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Paula - por novel_madriles

Esta noche venía Paula a cenar. Se habían conocido hacía poco tiempo, pero enseguida intimaron. Esa noche era especial, ella venía por primera vez a cenar, aunque ya había estado allí otras veces pero no se había quedado mucho tiempo. Estaba tan emocionado que se había bloqueado pensando qué iba a preparar para la cena. Al rato sonrió, recurriría al cuaderno de recetas, que contenía los consejos culinarios de su madre, con los que siempre había salido más que airoso. En el fondo, era su gran tesoro, no sólo porque todas esas recetas eran garantía de éxito, sino porque constituía el mejor recuerdo que tenía de su madre, fallecida hacía algunos años. Su madre, esa gran mujer que le había criado ella sola, dado que su padre les abandonó nada más nacer él.
¡Un grito, una blasfemia! Rebuscó todo su apartamento buscando su tesoro. No lo encontró, y mientras seguía dando vueltas comenzó a ponerse nervioso. Desparramó todos los libros de su biblioteca pero el resultado fue el mismo, nada. Presa ya del pánico, las lágrimas afloraban en su rostro, y juró a Dios que haría lo que fuera si le ayudaba a encontrar su recetario. Ante el silencio divino, salió a la calle en busca de no se sabe qué, con la mirada enloquecida, musitando una plegaria mientras lloraba de impotencia. El frio de aquella tarde le hizo recobrar un poco la cordura y, pensando en la llegada de Paula, volvió corriendo al apartamento. Al llegar, preso de una actividad febril, comenzó a preparar la cena. No sabía qué resultaría de todo aquello, pero empezó a animarse al comprobar que recordaba un par de recetas que se podían conjugar con los alimentos que había comprado. Paula llegaría sobre las nueve, ahora eran las ocho y ya había terminado. “Justo a tiempo”, se dijo mientras se sentaba un momento en el sofá que separaba el salón de la cocina americana. Enseguida se levantó para prepararse, una ducha rápida, vestimenta desenfadada, un par de gotas de colonia, las justas para que diesen olor al beso, y la revista final del apartamento para que no pareciera una leonera.
A las nueve en punto sonó el telefonillo, Paula era puntual. Cuando entró, se encontró con una mujer resplandeciente, con una sencilla blusa blanca y una falda roja que le hacían muy atractiva. Le dio un sugerente beso, ese típico beso que no cae ni en la mejilla ni en el labio, y que quiere decir tantas cosas como ninguna. La cena fue un éxito, Paula quedó bien satisfecha, la había conquistado por el estómago. Después se sentaron a ver una película de cine clásico, del que ambos eran fieles amantes. Pero no terminaron de verla, Paula se mostraba muy mimosa, casi una gata en celo. De aquel momento sólo recordaba un beso, porque un extraño sueño se apoderó de él, cayendo inconsciente. Cuando despertó, comprobó con terror que no podía moverse, estaba atado a la cama y amordazado. Vio a Paula que se acercaba con un objeto en la mano. Abrió los ojos de pavor cuando reconoció ese objeto, su cuchillo de cocina. Comenzó a acariciarle mientras acercaba el cuchillo a su cara, Mientras, él no paraba de intentar soltarse y gritar, pero paró toda actividad al notar un profundo corte en la cara, sintiendo cómo la sangre goteaba hacia su cuerpo. Paula le seguía mirando fijamente, mientras comenzó a acariciar su pecho sanguinolento, bajando lentamente la mano hasta su desnuda cintura. Una vez llegada ahí, cogió su miembro viril con una mano mientras con la otra acercaba el cuchillo. Sus ojos, abiertos de espanto, imploraban misericordia mientras todo su cuerpo se tensaba, en un afán de desatarse. Paula colocó con mimo el cuchillo sobre su pene y mirándole fijamente le dijo: “recuerdos de tu padre. Él no os abandonó cuando tú naciste, sino que tu madre le asesinó. Luego, le fue descuartizando poco a poco, lentamente, mientras cocinaba todas sus partes, todos sus órganos, anotándolo todo en ese diabólico libro. También era mi padre, y tú eres cómplice del asesinato, por perpetuar la nauseabunda obra de tu madre, su maldito cuaderno de recetas”. Un intenso dolor le hizo perder el sentido. Horas más tarde, cuando lo recobró, una mueca de terror cubrió todo su dolorido cuerpo, junto a él estaba el cuaderno de recetas con un pedazo de carne ensangrentado entre sus hojas.

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6 comentarios

  1. 1. Berundgaar dice:

    Si yo hubiera sido Paula, me lo habría cargado, pero, claro, las chicas saben más de venganzas.
    Creo que tardaré bastante en volver a comer salchichas. 😉
    Tal vez algo…”recargado”, pero en general, muy bien.
    Un saludo, Novel Madriles.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 12:38
  2. 2. MT Andrade dice:

    Hola
    Está muy bien narrado, se lee con mucha fluidez. Comparto el comentario anterior respecto del contenido final. Aun así me ha gustado como escribes. Saludos

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 23:31
  3. 3. David Rubio dice:

    Desde luego, ni por asomo se puede uno imaginar cómo terminaría la cita… A nivel formal creo que faltan muchos puntos y a parte. Con ello el ritmo no sería tan acelerado y la lectura sería más visual y cómoda.
    En cuanto a la historia en sí, creo que es desmedida. No por mostrar una escena cruenta se consigue impactar. De inicio, tenemos al chico, obsesionado con el libro de recetas, desesperado por no encontrarlo. Ello ya se percibe como exagerado. Pero al no darse ningún otro detalle, la segunda parte parece metida con calzador. Se hace inverosímil. Ella podría ser un vampiro, una psicópata o lo que sea, no existe nada antes que justifique el desenlace.
    Por otra parte no sé por qué se queda dormido si es él quien preparó la comida.
    Está bien escrito pero te sugeriría que insinuaras algo al inicio que justificara el final. Que no parezca que se ha ido añadiendo cosas sobre la marcha.
    El final mola, refuerza el inicio

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 00:37
  4. 4. novel_madriles dice:

    Gracias por vuestros comentarios, tanto alabanzas como críticas constructivas, los acepto con total humildad. Tal como dice mi seudónimo, éste ha sido mi primer relato, y espero que no sea el último, gracias a vuestra ayuda. Saludos.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 20:11
  5. 5. Tita dice:

    Hola, novel_madriles

    Bienvenida a Literautas, ha sido un gustazo leer tu cuento.

    Te comento que me encantó esta frase: “Le dio un sugerente beso, ese típico beso que no cae ni en la mejilla ni en el labio, y que quiere decir tantas cosas como ninguna”.

    El desenlace me gustó, solo que un poco inverosímil, tal vez por la forma en que está narrado el descuartizamiento y cuando despierta.

    Te aconsejo que hagas el cuento en parráfos, eso permite que la lectura sea limpia.

    A mí me cuesta pasar de la introducción al nudo del cuento, creo que es algo que compartimos y que con el tiempo vamos a mejorar en ello.

    En el inicio repites “Había” varias veces(6) y cuando Paula ataca al chef con un cuchillo “mientras” sale como 4 veces. Ojo a esto.

    El inicio lo leí tres veces, creo que la forma en que esta contado me difultó un poco.

    Tienes buena imaginación. Sigue adelante.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 04:48
  6. 6. Al Caparra dice:

    Hola novel_madriles,

    Me gusta la idea de tu relato.

    A nivel formal, faltan algunos putos y aparte para que sea más cómodo de leer.

    Respecto al contenido, echo en falta saber más sobre Paula. Me da la impresión de que solo se le conoce a través del otro personaje y sin embargo parece más su historia que la de él.

    De todas formas intriga.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 15:53

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