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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Sutilezas - por Leosinprisa

—Un alma en pena, un ojo bizco, baba de bobo, una lengua de charlatana, oreja de ajusticiado y veinte gramos de chocolate.

Loxx leyó de nuevo el listado, comprobando los ingredientes que había recolectado, tal como indicaba el antiguo libro de recetas mágicas robado a su hermano. Estaba exultante, conseguir una oreja de ajusticiado había sido fácil, sencillo incluso. Muchos delincuentes colgaban sus cadáveres en la calle gracias a su cargo de primer alguacil real, solo tuvo que salir afuera y cortarla, pero la lengua de charlatana le llevó más de un día conseguirla.

La insidiosa mujer de quien la obtuvo no quería ceder hasta que optó por dejarla sin sentido y cortársela. Para Loxx no era comprensible que se resistiera en atender su simple petición. Solo era una lengua, pudiendo acudir a cualquier hechicero medio competente quien se la restituiría para tormento de todos.

El ojo bizco también fue una pequeña epopeya. En un reino donde la magia y los hechizos de belleza imperaban por doquier, encontrar alguien con dicha tara era muy complicado. Debería acudir a los segmentos más marginados de la sociedad, aunque la suerte le acompañó. No era un ojo bizco por completo, tal vez un tanto revirado, pero serviría para sus intereses. Además ese individuo tenía otro ojo, y también revirado. ¿Para qué necesitar dos, si con uno era suficiente? Fue muy generoso y le dio una moneda de cobre por el excedente, para una tacita aguada de café.

La baba de bobo, sin embargo, era un artículo que podía conseguirse a un precio irrisorio, nulo a decir verdad. Bobos y babeantes existían por todos los lados del reino. Había mucha estulticia congénita y solo hacía falta pasear por algunas de sus avenidas principales para hacerse con tan necesario botín.

En cuanto al alma en pena había sido el ingrediente más difícil de obtener. Nada que un nigromante sin escrúpulos, a quien le llenaran sus bolsillos con una buena cantidad de monedas, no estuviera dispuesto a conseguir. Loxx fue muy persuasivo, como buen avaro no estaba dispuesto a pagar sino lo mínimo por el alma, dando a entender que si no la conseguía por nada el nigromante perdería la suya.

Se la dio en un frasquito transparente, si aguzaba el oído contra su cristal podía oír unos lamentos constantes. Algo que a Loxx le parecía muy placentero.

Poco antes había conseguido sus veinte gramos de chocolate negro. Era un artículo imposible de cosechar y elaborar en su tierra, siendo necesario importarlo por medio de los «celestiales», el apodo de quienes traían artículos exóticos de mundos lejanos. Se había personado en el mismo puerto junto con más de veinte de sus hombres, un hatajo de matones y asesinos a sueldo, intimando a cuantos encontraba a su paso para ser el primero en llegar a esa preciada mercancía. Nadie se interpuso en su camino.

Ahora que tenía todos los ingredientes era hora de mezclarlos. Depositó el matraz en el fuego, tal como indicaba el recetario echando dentro el ojo bizco y la lengua de parlanchina; luego tocó el turno de la baba de bobo y la oreja de ajusticiado, para concluir con el alma en pena y la porción correspondiente de chocolate. El conjunto hirvió, diluyéndose en un oscuro brebaje que el olor del chocolate negro, agradable y aromático, enmascaraba.

Su hermano mellizo Laxx había conseguido el reino por ser medio centímetro mayor que él. Se había aprovechado de ese pequeño estirón en su momento del nacimiento para arrebatarle lo que le pertenecía por derecho.

Con ese líquido que tomaría, su venganza sería plena. Crecería por encima, muy por encima y nadie podría negarle la corona. Sería rey en lugar del rey y su pusilánime hermano pagaría con su vida.

Loxx lo bebió. Al principio no pasó nada, luego sonrió cuando empezó a notar sus efectos. Pero no estaba creciendo, sino encogiéndose. Gritó, continuó gritando con fuerza, aterrado, hasta que no tuvo mayor tamaño que un pequeño, muy pequeño insecto.

Nadie escuchó sus gritos cuando una bota lo aplastó, acallándolo para siempre.

El rey Laxx sacudió su calzado, había entrado en silencio en la habitación dirigiéndose hacia su robada propiedad, el libro de recetas. Con una singular sonrisa pasó su dedo por el listado, eliminando un oculto hechizo que protegía su escritura y empezó a leer con suma satisfacción—: un alma en pena, un ojo bizco, baba de bobo, una lengua de charlatana, oreja de ajusticiado y veinte gramos de chocolate… blanco.

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16 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Salud, Leosinprisa:
    Gracias a tí he dado un fantástico paseo por la brujería de la Edad Media. Me encantó el humor, la manera de conseguir los “elementos necesarios” para crecer. En fin, todo lo que lo hace verosímil pero disparatado y humorístico a la vez me ha parecido buenísimo.
    De mi parte una corrección: Los delincuentes no cuelgan sus cadáveres (les resulta imposible como a cualquiera); simplemente “los cadáveres de los delincuentes cuelgan en las calles”.
    Gracias por tan inspirado relato. Si quieres, ando por el 18

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 21:50
  2. 2. Amanda Quintana dice:

    Hola Leosinprisa. Las descripciones son geniales, igual que a Juana me gustó lo que el personaje hace para conseguir los elementos y el final, también me gustó.

    Muy buena historia.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 01:41
  3. 3. Christian Joseph White dice:

    Genial. Totalmente ingenioso —con sólo ver los ingredientes necesarios para la receta, jajaja— y con ese toque sutil de humor típico entre magos tramposos. Creo no concebir mejor manera de cerrar el relato que la que tú le diste. Un grato placer leerte, Leosinprisa. Entre tanto relato de “chef asesino” el tuyo, con su corte fantástico, ha sido todo un respiro. Felicitaciones, y sigue así 😉

    ¡Saludos!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 04:29
  4. 4. Jose Luis dice:

    Hola
    ¡Qué bonito cuento! A mí me ha gustado mucho, desde el principio hasta el final, porque me ha entretenido y el final me ha dejado sorprendido. Relato lleno de humor y de ironía.
    Un par de cosas he hallado para corregir a nivel formal:

    encontrar alguien con dicha tara —————– encontrar a alguien con dicha tara

    intimando a cuantos encontraba a su paso ——————————– intimidando a cuantos encontraba a su paso

    Un saludo

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 11:54
  5. 5. Yoli dice:

    Hola, Leosinprisa.
    Gracias por pasarte por mi relato. Me ha gustado ese toque de humor negro, al igual que me ha sorprendido que al final fuera el hermano que le tendiese la trampa, como la frase “el cazador, cazado”
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 12:34
  6. 6. J.R.Arcady dice:

    Hola Leosinprisa:
    Un relato fantástico (en todos los sentidos) y con un gran sentido del humor (negro y no blanco en este caso)
    La he leído de un tirón y me ha dejado con el sabor en los labios a algo más… !Enhorabuena!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 19:11
  7. 7. Éter dice:

    Hola Leosinprisa. Una palabra: increíble. Me ha encantado tu relato, sobre todo la incorporación de la fantasía que hasta el momento no he visto por ninguna parte aquí. Sumamente original e ingenioso. El final es genial. No tengo críticas. Sigue así, saludos.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 20:11
  8. 8. Jose M Quintero dice:

    Hola Leo.
    Me ha gustado mucho tu relato. Tienes una habilidad grandiosa para llevar el humor y el giro del final ha sido estupendo.
    Gran historia 🙂

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 20:37
  9. 9. Dante dice:

    Hola Leo:

    me gusto, muy bien descripto el ambienta, fluye el relato, es agradable leerlo.

    Nada que agregar.

    Nos seguimos leyendo.

    yo estoy en el 36

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 01:50
  10. 10. Dante Tenet dice:

    Leo:

    Redondo, nada que agregar.

    Ritmo, ambiente, todo donde debe estar.

    Me encanto!

    Nos seguimos leyendo

    Estoy en el 36

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 03:33
  11. 11. SBMontero dice:

    La idea es buenísima, es más, me he divertido de lo lindo de principio a fin y lo de haber ocultado que el chocolate tenía que ser blanco, ya digo, me he divertido, pero amor no quita conocimiento, así que…

    Tengo tremendas dudas sobre que los delincuentes cuelguen sus propios cadáveres en la calle, imagino que los cadáveres de los delincuentes SON colgados en la calle. No hace falta que especifiques que le cortó la lengua, es evidente que el alguacil lo hace. Lo de “tal vez un tanto revirado” es genial, como lo de bobos y babeantes existían por todos los lados del reino, la expresión tal vez sea mejorable, pero el sentido es buenísimo. Imagino que cuando dices intimando quieres decir intimidando.

    Más nada, espero seguir leyéndote y que me divierta tanto como con este texto.

    Un saludo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 12:42
  12. 12. José Torma dice:

    Mi estimado Leosinprisa, como siempre, un placer leerte.
    Vaya receta y un giro al final que nos recuerda que la venganza es un plato que se sirve mejor frio.
    Solo tengo un comentario, aparte de los que te mencionaron. Al inicio, el asunto de los cadáveres me parece que está mal estructurado…
    “Muchos delincuentes colgaban sus cadáveres en la calle gracias a su cargo de primer alguacil real, solo tuvo que salir afuera y cortarla, pero la lengua de charlatana le llevó más de un día conseguirla.”
    Suena como si los delincuentes se colgaran solos, luego sin pausa entras a decir que gracias a su cargo de alguacil no batallo para conseguir la oreja.
    Se me hizo confuso.
    De ahí en fuera, un hitazo mi hermano. Un viaje por la elaboración de una receta que busca el norte y llega al sur.
    Un abrazo y felicidades.
    José
    p.d. no sigo los comentarios, por lo que si te apetece comentarme algo, te agradeceré lo hagas en mi correo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 16:02
  13. 13. Tatei Jautze Kupuri dice:

    Hola Leosinprisa:
    El título de tu cuento y tu apodo invitan a leerlo con mucha atención.
    Encuentro algunos elementos muy creativos y he disfrutado la lectura.
    Te invito a que leas sin prisa el texto de la página #167 en el libro de recetas mágicas de Laxx y dejes tu opinión.
    Gracias.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 16:41
  14. 14. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Qué bueno, Leosinprisa!
    Imposible dejar de leerte sin prisa! Y sin duda te leeré el próximo reto! Aun me estoy riendo…
    Felicidades, un cuento precioso, sí que es verdad que existen esos detallitos sin importancia que te han comentado y que se nos pasan a todos. La perfección no existe.
    Soy la 76, por si echas le echas un vistazo a mi cuento, aunque es todo lo contrario al tuyo.
    Un cordial saludo

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 16:14
  15. 15. Peter Walley dice:

    Hola Leosinprisa,

    Me ha encantado tanto la historia como la forma en que la has llevado. Derrocha originalidad por los cuatro costados. El final perfecto.

    Lo de convertirse en rey en lugar del rey me ha recordado a Izogud, no sé si era intencionado o no.

    En fin, ¿qué más te puedo decir? Un placer leerte, te buscaré el mes que viene.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 27 octubre 2016 a las 20:30
  16. 16. Leosinprisa dice:

    Gracias a todos por los comentarios. Cuando tenga tiempo me pasaré por sus relatos y perdonen mi tardanza en comentarlos. Un saludo.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 10:41

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