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El despertar de Scalhon - por EndikaPG
La vida no es sencilla cuando perteneces a los escalafones más bajos de la sociedad, y eso es algo que aprendí siendo niño. Me llamo Belgar, y como miembro de la casta de Sirvientes llevo a cabo labores sin honor. Los Agricultores y Ganaderos proporcionan alimento y estabilidad a nuestro reino; los Sanadores mantienen las plagas alejadas de hombres y animales; los Tramperos cazan y mantienen alejadas bestias e invasores de nuestras tierras. Todos cumplen su cometido en el sólido equilibrio que proporciona el sistema de castas del reino de Scalhon. Y sin embargo nosotros, los Sirvientes, cuya única labor es cumplir los deseos del resto de las castas, somos tratados poco menos que como mierda de Krun.
Para mí este sistema no tiene ningún sentido. Le veo más sentido al método del reino vecino de Mindelhon donde gobiernan los hombres más viejos y, por tanto, más sabios. Claro que esto da pie a interminables luchas entre familias y los asesinatos de los miembros más mayores, dentro incluso de un mismo clan. Aun así, esas personas tienen las riendas de sus vidas. ¡Casi hubiera preferido nacer en Oklhenhon, al otro lado del mundo, donde los gobernantes son elegidos por el color de sus ojos y su cabello!
Esta sensación de injusticia se ve acrecentada cuando el grueso de la población parece aceptar que existe una igualdad que no debe cuestionarse si no se quiere hundir el reino. Desde pequeños nos han inculcado la idea de que todo es una maquinaria bien engrasada en la que no existe una pieza más importante que otra, obviando el hecho de que solamente ciertas castas toman parte en asuntos de estado. Llevo varios ciclos sirviendo en el eje central de nuestra ciudad, y puedo asegurar que esas piezas de maquinaria están mejor engrasadas que mi familia. Se escudan en que ellos nos alimentan y por tanto cargan con una gran responsabilidad sobre los hombros, mientras que nosotros somos prácticamente sus esclavos.
Todo el mundo parece haber aceptado de buena gana que se extirpara del reino la casta de los Alquimistas. Portadores del conocimiento de la transmutación y la infusión de esencias, eran vistos como peligrosos rivales por las castas gobernantes, que convencieron al resto de castas de que tener en sus tierras a personas capaces de destruir una cosecha o asesinar su ganado era peligroso. En menos de una semana ese peligro había sido purgado de Scalhon.
Eso había sucedido hacía 18 años, los mismos que tengo yo.
Siempre había fantaseado con la idea de ser el hijo de un Alquimista que me hubiera entregado a los Sirvientes para salvar mi vida y preservar vivo su linaje. Sin embargo, lo único que guardo de mi madre es un viejo y ajado libro de recetas entre cuyas páginas solo se esconde el secreto del estofado de Cremolina y las Gastaletas asadas. Supongo que muchos otros niños fantasean también con la idea de ser un poderoso transmutador que cambiará el rumbo del reino y devolverá la igualdad a nuestras gentes, pero lo cierto es que por mis venas corre la sangre de una familia que desde el Gran Cataclismo se ha dedicado a servir a las otras castas.
Y es que, en nuestro sistema social, nuestro nacimiento marca en qué casta estaremos hasta el día de nuestra muerte. Quizá por eso me es tan difícil comprender el inmovilismo de los Sirvientes y la facilidad con la que parecen aceptar que no sirven para otra cosa que cocinar, vestir y limpiar para el resto de castas. Sin importar si tenemos otras dotes u otros dones, nacemos Sirvientes y morimos Sirvientes.
Escribo estas palabras porque quiero que, quien encuentre mi libro de recetas y las lea, comprenda qué me llevó a hacer lo que voy a hacer y por qué espero que no sea un gesto vacío, sino el comienzo de un movimiento que de verdad devuelva la estabilidad y la cordura a nuestro mundo.
Llevo varios soles planeando esto y otros tantos ciclos esperando a la oportunidad y preparándome para lo que va a suceder esta misma noche. Y quiero que tú, curioso lector, entiendas y hagas entender a la gente que es muy mala idea dar por hecho que el resto de personas te pertenecen, que es muy mala idea controlar por la vía del miedo, y que es muy peligroso menospreciar a aquellos que cocinan tu comida.
Hola EndikaPG, gracias por leer mi texto y por tu comentario. Tu relato me hizo viajar a un mundo de tierras intangibles, flotando en un mar imaginario. Me encanta que me pase eso, ya que no se puede poner un sitio en el mapa ni un tiempo determinado. Me gusta la literatura que transcurre como en un sitio paralelo. A su vez, deja un sabor de querer saber más, de querer conocer lo que el protagonista va a hacer esa noche, que si bien es una venganza, deja con las ganas de conocer qué es lo que hará.
Me gustó, me encantaría leer como sigue en próximas consignas 😛
Gracias por compartir.
Hola EndikaPG, te tomaste tu tiempo para pasarte por mi relato, así que creo que es lo suyo que yo haga lo mismo.
Lo primero que diré es que es muy original: entre tanto chef vengativo no esperaba encontrarme todo un mundo de fantasía, y yo que soy amante de lo fantástico me he visto enfrascado en esa forma de gobierno tan peculiar y que tan bien me parece que has dejado entrever.
Sin embargo le voy a poner un “pero” a tu escrito: Me parece más un ejercicio de creación de mundos que un relato en sí. No digo que esto sea malo, ¡ni muchísimo menos! Pero no hay acción en él. Has descrito muy bien un mundo con sus peculiaridades y parte de su historia, pero aparte de eso nos dejas en el momento en que la historia de verdad empezaría. Mi pequeño tirón de orejas viene porque no me gusta que me dejen con la miel en los labios, y de verdad me gustaría saber más sobre Scalhon, su sistema de castas y la revolución que el protagonista va a comenzar.
Espero leer más de ti, sigue así.
Un saludo.
Hola Endika, gran escena. Solo me ha chirriado una cosa en la oración: “Eso había sucedido hacía 18 años, los mismos que tengo yo.” la edad hay que escribirla con letras. Por lo demás, excelente relato. El “libro de recetas” y el reto muy bien jugados.
Lo mejor del relato, el protagonista. Muy conseguido.
¡Nos leemos!
Hay una extraña mezcla entre fantasía y ciencia ficción, casi se huele la distopía. Al estar entre las dos cosas no sé si aconsejarte leer a Robert E. Howard como sino hubiera un mañana, o a George Orwell, o a los dos.
Entiendo que crear un mundo distópico para un relato corto, pues oye, como que va a ser que no, así que no te voy a criticar el tema del relato en si, estás en tu derecho a escribir lo que creas conveniente, pero sí me gustaría que prestaras atención al tono, por eso te comentaba lo de Robert E. Howard que en eso es un verdadero maestro.
Un saludo.
Hola Endika:
Es la primera vez que te leo y por tanto la primera vez que voy a comentarte.
No soy muy entendido en historias fantásticas y por tanto no sé si sabré valorar tu relato como sin duda se merece.
La historia me ha parecido más una descripción de la forma de vida aceptada por un pueblo que una trama con conflicto, nudo y desenlace final.
Se intuye que el chico cansado de llevar esa vida y sentirse un ser inferior, perpetró una venganza envenenando a sus amos, pero me quedo con las ganas de saber cómo la llevaría a cabo.
La palabra ”transmutador”, no la veo incluida en el diccionario; si el verbo “transmutar”.
También veo escrito con mayúscula las palabras: Sirvientes Agricultores, Ganaderos, Sanadores, Tramperos, Alquimista y creo que deberían escribirse con minúscula.
Por otro lado no acabo de entender que significa “mierda de Krun”. He entrado en Google y veo que Krun es una comunidad de Alta Baviera situada en Alemania pero no se asociarla con la “mierda”, ni sé si tiene algo que ver.
En mi modesta opinión, creo que el penúltimo párrafo, lo escribiría después del último. Me parece que quedaría mejor encajado.
De cualquier manera tu historia me ha gustado y espero leerte en futuras ocasiones.
Felicidades.
Muy bueno 🙂 , la “moraleja” del final lo mejor, sorprendente y original. No soy muy de relato fantástico pero el tuyo ha sido ameno y divertido.
La parte formal no la comento pues bastante estoy necesitada yo de que me corrijan en esto como para corregir a otros.
Nos leemos. Saludos!
Hola Endika:
Leer tu relato ha resultado una experiencia muy grata. La descripción que haces de ese mundo fantástico resulta muy amena. Aunque coincido con Vespasiano en el orden de los últimos dos párrafos, me quedo con el interrogante de que repercusiones tiene para el futuro de Belgar su plan de acción.
Espero leer más relatos tuyos proximamente.
Gracias por vuestro tiempo, compañeros.
Tengo que reconocer que, como algunos habéis señalado, casi se trata más de un ejercicio de worldbuilding que de un relato en sí. Quise enmarcar tanto mi relato que acabé gastando mi espacio en contar cómo era el mundo, dejando de lado la acción, que es lo que quizá debería primar en un escrito de 750 palabras. ME senté delante del ordenador pensando en escribir un relato y en mi mente inventé todo un mundo. Quise abarcar demasiado, y apreté poco.
SBMontero, conozco la obra de ambos, y siempre me ha parecido que Robert E. Howard tira a la misantropía, como le pasara también a Jonathan Swift, así que no sé si quedarme con su tono 😛
Wolfdux, tienes razón, se escriben preferentemente con letras los números de una sola palabra. Ni lo ví.
Vespasiano, al ser fantasía me he tomado ciertas licencias, como inventarme nombres de cosas (Krun, Gastaletas, Cremolinas), al igual que los nombres de las diferentes naciones y los nombres de cada una de las distintas castas, razón por la cual van en mayúscula.
De nuevo, chicos, gracias por tomaros vuestro tiempo en leerme y comentar.
Un abrazo.
EndikaPG.
Muy bueno el relato, me gusto mucho la pintura de ese mundo de castas.
El final , deja una gran moraleja.
Me gustó
Nos seguimos leyendo
Estimada Endika PG
Tu cuento deja al lector con muchos pensamientos al ser trasladado de una forma amena a un mundo injusto.Y me gusta que los cuentos hagan pensar, reflexionar al lector. Por otro lado siento que tu cuento es mäs una carta que una historia.De todas formas disfruté leerte.
Te sigo