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Sentimientos - por Ane

Fueron momentos bellos, inolvidables, donde ambos cuerpos se fusionaron en uno solo. Una pasión que escenificaba la larga espera. Las dudas, los miedos, ya no tenían cabida. Hoy no. Hoy, ya no había lugar a rencores, a venganzas. Porque las hubo.

Porque el desengaño provoca, tejiendo una tela de araña que atrapa todo lo que surge al paso. Te arrastra consigo iniciando una travesía de desconfianza hacia el prójimo, hacia sí mismo. Preguntas y más preguntas asaltaron su mente en una amalgama de textos incompletos e inconexos que brotaron al unísono buscando una salida. Daba igual lo que dijese, necesitaba hablar, liberar. Daba igual si la escuchasen, necesitaba huir, vivir.

El ruido de tambores predijo la venganza, quien como fiel compañera la acosaba. Su presencia descontrolada apareció como desquite, como compensación al agravio, la traición, la mentira. Acudió en ayuda para acaparar un nuevo relato que disfrazase el verdadero. Se apoyó del odio que cubre el manto del dolor tratando de obviar el daño, pero que no instaura ni cicatriza, simplemente lo esconde, a la espera de que la madurez imponga su cordura.

Otorgando al castigo como vencedor de la partida, el desquite impuso el precio y levantó un muro entre los dos, simbolizando la pérdida de la reflexión, la que enuncia que la revancha no es valiosa, ni tiene autoridad, ni recoge los sanos frutos. Solo se sirve de la vileza y te hunde en el fango, alardeando de su cometido.

La joven, consciente de su error, lamenta no tener vidas suficientes para superarlo. Y pide auxilio al tiempo, testigo y consejero, quien le arroja esperanza, a la que se agarra como manual de supervivencia. Y se encarga de recordarla de qué estamos hechos, de sentimientos, errores, aciertos, de alegría, dolor. Un cuaderno de recetas abierto para todo aquel que quiera aventurarse a cocinar, eso que se llama amor. Una mezcla de ingredientes cocinados a fuego lento, con movimientos suaves y aterciopelados, que proyectan como un apéndice más el deseo, la ternura, el afecto. Un tratado donde la generosidad prevalece, apartando a la ira, para regresar a la calma, la serenidad. Porque el amor une, pero también separa. Porque el amor separa, pero también lo vuelve a unir.

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10 comentarios

  1. Impresionante.
    Es un texto complejo y profundo, difícil de comprender por estar todo bajo la llave de metáforas.
    No me siento capaz de hacerte una crítica tal y como propone Literautas. Pero dejo constancia de que lo he leido y meditado.
    Gran trabajo.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 19:52
  2. 2. Perla Preciossa dice:

    Estimada Anne:
    De entrada te digo que tu microrrelato me ha gustado mucho; pero, antes de nada, y como creo que es la parte menos agradable, te voy a puntualizar algunas correcciones sobre ciertas frases cuya construcción deberías mejorar, dado que creo que tienes talento para escribir.

    Al principio dices:
    “El ruido de tambores predijo la venganza, quien como fiel compañera la acosaba”.
    En poesía sería admisible el relativo de persona, dado que podría tratarse de la personificación de un objeto inanimado. De hecho, este relato es muy poético. No obstante, por si tienes este uso por hábito, te aconsejo evitarlo en narrativa y sustituirlo por que o cual, este acompañado del artículo, como es obvio. Quien es solo para personas.

    “Se apoyó del odio que cubre el manto del dolor”.
    Yo hubiera dicho “se sirvió”, o, en el mejor de los casos, “se apoyó en el odio…”

    “Otorgando al castigo como vencedor de la partida, el desquite impuso el precio”.
    Mejor “declarando al castigo”, dado que intuyo que también estás personificando. Otorgar es más bien para cosas.

    “Y se encarga de recordarla de qué estamos hechos”.
    Si escribes de manera oficial (si te presentas a concursos y cosas por el estilo), te aconsejo evitar el laísmo.

    “Porque el amor une, pero también separa. Porque el amor separa, pero también lo vuelve a unir”.
    Te sobra el pronombre, puesto que los demás verbos, que también son transitivos, los estás usando en sentido absoluto, es decir, sin complementos directos. El hecho de usar un verbo auxiliar no anula la transitividad, de forma que puedes seguir usando el verbo final sin pronombre, y decir perfectamente:
    “Porque el amor une, pero también separa. Porque el amor separa, pero también vuelve a unir”.

    Por lo demás, y como te decía al principio, me parece un relato muy poético; una reflexión intimista que podemos hacer cualquiera de nosotras en ciertos momentos.
    Siguiendo con la retórica, así como debes mejorar el uso de la personificación, el de la metáfora es bastante acertado. Creo que tienes una gran capacidad lírica y un sentido muy pleno de las experiencias vitales, las cuales dan como resultado una intuición y un estilo bastante elegantes.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 20:29
  3. 3. Paola dice:

    Hola Anne
    Coincido con Perla Preciosa en que es un relato muy poético y profundo. Yo había notado algún pequeño error que ya te ha comentado la compañera.
    Me sabe mal no poder darte algún consejo interesante pero es que tu forma de escribir se aleja mucho de la mía y no sabría que decirte. Simplemente he disfrutado leyéndote

    ciaociao Paola

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 19:27
  4. 4. Pilar dice:

    Me encanta. Emotivo, profundo, muy trabajado y muy cuidado. Es algo muy personal que agradezco que hayas compartido. Salvo las apreciaciones que ya te han hecho y con las que coincido, literalmente es muy bonito y muy bien compuesto. Complejo ,sí. Como el propio amor. Felicidades. Estoy en el 150 y he escrito algo similar.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 18:45
  5. 5. Wolfdux dice:

    Un relato muy visual. Las metáforas están muy bien trabajadas. Felicidades.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 22:37
  6. 6. Marisa dice:

    Hola.
    Soy Marisa, del 117.
    He leído tu texto y, sinceramente, no lo he entendido. El primer párrafo habla de una cosa y los demás de otras. El estilo me parece muy interesante, aunque yo le quitaría algún gerundio.
    Espero seguir leyéndote

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 17:12
  7. 7. MOT dice:

    Hola Ane.
    También se aleja de mi estilo (tanto de escritura como de lectura), con lo cual no puedo opinar, a parte que no lo he entendido muy bién (¿narrador? ¿pensamientos internos?).
    Pero sí que, gramaticalmente, creo que hay unos minúsculos errores:

    1- En 2º párrafo, donde empieza…Daba igual si la escuchasen… yo habría sustituído el “si” por “que”
    2- Párrafo nº 3. Yo habría escrito…al agravio, a la traición, a la mentira… Más abajo, donde …se apoyó del odio… habría puesto …se apoyó en el odio
    3- 5º Párrafo. …Y se encarga de recordarla… eso es LAÍSMO, se debería poner …recordarle…

    Un saludo…

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 17:11
  8. 8. Tavi oyarce dice:

    Hola Ane

    Hay en tu relato un grito, una experiencia, por la que todos alguna vez hemos atravesado. Muy bien definido el dolor, el engaño, la venganza y al final, la paz.

    Es verdad, hay poesía en tu relato, y eso es fantástico, a mí me llegó. Para escribir relatos también se debe leer a los poetas. Se aprende mucho con ellos.

    Solo encontré que el punto aparte del primer párrafo con el segundo debiera ser punto seguido, evitarías repetir: el “porque” qua a mí me hizo ruido y porque todo es la misma idea.
    El punto aparte debiera ir donde coloque este signo //:
    “hacia sí mismo.// Preguntas”. En ese momento cambias la idea.
    Acá: “Y se encarga de recordarla” debiera decir “recordarle” y la oración toma sentido.
    Pequeños alcances que no enturbian la belleza de tu relato.
    Te felicito

    Escrito el 27 octubre 2016 a las 22:50
  9. Hola Ane
    Muchas gracias por pasarte por mi relato. Siempre agradezco los comentarios de los compañeros, para mi son importantes para aprender.
    Respecto al tuyo, coincido sobre todo con Perla Preciosa. El relato es muy bueno pero, para mi gusto, le falta algo al principio. Hubiera estado bien, después del primer bloque, introducir “in media ras” una descripción de la amistad entre ellos.
    Enhorabuena y nos seguimos leyendo

    Escrito el 31 octubre 2016 a las 09:30
  10. 10. Anael dice:

    ¡Hola Ane!

    Por fin me paso por tu texto, y me alegro mucho. Lo he disfrutado de verdad, ¡me lo he leído tres veces! Yo no soy mucho de poesía pero me gusta mucho la prosa lírica. He disfrutado muchísimo el viaje que nos haces realizar con tus palabras. Gracias por compartir algo que tiene ese brillo intimista del autor que ha vivido lo que escribe.

    Formalmente ya te han hecho muchas correcciones que yo ni había visto (reconozco que corregir lirismo se me da muy mal, es un terreno en el que lo admito casi todo), así que simplemente haré una apreciación de contenido: me ha chocado el inicio. Creo que rompe demasiado el estilo de todo lo demás (a lo mejor esa es la intención). En mi humilde opinión de escritora inexpertísima en el ámbito lirico, yo empezaría por el segundo párrafo.

    “El desengaño provoca, tejiendo…”

    Lo dejaría ir creciendo magistralmente como haces y pondría el primer parrafo antes del final, ya después del perdón y la reconciliación. Puedo intentar reescribirlo yo si quieres, pero ya digo que esto no se me da bien. Más que una sugerencia es una práctica para mí, pero que pongo aquí por si te sirviera de algo:

    “La joven, consciente de su error, lamenta no tener vidas suficientes para superarlo. Y pide auxilio al tiempo, testigo y consejero, quien le arroja esperanza, a la que se agarra como manual de supervivencia. Y se encarga de recordarla de qué estamos hechos, de sentimientos, errores, aciertos, de alegría, dolor. Un cuaderno de recetas abierto para todo aquel que quiera aventurarse a cocinar, eso que se llama amor. Una mezcla de ingredientes cocinados a fuego lento, con movimientos suaves y aterciopelados, que proyectan como un apéndice más el deseo, la ternura, el afecto. Un tratado donde la generosidad prevalece, apartando a la ira, para regresar a la calma, la serenidad.

    *Y fueron aquellos momentos bellos, inolvidables, donde ambos cuerpos se fusionaron en uno solo. Una pasión que escenificaba la larga espera. Las dudas, los miedos, ya no tenían cabida. No en ese día. Ese día ya no había lugar a rencores, a venganzas. Porque las hubo.*

    Porque el amor une, pero también separa. Porque el amor separa, pero también lo vuelve a unir.”

    De esta forma el clímax lo dejas al final. Ya digo que es más una forma de verlo mía, a lo mejor no lo quieres contar así. Pero creo que la reconciliación y el perdón quedan más patentes de esta forma, después de haber visto todo lo que podía pasar si se elegía el camino de la venganza.

    Muchas gracias por compartir tu texto, Ane, me ha encantado. Creo que cuando vengo por aquí sólo espero encontrar narrativa y me encanta ver los diferentes estilos que surgen finamente. Enhorabuena y felicidades por tu poesía introspectiva.

    ¡Un abrazo y sigue escribiendo!

    Escrito el 1 noviembre 2016 a las 13:50

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