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Dulces Domingos - por Patricia Redondo

Los odiaba. Mientras se arreglaba ante el espejo intentó componer una sonrisa pero el gesto se quedó en una desagradable mueca.
Desde que Marta tuviera la genial idea, los fines de semana se habían convertido en una tortura.
¿Y a quien sino a Marta se le iba a ocurrir semejante cosa? La hija modelo, la esposa modelo….Maldita sea.
-Hagámoslo por mamá-dijo en el funeral-A ella le habría gustado. Ella lo habría querido así.
-¡Naturalmente!-dijeron todos-Será fabuloso.
A partir de ese momento los fines de semana habían pasado de ser un agradable y perezoso paréntesis donde uno podía disponer de sus horas como quisiera a ser un pesado compromiso donde era necesario madrugar, planificar, comprar y cocinar.
El Domingo todo culminaba con la gran reunión gastronómico-familiar en que todos se sentaban a la mesa a honrar la memoria de su madre y degustar los platos que ella misma había preparado antes, sacados de un antiguo libro de recetas.
Sus hermanas eran buenas cocineras, pero ella no. Jamás se le dio bien. Lo había intentado pero solo conseguía que lo que cocinaba fuera medianamente comestible, a veces ni eso. ¿Y a quien le importaba? A nadie hasta entonces, pero la idea de su hermana mayor de congregarlos a todos para volver a degustar los preparados de mamá, la había puesto en la picota.
Acabó de arreglarse y fue a la cocina. Frente a la nevera musitó una pequeña plegaria mientras sacaba un recipiente metálico.
Por favor , por favor- susurró mientras iba desmoldando el contenido sobre un recipiente de cristal. El flan bailó un rato ante sus ojos para acabar desmoronándose en una masa informe. Se mordió los labios desesperada ¿Cómo era posible? Había seguido paso a paso la maldita receta.
Su marido miró por encima de su hombro y dijo:
-No pasa nada cariño. Lo importante es estar juntos.
Se estremeció. Ese “juntos” le sonó a traición, a abandono.
-¿Juntos con quien?-pensó- Juntos nos pertenecía. Eramos tú y yo compartiendo las palomitas una tarde de cine de domingo. Comiendo cualquier cosa mientras nos reíamos viendo la televisión. Durmiendo la siesta los fines de semana. ¿Y ahora?
-Vámonos-dijo cerrando con fuerza el tupper.
Les abrió Marta exhibiendo una radiante sonrisa de dientes perfectos.
-A la cocina por favor –dijo mientras abrazaba a su marido con un gesto tan cálido y efusivo que casi parecía un adulterio. Tan afectuosa , tan guapa , tan maravillosa anfitriona, tan…
Le vinieron ganas de golpearla.
En el office, desplegados sobre la mesa, estaban los flamantes platos preparados por sus hermanas.
-¿Qué tal cuñadita?-le dijo el marido de Agueda.
Le devolvió una sonrisa forzada. No soportaba a Jorge. Era la típica persona que hablaba siempre sentando cátedra. En esta ocasión el tema era “vinos” y, naturalmente, sabía más que cualquiera de los que estaban allí. Pronto se unió su marido a la conversación enumerando con entusiasmo sus últimos descubrimientos en materia enológica.
Lo miró con tristeza. ¡Como si alguna vez hubiera sabido algo de eso!
Depositó disimuladamente el frustrado flan en la encimera esperando que nadie se fijara, pero Emilia se volvió en aquel mismo instante exclamando con voz alta y clara de manera que todos pudieron oírlo: ¡Oh cielo, que pena! Bueno , seguro que está buenísimo.
Los demás sonrieron y asintieron a su vez.
-¡Joder!-pensó-Meteros vuestra condescendencia… ¿Quién la necesita?
Una desagradable sensación le recorrió el cuerpo cuando notó el brazo de su marido agarrándola por los hombros y le oyó decir:
-No pasa nada cariño. Lo importante es que estemos JUNTOS.
¡Lo que faltaba!
La mesa estaba lista. A mitad de camino hacia el comedor se miró en espejo del aparador. Una mujer al fondo le devolvió la mirada: triste, hastiada…
Sorprendida reconoció a su madre y de golpe todos los recuerdos le vinieron a la cabeza.
Aún disimulada adivinó su mueca de disgusto. Aburrida, fatigada. Sin un minuto para ella misma. Sometida todos los domingos a preparar la comida de reunión familiar. A soportar las bromas de sus cuñados y cuñadas. La mirada critica de sus suegros, los gritos de los niños…
Cogió las llaves del coche y pisó el acelerador. Noventa, cien…No paró hasta por lo menos doscientos kilómetros después en que sentada en una estación de servicio y engullendo una hamburguesa le decía al camarero:
-¿Puede por favor deshacerse de esto? Tírelo a un contenedor. O mejor, quémelo en la cocina.
Era el libro de recetas de mamá.

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17 comentarios

  1. 1. EndikaPG dice:

    Buenas, Patricia.
    Creo que es una historia en la que todos nos habremos visto reflejados alguna vez en nuestras vidas.
    Un buen comienzo, con una primera linea que te hace querer leer las demás.
    Creo que la mayor parte de las críticas te van a llegar por el formato de los diálogos y pensamientos de la protagonista. No soy ningún experto así que tampoco es que pueda explayarme en exceso, pero el uso de rayas, el espacio tras éstas, los diálogos interiores entrecomillados (creo), esas cosas.
    De todos modos, si todos los problemas que se pueden ver son de formato es que has hecho bien tu trabajo.
    Enhorabuena y un cordial saludo.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 12:29
  2. 2. Tavi Oyarce dice:

    Hola Patricia
    Tu relato me ha gustado. La situación engorrosa del personaje está bastante clara como para entusiasmarse en la historia.
    Como dice EndikaPG, el problema viene en la forma, pero eso tiene solución, lo importante es el inicio y un excelente final que este cuento lo tiene.
    En cuanto a los diálogos tú usas el guion (-) y lo que debe usar es la raya (─). No sé si usas un computador de escritorio o un notebook. Para el primero es bastante fácil yo presiono: alt+196 y en notebook es más complicado, pero yo hago una trampa: copio la raya de algún escrito de Word en el PC de escritorio y lo voy copiando donde lo necesite en el nuevo escrito.
    No sé si me he expresado bien. Lo que si debes ver dónde va ubicada la raya. Aquí en literautas hay información sobre eso.
    Lo último: los días de la semana y los meses del año comienzan con minúscula. Dar un vistazo a la ortografía.
    Patricia espero en algo haber aportado a tu excelente cuento.
    Saludos

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 00:21
  3. 3. SBMontero dice:

    Me ha encantado, quede claro, pero es evidente que tienes problemas de forma.

    Los problemas de forma son ajenos a quien escribe, en si, tienen que ver con el uso que hace el escritor de las materias formales. Los guiones de diálogo es lo más evidente, el problema es que quien lee está acostumbrado a un uso determinado de esas materias formales, así que cuando ve que no dejas los espacios adecuados antes y después del guión de diálogo, o que no usas dicho guión, pues se descoloca… en algunos casos es incluso molesto, pero como digo, nada que no se solucione con alguna bagatela.

    Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 14:20
  4. 4. Vespasiano dice:

    Hola Patricia:
    Es la primera vez que tengo el gusto de leerte y comentar un relato tuyo.
    La historia por ser casi cotidiana, en las mejores familias, no deja de tener su encanto y tal como la has escrito queda perfectamente descrita la situación embarazosa de la protagonista que tiene que competir con sus hermanas y cuñadas que la desollarán después en privado.
    Valiente la chica mandándolos a todos al garete y al libro de recetas a la basura.
    Me ha gustado.
    En cuanto a la forma ya te han comentado lo que debes mejorar. Lee, como yo hice, las entradas del taller a respecto de rayas, comillas, representación de pensamientos del protagonista, etc.
    Seguro que vas a mejorar mucho.
    Felicidades.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 18:16
  5. 5. Dante Tenet dice:

    Patricia.

    Muy bien pintada la sensación de hastío y desesperanza de la protagonista.

    Y el final, comiendo hamburguesas y tirando el libro , redondo, no se me ocurre nada mejor.

    Me encanto!

    nos seguimos leyendo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 03:39
  6. 6. Patricia Redondo dice:

    Gracias a todos por los comentarios. Si la parte creativa me la tengo que currar todavia mucho no os digo ya la parte formal … (que además confieso no me gusta demasiado y no le presto demasiada atención 🙁 )

    Gracias!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 07:34
  7. 7. J. R. Arcady dice:

    Hola, Patricia:
    Situaciones claramente reconocibles (para una gran mayoría) descritas con una fina ironía y que deja buen sabor de boca.
    Quizá (para mi humilde opinión) la protagonista elige como culpable al único inocente del relato (el libro de mamá), sin demostrar ese coraje con sus “queridos” familiares.
    Con todo, un relato lleno de chispa.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 20:02
  8. 8. Cheche dice:

    Hola, Patricia:

    El relato está redondo. Sin embargo, me perdí en las participación de los personajes (familiares). Creo que por la corta extensión, deberías prescindir de algunos. También, debes revisar los parlamentos, que por su mala redacción, desluce el texto.

    Gracias por visitar y comentar mi entrada. ¿Cómo hacemos para seguir leyéndonos?
    Saludos,
    Ch.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 18:21
  9. 9. Alush dice:

    Estimada Patricia
    Me gustó mucho la idea del cuento, aunque coincido con Arcady que la venganza está puesta en la persona incorrecta ya que la madre parecería ser víctima al igual que ella.
    Me costó un poco seguir el hilo de los personajes pero creo que eso radica en la forma como ya te escribieron otors compañeros.
    Te sigo
    Un abrazo

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 20:45
  10. 10. DMe3 dice:

    Hola Patricia
    Interesante relato. Una estampa familiar que muestra el conflicto que vive la hermana menor, superada siempre por sus mayores. Ese cúmulo de frustraciones ente el “exito” de sus hermanas estalla con el fracaso del flan y la incomprensión de su marido. Me gustó el relato. Debes trabajar en la forma tal cual te lo han indicado.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 21:44
  11. 11. Patty dice:

    Hola Patricia.

    Me ha gustado tu relato. Muy real. Uno puede ponerse perfectamente en la piel de la protagonista. Una pena que sea la madre quien acabe pagando el pato, pero, repito, su reacción y la historia en sí resulta muy real.

    En cuanto a forma ya te han comentado, así que sólo me queda decirte felicidades y espero seguir leyéndote.

    Un saludo!

    El mío es el 89.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 12:02
  12. 12. Patricia Redondo dice:

    Hola a todos

    Mil gracias una vez más por vuestros comentarios.

    Tengo que hacer una aclaración: la hija no se venga en la madre en absoluto (el libro de recetas sí que paga las circusntancias). Lo que hace es liberarse precisamente para no acabar como su madre :” Una mujer al fondo le devolvió la mirada: triste, hastiada…
    Sorprendida reconoció a su madre y de golpe todos los recuerdos le vinieron a la cabeza.
    Aún disimulada adivinó su mueca de disgusto. Aburrida, fatigada. Sin un minuto para ella misma. Sometida todos los domingos a preparar la comida de reunión familiar. A soportar las bromas de sus cuñados y cuñadas. La mirada critica de sus suegros, los gritos de los niños…”

    Si lo tengo que explicar es que algo he hecho mal … o quizá el final se preste a multiples interpretaciones , lo que no era mi intención , asi que algo he hecho mal.

    Cheche : nos seguiremos leyendo en este foro , o si me quieres enviar algun texto tuyo, este es mi correo : patriciasenda2009@gmail.com (lo mismo al resto)

    Por cierto este relato fue reescrito poco después de reenviarlo sin el limite de las palabras. Creo que ahí me quedaron las cosas mejor dibujadas, menos espesas…. Si alguien tiene algun interés en leerlo que me envie su mail a la direccion de correo que he dicho y se lo mando encantada

    Gracias

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 13:28
  13. 13. Jose Luis dice:

    Hola Patricia
    Gracias por leer mi relato festivo-erótico-realista-costumbrista.
    Tu relato también es realista, porque podría estar sacado de cualquier momento en la vida de una reunión familiar. Yo creo que despliegas bien tu talento de narradora, porque haces hincapié y trazas las descripciones a nivel psicológico. El final, muy adecuado dentro de tu historia.
    No creo que tu relato sea espeso, se entiende muy bien.
    Un saludo

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 15:44
  14. 14. Perla Preciosa dice:

    Hola, Patricia:
    Tu relato resulta muy realista y hasta costumbrista, pero lo cierto es que está muy bien. Como las cuestiones de forma ya te las han corregido, yo simplemente te puntualizo que el final te ha quedado perfectamente, de forma que se entiende con total claridad de quién se está vengando la protagonista. Yo he llegado a pensar incluso que el marido era un tipo bastante irónico que se la pegaba y quedaba bien con ella ante cualquier cosa para disimular, pero bueno, esa ya es una apreciación personal que no viene a cuento. si te apetece pasar por el mío, estoy en el 118.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 20:50
  15. 15. Cryssta dice:

    Hola Patricia, muchas gracias por pasarte por mi relato y comentar, con gusto te devuelvo la visita.

    Tu relato me ha gustado, me hace pensar en la cantidad de cosas que hacemos por “cumplir” y que no nos hacen felices. Me alegro de la decisión que toma la protagonista.

    En cuanto a la forma te digo lo que yo he visto mejorable:

    – aunque no es obligatorio es mejor dejar más espacio entre los párrafos, eso da claridad a la hora de leer

    – tienes que revisar las comas, te faltan algunas; te recomiendo que leas el texto en voz alta, así verás que has puesto algunas frases demasiado largas

    – “quién” lleva tilde cuando es una pregunta

    – repites “modelo”, la segunda vez puedes poner “perfecta” para no repetir

    – repites en el mismo párrafo “donde”, la segunda vez puedes poner “en el que”

    – cuando dices “degustar los platos que ella misma había preparado antes”, no queda claro si los preparó la madre en vida o sigues hablando de la protagonista

    – en un mismo párrafo dices tres veces “pero” y dos “había”

    – en el texto dices dos veces “maldita”, aunque están separadas entre sí, “maldita” es una palabra con bastante carga por lo que yo te recomiendo sustituir una de ellas

    – “Éramos” y “Águeda” se acentúan

    – pasas de una escena en la que la protagonista parece estar en su casa a otra en la que les abre la hermana, hace falta un nexo

    – “…qué pena! lleva tilde al ser exclamación

    – no queda claro si “triste, hastiada” es la mujer o la mirada, creo que quedaría mejor decir “Una mujer al fondo le devolvió una mirada triste, hastiada…

    – al haber puesto “triste, hastiada” lo de “aburrida, fatigada” suena repetitivo

    – “crítica”

    – al no haber un nexo entre las escenas parece que coge las llaves del coche y pisa el acelerador dentro de la casa

    Espero haberte ayudado. Un abrazo.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 10:40
  16. 16. Amanda Quintana dice:

    Hola Patricia, gracias por comentarme. Tu historia es genial, la patética escena familiar nunca mejor descrita, tantas veces hemos estado ahí… 😀
    Gracias por compartir, nos leemos pronto.
    Un beso.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 18:19
  17. Hola Patricia, te devuelvo la visita, aunque sé es un poco tarde.
    Como ya te han corregido los guiones, acentos, etc… me toca disfrutarlo.

    Bien narrado, con ritmo. Me perdí un poco con los personajes, tuve que releer y volver atrás en en par de ocasiones. Suele ocurrir por la limitación de palabras.
    Texto original y ameno, valiente la chica.

    Gracias por tus comentarios. Enhorabuena por el texto.
    Nos leemos!!

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 09:36

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