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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Recuperar la sonrisa - por María

El autor/a de este texto es menor de edad

"Y por último Añadir 250 g de azúcar" Leyó en el libro de recetas después de 45 minutos de haberla metido en el horno, raspar las esquinas quemadas del bizcocho y glaseado con un color azul radiactivo. Para evitar verlo lo máximo posible metió la tarta en el artilugio que su mujer había comprado hace 5 años, era una base sobre la que se ponía una tapa con forma de bóveda para proteger el bizcocho. Cogió el extraño aparato y salió de su casa cerrando de un portazo, se montó en el coche y se dirigió hacia el colegio de sus hijos.

Milo, el más pequeño de todos estaba sentado con las piernas y brazos cruzados, tenía la cara redondeada con unos ojos marrones que brillaban como dos monedas de cobre, y debajo de estos unas mejillas repletas de pecas. Al lado suyo estaba sentado Cosme, el mediano, que parecía estar tocando el piano con sus manos, mientras tarareaba una canción por lo bajo, lo único que hacía posible diferenciar a Cosme de Milo era que el mediano tenía los ojos verdes y orejas de soplillo. Por último estaba Argos, el único que había adoptado algunos rasgos de su padre, a René le gustaba mirarle y ver su nariz en la de su hijo, los mismos ojos azules y la misma boca por la que habían estado ahorrando años para arreglársela.

René pulsó el claxon a fin de que se subieran al coche, una vez que todos se hubieron puesto el cinturón René reanudó la marcha. Al principio hubo un silencio sepulcral, donde el ruido del intermitente era lo único que lo interrumpía, hasta que uno de los dos más pequeños hizo una pedorreta.

—¡Qué asco Cosme! ¡Como vuelvas a hacer eso te vas a enterar!— gritó Argos mientras se tapaba la nariz con su jersey y Milo se reía.

—¡No he sido yo! ¡Ha sido Milo! ¿Quién crees sino que se va a tirar un pedo delante de todos?— protestó Cosme.

—¡Oye, que ha sido con la mano!—dijo Milo

—¿Y si ha sido con la mano a que huele? ¿Eh? —

—¡A ti!— dijeron a la vez Milo y Cosme, René estaba tan ocupado intentando no perderse que ni siquiera oía la conversación, por su ventana solo veía manchas verdes que pasaban a toda velocidad, para despertarse intentó poner la radio pero era prácticamente imposible opacar los gritos de sus hijos, que seguían discutiendo.

—¡Milo!—

—¡Qué!—

—¡Para de dar patadas en mi asiento! ¡Me está empezando a doler la espalda!—

—A ver vamos a tranquilizarnos todos un poco— dijo René — Milo deja de dar patadas al asiento de tu hermano, Argos déjate de quejarte que para algo eres el mayor, y Cosme—

—¿Si papá?—

—Deja de mover las manos como si tocaras el piano— hubo silencio por un minuto, pero entonces vio que todos ellos tenían el ceño fruncido, soltando un suspiró René cogió aquel aparato tan extraño, y aprovechando un semáforo en rojo empezó a cortar el bizcocho. —Comed un poco anda, pero no me manchéis el coche de migas ¿vale?—

—¡Cómo mola papa! ¡Un bizcocho de pitufos! — dijo Milo

Una vez más volvió a mirar por el espejo retrovisor, y se encontró que solo dos de ellos habían quitado su gesto de enfado. Pensando en maneras de cómo hacer que su hijo se alegrará un poco, cogió un Cd que tenía guardado en la guantera y lo puso. Al de dos canciones su hijo empezó a reconocer la melodía.

—¿Está es la canción favorita de mamá no? — dijo Argos sonriendo, contento por haber conseguido alegrar a sus tres hijos logró llegar al hospital, 10 minutos más tarde consiguió encontrar un sitio donde aparcar.

—¿Argos puedes llevar el bizcocho? Vale, Cosme y Milo, sois los encargados de llevar las flores ¿Está bien?— todos asintieron, pero a René se le volvió a desinflar un poco el corazón, viendo a sus hijos con caras serias otra vez, sin saber qué hacer esta vez, se adentraron juntos en el hospital hasta llegar a la habitación de su esposa. Tenía el rostro muy delgado, con los labios secos y un poco decolorados, ya sin ningún rastro de su bonito pelo en su cabeza, pero en cuanto vio entrar a sus hijos René vio cómo cambiaba el color de la habitación, los ojos de su esposa brillaron, y bajo sus labios apareció una sonrisa blanca que iluminaba la habitación, y no pudo evitar sonreír cuando vio a sus hijos reír de nuevo.

—¡Mamá!—

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7 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola María:
    me ha gustado tu relato.
    Se intuye tu edad al leerlo, pero está bien construído y tiene un ritmo interesante.
    Sólo una acotación: un trabajo no está terminado cuando ha finalizado la escritura. Recién ahí empieza. hay que corregir y revisar y volver a corregir leyendo en voz alta, para que los detalles nos lleguen al oído.
    Hay que cuidar mucho el detalle como en el caso de :”Y por último Añadir 250 g de azúcar” ese añadir nunca puede ir con mayúscula.
    O el guión largo al final de un diálogo. Para eso hay interesantes artículos en los textos del taller que te ayudarán a ir puliendo tu escritura.
    Recién empiezas, este es un trabajo largo que para mucha gente con suerte dura toda la vida.
    Te seguiré leyendo.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 22:01
  2. 2. drow_jack dice:

    Hola María.
    El contenido del texto está muy bien, aunque te odio por ir a tocar la fibra. Es un odio sano (Obviamente bromeo).
    Aprovecho que he usado paréntesis para expresarte una aclaración porque también existe otra forma de hacerlo, usando guiones largos —Sí, con esto te estoy colando una corrección—.
    Reafirmo lo que ha mencionado Luis en su comentario. Los diálogos solo llevan un guion inicial. Si usas guion al principio y al final —como he hecho yo antes o como estoy haciendo ahora, por ejemplo—, pues introduces una aclaración dentro de un narración, no un diálogo.
    Hay que pulir, como nos pasa a todos, pero no está mal, es fluido, se entiende y se percibe. Por cierto, me han encantado los nombres de los protagonistas, muy particulares.
    Saludos.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 20:35
  3. 3. K.Marce dice:

    Saludos María:

    Creo que eres la misma que me ha comentado y leído mi relato, así que de ser así, te devuelvo la visita.
    Siempre inicio con las mejoras de los textos, para al final detallar lo que me ha gustado del mismo.
    Ya te comento Luis Ponce sobre el la mayúscula en “añadió”. Luego inicias con mayúscula, pero obviaste el punto anterior a “Luego”.
    Soy quisquillosa con los números. Estos siempre se escriben en letras. Es decir, que esos cuarenta y cinco minutos y cinco años, va en letras, no como 45 o 5. Te detallo cuando se permite escribir en números: Direcciones/Coordenadas (221B Baker Street/45° norte), Cuando el texto no puede ser cambiado (Página 12, 101 Dalmatas, Piso 8) cuando no puede ser sustituído por letras (18°C, el premio de la Loteria Nacional es de 105,745.278.00 dólares). En tu caso, 250 g es correcto, porque se entiende que así está escrito en el libro de recetas.
    Debes fijarte en la sintaxis de las frases. Aquí hay error:
    «Para evitar verlo lo máximo posible metió la tarta..»
    Si hablas de que no puede ver la tarta, debe ser “verla”, ya que si escribes “verlo” es masculino, y se comprende que es a la tarta (o lo cambias por “el pastel”) y lo guarda en el artilugio* (?) que debe ser un contenedor.
    *Te recomiendo que uses siempre un diccionario, así estes segura que si usas una palabra, ésta tenga el contexto correcto.
    Y lo que te han dicho sobre las formas correctas de escribir un diálogo. Evita la raya cuando no tiene continuidad de acotación narrativa, y no hay continuidad en el diálogo en sí. Y para aclararte, la acotación siempre irá pegada en la primera y última letra. De esta forma para que comprendas:

    —A ver, vamos a tranquilizarnos todos un poco —dijo René—. Milo deja de dar patadas al asiento de tu hermano, Argos deja(te) de quejarte que para algo eres el mayor, y Cosme…

    La historia es muy sencilla y simple, no por eso, no significa que no sea llamativa. Se puede denotar la ansiedad en el padre que tiene que lidear con sus tres hijos pequeños. Y al final, entender la razón del por qué parece ser un “papá soltero”, con una esposa y madre hospitalizada.
    Marcaste la (R) del reto, pero en ninguna parte de la historia hay una venganza.

    Tal como te aconsejan los demás compañeros, el arte de escribir es escribir, leer, corregir, aprender, y volver a escribir. Un arte que nunca sea jóvenes que se entusiasman por las letras, yo me enamor deja de aprender, porque la lengua es viva y cambia.
    Me alegra mucho encontrar jovenes que se entusiasman por las letras; yo me enamoré de ellas a los seis años de edad, comencé a escribir “más en serio” a los once… Y créeme, no dejo de aprender. Sigue adelante. 🙂
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 06:55
  4. 4. José Torma dice:

    Hola María, al igual que KMarce, intuyo que fuiste tú quien visito mi relato y aquí estoy regresando la cortesía.
    No machacaré sobre lo que ya te dijeron. Te pasaré mejor un consejo que a mí me ayuda a tener menos coscorrones de los compañeros.
    1.- Escribe sin restricción, plasma todo lo que sale de tu cabeza.
    2.- Cuando llegues al punto final, toma un respiro y lee de nuevo, de preferencia en voz alta. En ese momento veras las pausas y te darás cuenta si tienes bien las comas, punto y seguido o punto y coma.
    3.- Revisa tus verbos (tiempos verbales) y la concordancia de género, que lo masculino sea ‘o’ y lo femenino ‘a’.
    4.- Una vez que has hecho lo anterior, tu texto estará muy mejorado. Ayuda también que tengas un grupo de Beta lectores, que no es otra cosa que tus padres, hermanos o amigos. Un par de ojos nuevos, siempre ven mejor que los de uno que ya está muy metido en la historia y no ves si pusiste historio o historia.
    La edad para mí no es problema, hay gente aquí muy joven que escribe con una madurez envidiable. Si estas empezando, no decaigas. La historia, no por sencilla es desechable, el entramado detrás de la situación de este padre que tiene que cocinar, liarla con hijos y aparte visitar a la esposa enferma, es un buen drama.
    Por mi parte te felicito y te animo a que continúes en esto que es puro aprendizaje.
    Un abrazo y felicidades.
    José
    p.d. no sigo los comentarios, por lo que si te apetece comentarme algo, te agradeceré lo hagas en mi correo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:35
  5. 5. A.R.Payán dice:

    Hola María.
    Creo que los compañeros estan acertados y aunque te han recomendado trabajo pera los próximos textos, (no voy a decirte más de lo mismo). He de decir que tu historia se expresa con facilidad.
    La ortografía si la veo muy correcta y eso se agradece a la hora de leer.
    La escena del coche esta descrita de tal forma que me la he imaginado al dedilllo.
    El final dramático sentimental refuerza aún más la historia.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 22:09
  6. ¡Qué elogio leer tu historia, estimada María y todas las gratas recomendaciones que has despertado! Me has recordado a mi hija, quien desde temprana edad, ¡se ha transformado en una pequeña escritora también! Continúa así. Escribir es un arte maravilloso, mágico y capaz de estimularnos a conocer mucho más de nosotros mismos. Saludos cordiales, desde la casilla 160.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 21:25
  7. 7. José Luis Jaimes dice:

    Hola María. Estoy releyendo tu texto por tercera vez y tomando mis apuntes para una devolución cuidadosa, dentro de las posibilidades que me asisten.Tu relato tiene, a mi entender, la atmósfera más lograda en el vínculo del padre con sus hijos y ese bello y familiar itinerario hasta el nosocomio donde está internada su mujer, la madre de ellos.
    Paso a darte estas devoluciones:En el comienzo colocás una mayúscula en Añadir que estoy seguro responde a una omisión en el acto de corregir. Luego decís:”después de de 45 minutos de haberla metido en el horno” y utilizás haberla, un verbo que corresponde a un sustantivo femenino que correspondería a ¿tarta?, pero continúa con el sustantivo bizcocho, que es masculino y usas glaseado para lo que tal vez deba decirse, “glasear” con un color azul radiactivo. En definitiva, esa oscilación entre bizcocho y tarta da la sensación que el sustantivo no encuentra el artículo que le corresponde. El resto es interesante y solo depende de tu decisión de acomodar las formas.
    Quiero seguir leyéndote y brindo por tus futuros escritos.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 01:02

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