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El caso de La Corona contra los siete Millers - por rubisco

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, pero Matthew Miller no tenía la paciencia necesaria para encontrarlo, así que raptó a aquel científico para que diera con una fórmula para clonarlo y poder consumar su propósito.

Durante años, el genetista Robert McArthur estuvo retenido en el sótano de una pequeña vivienda rural que Miller frecuentaba los fines de semana. Si no fuera porque estaba secuestrado, McArthur hubiera deseado trabajar en aquel ambiente rural toda su vida, lejos del estrés urbano y de la polución. Además, su secuestrador le proporcionaba los mejores alimentos, le conseguía todo el material que solicitaba y hasta le había asegurado un buen pago en metálico si conseguía clonarlo. Con ese dinero, McArthur calculó que podría jubilarse.

Era tal el buen trato que recibía que cuando fue interrogado por Scotland Yard no dijo que había sido secuestrado. En el primer interrogatorio no comprendió por qué se encontraba allí, pero en el segundo empezó a comprenderlo:

―Usted fue quien creó la fórmula para clonar al señor Miller. ¿Cierto?
―Sí, pero fue bajo encargo suyo.
―O sea, que lo reconoce.
―Sí, sí.
―¿Cuántos dobles de Miller creó?
―¿Cómo que cuántos? Sólo uno.
―¿Entonces qué puede decirme de esto?

El agente le enseñó una fotografía en la que se veían no menos de diez copias exactas de Matthew Miller. Si no fuera porque él había creado la fórmula, hubiera jurado que se trataba de un montaje. Al observar la imagen compendió que su secuestrador le había tendido una trampa, pero seguía sin comprender su objetivo.

En una sala contigua interrogaban a Miller, o a alguno de sus clones. McArthur había hecho tan bien su trabajo que no sólo se clonaba el cuerpo, sino también la memoria del sujeto clonado. Así, mientras un clon afirmaba que se habían hecho tres copias, el anterior afirmaba que se habían hecho cinco. Eso sí, ambos coincidían en la autoría del científico.

Durante el juicio se vivieron momentos de gran tensión. Por ejemplo, cuando la jueza terminó de tomar declaración a uno de los clones y pidió la comparecencia de otro preguntó:

―¿Pero usted no ha declarado ya?

Otro momento tenso fue el que protagonizó McArthur, cuando trató de demostrar, sin ningún tipo de éxito, que había sido raptado:

―En siete interrogatorios ha confirmado que no se sentía secuestrado. No admito su solicitud.
―Hágame un test psicológico.
―Ya ha sido realizado y no arroja nada concluyente. Deje de insistir.
―¡Pero soy inocente! ¡Miller me secuestró!
―¡Guarde silencio o le arresto por desacato!

A McArthur no le satisfizo la defensa de su abogada, quien le trató de explicar, sin éxito, que sin pruebas era imposible demostrar la tesis del secuestro. Llegó incluso a recurrir, en vano, a una analogía con el método científico. La letrada, incapaz de comprender que un investigador no entendiera algo tan simple, acabó dimitiendo a los seis días. Ello provocó que le asignaran un abogado de oficio recién titulado que no supo encarar el caso, hasta el punto de no preparar la parte fundamental de la defensa:

―¿No es cierto ―preguntó el fiscal― que usted era conocedor de los planes del señor Miller de robar las reservas de oro del Banco de Inglaterra?
―¿Cómo? ―contestó McArthur, exaltado.
―Por favor responda «sí» o «no».
―Es que no tenía ni idea de esto.
―Señor McArthur, haga el favor de responder ―rogó la jueza.
―Pues… no. No tenía ni idea.

En el pleito se presentaron siete Millers, que fueron enjuiciados junto con el científico. Aunque las fotografías encontradas mostraban hasta doce Millers, sólo pudieron ser juzgados los que se presentaron ante la Corte de Justicia. Los otros cinco fueron declarados en búsqueda y captura internacional, pero nunca más se supo de ellos.

El caso de «La Corona contra los siete Millers», como fue conocido en la prensa, se resolvió con los clones sentenciados a muerte por el delito de traición, en un intrincado veredicto que, sin embargo, no fue recurrido por los abogados de los condenados. Por su parte, McArthur fue castigado con la cadena perpetua por complicidad.

El auténtico Matthew Miller huyó antes del comienzo de las detenciones, se sometió a una operación de cirugía facial y se estableció en Nueva Zelanda, donde aún sigue viviendo rodeado de todo tipo de lujos. De cuando en cuando surge la noticia de que han detenido al verdadero Miller, lo que le hace desternillarse. Y cuando se acuerda de McArthur y siente algo de remordimiento, vuelve a contar sus riquezas y recupera la sonrisa.

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8 comentarios

  1. 1. Lizeth dice:

    Hola Rubisco.
    Tú texto es muy entretenido y fácil de digerir. Te felicito!

    Saludos

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 22:33
  2. 2. Demetrio Vert dice:

    Hola Rubisco.

    Te devuelvo la visita.

    Pienso que has logrado un relato muy bien estructurado. Una buena presentación, un nudo fantástico y un desenlace sorpresivo e inesperado. También hay conflicto (varios). Externos e internos. En fín, todo lo que tiene que contener una historia. Pero lo que más me ha sorprendido es la trama. Una excelente trama que poco a poco va añadiendo sorpresas nuevas al relato, y que provocan que el cuento avance con una facilidad pasmosa.

    Me ha gustado mucho.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 13:03
  3. Hola Rubisco:
    Tu historia está muy bien dirigida. Los pasos correctos: presentación, nudo y desenlace. Veo algunas repeticiones en los nombres que a veces cansan un poco. así por encima McArthur esta nueve veces y Miller once veces. Para mi gusto hay que cambiar alguno por un pronombre. La puntuación es buena y el diálogo le da mucho frescor.
    Felicidades, nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 19:20
  4. 4. Wiccan dice:

    Buenas Rubisco,

    Antes de nada, muchas gracias por tu visita y tus comentarios a mi relato.

    En cuanto al tuyo, como dicen los compañeros es muy dinámico, cuentas muchas cosas en muy poquito espacio y, ya solo por eso, es algo sobre lo que felicitarte.
    A nivel formal creo que está muy bien escrito, no soy ningún experto pero he leido el texto varias veces y no he notado nada especialmente importante que me haya parado la lectura con lo que para mi está bien. Dos cosillas:
    – Soy un poco maniático de la puntuación y en algunos casos la revisaría (por ejemplo, en “el que protagonizó McArthur, cuando” eliminaría la coma).
    – Se repite muy cerca la misma idea en el texto: “sin ningún tipo de éxito”, “sin éxito”, “en vano”. No está mal pero se hace repetitivo, sobretodo las dos últimas que estan en dos frases seguidas.

    En cuanto al tema contexto sí tengo más apreciaciones que hacer, un poco por rizar el rizo. En un primer momento me llama la atención que el texto empiece diciendo que el protagonista no tenía paciencia para buscar a su doble pero si para raptar a un científico que consiguiese clonar a una persona, algo que me parece mucho más lento y que le da las mismas garantias de exito que buscar un doble.
    Por otro lado, Miller se presenta desde un primer momento como una persona con capacidad económica, dándole los mejores alimentos y todo el material que solicita. Igual me influye mucho ser lector de comics, pero para poder clonar a una persona entiendo que los materiales y, sobretodo, la maquinaria (por ejemplo un tanque de clonación o incubación de un nuevo cuerpo) van a ser muy caros. Si esto es así, creo que a Miller le hubiese resultado más rentable y rápido pagar a diez personas que se sometieran a una cirugía facial, que gente desesperada siempre se encuentra y, por otro lado, si no tiene problema en secuestrar a una persona y que la metan de por vida en la carcel tampoco creo que tenga escrupulos para secuestrarlos y ponerles su cara. De todos modos supongo que el hecho de que compartiesen recuerdos era importante y justificaría tu solución. Y bueno, si el hombre tenía tanto dinero, el movil de robarlo me falla un poco aunque la avaricia es libre con lo que tampoco es a lo que le de más importancia.
    Por último, me extraña el proceso judicial en el que parece que McArthur no tiene ni idea de sobre lo que está acusado y actúa a ciegas. En un proceso judicial el acusado debe conocer sobre qué está acusado y, en este caso, si el personaje lo sabe, desde el primer interrogatorio especificaría que lo secuestraron, que lo hizo bajo coacción y no se sorprendería cuando en el juicio se le pregunta si estaba al tanto de la actuación de Miller. Podría ser que no le hubiese asistido un abogado y eso justificaría su primera declaración, aunque sería raro, pero no que se sorprenda de la acusación en el juicio.
    En realidad te comento todas estas cosas sin pensar que hagan de menos el texto, leo comics en los que se tratan temas de clonación y he estudiado derecho así que probablemente todas estas cosas que te he comentado a mi me llamen la atención pero a mucha gente no, pero como me desde mi punto de vista si que pueden influir en la credibilidad del relato prefiero comentártelas. Tu relato es muy entretenido, está bien estructurado y escrito y es bastante original con lo que te felicito. Muchas gracias por compartirlo.
    Un saludo.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 19:17
  5. 5. Maria dice:

    ¡Me ha encantado!
    Enhorabuena, una historia estupenda y muy bien escrita.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 13:25
  6. 6. LUIS dice:

    Hola Rubisco(soy Luis(150) Ingenioso relato que mantiene la intriga hasta el final. Una sugerencia: Donde dices “así que raptó a aquel científico” quizás sonaría mejor “a ese científico” así eliminamos la doble a. Saludos y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 19:02
  7. 7. Larahan dice:

    Una historia entretenida y bien escrita.

    Solo que no me queda claro que el narrador sea antagonista.

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 16:00
  8. 8. rubisco dice:

    Hola a todos.

    Gracias por tus felicitaciones, Lizeth 🙂

    Bienvenido a mi relato, Demetrio. Me alegra que me digas eso; estaba contento con lo que había escrito, pero no estaba seguro de si gustaría a otros lectores. Tus palabras me animan a seguir practicando.

    Gracias, Ismael. A veces peco de repetir los nombres y olvido repasar esa parte en las revisiones. Me lo anoto como tarea pendiente.

    ¡Guau, Wiccam, qué trabajazo! Me encanta tu aportación, porque me hace ver que eres un entendido y, por tanto, alguien con mucha capacidad para valorar el argumento que he escogido y encontrar sus puntos flacos. Justo lo que necesita un escritor 🙂

    Te diré que leí tu comentario con detenimiento y tienes mucha razón en cada una de las cosas que aportas. Lo que ocurre es que en 750 palabras se quedan muchas cosas en el tintero, y por eso la personalidad del secuestrador/ladrón se omite por completo. Pensé que podía ser interesante no tocar esa parte, de modo que se le reconociera como un psicópata sin escrúpulos dispuesto a pillar a un pobre incauto que le clone.

    Me gusta tu propuesta de que el secuestrador decidiera pillar gente a la que someter a operaciones de cirugía. Por valorarla, te diré que me parece más sencillo secuestrar a un científico algo tarugo que convencer/secuestrar a varias personas, cambiarles la apariencia y esperar que le hagan caso. De todos modos, son opiniones y puntos de vista distintos 😀

    De hecho, “dicen que todos tenemos un doble” no significa que efectivamente lo tengamos. Son habladurías, y eso hizo al secuestrador lanzar su macabro plan.

    Y sí: la avaricia es libre, como dices, y por desgracia eso lo vemos a diario. (Ojalá fuera ficción.)

    Gracias de nuevo por tu tiempo y por tus propuestas.

    Me alegro de que te haya encantado, María 🙂 Es un placer compartir estas pequeñas ideas con todos ustedes.

    Hola, Luis. Gracias por pasarte. Me gusta tu sugerencia; intento ser cuidadoso en la corrección pero es inevitable que se escapen este tipo de fallos o de expresiones “incómodas de leer”. Menos mal que aquí hay muchos más ojos 😀

    Hola, Larahan, gracias por tu comentario. Yo entendía que el narrador no ha de ser antagonista, sino que la historia ha de ser contada desde el punto de vista del antagonista. Te confesaré que no estoy seguro de haberlo conseguido, pero preferí marcar que sí lo había hecho y esperar que ustedes juzgaran si lo había logrado 🙂

    De nuevo, gracias a todos. En cuanto tenga un ratito me paso por los relatos que aún no haya visitado.

    ¡Nos vemos!

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 17:20

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