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La venganza - por Ophelie

La venganza

Paulina vivía en un pequeño pueblo donde los inviernos eran tan fríos, que la gente a partir de las cinco evitaba salir a la calle. Las casas no alcanzaban más de dos plantas, aunque el interior, era amplio y confortable en la mayoría de las viviendas. El cine, la cafetería, incluso un coqueto salón de baile permanecían cerrados. La única diversión que tenían, era reunirse un grupo de amigas en un hostal propiedad de los padres de una de ellas… que también estaba cerrado al público. Estos, les permitían ocuparlo los fines de semana.
Entre todas lo acondicionaban y se reunían allí todos los sábados después de comer. La única salida que hacían era el domingo para acercarse a misa y luego volvía cada una a su casa.
Habían organizado un ritual que consistía en que una de ellas tenía que preparar la cena del sábado, y luego, le daban la puntuación que consideraban oportuna. Por cariño o simplemente por diplomacia las notas eran lo suficientemente buenas, para que la cocinera en cuestión se retirara contenta de sus andanzas por los fogones.
Sin embargo, Paulina no se encontraba satisfecha, quería darle ese toque tan especial como el qué daba su abuela en todas las comidas y decidió buscar el cuaderno de recetas que ésta guardaba. Abrió cajones, cogió una escalera y repasó todas las estanterías del sótano, en las que aún se conservaban algunas de sus cosas y que permanecían dormidas en el olvido desde hacía algún tiempo. Por más vueltas que dio a la casa el cuaderno seguía sin aparecer. Entristecida presentía qué había fracasado en la búsqueda, cuando al mirar en uno de los estantes del dormitorio de su abuela, vio que sobresalía una caja decorada con unos dibujos de amapolas y donde también se veían algunos portaretratos. Alzó la mano y al abrir la caja se encontró con varios sobres de cartas y el tan deseado cuaderno.
Salió corriendo hacia su habitación, se sentó en al borde de la cama y empezó a leer con nerviosismo todas y cada una de las recetas, eligió tres o cuatro de entre ellas, cogió un cuaderno y un bolígrafo que guardaba en la mesilla de noche y las copió, luego arrancó las páginas y las metió en su bolso. Tenía la seguridad que esta vez iba a triunfar y eso le hizo sentirse relajada y feliz.
El viernes llegó. Paulina entró en la cocina sintiéndose vencedora. Apoyó su bolso sobre una encimera, sacó sus papeles y se metió de lleno en el guiso, luego volvió a guardar los papeles en el bolso y salió triunfante hacia el comedor donde sus amigas ya habían puesto la mesa y la aguardaban. Fue todo un éxito como ella presentía de antemano.
Pero al llegar a casa descubrió que las hojas habían desaparecido y decidió acercarse al hostal para comprobar que no lo había dejado en la cocina. No le fue difícil entrar pues aún no había devuelto las llaves. Pero ni en la cocina, ni en el comedor, se encontraban sus papeles. Cuando volvió a su habitación aunque no quería creerlo, era evidente que alguna de sus amigas se los había quitado. Comida por la decepción y la rabia, se puso a maquinar una venganza de la cual surgiría sin duda la culpable.
Pasaron las semanas y nadie comentó nada. El hurto estaba sin resolver, pero de esa reunión no se escaparía la culpable. Manipuló las recetas y luego las dejó en la encimera figurando un descuido
Cuando parecía que todo estaba perdido, llamó la madre de una de ellas para comunicarles que el sábado su hija no podría ir a la reunión. Pues llevaba varios días con una colitis enorme.
Una sonrisa surgió en los labios de Paulina y un pensamiento cruzó su mente. ¡Por fin la venganza se había cumplido!

Ophelie

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6 comentarios

  1. ¡Saludos cordiales, Ophelie!
    Esta es mi primera participación en Literautas y basado en las recomendaciones del taller, te expreso respetuosamente mis apreciaciones. Sentí algo lento el ritmo de tu historia. Sin embargo, logras concatenarlo correctamente, consiguiendo que el lector tenga la curiosidad de proseguir. Es muy válido y meritorio que lograras incluir ambos elementos del reto (cuaderno de recetas y venganza). Siento necesaria asentuar un poco más el climax de la historia. Disfruté tu relato, sinceramente. Es muy hermoso tu manejo de las descripciones. Si gustas, te invito a leer y opinar mi texto (Catarsis) y continuar en esta dinámica tan interesante.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 18:37
  2. 2. J. Colmarias dice:

    Muy buenas Ophelie.

    En cuanto a gramática el relato está aceptable, pero deberías revisar algunas comas mal situadas.

    La historia está bastante bien, aunque creo que hay un error. Cuando Paulina prepara la comida a sus amigas dices que es viernes, sin embargo, en los párrafos anteriores comentabas que las reuniones se concertaban los sábados para cenar.

    Te dejo el mío por si quieres echarle un ojo: #168

    Un saludo!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 18:39
  3. 3. A.R.Payán dice:

    Hola Ophelie.
    La gramática necesita un repaso, a parte de las comas mal situadas que comenta el compañero, encuentro algunas frases que cuesta entender, a mi modo de ver, te pongo este ejemplo: “Las casas no alcanzaban más de dos plantas, aunque el interior, era amplio y confortable en la mayoría de las viviendas”. Tal y como está escrito me resulta confusa.
    También he notado la falta de puntos y a parte para separar los párrafos, porque cambias de momento en la narración y sigues con punto y seguido. Ejem:… Las casas no alcanzaban más de dos plantas, aunque el interior, era amplio y confortable en la mayoría de las viviendas. El cine, la cafetería, incluso un coqueto salón de baile permanecían cerrados. La única diversión… Después de las viviendas, yo pondría punto y aparte.
    Hay varias de estas situaciones que dificultan la comprensión en el resto del relato.

    La ortografía la encuentro muy bien cuidada.

    En cuanto al relato en general lo encuentro acertado en la historia, al final queda claro y bien definida la trama y el desenlace. La idea del relato es bastante buena.

    Espero servirte de ayuda.
    Ánimo.
    Nos leemos!!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 22:43
  4. 4. José Luis Jaimes dice:

    Hola Ophelie!
    Como tu entrada en la lista está en el número 162 te ubicas en el tercer lugar de mis devoluciones.Agradeciendo que me des tal oportunidad, espero que colabore en algo con tu escritura. Es cierto que trocaste reuniones de sábados por un viernes,(aquí una mención a J. Colmarías por su lectura dedicada y atenta)es una alteración que se corrige con mucha facilidad. Mi observación va dirigida a las posibilidades que perdemos cuando nos dejamos seducir por nuestro texto. Arriesgo hipótesis: tenías una historia con remate cómico y no quisiste perderlo. Algo de esta urgencia termina organizando tu texto.Pienso que una apuesta enriquecedora para tal fin podría haber sido que la ladrona tuviera un nombre y que la hubiéramos visto en las urgencias de sus malestares. Ejemplo: todo sucede en un encuentro inaugural con el muchacho o muchacha de sus apetencias…. Espero leerte nuevamente. Saludos.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 02:58
  5. 5. Ophelie dice:

    Tenéis razón. He cambiado viernes por sabado. Gracias

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:39
  6. 6. CARMELILLA dice:

    Hola Opheli:
    No quiero repetirme con lo que ya te han señalado sobre las comas, el viernes por el sábado…
    Creo que has utilizado demasiadas descripciones y eso ha ralentizado la lectura y le ha restado curiosidad.
    Es un relato sencillo y con una venganza “correctiva” y después de leer vatios relatos con venganzas extremas se agradece.
    ¡bien hecho Opheli!
    Seguimos leyéndonos.
    Saluditos.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 21:40

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