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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Una buena repostera - por Demetrio Vert

Nunca olvidaré el momento en el que mi padre me dijo con desprecio: «¡gorda inútil!». Fue el día de mi noveno cumpleaños. Ahora, que estoy muerta y bien enterradita, les resultará extraño que pueda narrarles esta historia, pero cosas más fantásticas se ven a diario en este trastornado mundo.
Mi madre nos abandonó harta de tanto maltrato. Las borracheras de mi padre siempre acarreaban nefastas consecuencias para ella, como es obvio, pero también yo me llevaba mi parte.
La gota que colmó el vaso fue el manotazo que él le dio a la tarta de cumpleaños que mi madre, trémula, ojerosa y con una sonrisa amarga de amorosa despedida, traía con las nueve velitas. El pastel fue a chocar contra el aparador y se esparció por toda la salita. Fue una lástima, porque tenía un aspecto estupendo.
El cuaderno de recetas de mi abuela era un manantial fabuloso para la repostería. Mi dulce preferido era precisamente el que mi madre había hecho ese día. El secreto está en la cobertura. Hay que conseguir un montón de almendras muy tiernas, en las que el fruto no ha cuajado aún. Se obtiene una leche amarga de color verde. Con mantequilla y un pelín azúcar se logra un recubrimiento de sabor exquisito. Por encima, se le añade al pastel ralladura de almendras secas.
—¡Tú, gallina, tráeme la botella! —me gritó mi padre después del estropicio..
Ella desapareció al día siguiente y nunca jamás volví a verla.
Con este panorama comprenderán ustedes que, con mi poca edad, estuviera aterrada. Me refugié en la cocina con el cuaderno de recetas. Preparaba pasteles sin parar, y sin parar me los comía, tal vez para auto destruirme engordando, intuyo hoy desde mi eterna quietud.
Fue al cambiar de ciudad cuando una ligera esperanza me invadió. Nuevo instituto, nuevos compañeros, nuevo mundo, pensé, ingenua.
Desde el primer día, el profesor Ricchardson fue muy atento conmigo. Robert, como mi corazón lo llamaba, era un profesor atento y una buena persona.
Un día, al terminar la clase, me detuvo.
—Un momento, Carmela.
Con suavidad, su mano retiró las greñas que siempre ocultaban mi rostro. Me lo levantó.
—¿Qué es eso? —preguntó sobresaltado
—Nada…, no es nada… —respondí, tratando de mantener la cara camuflada.
—¿Quién te ha golpeado?
Rompí a llorar y me cobijé en su pecho.
—Calma, chiquilla. Calma. Todo pasará. ¿Quién ha sido? ¿Algún compañero?
—¡Oh!, no… No, Rob…
El llanto me impedía hablar.
—¿En casa? ¿Tu… padre?
Mis sollozos se desbocaron y le pase los brazos por el cuello.
—¡Robert… ¡Qué desgraciada soy! ¡Si no fuera por tí…! ¡Oh Robert…, te quiero tanto! ¡Qué feliz me siento!
Horrorizada, noté sus manos firmes apartándome. Levanté la mirada y vi sus ojos espantados.
—¡Carmela! ¡Chiquilla! Yo…, te has confundido…
Eché a correr con mis andares patosos. Desparecí y ya no volví a clase.
Retorné el día del mercadillo en el que se recaudaban fondos para el viaje fin de curso. Para sorpresa de todo el mundo me planté allí con mi tenderete lleno de pastelitos de crema. Los rosa para las mujeres, los azules para los hombres, y los dos verdes almendrados para Robert y para mí.
Tenían una pinta suculenta, pero, como suponía, nadie se acercó a comprar.
Solo Robert se aproximó.
—¿Cómo estás Carmela?
Mi corazón palpitó de nuevo.
—Hola Rob… profesor Richardson. Estoy bien. Un poco sola, como ve, pero bien.
—Carmela…, lo siento. No fue mi intención…
No le dejé seguir.
—Ya ha pasado todo, profesor. Solo estuve confusa. No se preocupe. ¿Quiere un pastelito?
—Sí, claro. A eso he venido. Y a saludarte. Me tenías preocupado. ¿Amigos?
—¡Amigos!
Y le ofrecí uno de los verdes. Él se extrañó, y dijo irónico:
—¿Creía que me tocaban de los azules? El cartelito lo dice: «Hombres».
—Ya. Pero estos dos son especiales para nosotros, Robe… Quisiera sellar nuestro futuro con el color de la esperanza. ¡Amigos, profesor!
Él se rió de buena gana, y le dio un buen bocado. Yo hice lo propio con el mío.
—¡Excelente, Carmela! Nunca hubiera pensado que fueras tan buena repostera.
—Profesor… ¡A la vista está! ¡Estoy gorda!
—¡Carmela, por favor! Eres una chica llena de posibilidades, una buena chica.
Y continuamos comiendo entre sonrisas. Lo último que llegué a decir mientras él se desplomaba fue:
—Sí, Robert. Soy una chica «llena de posibilidades». No lo sabes bien… —y me desvanecí.
Y nunca más nos despertamos, a pesar de la rápida asistencia de los presentes.
Las autopsias determinaron muerte por ingestión de cianuro.

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21 comentarios

  1. 1. Luis dice:

    Hola Demetrio:
    Me gusta el argumento. La trama está bien llevada pero me ha parecido un poco forzado el cambio de escenario después de la desaparición de la madre.
    A los escasos nueve años, la búsqueda de una nueva figura paterna que sustituya a su propio padre con quien vive todavía, pero a quien odia por la muerte de la madre, me parece lógica.
    Pero, ¿porqué optar por el suicidio romántico si era más fácil un parricidio bien planeado?
    Me parece que Carmela tiene un perfil sicológico que no corresponde a su edad cronológica. Se aprecia en los diálogos. Podrías revisar ese detalle para darle mayor credibilidad al personaje.
    Ha sido un gusto leerte.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 15:59
  2. 2. Demetrio Vert dice:

    Hola Luis. Agradezco tu lectura y tus sugerencias. En realidad el relato es mucho más largo, pero en esencia no cuenta más. El final es el mismo. No pensé en el parricidio, sino más bien en el suicidio ya que Carmela se siente absolutamente sola en el mundo. Lo del profesor, pues bueno, es una salida “romantica” (podía suicidarse ella sola), ya que en el fondo el amor que siente por él es el único filamento que la mantiene unida a este mundo. Su desamor ella lo vive como una traición. A su padre no lo quiere.

    Pero bueno, es uno de los prismas bajo el que se puede ver la historia. El enfoque que propones, tampoco estaría mal.

    Gracias Luis. Te leo en los próximos días

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 18:21
  3. 3. Escritores Anónimos dice:

    Hola Demetrio!!
    ¿Qué tal vacacioncillas? Ya volvemos aquí, un mes más y espero seguir leyéndote. En una primera lectura el relato me ha atrapado, me ha encantado el hecho de que hayas decidido “tirar” por un camino que no me esperaba, ¿un enamoramiento? ¿Un suculento suicidio con asesinato? Creo que es brillante!! Nunca seme hubiese ocurrido a mí eso asegurado.

    En una segunda lectura si que me he planteado lo que luis te comentaba, ¿no e un poco pequeña la niña? Yo habría incrementado la edad en la que se enamora y comete esa “matanza dulce”, ya que a esas edades no sabes ni tan siquiera lo que es cianuro.

    Creo que separar la historia en párrafos mejor diferenciados, ayudaría a la lectura (pero esta es mi opinión y se lo digo además a todo el mundo porque es una de esas cosas que no soporto, jejejeje, manías de lectora).
    Se te ha escapado un puntito tras “estropicio”.
    Por lo demás yo no he visto faltas, o comas mal puestas. (Esperaremos a Isolina)

    Algunos detalles como el hecho de que fuese su receta favorita este pastelito (yo me he imaginado un cupcake) la que le diese esa muerte trágica, me han encantado.

    Buen trabajo, nos leemos, besos!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 19:36
  4. 4. beba dice:

    Hola, Demetrio:
    ¿Todo bien? ¿Buenas vacaciones?
    Yo escribí bastante en otros espacios; aquí no era tiempo de vacaciones.
    Al cuento. Como siempre tu escritura es pulcra y tu lenguaje, elegante. Muy original que el narrador sea una muerta. Presentas muy bien las situaciones tan tristes de la pobre protagonista. Pero me da la impresión de que los episodios se desmoronan sin que queden bien cerrados. Tal vez la idea fue pintar una mente tan desquiciada que no dimensiona quién la dañó realmente y no logra el equilibrio con el paso del tiempo. Queda un pozo entre la partida de la madre y su llegada al instituto. ¿Tal vez ya es una jovencita?
    Un saludo.
    beba- 141

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 01:26
  5. 5. Miranda dice:

    Hola Demetrio, en cuanto a la forma, tengo poco que decir, me parece muy correcta la utilización de loa diálogos y muy original el narrador desde ultratumba, y no observo ningún defecto gramatical, aunque ya sabes que el tema de las comas y los puntos no es mi fuerte y tampoco puedo criticarlo.
    En cuanto al contenido de las historia, me ha gustado y me ha parecido original y apropiado el final romántico, ya que estamos hablando de un personaje que no tiene mucha vida social, ni se valora a sí misma. Así que sus relaciones es lógico que sean platónicas, para haber utilizado un parricidio tendrías que convertir el personaje en alguien más visceral.

    En cuanto a los comentarios que leo sobre la edad y el cianuro. Cuando he leído el texto sin leer los comentarios no me ha dado esa impresión. Creo que el texto “…Con este panorama comprenderán ustedes que, con mi poca edad, estuviera aterrada. Me refugié en la cocina con el cuaderno de recetas. Preparaba pasteles sin parar, y sin parar me los comía, tal vez para auto destruirme engordando, intuyo hoy desde mi eterna quietud”. Creo que representa un salto en el tiempo que además se complementa con la frase siguiente: “Fue al cambiar de ciudad……”, yo únicamente la habría cambiado por “Fue, años después, al cambiar de ciudad…

    Un placer leerte como siempre, a ver si este año tengo más tiempo para comentar.

    Saludos

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 14:55
  6. 6. Mariaje dice:

    Hola Demetrio,
    me ha gustado mucho mucho. Me has mantenido pegadita a la pantalla para saber que pasaba. Excelente inicio para captar la atención de lector o al menos, la mía. Y no sólo eso; se me ha encogido el estómago con las imágenes del triste cumpleaños y el abandono de la madre.
    El salto de los nueve años al instituto es un poco brusco y tuve que releer para ubicarme, pero nada grave desde mi punto de vista porque se entiende muy rápidamente.
    También me gustó el detalle de los dos pastelitos verdes. Si no fuera porque sabía que el reto es la venganza, habría sido un final verdaderamente sorprendente.
    Lo único que me ha chirriado es que el profesor se llame Robert Richarsson y suelte cosas como «¡Carmela! ¡Chiquilla!» que se me hacen más de un Pepe o de un Juan. Igual son cosas mías.
    Y otro detalle, de nuevo cuestión de gusto personal, es que me sobra la última frase. Da igual qué veneno fue el que los mató, puesto que queda claro el hecho. Me hubiera parecido mucho más dramático terminar con ese «Y nunca más nos despertamos» que has puesto o algo por el estilo.
    Felicidades por tu relato y si tienes tiempo para visitarme estoy en el número 26.
    Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 20:54
  7. 7. K. Marce dice:

    Saludos Demetrio:

    Gracias por leer y comentar mi relato del mes. A lo tuyo vamos…
    Siempre cuidas mucho tu escritura, pero ya te dijeron esos dobles puntos que me hicieron sonreír, seguro es error de dedo.
    En cuanto a la redacción, la veo muy correcta, pulcra y cuidada. Me gusta como lo has hecho, y no tengo pega con eso.
    La historia, me ha gustado en general, porque te metes en la cabeza de Carmela y piensas en todo lo que ella vivió, nada agradable. Sentí empatía por ella desde la primera frase que su padre le profirió. Pero me ha sentido que la madre no se la llevara con ella. Muy egoísta la madre ¿eh?
    Y la pobre, se ve rechazada en tres ocasiones, la madre, el padre y su profesor. Creo igual que al decir que ya está en un instituto, ella es una adolescente y se ha enfatuado con el maestro “extranjero”, que debe resultarle muy dulce y seguro no es viejo. En fín…
    Al igual que José Luis, he pensado mejor en un parricidio. No sé, matar a quien supuestamente amas, me causa mucha tristeza. Pero ha pasado, así que tu versión, era hacerlo no un drama, sino más inclinado a la decepción amorosa que afecta a veces demasiado a las adolescentes.
    Y sí coincido con Mariaje, que el personaje debe hablar menos coloquial a esa región, y darle un acento por ser extranjero.
    Y desde que comenzaste a hablar de las almendras… hay mi cabecita que todo lo analiza, me la vi venir, y sonreí cuando leí “pastelillos verdes”, porque el verde es el color de la venganza, (tambien la envidia, ira, resentimiento) aunque también el color de la esperanza, y quizá para ella, era eso, estar juntos en el más alla. Aunque creo que no sucedió tampoco.
    Me ha gustado mucho tu historia, la he leído de corrido y con mucha atención.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 06:14
  8. 8. Demetrio Vert dice:

    Hola Escritores Anónimos, beba, Miranda, Mariaje y K. Marce.

    Gracias por vuestros amables comentarios. Parece ser que no queda bien resuelto lo de la edad de Carmela. Lo he vuelto a leer y tenéis razón. Es lo que pasa cuando se quiere reducir un relato tres veces más largo. Pués aunque en muchos aspectos gana en riqueza, siempre puede quedar algo incorrecto. Carmela, cuando se enamora ya tiene catorce-quince años. Ese salto en el tiempo no queda claro en el cuento.
    También agradezco la sugerencia de Mariaje. El parrafo del cianuro está demás.

    Otro fallo mío ha sido no considerar dónde ocurre la acción cuando reducí la más extensa historia original (cosa que no se debe hacer, lo sé de sobra, pues suelen quedar todos estos hilos sueltos).
    En el cuento original, hay nombres como Tomm, Sam, Marianne. Con lo cual, se hace evidente que la historia ocurre en EEUU. Debí darme cuenta que al no incluir estas partes de la historia, el lector, puede suponer que esta sucede por aquí, y por lo tanto, en ese caso estaría justificado que un profesor Richardson hablase con dificultad el español. Pero como en mi mente estaba en EEUU y yo la narro en castellano, no había lugar a esa habla defectuosa. Mas no me di cuenta.

    No explico todo esto como justificación, pues creo vivamente que un autor se explica en su texto. Lo hago para hacer ver los fallos sutiles en los que se puede caer, errores que a los lectores no se les escapa. Lo digo a modo de enseñanza, para que se entienda que es prácticamente imposible reducir o alargar un relato sin cometer errores de bulto, de los cuales me he dado cuenta gracias a vuestras maravillosas aportaciones. Al menos eso me ha sucedido a mí cada vez que he intentado hichar o desinflar un relato.

    Gracias a todos y os leeré en unos días.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 11:06
  9. 9. Marcelo Kisi dice:

    Hola Demetrio, camarada!
    Qué bueno volver a encontrarnos después del tórrido veranito!
    Y gracias por tu comentario a mi relato, que hace bien al alma.
    Para leer el tuyo, como es mi costumbre, café con chocolate. Degusté a ambos con el placer de siempre y tampoco esta vez me has defraudado. Sobre todo después de las explicaciones, donde los momentos abruptos y los saltos de edad quedan aclarados, pero en sí me dediqué a disfrutar de tu prosa ya inconfundible.
    Creo que es un magnífico relato que merece la pena seguir explotando!
    Felicitaciones y aplausos!!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:32
  10. 10. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Demetrio, leí tu historia, los comentarios y tu propia acotación, con todo ello me he deleitado, he ido tomando nota de los detalles y espero seguir leyéndote por mucho tiempo.
    ¡Felicitaciones!

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 00:42
  11. 11. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola, demetrio,
    Siempre es un placer leerte, porque aprendo con tu relato, con los comentarios de los compañeros y tus aclaraciones. No puedo añadir más a lo que te han dicho y creo que tambien transmites con tu respuesta una humildad que todos necesitamos para seguir en este camino. Nos leemos.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 08:42
  12. 12. CARMELILLA dice:

    Hola Demetrio:
    ¡Muy buen trabajo! Ameno, de ágil lectura, muy hábil con los diálogos. Maltrato, baja autoestima, alcolismo, asesinato y suicidio…¡ah…y se me olvidaba!…intento de homicidio porque intuyo que el resto de pastelitos iban vengativos también…o no?
    Seguimos leyéndonos.
    Conmigo no hay problema, no soy Carmela…soy Carmelilla
    Saluditos

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 22:12
  13. 13. Demetrio Vert dice:

    Hola Marcelo (El Grande), Leonardo, Feli y Carmelilla.

    Gracias atodos por leerme. Os devolveré la visita cuanto antes.

    Carmelilla, me sonreí con tu adivinación; pero no van por ahí los tiros. Has tocado algo que sí está en el relato pero no lo que tú has imaginado. Calentito, pero aún no caliente, caliente. Estoy esperando que alguien lo vea, o lo diré yo.
    Un saludo.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 11:16
  14. 14. Yoli dice:

    Hola, Demetrio.
    Me ha parecido original que Carmela cuente su historía desde la tumba. Para mi, has descrito muy bien los sentimientos de ella y como se sentia por la situación en la que estaba. Te identificas y sientes compasión por ella. Como dicen los compañeros yo la hubiera puesto unos cuantos años más. Te seguiré leyendo. Saludos.
    Si quieres leer el mio, soy el 67.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 11:28
  15. 15. Otilia dice:

    Hola Demetrio,
    Me ha gustado tu relato, refleja el lado duro de la vida, abandono materno, padre alcohólico y maltratador, mente desquiciada y cuando la pobre se enamora, de nuevo rechazada.
    La idea del narrador muy original.
    Un gusto leerte. Saludos.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 14:19
  16. 16. beba dice:

    Hola, Demetrio. Gracias por tu visita y tu comentario. Te dejé respuesta en el 141 para cuando tengas tiempo. Cariños.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 16:25
  17. 17. LUIS dice:

    Hola Demetrio Vert. Soy Luis(72). Gracias por leerme. Tu relato tiene buen ritmo y el final inesperado, que la chica se suicide llevándose con ella a un inocente. Acabar haciendo a la protagonista en asesina cuando arranca la historia como buena, no me convence. Saludos y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 25 octubre 2016 a las 19:50
  18. 18. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Demetrio Vert, De nuevo paso por un escrito tuyo y me deleito con esa narrativa tan clara que lleva de la mano a una trama muy bien ambientada. En cuanto al escenario desde donde se relata la historia, creo que las incongruencias de edades y de tiempo no importan ya que ahí donde se encuentra, su esencia es la madurez total para cualquiera. Ya no es una niña es un personaje completo quien cuenta su viacrucis. Como siempre felicidades y te seguiré leyendo.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 01:11
  19. 19. Demetrio Vert dice:

    Gracias Luis y Osvaldo.

    Bueno, con demasiada frecuencia está sucediendo que adolescentes se suicidan, por acoso escolar o por otras circunstancias. En realidad el viaje de Carmela es un viaje hacia la depresión por soledad. El hecho de que ella se lleve por delante al único sujeto de su amor (que ella cree que le ha fallado) me parece verósímil. Y no hay que olvidar que la ficción nada tiene que ver con la realidad, sino con la verosimiltud, al igual que la realidad es muchas veces inverosímil.
    De todas formas agradezco el punto de vista.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 18:07
  20. 20. Vespasiano dice:

    Hola Demetrio:
    Encima de la bocina, llego para leerte y en la medida de lo posible dejar alguna impresión sobre tu relato, que me ha gustado, tanto en la forma como en el fondo.
    Yo no he encontrado nada extraño el salto desde el abandono de su madre, hasta el Instituto y su presunto enamoramiento, porque en ese momento la chica ya debería andar por los quince o dieciséis años.
    Lo que sí me ha llamado la atención ha sido el hecho de que la chica no vendiera ni un pastel, de ahí deduzco que no debería llevarse bien con nadie.
    Otro punto que me hace pensar que has hecho un guiño a tu tierra, es el ingrediente de la tarta. La almendra.
    Enhorabuena.

    Escrito el 31 octubre 2016 a las 19:56
  21. 21. Caritobel (Bs.As - Argentina) dice:

    Hola, Demetrio.
    Desde el relato de los vampiros no pude visitarte por falta de tiempo, pero como amo tus observaciones en los relatos de los demás (lo que requiere realmente esfuerzo), creí pertinente hacerte un espacio y apreciar tu trabajo. No leí todos los comentarios, pero los pocos que leí me ayudaron a entender algunos baches.
    Es una historia bastante triste, y me sentí muy extraña al leerlo. Por un momento me acordé de “Lovely Bones”, donde la protagonista también está muerta y cuenta la historia, pero a ella la mató un vecino pervertido. Creo que, aparte de las cosas que vos marcaste que no pudieron plasmarse en la historia por la extensión, es una historia con potencial.
    Un gusto leerte.
    Te mando saludos.

    Escrito el 15 noviembre 2016 a las 00:24

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