincuenta.
Ante lo insólito del caso, ya no pudo dormir.
Se levantó de la cama y preparó un café.
Cogió un bloc, lápiz y papel. Se dedicó por completo a: sacar conjeturas, anotar fechas, volver a repasar el informe de la policía; sobre todo a urdir el plan, qué, en cuanto amaneciese iba a poner en marcha.
A la mañana siguiente, se dirigió de inmediato hacia la zona donde en los años cincuenta se encontraba la sucursal de correos.
Pero, al llegar al punto, su tenacidad por encontrar la verdad se desmoronó, como un niño al que se le prohíbe salir al parque: allí, ahora se levantaba una mole de cemento y hierro llamada, hotel “Meliá”.
Chasqueó los dedos como un resorte imparable.
Se dio cuenta que los restos del antiguo edificio se trasladaron de lugar, por ser declarado un monumento de interés artístico.
Cambió radicalmente de rumbo.
Después de estar tragando el humo del intenso tráfico, que, rugía como una fiera enjaulada. Llegó donde quería. Estaba convertido en un museo.
Por suerte todavía le quedaba algo de tiempo antes de que cerrara sus puertas.
A pesar de que el lugar estaba vigilado por un circuito de cámaras cerrado. Al ver la caja metálica con el número impreso: 135. Se puso de tal manera, entre un pulpito que sostenía unos antiguos sellos de correos, que las cámaras no tenían oportunidad de verlo.
Abrió la caja con aquella llave y sacó una foto. Se ajustó bien las gafas, pues no podía creer lo que veía: se trataba de una fotografía, en la que salían, su mujer, él mismo, y el hijo. Que tiempo después, y en ausencia de un viaje, su mujer le dijo haber perdido.
Hola a todos, compañeros:
Antes de nada quiero pedir disculpas por que no me dio tiempo para hacer la revisión de mi texto; por tanto tendré muchos fallos.
Tuve, que escribirlo el último día, corriendo contra el reloj: he tenido unos fuertes dolores en el estómago,más de seis días. he tenido que ir al hospital varias veces. impidiéndome tener el tiempo y las ganas para soportar el dolor (tipo cólico) y centrarme en la escena.
No quería faltar a la cita. Espero me disculpéis. Un fuerte abrazo para todos-as.
Hola Nicolás Falcón,
Ante todo espero que estés bien de salud.
He leído tu relato y la idea me ha parecido muy buena.
Me ha llamado la atención que usas mucho los dos puntos. No puedo aportarte si bien o mal porque las reglas de puntuación son mi asignatura pendiente. Yo suelo leer las Reglas de Escritura de Literautas.
Has acentuado”Este paciente…” y no es necesario.
Lo siento, pero el final me resulta confuso. ¿El hijo del doctor es el hombre que desapareció?
Nos seguimos leyendo. Saludos
Hola Nicolás.
Me ha resultado confusa la lectura de tu texto. Esa caja metálica que aparece en el museo…¿qué hace allí? ¿de qué es el museo? sólo dices “se había convertido en un museo”. Al mismo tiempo la foto, no menos intrigante, que tiene que ver con el hombre que viene del pasado? bueno, que me he liado considerablemente, y creo que te ha faltado definir estas situaciones.
Un saludo.
Hola Otilia:
Muchas gracias. Parece que empezamos a estar un poquito mejor de lo del estómago.
Recojo tus apuntes sobre mi texto. gracias
Lo cierto es que quería que el final del texto suscitase preguntas como las que tu te has echo: “de, si era el hijo del Dr. el hombre que viaja a través del tiempo; el hombre desaparecido”.
Te contesto que sí, lo es.
De todas formas te pido disculpas, por no haber pulido el relato más. Haber si para el próximo puedo entregar algo que merezca la pena.
Muchas gracias por tus comentarios. Te mando un fuerte abrazo
Hola Manoli:
Vale, tomo nota de tus apuntes.
La caja metálica (buzón de correos) que aparece en el museo, pertenecía a la sucursal de correos de los años cincuenta: trasladada de sitio y convertida en museo en la actualidad.
La fotografía que encuentra el Dr. le hace comprobar, que, se trata de un hijo suyo (“el viajero del tiempo”) que su mujer le dijo perdió, estando él, ausente -de viaje-.
La foto es el giro final. El nexo de unión de la historia.
En fin, que tomo buena nota de todo lo que me has apuntado. De cara a la próxima escena tenerlo en cuenta.
muchísimas gracias por tu tiempo con mi relato.
Sabía que la cosa se me quedaría enmarañada. Discúlpame, me faltó tiempo que no tuve.
Te mando un fuerte abrazo.
Hola Nicolás.
Algunos puntos poco claros,ya señalados con anterioridad, pero con dolor de estómago y visitas frecuentes al hospital es difícil concentrarse en la historia, que sin embargo, está cuidadosamente escrita.
No te preocupes.Espero que tu malestar haya sido sólo pasajero, a pesar de su duración.
Sigue escribiendo.
Hola Laura:
Lo primero de todo, darte las gracias por tomarte tu tiempo en leer mi relato.
Lo segundo, darte las gracias por entender y desearme la recuperación de éste dolor de estómago -tipo alíen- que he pasado, y, que no le deseo a nadie.
lo tercero, darte las gracias por ser tan benevolente con lo que he escrito -ambos sabemos, que no tan bien escrito-. Pero aún así, por tu parte, dando ánimos. Eso ya dice mucho de ti, aún sin conocernos.
Oye, una pregunta que me asalta en la duda: hay varias Lauras, Laura, Laura C, y Laura G. ¿Cuál de ellas eres tú? o, ¿eres las tres? jeje.
Te mando un fuerte abrazo.
Hola Nicolás,
Como a Manoli, me resultó un tanto confusa la historia a pesar de que lo entendí. Como bien dices quizás te faltó tiempo para tramar un poco mejor la historia.
Añadir dos puntos, primero creo que tu relato cumple con el reto, no sé porque no lo marcaste, y segundo: A pesar de que soy un desastre revisando formas en tu caso me ha chocado mucho las lineas párrafo, creo que hay demasiados frases cortas, que no me parece mal, pero si que vayas a la linea cada vez.
Buen relato, aunque con un poco mas de trabajo seguro que hubiese sido mejor.
Hola lemo:
Un placer conocerte. pues, todavía no nos habíamos cruzado por aquí.
gracias por tus apreciaciones. Tomo nota de ellas con gran interés.
En cuanto, a lo de que mi relato cumple con el reto, creo que no: menciono a varios personajes en el texto. Y si no me equivoco el reto no te permite más que uno.
Lo de las lineas párrafo, si, comparto la misma opinión. Pero desgraciadamente lo mío fue una autentica carrera contra el reloj. El dolor no me dejaba pensar demasiado. Aún espero que me hagan unas pruebas. Aunque estoy mucho mejor.
muchísimas gracias por tus aportes a mi texto, y el tiempo que has empleado en ello.
Me despido de ti mandándote un fuerte abrazo, compañero.
¡Buenos días, Nicolás!
El tema del relato me parece bastante aceptable. ¡Qué pena que no lo hayas podido pulir! Lo encuentro como un primer borrador que, por tus circunstancias, tuviste que dejarlo ahí y me parece poco ético valorarlo así. Te aconsejo que guardes la idea y lo vuelvas a intentar en otro momento. Tiene mérito participar en Literautas así, pues por menos dejé yo pasar dos meses. Tu fuerza de voluntad dice mucho a tu favor.
Espero que nos leamos en el próximo curso. ¡Ánimo!
Hola Francis:
Buenos días, compañero.
Muchísimas gracias por esa inyección tuya de animo: que, como no puede ser de otra manera, valoro mucho.
Te diré, que a pesar del estado en el que me encontraba, una fuerza interior me consumía por dentro sino participaba.
después me dí cuenta de que quizás fue precipitado, participar, con un relato que ni siquiera tuve tiempo de revisar, como es debido: me pareció una falta de respeto a todo el grupo de literautas. Por ende me disculpé.
Gracias por tus consejos y elogios, que me guardo muy gustosamente.
Si tengo tiempo y me concedes licencia, me pasaré por tu texto.
Un fuerte abrazo, compañero de letras.
Hola Nicolás:
Es posible como tú dices que los malestares al momento de enviar el relato hayan jugado en tu contra y lo que nos llegó por literautas le falten revisiones.
No obstante ello creo que también hace difícil la lectura el exceso de la palabra “que”. Me encontré con ella 27 veces más o menos. En un relato corto es una enormidad. Word te da la posibilidad de comprobar cuantas veces se repite cualquier palabra que tu quieras revisar.
Uno recurre a esta palabra porque se tiende a escribir como uno conversa.
“Ése, era el informe qué”
En esta oración “ese” y “que” no llevan acento. En el caso del primero, lleva acento cuando implica algo muy ambiguo, y para el “que” te envió este link que te lo aclarará mejor que yo:
http://www.rae.es/consultas/tilde-en-que-cuales-quienes-como-cuan-cuantoaosas-cuando-donde-y-adonde
y la coma hace que uno se detenga sin motivo.
Por cierto hay también otras molestas comas y dos puntos.
“El Dr. Creía─ El Dr. Tras”. En estas dos frases caes en dos errores. Palabras que se abrevian no se usan abreviadas al escribir un relato ejemplos: Doctor, usted, señor, etc.
Al colocar punto en la abreviación y empezar a leer, da la impresión que son dos doctores con nombre de Creía y Tras. Uno sabe que no es así pero la puntuación así lo indica.
En cuanto al contenido hay mucha fuerza solo tienes que relatarlo con una redacción más fluida.
Saludos
Gracias por el análisis de mi relato.
Hola Tavi:
Gracias por tus apreciaciones. tomaré nota de ellas.
Te agradezco mucho el tiempo que has empleado en mi relato.
Gracias también por mandarme el enlace de las tildes.
Por cierto, he oído comentar que después de esta escena hacemos una pausa de vacaciones. ¿ tú sabes algo de eso?
Un fuerte abrazo compañero.
Hola Nicolás,
La idea es buena y el relato me pareció precipitado y confuso. Es obvio que tu estado y la falta de tiempo jugaron en contra.
Ya te han indicado lo importante: pulir la puntuación y revisar la narración con párrafos más largos. Te sugiero que trates de combinar frases largas y cortas.
Con una revisión tranquila mejorará sustancialmente.
Buen verano y un abrazo
Hola Roger:
Muchas gracias, compañero por tus apuntes a mi texto, tomo nota de ellos con gran atención.
Que también pases un feliz verano.
Un fuerte abrazo.
Hola Nicolás, disculpa que no lea esta vez tu relato para corregirlo pero he tenido muchas visitas y estoy algo cansada de hacer correcciones por lo que ahora solo leo por el placer de la lectura.
Solo quería dejar constancia de que he pasado por aquí a leer tu relato y de que me ha gustado.
Te deseo un feliz verano.
Hola Nicolás:
No quería dejar pasar esta oportunidad de leer tu relato a pesar de estar muy pillado de tiempo. Problemas de salud de un familiar me retienen durante mucho tiempo en el hospital y no ando muy centrado para comentar los relatos.
He leído el tuyo y he visto los consejos de los compañeros que me han parecido adecuados.
La historia es buena e imaginativa.
Deseo que te recuperes pronto de tus molestias de estómago.
Felices vacaciones.
Muchas gracias Vespasiano por tus generosas y amables palabras
Felices vacaciones para tí también