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Venganza a la carta - por CONCHI

Hasta el cielo llora a mí amigo. Desde el día que lo sepultamos no ha dejado de llorar. Lágrimas chorrean entre los surcos de mi rostro barbudo, como las que derraman las enlutadas nubes, pintando en los cristales su ausencia. Mi cuerpo derrama la vida en este hospital en la espera de resultados interminables.
Su recuerdo; su olor; su voz. Sigue conmigo. Su cara, la veo en personas con las que a diario me cruzo. Es oxígeno para mis pulmones, y hierro para mis huesos. Desde que íbamos a párvulos no nos hemos separado, y son tantas cosas vividas. Lo cierto es que éramos dos golfillos de buena raza.
La última fue buena. Había perdido tantas gorras, que la que le regalo la Paca, (no podía presentarse sin ella). Ya la tenía cabrea. Tiene mal carácter la condena.
Y no se le ocurrió otra que irse a la iglesia a robar alguna gorra, de las que dejan en la entrada. Para disimular estuvo un rato escuchando lo que decía el señor cura, hablaba del adulterio. Como no era muy normal verle por allí, el cura más viejo se le acercó para felicitarle. Y no se le ocurrió decirle nada más que la verdad.
––Quiero que sepa que entré a robar, pero al escuchar el sermón cambié de parecer.
––¡Qué bien hijo! Y exactamente ¿qué parte del Sermón hizo este milagro? ––dijo el cura sonriente.
––Una palabra, nada más que una señor cura. Adulterio. Fue entonces que recordé donde había dejado mi gorra.
El cura, bajito y rechoncho, con aspecto de buenazo, quiso retenerle como agua en puño. Con las manos cruzadas miro al cielo agradeciendo el arrepentimiento del pecador. Como la Paca es devota de misa diaria, no pudo escapar a la felicitación por el arrepentido. Pero esta vez, me contó que no hubo gritos, pero una inquietante y dudosa intención le notó en la mirada. Más tarde descubrió una agenda donde iba anotando una por una sus trastadas. Y al igual que un cuaderno de recetas, seguido a la trastada, explicaba como cocinarla. Parece que se había cansado de los gritos infructíferos, y otras tácticas en detalle aparecían escritas y bien estudiadas.
¡Lo pasábamos bien, tenía golpes ingeniosos!… Recuerdo otra, que la he contado muchas veces. A pesar que hace tiempo, puede arrancarme una sonrisa hasta en estas circunstancias. Circunstancias, donde mis ojos son un manantial voluminoso, y mi cuerpo un andrajo.
Éramos jóvenes, acababa de estrenar el carnet de conducir. Le dio un buen golpe a un Opel rojo en el lateral derecho, se saltó el Stop. Un rumano tambaleándose, salió con los brazos en alto; gritando palabras que se pisaban unas a otras, inelegibles. Como un león abalanzándose sobre su presa, y a punto de darle un zarpazo así vino el rumano hacia él. Y ahí le hecho todo su ingenio. En vez de alterarse, le sonrió dulce y pacífico, apaciguo el zarpazo abrazando tan fuerte su cuerpo que le dejó paralizado. Le repetía al oído. Tranquilo, no pasa nada, tengo yo la culpa, daré orden que te lo reparen pronto y puedo dejarte mi coche si lo necesitas. Así fue calmándolo. Cuando creía haberlo tranquilizado, el rumano se puso a gritar de nuevo en plan de lamento. Mi amigo fue al coche, abrió la guantera y sacó un botellita de wiski y con cariño se le acerco.
––Toma un trago, vamos a tranquilizarnos, Lo siento macho, no he visto el Stop, tranquilízate, vamos a tomarnos un trago nos tranquilizamos y no ha pasado nada, no tienes que pagar nada yo he tenido toda la culpa. ¡Vamos toma! hecha un buen trago.
El rumano en su alteración, quedó enredado con las tranquilizantes y afectuosas palabras; abrazos; y promesas. Bebiendo plácidamente el Wiski, que parecía resultarle de un agradable familiar. Después de varios y alargados tragos, ya mucho más sosegado, le devolvió la botella a mi amigo. Este la devolvió a la guantera. El rumano, apoyando su espalda en la pared, con los brazos caídos, y una mirada amigable y tranquila, le pregunta.
––He amigo, ¿Tu no bebes? ––Sus ojos azules, a medias de cerrar por la brillante luz del fuego del sol, se posaron interrogantes sobre él.
––Si, claro que bebo, pero luego, cuando se marchen los guardias, ahí están.
¡Una tras otra!
Los médicos sospechan intoxicación, Si las pruebas certifican, obligaré que hagan la autopsia a mi amigo. Todo ocurrió después de aquella cena con Paca. Y la obligare a sacar ese cuaderno de recetas.

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7 comentarios

  1. 1. Beverly Matos dice:

    Muy bueno Conchi, pero es verdad que me he perdido en un par de ocasiones. Como a la salida de misa que no sabia quien detuvo a la Paca.
    Una pregunta desde mi ignorancia ¿por qué sermón con mayúsculas?lo mismo es un error sin más pero yo pregunto que a lo mejor si tiene que ir así y yo no lo sé.
    Y tampoco me quedó claro la parte de “que la que le regaló la Paca…” esperaba que pasara algo con la gorra. Aunque puede que no lo haya interpretado bien
    Pero me gustado, ha estado muy entretenido y me he quedado con ganas de saber si se lo cargó la Paca o el rumano.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 18:53
  2. 2. beba dice:

    Hola, Conchi: Te felicito por la chispa con que has hilado las anécdotas del “amigo”. Pero te animo a dar una buena repasada a deslices como “hecho” cuando quieres decir “echó”, y otras perlitas afines.
    También es importante planificar la historia porque con la chispa sola no alcanza; hay que tejer una introducción, nudo y desenlace.
    Adelante; seguramente lo vas a lograr.
    beba-141

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 23:22
  3. 3. María Luisa Plaza dice:

    Hola.
    El relato es muy entretenido. Solo decirte que empiezas hablando de la sepultura y acabas con una posible autopsia. Lo veo difícil si ya está enterrado y el que la solicita no es pariente.
    Por lo demás, a mí me ha gustado.
    Marisa,relato 117

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 22:09
  4. 4. Conchi dice:

    Hola Beveli Matos:
    Gracias por comentarme. Te aclaro: La Paca es de misa diaria, se supone que conoce muy bien al cura viejo. Este, feliz de ver al esposo por misa cuando no va núnca, de forma efusiva e inocente le cuenta toda la conversación que tuvo con él. la palabra adulterio le hizo recordar donde dejo la gorra, Los celos la llevan a maquinar su muerte.
    En cuanto tu pregunta sobre la mayúscula de “Sermón”

    La ortotipografía en religión alude al conjunto de usos y convenciones sobre mayúsculas y minúsculas, espaciado, estilos de letras (cursiva, negrita, versalita…), puntuación, etc., que se aplican a los nombres de confesiones religiosas, deidades, textos sagrados, objetos de cultos, etc. En religión es muy frecuente el uso de la mayúscula de respeto.
    Según la Ortografía académica, en la aplicación de las mayúsculas intervienen «muchos factores, como la intención de quien escribe, el tipo de texto o el contexto de aparición», y se aclara que «es a todas luces imposible prever y explicar todos los contextos en los que quien escribe puede optar por utilizar la mayúscula o la minúscula en función de variables muy diversas, sin que, en rigor, ninguno de los dos usos pueda considerarse incorrecto».
    PUNTO TRES:
    La Paca es su esposa, él había perdido tantas gorras, que ella le regala otra y espera que esa tenga mucho cuidado con ella,le demostraría su amor con ello.
    Punto cuatro:
    Al rumano seguro que no le quedaron ganas. Pero su mujer,es la acumula una tras otra, y la mezcla de odio, celos, y todas las emociones que sentía a lo largo de su vida con él, es lo que provoca que estudie su muerte y lo va desmenuzando en ese libro de recetas.
    Muchas gracias. ahora corregiré ciertos puntos para que vea más claro. Gracias.

    Hola Beba:
    Gracias por comentarme. Apuntas bien. creo que en esto tengo mucho que trabajar, y que a veces me pasa desapercibido, te agradezco el detalle.
    En cuanto a introducción; nudo; desenlace. Aquí me pillas un poco,
    creí haberlo conseguido. Lo estudiaré mejor. Muchas gracías.

    Hola María Luisa Plaza:
    Te digo: El hecho de estar ya enterrado, no es inconveniente para hacer la autopsia. En muchas ocasiones ha ocurrido que si hay motivos claros para ver que ha podido ser un crimen, se ha desenterrado a muchas personas para hacer autopsia. Y aunque no sea pariente, pero esta en el hospital y es amigo de toda la vida y los dos fueron envenenados en la misma cena, el amigo corrió mas suerte.

    Muchas gracias

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 07:00
  5. 5. Miriam Torres dice:

    Hola Conchi.

    Tu relato me ha parecido un tanto confuso. Entre otras cosas, no he terminado de ver la venganza que trata, ya que está incluido en el reto. La trama está entretenida pero hay partes del desarrollo que no están del todo claras, y veo que ya te lo han comentado otras personas; por ejemplo: “Había perdido tantas gorras que la que le regaló la Paca (…)” ¿Qué pasa con ella? ¿Tiene más valor que las otras? No se entiende ese contexto. Ocurre lo mismo en “(…) parecía resultarle de un agradable familiar”, en el que falta alguna palabra al hacer referencia al whisky (bien sea su olor o su sabor).

    Hay varios errores en la ortografía: ausencia de tildes en la mayor parte del texto, palabras mal escritas (echar no lleva h o whisky), palabras que no corresponden al contexto (inelegible significa que no se puede elegir), y puntuación.

    En definitiva, como ya he dicho, la trama está entretenida. Te imaginas las situaciones y puedes llegar a echarte unas risas. Sin embargo, su estructura está poco cuidada y falta de revisar antes de presentarlo al taller.

    Como consejo para futuras ocasiones, pon más atención a la ortografía.

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 11:39
  6. 6. Noemi dice:

    Hola Conchi, el relato tiene hueso pero me parece que has tratado de hacer algo que necesitaba más espacio y la síntesis te ha quedado confusa.El protagonista está muy bien caracterizado,es un pillo simpático me recuerda a Pedro Urdemalas, tienes un buen nucleo para una picaresca.El episodio del rumano es divertido pero viene descolgado del resto, un poco como de relleno.Una palabra que no me suena es “inelegibles”¿Habrás querido decir ininteligibles?
    Espero haberte servido de algo.Seguiré leyéndote y si quiere encontrarme estoy en el 11.

    Escrito el 28 octubre 2016 a las 22:32
  7. Hola Conchi:
    En primer lugar gracias por pasarte por mi relato. Todas las opiniones son siempre constructivas y con ello aprendemos. Estoy de acuerdo con que es una historia entretenida. Lo de la botella de whisky es ya un viejo chiste pero lo has introducido bien. Te falta un poco de repaso y estoy de acuerdo con Beba, es como un trozo de una narración grande. Felicidades, estamos aqui para aprender y creo que tu lo haces muy bien.
    Un cordial saludo

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 17:38

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