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La Venganza - por L. Daniel Caballero

La actitud evasiva de la cual se revistió mi hijo hacia mí y mi esposo comenzó una noche, cuando regresaba de una velada con su prometida, azotando la puerta de la sala gritando que la boda se cancelaba
Intenté en vano hablar con él, siempre evadía y llegó hasta al punto de recluirse en su habitación y las pocas veces que salía de ella eran sólo para la cena o hurgar en secreto entre la biblioteca de mi esposo. Yo siempre lo observaba salir de casa y regresar con extraños productos de la farmacia, o de algún otro lado que no podría decir con exactitud.
Un día, mi esposo dijo que le faltaba un arcaico volumen de su biblioteca antigua, pero no dijo más. Durante ese tiempo se mostró muy nervioso, hasta aquella espantosa tarde de 19…
Mientras leía junto a mi esposo, con la poca luz del crepúsculo, llegaron de pronto unas constantes ráfagas de fuerte y helado viento que nos congelaron por completo. Luego, un espantoso trueno resonó por encima de nuestras cabezas y tuve la horrorosa idea de que quizá impactó de lleno contra la casa. Por petición mía subimos hasta la habitación de mi hijo, angustiada por si algo le pasó.
Al llegar a la puerta, justo cuando alcé la mano para llamar, escuche un gorgoteo inhumano, y no puedo describir su calidad esencial de repugnancia ni espanto que despertó en mí. Casi desmayándome, tomé coraje y golpeé la puerta. Al instante la voz cesó y mi hijo asomó su cabeza pálida por la rendija de la puerta y no lo reconocí hasta que mi esposo le habló, aterrado igual que yo, y entró en la habitación, empujando a mi hijo contra el suelo. Mi marido no era un hombre que se asustara con facilidad, pero esa noche lo escuché gritar, y, tapándose el rostro con ambas manos, salió de la habitación casi en llantos. Lo único que vi antes de correr detrás de mi esposo, fue, en el suelo, un extraño libro de recetas, y otros volúmenes alquimia y ciencias ocultas. Además de unos cuencos de plata repletas de una sustancia desconocida que ocupaban la mayor parte de las paredes. Fue cuando salí, agradecida por no estar ya allí.
—Madre, padre, mi futura mujer llegará en unos minutos, por favor, recíbanla por mí.
Apenas escuché lo que dijo. Encontré a mi esposo llorando y me le acercaba a él cuando llamaron a la puerta de la sala. Entró por ella quien sería nuestra nuera en días sucesivos. Ella nos explicó que nuestro hijo la invitó a una velada. Y con esa explicación, nos sentamos en torno a la mesa, ella sonriente, mi esposo temblando de miedo, y yo, no queriendo mostrar mi espanto y nerviosismo. Fue cuando mi hijo bajó y nos sirvió platos de comida, de deliciosa textura; y a la chica, dio un plato extraño y especial que daban ganas de comerlo también.
Y mi esposo seguía en su sopor.
La chica, agradecida, dio el primer bocado a la carne humeante, y, en un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo de ella, envuelta en horrorosos espasmos, caía al suelo junto a la silla. La sonrisa diabólica de mi hijo se ensanchó hasta casi no conocerle. Los ojos de la chica de tornaban oscuros y luchaba por respirar.
—¡Nunca quise dañarte, pero tú lo hiciste! ¡Por ese bocado queda tu cuerpo envenenado y morirás al instante, regresando al tentador!
Entonces, el grito de mi esposo quedó opacado por un estruendoso ruido semejante al de una montaña resquebrajándose, y fue sucedido luego por una explosión de la cual temblaron todos los objetos de la casa, incluyéndome.
La chica emanaba de su boca una sustancia purulenta y sus ojos se vaciaban, derritiéndose.
—¡No debiste hacerlo! ¡Aseguro mil veces que para la receta usaste una parte tuya! ¡Es la ley de las ciencias ocultas! ¡Y al hacerlo también te has condenado a ti mismo! ¡Aquel era mi libro desaparecido, Leonora!
Y al terminar de decirlo, me llevó con él al suelo cuando surgió de todos lados, y de ninguno, una luz blanquecina que nos impidió ver por varios segundos, y en ese lapso, lo único que oímos fue el gemido lastimero de mi hijo.
Abrí los ojos y, hubiera preferido morir antes que ver aquello:
La chica se había convertido en una sustancia viscosa, casi liquida de asquerosa podredumbre. Y el cuerpo de mi hijo se contraía y desmenuzaba, dejando la misma asquerosa sustancia.

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9 comentarios

  1. 1. Christian Joseph White dice:

    El final, cuando la chica se convierte en una sustancia viscosa, me recordó al “La verdad sobre el caso del señor Valdemar” con su en «una masa casi líquida de odiosa y repugnante descomposición». Buen relato, me ha gustado. Sigue así 😉

    ¡Saludos!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 04:51
  2. 2. L. Daniel Caballero dice:

    La verdad es que el relato mio está influenciado por H.P. Lovecraft y Edgar Poe… Espero no haber pecado!

    Gracias por comentar! 😀
    Espero cada vez seguir mejorando, y llegar a un buen nivel de narración como esos dos grandes maestros, y tambien como grandes de aquí, de esta página! D:…
    Gracias de nuevo! 😀

    P.D: Sería pecado no decir que amé “La verdad sobre el caso del señor Valdemar”

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 05:27
  3. 3. L. Daniel Caballero dice:

    La verdad es que el relato mio está influenciado por H.P. Lovecraft y Edgar Poe… Espero no haber pecado!

    Gracias por comentar! 😀
    Espero cada vez seguir mejorando, y llegar a un buen nivel de narración como esos dos grandes maestros, y tambien como grandes de aquí, de esta página! D:…
    Gracias de nuevo! 😀

    P.D: Sería pecado no decir que amé “La verdad sobre el caso del señor Valdemar”

    P.D.D: Si sale otra vez éste comentario pido disculpas, es que no me salía si se envió o no.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 05:37
  4. 4. Dante dice:

    L. Daniel:

    Tenebroso, atrapante, muy Lovecraftiano.

    Algunos giros idiomáticos me sonaron raros, por ejemplo “La actitud evasiva de la cual se revistió mi hijo hacia mí y mi esposo” quizás en una coma después de hijo ayudaría.

    Pero lo importante es la historia y esa me gusto mucho.

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 02:02
  5. 5. Dante dice:

    Daniel:
    Me gustó, la atmósfera Lovecraftiana, el ritmo.

    Algunos giros idiomáticos no me sonaron conocidos.

    Pero el relato atrapa.

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 02:06
  6. 6. Dante Tenet dice:

    Daniel:

    Envié otro comentario pero veo que no salió.

    Te cuento la atmósfera Lovecraftiana esta muy bien lograda, y el ritmo es muy intenso, como corresponde a una temática de este tipo.

    El giro idiomático del comienzo “La actitud evasiva de la cual se revistió mi hijo hacia mí y mi esposo” me hace algo de ruido, pero no quita.

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 03:07
  7. 7. Wolfdux dice:

    No soy muy fan de este tipo de relatos, pero la atmósfera que creas esta muy bien hecha.
    Solo hay una cosa que me saca de lugar, en la frase: “Durante ese tiempo se mostró muy nervioso, hasta aquella espantosa tarde de 19…” creo que ese “19” no aporta nada, ya que se queda a medio camino de explicar o situar temporalmente.

    Siento no poder aportarte gran cosa, pero te diré que el relato no me ha dejado indiferente. (y eso siempre es bueno, jeje)

    Un saludo.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 09:38
  8. Hola Daniel:
    Muchas gracias por pasarte por mi relato. Siempre agradezco los comentarios de los compañeros, para mi son importantes para aprender.
    Respecto al tuyo te comento lo siguiente: par mi gusto utilizas frases demasiado largas”siempre evadía y llegó hasta el punto de recluirse en su habitación y las pocas veces que salía de ella era solo para la cena o hurgar en secreto entre la biblioteca de mi esposo”, siendo un relato como el tuyo se hace lento al leerlo, un par de comas por el medio le daría otra velocidad y mas énfasis. Hay dos cosas que te de dejan a medias: …que quizá impactó de lleno contra la casa (¿que impactó? y …espantosa tarde de 19 (¡porque?)
    Me ha gustado mucho y te aseguro que me ha atrapado. ¡Enhorabuena!
    Espero seguir leyendote. Un saludo

    Escrito el 31 octubre 2016 a las 09:53
  9. 9. Isolina R dice:

    Hola, L. Daniel Caballero:

    Perdona que llegue tan tarde a comentar tu texto. Problemas en el trabajo me han impedido hacerlo antes. Pero no quería dejar de cumplir con los tres siguientes al mío y aquí estoy.

    Me gustan mucho los autores que has citado en tu comentario. Los considero grandes modelos del género. Está muy bien aprender de sus relatos.

    Tu historia atrapa, pero le veo un fallito que ya te ha señalado Wolfdux. Algunas oraciones son demasiado largas y un tanto retorcidillas. Yo procuraría usar menos gerundios y eliminar la voz pasiva. Te pongo un ejemplo de gerundios: “azotando la puerta de la sala gritando que la boda se cancelaba”. Un ejemplo de voz pasiva: “fue sucedido luego por una explosión” (resulta más sencillo decirlo en activa: “siguió luego una explosión”).

    Creo que “hijo” (9) y “esposo” (11) no deberían aparecer tantas veces. Sería conveniente reducir un poco esas reiteraciones.

    Pienso que antes de enviar el texto debiste revisarlo un poquito mejor porque se te han colado algunos detallitos sin importancia: falta el punto tras “la boda se cancelaba”, falta “se” en “siempre se evadía”, repites “dijo” en “dijo que le faltaba un arcaico volumen de su biblioteca antigua, pero no dijo”, falta la tilde en “escuché un gorgoteo”, hay un fallo de concordancia en “unos cuencos de plata repletas” (debería ser “repletos”), sobra la coma en “yo, no queriendo mostrar”, falta “le” en “y a la chica, le dio un plato extraño”, debería ser “se” y no “de” en “Los ojos de la chica de tornaban oscuros”, falta la tilde en “líquida”, hay un problema en “subimos hasta la habitación de mi hijo, angustiada” (el femenino supongo que se refiere a la madre, pero suben los dos, así que debiste utilizar un adjetivo para los dos o aclarar que solo ella subía angustiada), falta “de” en “y otros volúmenes de alquimia”, sobra “le” en “me le acercaba a él”. Te sugiero que los próximos textos los mires bien antes de mandarlos para que no les queden errorcillos de este tipo.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 8 noviembre 2016 a las 21:14

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