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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Quien quiera vengarse que cave dos tumbas - por Christian Joseph White

La sílfide oteaba con ojillos ávidos la hojarasca. A través de un movimiento instintivo —aspirando al mismo tiempo—, sacudió el polvo iridiscente de sus pequeñas alas e hizo temblar la rama del aliso. De súbito, un destello azul atrajo su atención. Allí abajo vio, con pupilas dilatadas como las de un gemólogo, un zafiro… ¡Y grande como una nuez!
Despeñándose del árbol donde estaba encaramada se zambulló en la brisa, dejando tras de sí una estela multicolor. Se posó junto a la gema y, tomándola entre sus manecillas, remontó vuelo. O al menos, esa fue su intención: una trampa le cortó la partida.

—«Si el avariento fuera sol, nadie tendría luz ni calor» —fraseó el cazador saliendo de la espesura. Sabía que aquellas simpáticas hadas intercambiaban todo tipo de piedras preciosas en el Mercado Negro por valiosos gramos de polvo élfico.

—¡Soltadme, repugnante criatura! —ordenó la sílfide—. ¡Dejadme ir! Su Majestad, la Reina…

—Cállate, por favor —interrumpió el cazador con serenidad—. Y sí, lo sé. Ella no estará muy feliz cuando sepa que hoy no tendrá su ablución en polvillos mágicos.

La sílfide batió sus alas indignada ante semejante insinuación de prodigalidad. El cazador estornudó polvo de todos los colores. Restregó su nariz aguileña y asió la pajarera de hierro forjado elevándola a la altura de sus ojos. Examinó el botín del día y sonrió, ostentando una empalizada de dientes verdosos. Alegre, desanduvo el sendero hacia su choza.
Apoltronado ya junto al fuego, sus rugosos dedos pasaban las páginas del viejo libro de recetas. Se detuvo en la hoja noventa y cuatro, satisfecho. Y leyó lo siguiente:

“Froschsuppe a la crema”

Ingredientes:

½ kg. de patas de rana-voladora

¾ kg. de élitros de escarabajo-coprófago

¼ kg. de larva molida

½ litro de crema de gusano

4 unidades de oreja de duende-topo

2 unidades de ala de sílfide (antes de cercenar, remojar en polvo élfico para evitar su marchitamiento)

Pimienta de gorgojo (a gusto)

Estaba, literalmente, relamiéndose con semejante plato cuando de pronto un sonido estremeció las paredes de la choza. Frunció el entrecejo y, disgustado por la intromisión, se acercó a la tronera. Miró hacia afuera. La luna bañaba los alrededores con un brillo esmeralda. A la izquierda, el pantano de alquitrán borbotaba y gemía con cada moscardón que caía a sus entrañas. Más allá, las luciérnagas desaparecían y, segundos después, volvían a dejarse ver. Y entre esa fosforescencia intermitente, pareció descollar el contorno de los intrusos.

El caudillo de los duendes-topo montaba un jabalí adiestrado. Como si fuesen la antítesis de su colérica mirada, tenía a sus espaldas —no llegaba a verse el largo característico de las orejas— dos chiquillos cabizbajos. Había ignominia en sus rostros. Y quizá… visos de venganza.
A un nuevo y más largo rugido del cuerno de fauno, propiedad del jefe, todos los duendes-topo —que rodeaban ya la choza— comenzaron a horadar la tierra en dirección a ella. «Adiós, cena», pensó el cazador.

Sujetó su olla-caparazón de tortuga a manera de escudo y empuñando el filoso incisivo de lobo en su otra mano, trepó hasta la mesa. Una vez allí, aguzó la vista a la espera de esas molleras que brotarían como plantines. Y justo cuando comenzaban a abrirse simas por todo el suelo musgoso, algo hendió el cielo nocturno a gran velocidad.
Una ráfaga feroz arrancó de cuajo el techo de paja y ramas. Toda la choza crujió cuando aquello se posó sobre la misma. Unos ojos, rojos como las ascuas, se clavaron en la figura aterrada del cazador. La mano le tembló y su diente-cuchilla cayó junto al hoyo de uno de los duendes-topo que, estupefacto, contemplaba la escena. Ninguno se atrevió a pronunciar siquiera un vocablo.

El dragón dejó escapar un resoplido. Y entonces dijo:

—¿Te atreves, miserable trasgo, a utilizar una de mis escamas como si fuese una alfombra? —Su cola fue a estrellarse contra la decrépita silla bajo la cual yacía esta—. Veamos que sientes cuando te arranque…

Pobre y desdichada, sílfide. Abandonándose a la completa desesperación, aleteó desbocada dentro de su jaula en medio de aquel disparate. Y para desgracia de todos los presentes, el dragón estornudó.

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20 comentarios

  1. 1. Isolina R dice:

    Hola, Christian:

    He leído y releído el texto y no he acabado de entenderlo. Estoy espesa, al parecer.

    Creo que en algunos párrafos has abusado un poquito de los gerundios y los determinantes posesivos. También me chocan los contextos de ciertas palabras, como el adjetivo “decrépita” aplicado a “silla” o “pronunciar un vocablo” (yo diría “una palabra”).

    En: “Veamos que sientes”, debe ser “qué”.

    En: “Pobre y desdichada, sílfide” sobra la coma.

    Hay algunas rimas en asonante: “se acercó a la tronera. Miró hacia afuera”, “—«Si el avariento fuera sol, nadie tendría luz ni calor»”, “en el Mercado Negro por valiosos gramos de polvo élfico”.

    Estaré atenta a lo que te comenten otros compañeros para ver si se me enciende la bombillita y acabo de entender lo que has contado. Al título no le veo sentido. Y no pillo qué tiene que ver la receta con lo demás.

    Saludos.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 00:11
  2. 2. Christian Joseph White dice:

    Gracias por las correcciones, para tener en cuenta.
    No hay mucho que explicar, y no veo cómo no comprendiste la trama. Obviamente, si no la lograste entender, menos entenderás el título. El trasgo (cazador) andaba en busca de los ingredientes para su receta y, como verás, injurió a muchos personajes a la hora de conseguir estos.
    Está claro que no leíste con toda tu atención. El desenlace está más que justificado si observas bien.

    Saludos

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 03:13
  3. 3. Leosinprisa dice:

    Hola Christian

    Me agrada ver que compartes mi visión fuera de un mundo de cocineros y recetas al uso. He de reconocer que la tuya tampoco desmerece de ser incluida en las recetas extravagantes de la fantasia y la más alocada imaginación.

    Como muchas veces he comprobado, a veces la propia ilógica de las historias de fantasia no suele ser muy bien comprendida, salvo para las personas que bebemos de esa propia fuente. El mundo real se aleja tanto de esa visión que cuesta entenderse, considerándolo absurdo y fuera de lugar.

    Y además, si tiene sentido del humor, aún es mucho peor :).

    He de reconocer que a mí, me ha gustado. Correciones no te hago, pues Isolina te ha expuesto los posible fallos que yo podría mencionarte.

    Gracias por tu comentario en mi texto. Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 09:50
  4. 4. Juana Medina dice:

    Hola Christian,
    Fantástica historia en sentido literal: llena de fantasía y humor. Me reí mucho.
    Las correcciones, te las han hecho y muy bien. Isolina es una especialista.
    Un placer. Gracias por tu visita
    Nos leemos

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 16:16
  5. 5. Escritores Anónimos dice:

    Hola Christian!!
    Muchísimas gracias por tu comentario en mi texto. Te la devuelvo encantada. (La visita).
    Creo que es el primer relato del mes que leo de fantasiía y me alegra un montón porque es un género que adoro (entre muchos otros por supuesto).

    Voy a intentar darte algunos consejos (ya me dirás si te han servido o no, jejejeje)
    *veo un poco surrealista el hecho de que use una escama como alfombra, yo la habría añadido en “La receta” dejando al lector de paso entender antes y mejor el porqué de la llegada de este animal.

    Lo demás lo veo correcto, creo que has creado un bonito mundo. La historia que yo entiendo es que el cazador quería prepararse la comida, por fin tenía todos los ingredientes, pero todos aquellos seres mágicos a los que había molestado para hacer su comida vienen a vengarse, viéndose sorprendidos por un dragón que les chamusca queriendo “dañar” al cazador. ¿Es así no?

    Bueno, lo dicho, una historia entretenida, ingeniosa y rápida de leer. En la que nos introduces a un mundo de fantaisía con una rapidez pasmosa.

    Felicidades por el relato, besos!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 18:17
  6. 6. Christian Joseph White dice:

    Gracias por los comentarios a todos los que pasaron por aquí 😉

    Escritores Anónimos:
    Has entendido perfectamente. La cuestión de la escama de dragón no pude explicarla previamente por lo del límite de palabras, y decidí dejarlo a la deducción del lector (que supongo se dará cuenta que el trasgo era alguien muy desconsiderado).
    El dragón le frustró la venganza a los duendes-topo. Esa seria la alusión al título.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 18:41
  7. 7. Tavi Oyarce dice:

    Hola Christian

    Primero agradecer que hayas pasado por mi relato.

    Lo he pasado bien leyendo el tuyo. Se nota que tu imaginación voló alto y entregas un drama con toques de humor. Muy bien usado el refrán español y divertidísima la receta. Y el uso de termino como: Zambulló, empalizada en un contexto distinto: muy acertado.

    Un alcance. En el siguiente dialogo: —¡Soltadme, repugnante criatura! —ordenó la sílfide…, “ordenó” debiera comenzar con mayúscula, antes de la raya hay un signo de exclamación.

    Bueno eso, además de felicitarte y esperar un nuevo relato para ver donde vuela tu imaginación

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 22:48
  8. 8. Cryssta dice:

    Hola Christian, te agradezco la visita a mi relato y tu amable comentario.

    Tu relato me ha gustado y está muy bien escrito, eso de “empalizada de dientes verdosos” me ha encantado. Ahora voy con lo que yo veo mejorable:

    – creo que el título no es el adecuado ya que, como tú has explicado, se refiere a la venganza de los duendes-topo y ellos no aparecen hasta la mitad del relato, y desde luego no son los únicos damnificados por los actos del cazador

    – dices “despeñándose del árbol” ¿acaso la sílfide se cayó del árbol? solo en ese caso estaría bien puesto

    – entiendo que estás en un mundo mágico, aún así creo que las abluciones se tendrían que seguir haciendo con agua, eso despista menos a lectores “realistas”

    – la sílfide está volando y luego en la jaula, falta un nexo

    – aunque lo has puesto bien, queda mejor si dices “frunció el ceño”

    – dices que la luna bañaba los alrededores con un “brillo esmeralda”, vale, estamos en un mundo fantástico, pero si antes no has dicho que la luna es verde el lector se descuadra pues espera un brillo blanco o amarillo

    – eso de “ignominia en sus rostros” no me acaba de cuadrar salvo que lo pongas como sinónimo de “vergüenza” y ni aún así. Creo que has hecho un buen trabajo en cuanto a buscar sinónimos pero que no los has acabado de utilizar bien

    – dices “A un nuevo y más largo rugido del cuerno de fauno”, con anterioridad habías dicho que un sonido estremeció las paredes de la choza pero en ningún momento que este sonido fuera el rugido de un cuerno por lo que tendrías que decir la frase de otra manera

    – hay un exceso de “y” en el texto

    Espero haberte ayudado con mis comentarios.

    Un abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 08:11
  9. 9. drow_jack dice:

    Hola Christian.
    El escenario mágico ha sido expuesto con detalle y me ha gustado, pero por motivos del léxico, la lectura se me ha hecho cuesta arriba, un tanto enrevesado.
    Saludos.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:12
  10. 10. K. Marce dice:

    Saludos Christian:

    Gracias por leer y comentar mi relato del mes.
    Te diré que he leído también los comentarios, y he visto que no todos han entendido, ya sea el concepto del relato, o la forma como lo has escrito. Si estoy de acuerdo con algunas observaciones, pero no todas.
    Para mí, se comprende la historia. Un cazador, (no sé porque me lo imaginaba tipo ogro) decide hacer una receta, y como quien va a la tienda, se abastece de cada uno de sus ingredientes. Me fue fácil comprender el por que los duende-topos estaban ahí. (Con el hada/sílfide ya había completado su lista de ingredientes). Y el dragón, es otro que llega a “deshora” a reclamar lo suyo. Porque para un dragón que traten a una sola de sus escamas como objeto decorativo, debe de ser una verguenza… En fin, comprendí la historia y el final, me causó mucha gracia.

    Las historias de fantasía, no son, y nunca van a ser como un libro escrito como un drama, y se puede jugar con todo la imaginación del autor. Por lo que no se debe explicar cada cosa. En el caso de “brillos esmeralda”, para mí va bien. Otros escritores han usado, luna en llamas, luna sangrienta etc, para decir que la luna es roja (o se percive de ese color) y no hay perdida en su la interpretación del autor.
    Tampoco estoy de acuerdo que no se usen rimas o palabras “extrañas”; eso es muy propio de la literatura fantástica y fábulosa, un cuento no debe porque escribirse de la misma manera que un drama, porque no calza con el mundo que se pretende mostrar. Así que secundo lo que te ha dicho Leosinprisa.
    Cuando comencé a leer El Señor de los Anillos (en inglés) me sorprendió la narrativa, el estilo y todo lo que calzó el Sr. Tolkien. Y por supuesto no lo puedo criticar, porque no escribe como García Marquez, o Unamuno, porque el genero pide otra cosa.

    En fin, que el relato me ha gustado, ha sido a todo color y con brillantina para mí. Muy fácil de leer, muy decorado, muy en tonos de chillones colores, y su visualidad me ha encantado.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 23:34
  11. 11. José Torma dice:

    Hola Christian.
    Tu relato esta fuera de lo que es mi zona (ya no digamos de confort), por lo que me es difícil apreciarlo con justicia. Sin embargo, desde el punto de vista de lector, es una buena historia. Hay muchos elementos que de momento a mí, no me aportan, pero es parte del mundo fantástico que viste en tu mente al escribirlo. El titulo hasta se me olvido y cuando termine de leer y volví a leerlo, no entendí de que iba la cosa (mi culpa, no tuya).
    A pesar de lo descriptivo y fantástico, creo se mantiene un ritmo ameno y fácil de leer. En lo formal te han comentado varias cosas que sé estudiaras. Yo me quedo con el gusto de haber leído una historia donde sale un dragón (amo los dragones aunque no soy de literatura fantástica) de forma intempestiva, sin ser un Deux ex machina, si salió conveniente para terminar la historia.
    Te felicito nuevamente.
    José
    p.d. no sigo los comentarios, por lo que si te apetece comentarme algo, te agradeceré lo hagas en mi correo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 23:35
  12. 12. L. Daniel Caballero dice:

    Hola, Christian White, soy tu vecino y vengo a devolver tu visita. Una agradable visita digo que ha sido, y no dejaré de leer más reatos tuyos cuando venga el 17 de nuevo! 😀
    Tu historia ha sido muy agradable de leer, rapida y de un género que me gusta pero por cuestiones ajenas no he podido hecharle más ojo xC… Y el tuyo, me ha gustado. Muy bueno! 😀 Nos leemos más adelante!…

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 15:04
  13. 13. Vespasiano dice:

    Estimado Christian:
    Muchas gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.
    Como ya he comentado a otros compañeros, no soy experto en literatura fantástica, ni es un género que lea normalmente.
    Pero tu historia creo que es buena; me ha parecido un cuento que a mí me hubiera gustado escuchar cuando era niño, para que con la ingenuidad de aquellos años infantiles habérmelo creído enteramente y fantaseado con ella reviviendo todas las escenas que has descrito, asustándome con la presencia del dragón.
    Hay en el cuento tal cantidad de seres extraordinarios: sílfides, élfos, ranas-voladoras, escarabajos-coprófagos, larvas molidas, gusanos, duendes-topo, gorgojos, moscardones, luciérnagas, jabalíes adiestrado, que resulta abrumador y da cuenta de tu prolífica imaginación que llegas a abarcar hasta la mitología astur. Genial la presencia del trasgo en la reyerta.
    Con relación a la parte formal ya te han comentado compañeras expertas y concienzudas.
    Felicidades.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 18:26
  14. 14. Peter Walley dice:

    Hola Christian,

    Me ha gustado cómo has cambiado el punto de vista desde la sílfide del principio al cazador, y también la descripción de la receta. No sé si decirte que en mi opinión has puesto demasiada información en tan poco espacio, porque es verdad que el género de fantasía a veces lo pide y así consigues que el lector se sumerja mejor en tu mundo…en cualquier caso como alguien más te ha dicho yo habría puesto al dragón como parte de la receta por simplificar.

    Muchas gracias por pasarte por mi relato.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 20:51
  15. 15. Isolina R dice:

    Hola Christian:

    Decidí dejar pasar un poco de tiempo para volver a leer tu relato con más calma y tratar de descubrir dónde falló mi perspicacia o dónde falla el texto para que a mí se me hiciera cuesta arriba.

    Aparece la palabra “polvo/s” (o “polvillos”) cuatro veces. Para el tipo de texto no resulta excesivo ese número. Podía incluso meterse en alguna ocasión más. Pero respecto a la reiteración de esta palabra para mí hay un pequeño problema. Al principio hablas de que la sílfide aspiró al mismo tiempo que sacudió el polvo iridiscente de sus pequeñas alas. ¿La aspiración está relacionada con ese polvo que sacude?, ¿quiere tragárselo?, ¿le sirve de algo aspirarlo?, ¿se coloca con él?, ¿es un polvo mágico como los otros? Puesto que más adelante se va a hablar de “estornudar” y de polvos que sí son mágicos, el uso del verbo “aspirando” y de “polvo iridiscente de sus pequeñas alas” no me parece acertado, salvo que tenga algún sentido que yo no alcanzo a comprender.

    En: “Despeñándose del árbol donde estaba encaramada se zambulló en la brisa”, me suena raro ahí “despeñándose” porque despeñarse es caer por un despeñadero o desde un lugar alto, de forma involuntaria, y eso no me cuadra con la voluntariedad que veo en que se zambulla en la brisa.

    ¿Qué sentido tiene hablar de la Reina dos veces en todo el texto?, ¿cuál es el papel de este personaje? Tengo la sensación de que en la ambientación del mundo fantástico se te ha ido la mano y has metido y metido personajes a mogollón.

    En: “La sílfide batió sus alas indignada ante semejante insinuación de prodigalidad”, las palabras “insinuación” y “prodigalidad” me parece que no están bien usadas en este contexto. El cazador no insinúa, acusa directamente, y por lo dicho antes no acusa de prodigalidad a la sílfide, puesto que acaba de decir que las hadas cambian las piedras preciosas en el Mercado Negro por valiosos gramos de polvo élfico. Si metes el adjetivo “valiosos” luego no encaja que se los dé a la Reina por generosidad.

    En: “Restregó su nariz aguileña y asió la pajarera de hierro forjado elevándola a la altura de sus ojos”, está mal empleado el gerundio “elevándola”, porque es de posterioridad. Además, el verbo “restregar” significa “Estregar o frotar mucho y con ahínco algo con otra cosa”. ¿Con qué restregó la nariz?, ¿o contra qué?, ¿contra la pajarera?, ¿con la mano?, ¿con un pañuelo? ¿Por qué ha estornudado polvo de todos los colores?, ¿por el movimiento de las alas de la sílfide?

    En: ““Froschsuppe a la crema”, has cerrado las comillas mucho antes de lo debido, puesto que debía estar entrecomillada toda la receta. Las comillas deben ir tras el paréntesis después de la palabra “gusto”.

    En: “El caudillo de los duendes-topo montaba un jabalí adiestrado. Como si fuesen la antítesis de su colérica mirada (¿quién tiene mirada colérica?, ¿el jabalí adiestrado?, ¿el caudillo?, ¿el cazador?), tenía a sus espaldas (¿quién tenía a sus espaldas?, ¿el caudillo?, ¿el jabalí?, ¿el cazador?) —no llegaba a verse (¿verse a sí mismo?, ¿quién no llegaba a ver?) el largo característico de las orejas— dos chiquillos cabizbajos (¿qué pintan en la escena los dos chiquillos cabizbajos?). Había ignominia en sus rostros. (¿por qué ignominia?, ¿en los rostros de quiénes?, ¿en los de los chiquillos cabizbajos?, ¿te refieres a los de los duendes-topo? ¿Y cómo se les vería la ignominia a los chiquillos si van con la cabeza baja?) Y quizá… visos de venganza .
    En: “—¿Te atreves, miserable trasgo, (¿quién es el trasgo?, ¿hay algún dato en el texto que haga pensar que el cazador y el trasgo sean un único personaje?) a utilizar una de mis escamas como si fuese una alfombra?—Su cola (¿la del dragón?, ¿la del trasgo?) fue a estrellarse contra la decrépita silla bajo la cual yacía esta (el demostrativo “esta” ¿a qué se refiere?, ¿a la cola?, ¿no es imposible que si está estrellándose contra la silla pueda estar yaciendo bajo ella?, ¿es a otro sustantivo femenino?, ¿la alfombra?, ¿la escama?, ¿estás hablando de la sílfide? Si con el demostrativo “esta” te refieres a la sílfide, de la que llevas sin hablar durante varios párrafos, es un fallo garrafal).

    En fin, te he planteado un montón de dudas, tal como las sentí cuando leí el texto por primera vez. En mi opinión hay demasiado posesivo que parece no encajar del todo con lo que has querido contar. Una cosa es lo que tú tienes en mente y otra lo que está en el texto. Si aparece un determinante posesivo lo más normal es que lo asignemos al personaje más cercano y no a otro anterior. Piensa, por ejemplo, en lo de la ignominia en los rostros de los chiquillos cabizbajos y no en los duendes-topo.

    En fin, Christian, parece que me he ensañado con tu relato como si tuviera algo personal contra ti y no solo no es cierto sino que he hecho el esfuerzo de comentarte todas estas dudas porque me gustaría ver dónde fallé yo para no entenderlo si a otros compañeros no les creó ninguna dificultad.

    Hay demasiada gente en este texto. Y el dragón funciona como una solución ajena por completo a la receta.

    Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 00:24
  16. 16. Marazul dice:

    Hola Christian:me apetecía leer algún relato de tema fantástico y el tuyo me ha encantado. Su lectura me ha parecido muy fácil de leer y me ha resultado entretenida.
    Quizás yo sea una lectora fácil, no lo sé. El caso es que como tu texto no es real puedes muy bien dejar volar la imaginación y fantasear. Incluso puedes ser incongruente, creo.
    Yo en estas historias me dejo llevar……Me quedo con el brillo,la luz que envuelve toda la atmósfera, con esa atmósfera de cuento que has creado, con todos y cada uno de los personajes(a mi no me molesta que haya muchos, al revés, le da más vida), y con ese final tan inocente y simpático.
    Un gusto leerte, Christian
    Saludos

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 21:10
  17. 17. Andrés Scribani dice:

    Hola, Christian.
    Me disfrute todo tu relato y entendí lo que buscabas transmitir, sin embargo, comparto la opinión de drow_jack. De hecho tuve que parar varias veces a buscar palabras por eso mismo.
    Ya las otras correcciones te las han hecho. Por lo que solo me queda despedirme, no sin antes agradecerte por comentar mi relato.
    Saludos.

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 17:06
  18. 18. Roger/NHICAP dice:

    Hola Christian,
    Me gustó el relato producto de una desbordante imaginación sin olvidar el aderezo del toque de humor. Lo califico como un texto de fantasía surrealista y léxico atrevido ¡Menudas palabras empleas! Me encantan.
    Un placer encontrar un cuento tan divertido. Sugiero un título mas ad-hoc, algo así como, “Parábola del trasgo entrometido”
    Buen trabajo y un abrazo.

    Escrito el 31 octubre 2016 a las 18:28
  19. Felicitaciones ISOLINA R. Me has demostrado cómo argumentar para que callen los pichoncitos tiernos con ínfulas de ave rapaz. Tu segunda respuesta es lo mejor que he leído aquí.

    Escrito el 3 noviembre 2016 a las 04:14
  20. 20. Wiccan dice:

    Buenas Christian,

    Antes de nada disculparme por la tardanza en devolverte el comentario a mi texto y agradecerte el mismo.

    En cuanto a tu relato creo que está bien escrito a nivel gramatical, puedo estar de acuerdo con algunas de las cosas que señalan los compañeros pero en general mientras lo leía no sentía que hubiese problemas importantes a nivel formal.

    En cuanto al contenido, y viendo los comentarios que han hecho los compañeros, te puedo decir que yo si entendí el texto en una primera lectura, no se si porque me gustan los textos fantásticos en general o porque estoy acostumbrado a aceptar las nuevas informaciones sin cuestionarmelas mucho, pero puedo entender perfectamente algunas de las cosas que ha indicado Isolina. Mientras leía el texto la primera vez me surgían pensamientos del tipo:”claro, el cazador está haciendo una receta con la silfide”, “claro, el cazador le quitó una escama al dragon por la receta”, “claro, el cazador es un ogro”, etc… A mi no me parecieron cosas que estuviesen mal en si, pero pienso que igual que yo lo leía y aceptaba esas “sorpresas” puedo entender que a otros lectores les desconcierte, les interrumpa o les haga perder el hilo de la historia. Y en tu historia hay muchos momentos de ese tipo, es un gran ejercicio de condensación en el que cuentas muchas historias paralelas sin cotarlas, pero precisamente eso es lo que a lectores como Isolina les puede desconcertar, y creo que hay que aceptarlo puesto que tipos de lectores hay muchos.
    En cualquier caso valoro mucho esa condensación que has hecho en la historia, te puedo decir que en realidad es lo que más me gustó, esa sensación de una historia amplia y cohexionada dentro de una escena pequeña. Muchas gracias por comparirla y nos seguimos leyendo.
    Un saludo.

    Escrito el 16 noviembre 2016 a las 20:22

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