Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Lady Margareth - por Kathleen

Londres, 1864

Lady Margareth se preparaba para su baño semanal. Mandaba traer el agua de manantiales escoceses, que según había escuchado desde niña tenían propiedades medicinales. Fuera
caía una fuerte tormenta. A Margareth le encantaba bañarse mientras escuchaba el golpeo de las gotas en la ventana. Se sentía protegida y cálida.
Abajo, en la cocina su ama de llaves y antigua cuidadora, la señora Ludlow preparaba una sopa pescado. Receta que le había
enseñado su abuela y que había pasado de generación en generación. La guardaba con mucho cariño en un cuaderno de recetas de tapa de cuero marrón.
Aquella noche Margareth cenaría sin compañía. Su hermano Joffrey y su cuñada Linda habían ido a un baile en el centro de Londres.
Cuando el reloj de pared tocó las ocho en punto, la señora Ludlow empezó a servir la sopa con su entrañable sonrisa. Esa noche se la veía más radiante que de costumbre.

-¡Que bien huele! -exclamó Margareth, era uno de sus platos preferidos.

– Gracias, mi señora.

Aquella noche Margareth apenas durmió. Tras un par de semanas con una fuerte tos, sudores fríos, falta de apetito y mucha angustia, Margareth falleció en cama. Tenía solamente 21 años, aún no había conocido varón y ni siquiera había cumplido su sueño de viajar a Escocia.Lugar de procedencia de su familia.
La casa de ladrillo rojo número 36 de Albany Street se sumió en el luto. Vestida de negro, en un féretro de madera oscura con bordes dorados estaba situada la joven de rizos castaños y mejillas rosadas. Cuatro hombres, Joffrey entre ellos, la llevaron a la iglesia más cercana donde le dieron Santa sepultura.
Dos semanas después, en una noche de tormenta, una brisa de aire fresco se coló por la ventana de la cocina, que había quedado entreabierta. Empezó a revolver la cocina,
abriendo cajones, tirando platos y sartenes y lanzando trapos.
Linda y Joffrey se despertaron por el ruido.

-¿Que ha sido eso? – preguntó Linda que ya empezaba a acalorarse.

-Ha debido de ser el viento, anda, duérmete.

A la mañana siguiente la señora Ludlow tardó más tiempo de lo normal en preparar la comida, la cocina estaba patas arriba. Al ver la ventana entreabierta, lo primero que se le
pasó por la cabeza fue que entró un animal en la casa.
Joffrey se impacientó y no dudó en bajarle parte del sueldo por su incompetencia de dejar la ventana abierta.
La noche siguiente, de nuevos se escucharon unos ruidos, pero esta vez no habían entrado por la ventana, sino por la chimenea. Y no se escuchó en la cocina, sino en el dormitorio de la señora Ludlow. Ésta se despertó con frío y asustada, la ventana estaba cerrada. Pero notaba una presencia junto a ella.
Cogió el colgador y empezó a golpear el aire, el suelo. Quería matar aquel bicho, animal o ser del inframundo.
Cuanto más fuerte daba, más le golpeaba aquella presencia misteriosa. Salió corriendo del dormitorio y fue en busca de ayuda, pero una fuerza la hizo tropezar y se dio de bruces
contra el suelo de madera.
Levantó la mirada y vio a su antigua señora, Lady Margareth reflejada en el espejo del pasillo. No podía ser estaba muerta. Tenía una sonrisa en su cara, que permanecía tan
pálida y sonrosada como si no hubiera pasado nada.
Margareth cogió el jarrón de flores que estaba junto al espejo y…
Unas pisadas firmes la advirtieron de la cercanía del señor. No sabía qué iba a explicarle.
-¿Se puede saber que es este estropicio, señora Ludlow?
-Señor…ha debido de… entrar un ratón en casa, le he oído.
Le estaba empezando a sudar la cara. Joffrey no le creía ni la más mínima palabra.
-No continúe. Está usted despedida señora Ludlow.
A la mañana siguiente, Linda se encargó de hacer entrevistas personales a unas cuantas candidatas para cubrir el puesto vacante.
La señora Ludlow se fue a vivir a casa de su tía Marie. Una anciana viuda y demente que seguía creyendo que su marido no había muerto en la guerra.
Mientras, en la casa de ladrillo rojo número 36 de Albany Street, el cuerpo errante de Margareth dejó de deambular y de nuevo la tranquilidad llegó al hogar. Tomándose una venganza injusta, que condenaría a una pobre cocinera a una vida de trabajo duro, tristeza y miseria.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

10 comentarios

  1. 1. gaia dice:

    Muy bueno, me mantuvo interesada hasta el final. Estoy en el #50

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 00:29
  2. 2. Pilar dice:

    Hola, Kathleen!!
    ¡Felicidades por tu relato, siempre apetece leer uno de misterio!
    La idea es muy buena y la ambientación en el Londres del siglo XIX, es perfecta; recuerda a los relatos de Poe. No obstante creo que te habría venido bien hacer más incapié en los elementos misteriosos para crear más atmósfera; ahorrar palabras en datos no demasiado relevantes para la historia (por ejemplo, la ubicación exacta de la casa o de donde provenía el agua del baño) y emplearlas en potenciar las descripciones de la tormenta, la sensación de una presencia del más allá a tu lado… A veces nos pasa (a mí la primera) que precipitamos el desenlace sin detenernos en los detalles que enriquecerían el texto. Por eso, te aconsejo que después de escribirlo lo dejes reposar y lo vuelvas a leer al día siguiente o pidas opinión a alguien de confianza (a mí es un truco que me ha servido de mucho).
    De todas formas, ¡enhorabuena porque lo importante es tener la cabeza llena de buenas ideas y ya iremos aprendiendo a desarrollarlas bien! Un abrazo con mucho cariño. Pilar.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 15:54
  3. 3. María Luisa Plaza dice:

    Hola,Kathleen
    El relato es muy interesante. Para mi gusto lo más original son las últimas frases sobre la venganza injusta, y eso se queda sin desarrollar.
    Espero seguir leyendo relatos tuyos.
    Marisa, relato 117

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 22:31
  4. 4. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Kathleen!

    Es original la historia; a mí me encantan las narraciones de otra época.
    En la forma, hay que mejorar varias cosillas: tildes en palabras como los “Qué” con los que comienzan varias frases, inadecuadas separaciones, cambiar comas por puntos o por puntos y comas, poner los números con letras… En cualquier caso, sigue así. ¡Saludos!

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 12:25
  5. 5. Verso suelto dice:

    Hola Kathleen

    Tu relato tiene cosas muy buenas,una de ellas la ambientación. El problema que yo le veo es que, quizá por eso mismo, exige mucho detalle lo que está reñido con la concisión que exigen las 750 palabras.

    Pienso que en otro formato mas extenso mejoraría mucho y permitiría sacar mas partido a los personajes.

    Creo que tienes algo con muy buena pinta sobre lo que trabajar.

    Saludos

    Escrito el 28 octubre 2016 a las 09:39
  6. Hola Kathleen, te devuelvo ls visita, disculpa la demora.

    Me ha fascinado tu texto, muy Poe. Buena ambientación, buen ritmo y magnifico desarrollo. Quizá ese detalle que tienes al narrar en este tipo de talleres no es lo más acertado, por la limitación de palabras. Muy bueno, enhorabuena.
    Nos leemos!!

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 09:44
  7. 7. PerePaella dice:

    Hola Kathleen, gracias por la bienvenida y tus comentarios.

    Decirte que me ha encantado tu relato, la atmósfera de historia de fantasmas victoriana está muy bien conseguida y el relato se lee fluido y engancha.
    Solo eso, como te han dicho más arriba, pulir ciertos detalles, sobretodo puntuación y por el límite de palabras cambiar información poco relevante por más acción o ambientación.

    Por lo demás genial el relato y espero seguir leyéndote 🙂

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 13:52
  8. 8. Kathleen dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios. Me han servido de ayuda.
    Aunque me gustaría saber ya que hacéis incapie en el ello, ¿por qué os parece que está bien ambientado en el siglo XIX?

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 21:06
  9. 9. beba dice:

    Hola, Kathleen:
    Muy buena tu idea. Muy buen manejo del lenguaje.
    Pero no me queda claro quien mató a Margareth; todo apunta a la cocinera, pero en el último párrafo hablas de un despido injusto. Tampoco hay demasiadas pistas para culpar al hermano o a la cuñada;tampoco entiendo quién se vengó de quién y por qué. Realmente no entiendo el final. Lástima.
    Un saludo.
    beba-141

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 21:58
  10. 10. Kathleen dice:

    Hola beba.
    La historia narra la venganza que tomó Margareth contra la cocinera por haberla matado. Sin embargo, la cocinera y antigua cuidadora no tiene motivos para hacerlo. Es por ello, que es una venganza injusta porque la cocinera no la mató, sino que fue el plato de comida que probó lo que acabó con su vida. Pero Margareth eso no lo sabe.
    Espero haberte aclarado.
    Un saludo.

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 23:39

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.