Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El Precio las Estrellas - por Mario DG

La actividad en la gran cocina era incesante. Era uno de los locales del momento, el actual mejor restaurante del mundo; galardonado con sendas estrellas Michelín. Allí se ofrecía la cocina más vanguardista y moderna del momento.

Chefs y ayudantes iban de un lado a otro, como si siguieran una coreografía ensayada mil veces. Se preparaba el servicio de cenas y todo debía ser perfecto, su reputación estaba en juego. Esa noche se jugaban la revalidación de sus preciadas estrellas y volver a ser el número uno otro año más. Consciente de ello, Mario, tenía preparado hasta el último detalle, nada podía quedar a la improvisación. Era la hora de presentar el nuevo menú.

Mario era el jefe de cocina, el chef encargado de toda aquella revolución culinaria que año tras año acumulaba reconocimientos internacionales. Bajo su batuta habían conseguido llegar a lo más alto.

El cuaderno de recetas que él mismo creó y escribió era como una biblia que contenía todas las nuevas elaboraciones, desde su desarrollo paso a paso hasta bocetos de cómo debían presentarse los platos. Fueron muchos meses de incesante trabajo, de investigación, de hacer y deshacer y de recorrer buena parte del mundo buscando las últimas tendencias.

Esa misma tarde había llegado la materia prima; toda clase de verduras y hortalizas, a cada cual más exótica, siempre frescas. Los productos cárnicos los recibían siempre vivos, siguiendo la máxima del restaurante de ofrecer siempre género de primera calidad. Los animales debían exhalar su último aliento el tiempo justo antes de ser preparados para conservar todas sus propiedades; un solo fallo en la cadena de tiempos podría arruinarlo todo.

Era el propio Mario el que se encargaría de cocinar el plato principal para aquella cena, su nueva creación: Tuétano asado y trufa negra con salsa de hinojo y huevo poché.
No le hacía falta consultar la guía de recetas, estaba todo en su cabeza. Tan sólo faltaba una cosa, la más importante: elegir el animal del que saldría el preciado hueso con el que elaboraría su receta.

Abrió la puerta del almacén y los fluorescentes se encendieron. El chef se dejó envolver por un frenesí de olores: especias, flores aromáticas, carnes y pescados perfumaban la estancia. A pesar de todo algo arruinaba el ambiente; un fuerte olor a heces arruinaba aquella ambrosía. Sin duda algún animal se había hecho sus necesidades, quizá por naturaleza o quizá por miedo al ser conocedor de su destino. En todo caso aquello solía ocurrir a menudo, era el precio de disponer de la “carne fresca” hasta el último momento.

Mario se paseó delante de las jaulas que contenían a los animales hasta dar con el idóneo para el plato que iba a preparar, necesitaba la pieza más jugosa, y no le costó mucho tiempo encontrarlo. Se acercó con cautela a él, manteniendo las distancias para evitar accidentes y consultó los datos del animal.

Según la etiqueta junto a la jaula, tenía 17 años y pesaba 65 kilos. Era un espécimen alto y rubio, con una carne rosada y tierna. Allí, erguido sobre sus dos piernas el sujeto miraba desde su jaula al chef. Parecía tener una mirada desafiante y por un momento a Mario le pareció que aquel animal le había hablado, pero eso era imposible. Se les criaba sin enseñarles a hablar, a leer o a escribir, debían ser comida, y eso eran.

El cocinero apartó ese pensamiento de su mente y evaluó al animal, mirándolo de arriba a abajo hasta que sus ojos se detuvieron en sus piernas, de ahí sacaría el tuétano que necesitaba; con el fémur tendría bastante. Giró sobre sí mismo y ordenó a un ayudante que cortara la pierna de aquél muchacho y lo preparara todo.

Media hora más tarde el olor a tuétano asado impregnaba toda la cocina. Se le sirvió al crítico todavía humeante. Todo fue según lo previsto, una cena perfecta, un crítico contento y otro más que probable éxito para el chef y su restaurante. Al fin las luces se apagaron. Mañana será otro día.

Y es que en el año 2072, el gusto cada vez más extravagante e insaciable de la alta sociedad elevó el nivel de exigencia de los restaurantes a cotas inauditas. Esto hizo que todos los mejores restaurantes del mundo diesen el salto al consumo de carne humana en su lucha por ofrecer siempre, año tras año, algo novedoso.

La carne humana se había convertido en el gran negocio del siglo XXI.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

6 comentarios

  1. Buenos días Mario, en vez de un relato parece una profecía. En serio no sé donde vamos a llegar. Lejos de entrar en opiniones personales. Espero que el nombre de tu prota sea una mera coincidencia con la realidad jajajajjaa..
    Muy bien redactado, te diría que impecable. Ameno y con ritmo. Quizá se me hizo evidente la trama, o me lo imaginé desde el principio. Deberías de darle una vuelta y tratar de darle un poco de más tensión al principio.
    Pero muy bueno.
    Gracias por tus comentarios.
    Nos leemos!!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 07:42
  2. 2. José Torma dice:

    Que tal Mario.
    Me parece que es primera vez que te leo. Eres el primero en mi lista de los 5 después de mi relato.
    Tengo una sensación extraña, primero, marcasté el reto, pero aquí no veo venganza.
    La trama se ve predecible y utilizas mucho los adjetivos, conté 5 en el primer párrafo.
    Tuvimos ideas similares, solo que mi relato con carne humana llego a las 1432 palabras, imposible de rebajar, por lo que opté por otro camino.
    Ahora lo bueno, tienes muy buen ritmo, utilizas muy bien las palabras y vas llevando la trama con una cadencia rica de leer. Si te mencione los adjetivos es porque ralentizan un poco la lectura, ya que mi cerebro se obsesiona con ellos.
    Entiendo que le llamaras “animal” para no dar el giro antes de tiempo, pero tal vez un tratamiento menos marcado, podría maquillar la conclusión que ya se viene uno imaginando, “Una especie de dos patas” Por ejemplo.
    El final es atropellado y terminas con una justificación que no veo necesaria. El planteamiento moral aquí, es ¿quién decide a quien criar para alimento y a quien dejar que sea humano? Me parece que tienes tela para hacer un relato más grande sin restricciones de palabras.
    Me ha parecido un buen relato. Te felicito y toma mis palabras por lo que son, opiniones que creo pueden ayudarte a mejorar.
    Saludos.
    José.
    p.d. no sigo los comentarios, por lo que si te apetece comentarme algo, te agradeceré lo hagas en mi correo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 18:14
  3. 3. Vodnik dice:

    Hola Mario,

    Tu relato me ha parecido muy original. El escribir un número limitado de palabras ha condicionado tu historia ya que me parece que el final viene demasiado de golpe.

    Tu estilo es muy bueno y has sabido mantener el suspense durante gran parte de la narración.

    Te felicito por tu gran trabajo.

    Saludos,

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 22:21
  4. 4. Robles dice:

    Buenas Mario!. Un sublime relato que no deja indiferente a nadie. Me ha parecido un argumento bastante real y sádico. Lo catalogaría como terror, pero tiene ese punto de crítica social, que le da ese realismo. Quien sabe si esto no existe ya… He pasado un buen rato leyéndote. Mi relato es el 7. Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 23:33
  5. 5. R. P. García dice:

    Hola, Mario, te comento.

    El relato está bien escrito en general, la prosa es equilibrada y no grandes defectos.

    Algo que la afea es en este relato en concreto (tendría que leer más de tu autoria) es la repetición de estructuras sintácticas que ralentizan el ritmo y lo hacen monótono. ¿Cuántas frases empiezan por “era”? Unas cuantas. ¿Cuantas veces utilizas el verbo “ser” en sus diferentes formas? Un huevo y medio.

    Por otra parte, encadenas proposiciones mediante comas, que en mi humilde opinión se verían mejor separadas por un punto. La literatura es como la música. Si todas las frases son “tarara”, “tarara”, “tarara”, termina haciéndose pesado aunque lo estés contando bien y sea interesante. Prueba a alterar estas estructuras de un modo más consciente, alterna frases cortas con frases más largas colocadas de un modo estratégico. Verás como notas la diferencia.

    La puntuación bien. Aunque todo es mejorable. Lo que no puedo perdonarte es esto:

    «Mario, tenía preparado» ¡Una coma entre el sujeto y el predicado! Tío, no vuelvas a hacer eso. Aunque en la forma oral se marque esa pausa nunca jamás se representa gráficamente.

    También me parece que la estructura del relato es mejorable, arranca tarde. Prueba a eliminar el primer párrafo. Es más, tápalo con la mano. ¿Crees que sin ese primero el lector pierde información imprescindible para entender el relato? ¿Verdad que no?

    La palabra “sendas” no me parece que esté bien utilizada tampoco ya que se usa para relacionar una referencia anterior que no existe.

    Hay otra cosa, ¡ojo con el abuso de los posesivos!

    «hasta que sus ojos se detuvieron en sus piernas»

    Los ojos de Mario, pero ¿las piernas también de Mario? Se entiende por el contexto pero mejor en LAS piernas.

    Por último, tengo la sensación de que el relato ganaría si no narrases tanto y enseñases un poco más, aquello de “mostrar mejor que contar”. Por estos lares empleamos mucho los diálogos a ese respecto, por aquello de que la autora del blog escribió un libro dedicado enteramente a ello. Podrías intentarlo la próxima vez.

    Hasta aquí la chapa de hoy. Abrazos.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 16:22
  6. 6. Mario DG dice:

    Muchas gracias por todos por tomaros la molestia de leerme.

    Que sepáis que voy tomando nota de todo lo que decís. Me estoy dando cuenta de esos defectos que resaltáis y son totalmente ciertos, habrá que practicar más para mejorarlos.

    Un saludo. Gracias a todos.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 17:04

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.