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Recetas especiales - por Aimée

Tres peldaños de la escalerita de metal, pero no, no llego al último estante. Uno más. Ya está, ya puedo rebuscar entre las toallas que me regaló mi suegra, nuevecitas que están. Un poco más al fondo… Aquí está, aún con el olorcito a nuevo y suave como el primer día. Mi cuaderno de recetas, único y especial, de mi puño y letra; aunque todavía con solo una página escrita. Pero es el día, voy a escribir mi segunda receta y seguro estará deliciosa.

Hace unas horas he llegado del hospital. Dichosas guardias nocturnas que nadie quiere y que a mí siempre me tocan porque no tengo críos. Pero la cuestión es que hoy he llegado un ratito antes de lo normal y al abrir la puerta he oído un montón de perros ladrando. He entrado en la habitación y mi Emilio se estaba haciendo el dormido; lo sé porque después de veinte años de matrimonio se conoce una hasta el respirar. Me he asomado por la ventana y la vecina de la casa de atrás corría por el patio esquivando a los perros y atusándose el pelo. Como si esos rizos desenmarañados los pudiera arreglar una mano. He esperado a que Emilio se fuera a trabajar y la he llamado para invitarla a un cafelito.

Tanta falta le haría que la muy tonta ha venido. He ido a la cocina a por el azúcar y a por la jeringuilla de cloruro de potasio que he preparado nada más colgar el teléfono. Le he dado un golpecito a la mesa y la cucharilla se ha caído entre sus pies. Muy amable se ha agachado a recogerla y yo he aprovechado para clavarle la jeringa en el cogote. Tres minutos aguantándola, un gemido y para el otro barrio que se ha ido.

Y aquí la tengo, hecha pedacitos por el hacha de cortar el pollo que compré en la tele tienda. El hígado y los sesos en la licuadora con un chorrito de aceite, una pizca de perejil y la cáscara de un limón. Tenía unas buenas nalgas así que las he fileteado, les he echado un vasito de vino blanco, dos ramitas de romero, aceite y sal, y en el horno están con unas patatas. El resto se lo dejaré a los perros antes de irme a trabajar porque mañana el olor no se disimulará ni con los cinco ambientadores que tengo repartidos por casa. Ya lo he anotado todo en mi cuaderno de recetas así que voy a guardarlo y a preparar la mesa que mi Emilio estará al llegar.

– Hola cariño ¿Has dormido bien?
– No podía pegar ojo y me ha dado por cocinar algo especial. Anda siéntate que ya traigo el vino. ¿Te apetece un poquito de Savignon Rouge?
– ¡Claro! No hemos bebido Savignon Rouge desde…desde la muerte de mi madre.
– ¿Tanto tiempo hace? ¡Vaya! Tendré que cocinar más a menudo recetas especiales.

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7 comentarios

  1. 1. Merengue mareado dice:

    La voz me parece conseguidísima. Casi da hasta miedo imaginármela; y es que eso es lo que has conseguido, que me deje llevar por tu relato, guiado por la voz de esta sociópata. No tengo nada que objetar a absolutamente nada, un gran relato, de verdad.
    Mi más sincera enhorabuena.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 23:48
  2. 2. Alohomora dice:

    Hola Aimée! Es increíble como en tan pocas líneas consigues introducir a ese personaje tan malévolo. Me ha sorprendido la velocidad con que ocurre todo. Enhorabuena!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 09:42
  3. 3. R. P. García dice:

    Me ha gustado tu relato, Aimée. La idea está bien y a la ejecución tampoco le veo mayores problemas. Bastante compensadas las partes. Me gustó el guiño final con el vino y la madre, y algunos detalles más. Creo que la gracia está en como lo narraste. Aunque tantos diminutivos no la hacen más malvado, pero sí más cursi. Hiciste un buen trabajo. Felicidades.

    Algunas cositas que podrían ayudarte, por ejemplo en los diálogos. Usar la raya (Alt +0151) en vez del guión, bien pegada a la palabra. Y yo personalmente acotaría la primera intervención con algo breve como un “—dijo.” para saber inmediatamente que el primero en hablar fue él. Tal vez quitaría las exclamaciones (¡!) pero esta consideración ya va con el estilo de cada quien. Para mi son excesivas, prefiero que el lector imagine el tono.

    A la puntuación no le veo defectos tampoco. Es posible que haya algún punto y coma de más, pero el ritmo es bueno. De modo que no hay problema a ese respecto.

    Luego quizá reescribiría alguna oración o cambiaría alguna palabra para ser más preciso. Opino que los sinónimos no existen, que cada palabra nos aporta algo diferente, y saber elegir la más adecuada es parte de la pericia del escritor. La precisión y la economía son muy importantes.

    Por citar algún ejemplo tomaré esta oración;

    «Dichosas guardias nocturnas que nadie quiere y que a mí siempre me tocan porque no tengo críos».
    «Dichosas guardias nocturnas que nadie quiere y que siempre me tocan por no tener críos».

    Ah, otra cosa. Supongo que esa información (la de la frase anterior) la das para caracterizar al personaje y para que nadie se pregunte que de dónde saco el cloruro potásico. Y ¿porqué cloruro potásico y no otra cosa?, y en la cabeza…. Una muerte un poco extraña!

    Un abrazo!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 18:05
  4. 4. José Torma dice:

    Hola Aimée, que gustazo leerte.
    Tu relato me ha encantado, la voz de la protagonista está muy lograda. Los pequeños detalles que al final son significativos también.
    Cosa curiosa, cuando llegas al dialogo final, mi mente hizo un brinco y me mortifico la ruptura en el estilo, pero con el giro me has ganado de nuevo. Que tema el pobre Emilio de que su mujer no quiera hacer una tercera receta jaja.
    Te felicito nuevamente.
    José
    p.d. no sigo los comentarios, por lo que si te apetece comentarme algo, te agradeceré lo hagas en mi correo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 22:39
  5. 5. Aimée dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios. R.P. García, tomo nota de lo que indicas para corregirlo y tenerlo en cuenta en los próximos relatos. Gracias!

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 21:34
  6. 6. Cryssta dice:

    Aimée, muchas gracias por leer mi relato y por tu amable comentario.

    Espero que sigas participando todos los meses porque has entrado por la puerta grande. Tu relato me ha encantado, no quiero ni pensar qué pasaría si se juntan tu protagonista y la mía, jajaja.

    Escribes muy bien y merece la pena que te estrujes un poco más el cerebro escribiendo mejor así que te digo lo que yo veo mejorable:

    – en el primer párrafo encuentro: “estante”, “está”, “están”, “está” y “estará” prueba otras formas de decirlo, por ejemplo “seguro saldrá deliciosa”

    – en el mismo párrafo dices dos veces “pero”, dos “más” y dos “día”. A veces no pasa nada por repetir pero si hay forma de no hacerlo mejor que mejor

    – en el siguiente párrafo las palabras repetidas son: “llegado”, “porque”, “perros” y “Emilio”. Mi intuición me dice que no necesito ponerte ejemplos de sustitución porque sabrás hacerlo. Hazlo porque en este taller solemos tener el límite de 750 palabras y a veces cambiar dos palabras por una nos saca del apuro (esto puedes hacerlo en el caso de los perros)

    – en el siguiente párrafo repites “para”, el segundo es muy fácil sustituirlo. Piensa, piensa

    – en el siguiente párrafo las repeticiones a evitar son las de “tengo” y “así que”

    Bienvenida a este numeroso y fructífero grupo, ha sido un placer leerte.

    Escrito el 26 octubre 2016 a las 12:39
  7. 7. Menta dice:

    Buenas tardes Aimée: Me ha gustado mucho tu relato porque de una manera sencilla nos has metido en la vida cotidiana de una psicópata. ¿Por qué razón mata a la vecina?
    Sentía nauseas al pensar que su Emilio se iba a comer las nalgas fileteadas…Lo has hecho muy bien. Muchas gracias por compartirlo con todos nosotros. Hasta pronto, Menta

    Escrito el 26 octubre 2016 a las 19:30

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