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Lo invisible - por Romina Eleonora Mc Cormack

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, una mezcla exacta de todos los datos genéticos que nos conforman. Es posible; esos datos son finitos y, entre tanta gente, a la larga, la mezcla se repite.
Pero vivimos pensando que esas cosas no nos pasan a nosotros. Esas cosas de uno en un millón les pasan a otros.

Hasta que te despertaste esa mañana algo perturbado. Una mala postura, un mal sueño, pocas horas de descanso. Decidiste que no podías estar más en la cama así que te levantaste. Te duchaste rápidamente y te preparaste el desayuno con calma.
Después de dar algunas vueltas, te fuiste a la oficina a cumplir con las cuatro horas de verdadero trabajo y las restantes de abulia y sinrazón.
Al mediodía, justo antes de que llegara la tarde eterna, saliste a comer. Solo, porque es difícil compartir una comida con esos compañeros enceguecidos y brutos.
El día está espléndido. Parece mentira que, después de un invierno bestial, el sol aparezca tan generoso entre las hojas de los árboles y los edificios.
Elegiste las calles con poco tránsito para gozar del silencio.
Caminás lento. Una hora es poco tiempo; te conviene hacerla valer.
De repente, sumido en pensamientos utópicos, percibís que a tu lado hay algo. Camina a tu ritmo. Se mueve con tus movimientos. No te atrevés a mirar; intuís que lo que está a tu lado no debería existir.
Eso, aparecido de quién sabe dónde, te toca. Al volverte, tu apariencia exacta se refleja como en un espejo.
Entrás en una cafetería de la que no podés salir hasta que eso no haya desaparecido.

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6 comentarios

  1. 1. Amanda Quintana dice:

    Hola Romina. ME encantó tu relato, me encantó el narrador en segunda persona. Siempre me pareció un desafío escribir desde ese lugar y avos, te salió perfecto. El relato está revestido de un suspensio latente, algo perturbador. Generás un ambiente de tensión con facilidad, con ingenio en un texto tan corto que resulta difícil lograrlo.
    Desde las formas, no encontré nada que sugerirte como mejora, no soy tampoco una experta, apenas una simple amateur.
    Muchas gracias por compartir tu relato, me encantó.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 17:59
  2. 2. Romina Eleonora Mc Cormack dice:

    ¡Muchas gracias, Amanda! Ahora devuelvo la lectura. Saludos!

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 19:25
  3. 3. Tatei Jautze dice:

    Hola Romina Eleonora Mc Cormack:
    He leido tu texto. Es ameno y fácil de seguir. Tiene un argumento cierto y muy emocionante sobre la probabilidad de combinaciones que tiene nuestro potencial genético y más cuando dos seres humanos del mismo sexo comparten un porcentaje en torno al ¡99.9 % de su secuencia de ADN! Así que parece solo cuestión de tiempo para que tu cuento se haga realidad ¿no?

    Solo que no entiendo el final. ¿cómo estás seguro que esa aparición va a desaparecer? ¿esa aparición no reacciona igual que él?

    Yo soy Tatei Jautze, me daría mucho gusto recibirte en el texto #96, intitulado “Identidad jazzeada”. Te invito a leerlo y a dejar tu opinión.

    Gracias.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 01:19
  4. 4. Santi Leonard dice:

    Hola Romina,

    Buen relato. Me gusta la primera reflexión, con el ADN y las posibilidades de encontrar una copia exacta.
    La parte del trabajo, con esa descripción amarga de la jornada laboral, los compañeros, la rutina en general, me parece muy lúcida.
    Es inquietante el momento en que aparece el doble. Quizá me costó un poco creermelo, pero es que no es un tema fácil y además tengo poca afición a la fantasía; pero de todas formas está muy bien resuelto. Enhorabuena.
    Santi

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 07:39
  5. 5. SBMontero dice:

    Entiendo lo que has querido hacer, y como planteamiento está muy bien escrito, pero hasta ahí. La idea es muy buena, pero le hace falta engordar, lustrarla, porque por ahora parece que el buen hombre se ha asustado de su propia sombra… y ya.

    Sí es reseñable el trabajo que haces narrando en segunda persona. No es fácil. Precisamente por eso me ha dado cierta cosa no verlo con más enjundia.

    No observo defectos de forma reseñables.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 09:12
  6. 6. Vespasiano dice:

    Hola Romina:
    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo. Es la primera vez que te leo y que voy a comentarte.
    Con relación al doble, yo he tenido la misma sensación que SBMontero. He creído que se refiere a su propia sombra y lo que este hombre está es alucinando en colores.
    No obstante lo encuentro bien narrado aunque se me queda un poco corto ya que deberías haber hecho uso de las setecientas cincuenta palabras para contarnos algo más sobre aquel ente que lo ha asustado hasta el punto se esconderse.
    Felicidades.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 20:53

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