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Un ingrediente secreto - por Verso suelto

La casa estaba revolucionada, esperábamos a mi cuñada Lupita, que venía a vernos, como cada año. El epicentro del terremoto era Fernanda, mi mujer; las ondas sísmicas se extendían como latigazos; ¡venga, que se nos echa el tiempo encima!, ¿has desatascado el sumidero?, ¿compraste los duraznos?; ya conoces a los gemelos, les encanta el dulce.

¡Que si conocía a los gemelos!, con siete años recién cumplidos, casi prefería torear un morlaco de quinientos kilos antes que pasar un fin de semana con esa pareja.

Solo imaginar la escena—todos hacinados en la cocina, el ritual del libro de recetas, el pringue de la jalea, los gemelos revolviendo todo… — se me formó un nudo en la garganta. Así que intenté una salida y dije:

—podríamos dejar ese postre para otra ocasión y comprar algo hecho; van a llegar muy tarde, será muy precipitado.

Debí pensar antes de hablar, la mirada de Fernanda me respondió sin palabras; esa ocasión significaba mucho para ella que apenas veía a su hermana desde que cruzó el charco. Un silencio estratégico habría reducido los daños, pero “por la boca muere el pez”, así que añadí:

—Además, a tu hermana no le conviene el dulce, está un poco gorda”.

Saltó como un rayo:
—¡¿pero qué dices insensato?!, ¡ Lupita no está gorda, lo que pasa es que le ha venido la menopausia antes de tiempo!

Ahí terció mi hija que andaba por allí:

—¿y por qué tenemos que engordar con la menopausia?

Lo inteligente habría sido dejar a las dos mujeres arreglarse entre ellas y rogar a Santa Rita que civilizara a los gemelos mientras estuvieran aquí; la patrona de los imposibles no me perdonaría la encerrona, yo, en cambio, saldría ileso del encuentro. Pero la vanidad me metió en el agujero y con voz engolada dije:

—Mira hija, la mujer es la única hembra del reino animal que experimenta la interrupción temprana de la función reproductora. Ni las elefantas ni las monas, por poner un par de ejemplos, tienen la menopausia. Los antropólogos explican el hecho por la adaptación a formas de vida… ¿cómo decir?…, un poco antinaturales; por la redistribución de las tradicionales tareas del clan, como la recolección de bayas y el curtido de pieles…

—O sea que somos unas inútiles, ¡pues hala!, yo me voy a pasear por ahí y tú haces el sancocho —dijo Fernanda muy digna, quitándose el delantal y tirándomelo a la cara.

Me tocó hacer las correspondientes carantoñas y retornar las cosas al punto en el que habían quedado. Malhumorados, nos repartimos las tareas, había que preparar el sancocho, limpiar la buhardilla que usábamos como cuarto de invitados, y desatascar el albañal del jardín taponado de hojarasca. Y sobre todo ir a “Cosas de allá” a comprar los ingredientes para el postre cuya preparación era para Lupita y Fernanda un símbolo; algo que por sí solo justificaba un viaje, muchos anhelos, un año de espera.

Aún tensos por el calentón de la mañana, empezamos a macerar los duraznos, y añadirles especias y avíos. Poco a poco iban cogiendo color y aromas al tiempo que se suavizaban los roces y se ablandaban las miradas.

Por fin llegaron Lupita y los gemelos. Después de los abrazos, todos juntos como cada año, preparamos la cena que resultó espectacular; lo mejor el postre, nunca había salido tan bueno, con un sabor agridulce que hasta los gemelos dieron una tregua mientras lo disfrutábamos.

Lupita dijo que qué le habíamos echado para que estuviera tan rico y Fernanda y yo nos miramos saboreando el ingrediente secreto.

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7 comentarios

  1. 1. Pilar dice:

    Hola Verso suelto,
    Felicidades por tu sabroso relato. Me ha parecido bien estructurado y desarrollado. Los personajes, con poco que cuentas, te haces una idea de su carácter y, además te lo imaginas en la cocina, elaborando esa receta, preparando la visita de los familiares. Resulta muy familiar, un ejemplo muy claro de cómo la confianza a veces nos traiciona abriendo la boca de más y creando un conflicto familiar. Lo que más bonito me ha resultado es la forma de solucionarlo: uniendo fuerzas y colaborando en un proyecto común, teniendo como base el amor y el cariño. Un consejo: Revisa el uso de mayúsculas en oraciones exclamativas e interrogativas, creo que alguna se te ha pasado… Un abrazo cariñoso. Soy Pilar y estoy en el 150.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 16:20
  2. 2. Juana Medina dice:

    Excelente relato, Verso suelto.
    Exacta descripción de los movimientos familiares,físicos y anímicos, (sobre todo anímicos) ocurren cuando viene un familiar lejano.
    Me encantó. También me reí bastante con esos mellizos que parecen ser un terremoto.
    Aplausos hasta el mes que viene.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 17:05
  3. 3. Litost Resilente dice:

    Hola Verso Suelto!!!
    Muy buen relato. Hace tiempo que no leía un algo con tanta energía. Me ha gustado mucho, refleja perfectamente el gran estrés de cuando un familiar lejano viene a visitarnos…
    Te faltaron algunas mayúsculas. Por lo demás creo que está bastante bien.
    Me ha encantado!!!
    Espero que puedas pasarte por mi relato, es el 152

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:44
  4. 4. Verso suelto dice:

    Gracias por vuestros cariñosos y útiles comentarios. Los tendré en cuenta.
    Pasaré a leeros.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 22:57
  5. 5. beba dice:

    Hola, Verso suelto:
    Me gustó la historia: una instantánea bien lograda de la vida cotidiana. Muy logrado, también el ritmo, acorde a las expectativas.
    Para mejorar: Usa mayúsculas en cada entrada de diálogo.
    Muy bueno.
    beba- 141

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 22:29
  6. 6. Kathleen dice:

    Hola Verso suelto.

    Me ha parecido un relato sencillo, bien elaborado y que cuenta un pequeño pero importante momento como es el reencuentro con un ser querido.
    El libro de recetas está perfectamente integrado y leyendo el relato te entran ganas de comer imaginando la escena.
    Pero al terminar el relato me queda una sensación de que no está redondo del todo, como si le faltase una pequeña chispa.
    Igualmente, te felicito.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 21:14
  7. 7. Cryssta dice:

    Hola Verso suelto, gracias por pasarte por mi relato y comentar.

    Disculpa si en esta ocasión no miro tu relato con detenimiento pero es que llevo una temporada durmiendo poco y hoy estoy muy espesa.

    A mí también me ha gustado el relato aunque coincido con Kathleen, al final le falta algo.

    Un abrazo.

    Escrito el 27 octubre 2016 a las 10:42

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