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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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¡¿Otro par de zapatillas?! - por Claudia Bellini

¡¿Otro par de zapatillas?!

Lo había criado como si fuese su propio hijo. Su madre biológica, una joven sin familia que trabajaba en una granja cercana, murió poco después de dar a luz. Carmen, que ya había cumplido los cuarenta años y seguía viviendo, en su casa familiar, sola desde el fallecimiento de sus padres, no dudó en hacerse cargo de él, evitando que lo enviasen a algún centro de acogida de cualquier ciudad. Eran otros tiempos y otro lugar. No hubo quién se opusiese.
Hasta que cumplió los dieciocho, simplemente, fueron felices. Después él izó el vuelo en busca de trabajo y aventuras. Ella siguió en su casa familiar. Otra vez sola.
Cada mañana daba de comer a sus animales, cuidaba su huerta y recogía los alimentos que cosechaba, también hierbas y frutos silvestres. Limpiar, envasar, encurtir, salar o cocinar con todo ello era su gran pasión y mayor entretenimiento.
Los primeros años apenas volvió. Su vida giraba en torno a una vorágine de mujeres, alcohol, fiestas y éxito personal que en poco tiempo le hizo creer que ésa era y había sido su única vida.
Su cuerpo y su mente no tardaron mucho en decir basta, y entonces volvió. Fueron quince días de cuidados y mimos. Sueños entre sábanas de algodón recién planchadas, paseos interminables, y sobre todo, las mejores y más abundantes comidas que recordaba haber tomado en los últimos años.
De regreso a la ciudad montó un pequeño café que además ofrecía comidas. Su plato estrella era uno de los que Carmen le había preparado.
El primer año la visita duró quince días, después doce, diez, ocho… y últimamente ni siquiera se quedaba a dormir una noche. Llegaba a media mañana, y después de comer, de nuevo tomaba rumbo a su vida en la ciudad.
Su pequeño café se convirtió en un restaurante de renombre, en el que cada año presentaba un nuevo plato con el que conquistaba a los paladares más exquisitos de la alta sociedad. Su éxito crecía al mismo nivel de desdén hacia quien lo había cuidado y querido desde el principio.
Ya se había acostado cuando sonó el teléfono que colgaba en la pared de la cocina.
—¡Buenas noches! ¿Ya estaba dormida? El próximo martes pasaré a visitarla. Espero que pueda prepararme uno de sus deliciosos platos —le dijo Samuel sin apenas tiempo a que reaccionase.
—¡Hola!¡Cómo me alegro de oírte! ¿Podrás quedarte algún día…? —comenzó a contestar Carmen cuando, sin ninguna opción, él se despidió dejando el sonido de una línea cortada al otro lado del teléfono.
Ese martes la niebla apenas se levantó en todo el día. Ya estaban en otoño y las temperaturas cada vez eran más bajas. Encendió la chimenea y se dispuso a cocinar dos platos de los que sabía que tanto le gustaban. Como novedad, este año le prepararía una tarta de moras que había estado recogiendo la tarde anterior por los bosques cercanos.
No era la primera vez que la horneaba. Todas sus comidas y postres los probaba una y otra vez, cambiando ingredientes o tiempos de cocción, hasta dar con el punto exacto. Cuando lo conseguía, sacaba su cuaderno de recetas y anotaba paso a paso la elaboración del plato en cuestión. A lo largo de los años lo había ido completando, con todo lujo de detalles, dibujos y anotaciones. Cualquiera de las recetas allí plasmadas podría ser digna merecedora de los mejores premios gastronómicos.
Llegó tarde y con prisas. Apenas un beso en la mejilla y sobre la mesa le dejó el regalo. Un regalo cada año.
—¡Zapatillas! ¡Todavía tengo sin estrenar las que me trajiste el año pasado!
La comida estaba deliciosa, la conversación pobre y entrecortada con las continuas llamadas que realizaba desde su teléfono móvil.
Como siempre, al terminar, la instó a que se tumbase un poco. Ya se encargaba él de recoger la mesa y la cocina.
—¡Como quieras! —contestó Carmen con la mirada más triste que había dibujado en sus casi ochenta años. Pero deja que antes avive la chimenea, hoy hace mucho frío.
Durante varias horas lo escuchó abrir y cerrar cajones, armarios, mover sillones… Mientras tanto, el fuego seguía crepitando entre leños y hojas de papel.

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13 comentarios

  1. 1. Elvis Christie dice:

    Hola Claudia:

    Tu relato me ha gustado, pero te voy a hacer dos anotaciones de lo que me choca de él, todo ello con ánimo constructivo:

    En primer lugar, el punto de vista del relato baila demasiado entre la protagonista y su hijo. Me explico: se inicia observando a la protagonista, su pasado, sus motivos… y de repente salta a repasar y casi juzgar la vida de su hijo. Entiendo que el escritor lo sabe todo de sus personajes, pero tiene que elegir un punto de vista. Si ese punto de vista es el de la madre, cuando se hable del hijo debe hacerse desde el punto de vista de aquélla. De esta manera, el lector se identifica con el protagonista y ve a través de sus ojos. En otro caso, el lector nunca sabe dónde está la cámara principal ni cuál es su posición en el relato.

    Y, en segundo lugar (aunque probablemente como consecuencia de lo anterior) el final nos deja un poco fríos. En mi caso, no sé si la madre agradece la visita del hijo y sus atenciones o, por elcontrario, le critica que siempre le regale lo mismo y vaya poco a verla. Y creo que esta frialdad y dudas se deben a que durante el relato no he llegado a identificarme con la protagonista (y a conocer sus emociones) porque el punto de vista nunca ha estado correctamente centrado.

    No obstante, te repito que el relato me gusta y creo que lo puedes mejorar muchísimo si le prestas un poco de atención y focalizas la idea central y la protagonista.

    Un saludo

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 12:59
  2. 2. Claudia dice:

    Hola Elvis Christie:
    Muchas gracias por tu comentario, que además creo que es muy acertado.
    He vuelto a releer mi texto fijándome en tus anotaciones y realmente estoy de acuerdo en que cualquier persona que desconozca lo que yo imagino para mis personajes posiblemente se encuentre un poco perdido.
    Volveré a trabajar sobre mi texto para intentar darle nueva forma sin perder la esencia de lo que traté de transmitir.
    Muchas gracias!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 17:52
  3. 3. David Rubio dice:

    Hola Claudia,
    Siguiendo las normas del taller paso a detallarte un comentario un poco más extenso.
    Lo leí ayer y lo he vuelto a leer hoy. El relato me gusta. El final me parece adecuado. Me gusta cómo utilizas el símbolo de las zapatillas, algo parecido como regalar corbatas o colonias. El tema del relato es el desapego de los hijos respecto a los padres, en este caso la madre adoptiva. Ella que lo crió, que siempre estuvo ahí para cuando el hijo la necesitara, solo recibe un regalo formal, casi burocrático, un regalo de compromiso, sin amor, que se repite año tras año.

    Como sugerencia, decídete sobre el punto de vista del narrador. O es la madre, o es el hijo. Mezclar los dos en un relato tan corto crea confusión en el lector. En mi opinión y dado el tema me decantaría por el punto de vista de la mujer. La vida del hijo podrías mostrarla mediante diálogos. Podría estructurarse en tres partes, con las tres visitas del hijo en las distintas etapas de su vida. Mostrando en cada una de ellas que reclama de su madre mucho más de lo que él parece ofrecer.

    Otro aspecto que podrías considerar es el tiempo del relato. El relato se narra desde la lejanía durante casi todo el desarrollo, pero al final, cuando se dice: “Llegó tarde con prisas” El tiempo se centra en una tarde. Este contraste de tiempos narrativos me chirría un poco. Podrías considerar estructurarlo en escenas concretas que marcaran el paso del tiempo, así compensarías que el tiempo narrativo estuviera compensado.

    Otra cosilla. Aunque entiendo que viene a reforzar el mensaje del relato. No me ha gustado esa vida libertina inicial del hijo, me ha parecido un tanto cliché. No hace falta darse al alcohol, al vino y a las mujeres para no atender a tus padres. Puedes desantenderlos llevando una vida más acomodada.

    Como verás son cosas puntuales. Se nota que hay una idea detrás, una intención en lo que se cuenta y está escrito con corrección.
    Espero que te haya resultado útiles estas observaciones.

    ¡Saludos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 00:02
  4. 4. Claudia dice:

    Hola David Rubio,

    Gracias por comentar mi texto.
    Realmente estoy totalmente de acuerdo contigo, al volver a releerlo me doy cuenta de todos los errores en cuanto a tiempo y punto de vista que he cometido. Creo que lo he escrito sin pensar en que el lector no tiene ningún conocimiento sobre la historia que yo he imaginado.
    Un comentario muy constructivo desde el que volveré a darle una vuelta (o varias) a mi texto.
    Muchas gracias!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 08:45
  5. 5. Paola dice:

    Hola Claudia

    El relato tiene partes buenas y me ha gustado. Al igual que los compañeros pienso que lo de las zapatillas es buena idea y el final también.
    Cuando yo empecé en esto recibí un comentario que me hizo cambiar completamente la forma de escribir y creo que puede servirte a ti también:

    Intenta expresar todo lo que relatas en escenas. Me explico: la primera parte puedes convertirla en una escena en la que la mujer está trabajando en el campo con las gallinas y piensa en su hijo, en lo que estará haciendo y en el tiempo y amor que ella le ha dedicado. O está sentada en la mesa ante la chimenea mirando fotos antiguas…
    La siguiente escena puede ser la del hijo atareado en el restaurante repleto de gente y piensa en el poco tiempo que tiene para ir a ver a su madre pero tendrá que sacar un ratito para hacerse con una nueva receta. Le puedes poner entre fogones cometiendo un error y diciendo:¡Si mi madre estuviera aquí….

    Son solo unas ideas sin pensar demasiado. Simplemente para que captes el concepto.

    Espero haberte ayudado.

    Ciaociao Paola

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 16:54
  6. 6. Claudia Bellini dice:

    Hola Paola,
    Muchas gracias por tu comentario. Gracias a las anotaciones que voy recibiendo me doy cuenta de los errores cometidos y estoy rehaciendo el texto.
    La idea de las escenas creo que será de gran ayuda. Intentaré ponerla en práctica.
    Muchas gracias!
    Saludos,

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 20:45
  7. 7. Cesar Henen dice:

    Hola Claudia te reitero el saludo y el agradecimiento a tu comentario en mi relato.

    Yo no tengo tanto problema con las transiciones entre tus personajes, y no es que no importe es quizá la forma en que tu narrador omnisciente cuenta la historia, tu narrador estuvo bien elegido pero mal usado, tu no podías haber usado un narrador testigo o narrador en primera persona por que la historia en si no lo permite, la mamá no puede saber que hace o hizo el hijo si este se va y nunca le cuenta nada.

    Tengo la sensación de que cuando escribías tú historia te la imaginabas como en una película, dando saltos entre personajes, y por eso se te pasaron algunos detalles con tu narrador.

    Otra cosa que veo es la forma que manejas los tiempos verbales, ejemplo:
    “Los primeros años apenas volvió…” Volvió es un verbo en pretérito perfecto simple donde la acción del verbo ya no se repite es decir que si volvió ya no se fue, sin embargo vuelves a dar a entender que se fue al poner esto: “Su cuerpo y su mente no tardaron mucho en decir basta, y entonces volvió” Vuelves a usar la misma acción del verbo y más adelante escribes: “el que conquistaba a los paladares más exquisitos de la alta sociedad. Su pequeño café se convirtió en un restaurante de renombre, en el que cada año presentaba un nuevo plato” Tus historia cuenta que el hijo siempre volvía por las recetas de su madre año atrás año por eso creo que está mal usado el verbo volvió en toda la historia.

    Lo que yo hubiera cambiado es que le agregaras pronombres o el nombre del personaje y la conjugación del verbo, volvió por volvía, para que te quedara así:

    Yo veo que tu historia si está dividida en escenas; está el campo, el restaurante, la ciudad, la casa. Esas son las escenas donde ocurre la acción, tu problema no es tanto que no esté divido en escenas, porque si lo está, tu problema es que trabajes mas a tu narradores o elige uno que te guste más y escribe desde su perspectiva.

    Recuerda que si tú escribes algo como lo piensas no siempre va a resultar comprensible para todos, y es que a diferencia de un libro a una película, en las películas no hay narradores,en algunas sí, no en todas, por eso tu narrador debe saber expresar lo que en el cine no se hace si no hay un narrador como personaje.

    Si escribieras un guion con esa historia o un pequeño fragmento aun con el narrador como un personaje más, también a él tendrías que ponerle las palabras adecuadas a decir, para que no te pase lo que te paso.

    Más allá de esos errores tu historia me ha gustado y he entendido que:
    Samuel un hijo adoptado, que jamás supo agradecer los cuidados de Carmen,quien a falta de su verdadera madre,cuido de él dándole todo su cariño; este le paga con abandono y traición, robando le años tras año las recetas que ella escribía. Cansada de ese trato por parte de Samuel, en su última visita,Carmen a viva el fuego de su chimenea con madera y hojas, hojas que contienen recetas. mientras Samuel busca ese libro y una nueva receta.

    Excelente historia Claudia, cuida a tu narradores en como cuentan la historia y las conjugaciones de lo verbos.

    Saludos…

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 01:39
  8. 8. Cesar Henen dice:

    Hola Claudia te reitero el saludo y el agradecimiento a tu comentario en mi relato.

    Yo no tengo tanto problema con las transiciones entre tus personajes, y no es que no importe es quizá la forma en que tu narrador omnisciente cuenta la historia, tu narrador estuvo bien elegido pero mal usado, tu no podías haber usado un narrador testigo o narrador en primera persona por que la historia en si no lo permite, la mamá no puede saber que hace o hizo el hijo si este se va y nunca le cuenta nada.

    Tengo la sensación de que cuando escribías tú historia te la imaginabas como en una película, dando saltos entre personajes, y por eso se te pasaron algunos detalles con tu narrador.

    Otra cosa que veo es la forma que manejas los tiempos verbales, ejemplo:
    “Los primeros años apenas volvió…” Volvió es un verbo en pretérito perfecto simple donde la acción del verbo ya no se repite es decir que si volvió ya no se fue, sin embargo vuelves a dar a entender que se fue al poner esto: “Su cuerpo y su mente no tardaron mucho en decir basta, y entonces volvió” Vuelves a usar la misma acción del verbo y más adelante escribes: “el que conquistaba a los paladares más exquisitos de la alta sociedad. Su pequeño café se convirtió en un restaurante de renombre, en el que cada año presentaba un nuevo plato” Tus historia cuenta que el hijo siempre volvía por las recetas de su madre año atrás año por eso creo que está mal usado el verbo volvió en toda la historia.

    Lo que yo hubiera cambiado es que le agregaras pronombres o el nombre del personaje y la conjugación del verbo, volvió por volvía, para que te quedara así:

    Yo veo que tu historia si está dividida en escenas; está el campo, el restaurante, la ciudad, la casa. Esas son las escenas donde ocurre la acción, tu problema no es tanto que no esté divido en escenas, porque si lo está, tu problema es que trabajes mas a tu narradores o elige uno que te guste más y escribe desde su perspectiva.

    Recuerda que si tú escribes algo como lo piensas no siempre va a resultar comprensible para todos, y es que a diferencia de un libro a una película, en las películas no hay narradores. En algunas sí, no en todas, por eso tu narrador debe saber expresar lo que en el cine no se hace con todas las palabras del narrador. Si escribieras un guion con esa historia o un pequeño fragmento aun con el narrador como un personaje más, también a él tendrías que ponerle las palabras adecuadas a decir, para que no te pase lo que te paso.

    Más allá de esos errores tu historia me ha gustado y entendido sobre ella, que:
    Samuel un hijo adoptado, que jamás supo agradecer los cuidados de Carmen a falta de su verdadera madre, este le paga con abandono y traición a quien cuido de él dándole todo su cariño, robando le años tras año las recetas que ella escribía. Cansada de ese trato por parte de Samuel, en su última visita, Carmen a viva el fuego con madera y hojas, hojas que contienen recetas, mientras Samuel busca ese libro y una nueva receta.

    Excelente historia, cuida a tu narradores en como cuentan la historia y la conjugaciones de tus verbos.

    Saludos…

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 01:44
  9. 9. Claudia Bellini dice:

    Hola Cesar,
    Muchas gracias por tu comentario.
    La esencia de lo que quería contar la has resumido perfectamente en el último párrafo. Es verdad que al volver a releer mi texto una y otra vez, más me doy cuenta de todos los errores que tan bien habéis detectado y comentado.
    Ya le estoy dando vueltas y anotando todo aquello en lo que podría mejorar, que sin duda es mucho, pero que para mí es un reto del que dusfruto mucho.
    Muchas gracias!
    Saludos,

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 11:04
  10. 10. iosu dice:

    Hola Claudia:

    Por empezar por el principio, el título no es necesario que lo pongas al principio del texto ya que te lo pide cuando haces el envío. Por otro lado nos anuncia una falta de interés, así que le va bien.

    Sería mejor que separaras los párrafos con un espacio, no solo con punto y coma. Siempre la vista lo agradece.

    Me ha llamado la atención el uso, abusivo para mi gusto, del posesivo SU/S ya que en un texto de 700 palabras exactas está 21 veces si no he contado mal.

    El narrador omnisciente está bien planteado ya que creo que no cabe otro. Coincido con los otros comentaristas en que ese cambio de persona de quien hable el narrador no está bien logrado. Empieza hablando de la madre, en el párrafo “los primeros años volvió…” cambia al hijo. Luego cambia del hijo a la madre en el párrafo “Ya se había acostado…” para volver al hijo en el diálogo y así sucesivamente. No obstante no ha sido obstáculo para que haya podido seguir el relato sin despistes.

    Me ha gustado mucho como veladamente, sin decirlo expresamente, has MOSTRADO la faceta ladrona del “hijo” y la venganza de la madre quien, harta de tanto desprecio, quema cuaderno. Para mí está muy logrado.

    En definitiva, me ha gustado la idea, el planteamiento y ese final magnífico.

    Un abrazo

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 17:47
  11. 11. Claudia Bellini dice:

    Hola Iosu:
    Muchas gracias por el último párrafo en el que entre otras cosas calificas mi final como magnífico, pero sobre todo por todo lo demás que sin duda me ayudará a mejorar.
    Es la primera vez que escribo aquí un texto. No volveré a poner el título.
    Los párrafos separados harán la lectura más agradable, tomo nota.

    Y en cuanto al uso del posesivo su, no me había dado cuenta, acabo de releer el texto y sí, hay muchos. Lo tendré en cuenta.
    Muchas gracias!!!

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 20:34
  12. 12. Cryssta dice:

    Hola Claudia, con gusto te devuelvo la visita.

    Como lo que te han dicho los compañeros te va a obligar a cambiar parte del relato yo no voy a hacer una corrección exhaustiva. Sí te diré para que lo tengas en cuenta que sobra “y otro lugar” y que ya que “eran otros tiempos” seguro que lo que llamas “centro de acogida” se llamaría entonces “orfanato”. Y como ya has dicho que vivía en “la casa familiar” no hace falta que repitas “familiar” después.

    A mí me ha gustado lo de las zapatillas porque es así como la trata, como a unas zapatillas. El final está muy bien aunque yo quitaría “Durante varias horas”, ya se imagina que necesitará tiempo para buscar por todas partes y el papel no necesita “varias horas” para quemarse.

    Espero haberte ayudado con mi pequeña aportación.

    Un abrazo.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 13:05
  13. 13. Claudia Bellini dice:

    Hola Cryssta,
    Muchas gracias por comentar mi texto. Con las anotaciones que ya me han hecho los compañeros he cambiado partes del relato intentando mejorar.
    Aún así esos dos detalles que comentas creo que son muy acertados y lo tendré en cuenta.
    Muchas gracias por tus palabras.
    Saludos,

    Escrito el 25 octubre 2016 a las 09:20

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