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"La sombra de Aquiles" - por José Luis Jaimes

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte…y que si el destino te cruza con él, alguno de los dos morirá.
Lo leí en un libro: “Mitos y leyendas” que alguien, de algún turno anterior, había dejado en el escritorio de ingreso al servicio para el que trabajo. Un libro ajado por el uso, con historias increíbles. Mi jornada tiene tiempos muertos que hay que llenar de cualquier manera. Cada quien se las arregla como puede. El turco, con quien compartimos la faena, es un loco de los naipes. Le encanta jugar a la Básica. Mientras mezcla las cartas yo preparo unos amargos, charlamos del tiempo, de los quilombos con Clara, su mujer, de las cuotas interminables del auto y cosas por el estilo. Me dice que afloje con leer tanto. Que eso me hace sospechoso. Me causa gracia y echo a reír. Le digo que no tengo mujer ni auto, que por eso tengo tiempo para leer. Si no te conociera, dice el Turco, vas derecho a la fritura. Te sacaste todos los números. Mirá que sos rarito, vos. Le digo que es un fantasma y el dice que ojalá fuera un fantasma y ríe. Una vez que reparte las cartas algo en sus cejas lo pone serio, lo deja vibrando en la pausa y exclama… ¡Afuera se está poniendo feo! Los giles éstos están armando bardo. Al Turco le chorrean unas cuantas frases acerca de los universitarios. El maneja información que desconozco y que ni me interesa saber. Yo soy el técnico. Un especialista. El habla del amor… no entiendo mucho lo que dice. Lo conjuga con algo de la patria y la madre que cobija. Son cosas de él, pienso.
Unos días después, haciendo compras en el centro, me meto en Pol & Clínica, una librería en las inmediaciones de la facultad de Medicina. Estoy tras un libro de la química del cuerpo humano. Recorro anaqueles, husmeo títulos y leo las solapas que me despiertan algún interés. Una voz a mi espalda dice, Auquis… ¡Auquis! Me doy vuelta porque insiste. Un muchacho flaco de pelo abundante y barba me sonríe apenas. Mientras giro hacia él, me muestra un libro de alteraciones químicas en el cuerpo y corriente, algo así alcanzo a leer, pero él me pregunta si estoy bien mientras mantiene el libro suspendido ante mis ojos y agrega que no vuelva por la facultad. Se diluye ante mis ojos, deja el libro en un anaquel de usados y se va. Voy tras el libro. Reviso un poco hasta que lo encuentro. En el interior, un papel escrito dice que unos tipos raros preguntaron por mí dos días seguidos.
Llego temprano al turno. Antes, nunca, nadie me había confundido de esa manera. Estoy inquieto. Me doy cuenta porque no logro concentrarme en nada de lo que intento leer.
El Turco llega más ansioso que de costumbre. Ni mira los naipes. Tenemos laburo me dice agitando el grabador de reportero entre sus manos. Baja la escalera caracol de madera esquivando las zonas debilitadas por la humedad. Lo sigo. Hemos bajado tantas veces ésta escalera que nuestros pies ya tienen memoria de sus fallas.
Llegamos al cuarto. Una luz de tubos fluorescentes alumbra la camilla de hierro. Un cuerpo desnudo, amarrado por las muñecas y los tobillos con cámaras de bicicletas, se resiste sobre ella.
A éste no le sacamos la capucha, indica el Turco.
Preparo el equipo. El Turco pone “Gira tú, diamante loco” en el reproductor de música. Me habilita con una mueca y lo acaricio con el instrumento en sus genitales. El muchacho se contrae y explotan borbotones indecifrables de su boca. El Turco le pregunta si le gusta, mientras deja caer sobre ese cuerpo, agua de una jarra. Recoge la capucha por encima de la boca y retira el trapo. El muchacho se queja e insulta. El Turco insiste, ¡Pink Floyd… tu tema preferido, nene! Me guiña un ojo, lo toco suave en las tetillas. Su boca explota en saliva y maldiciones.
Decime qué lugar ocupa Maika en la estructura, Aquiles. El joven, por un instante, suspende toda actividad en su cuerpo. El turco lee al vuelo, suspira y dice…Ah…tu dulce mujercita!
Los toques se suceden, como los espasmos y gritos. Le estás haciendo gastar al Estado las pilas del grabador y la corriente de la comunidad Aquiles, dice el Turco. ¿O preferís que te llame Auquis…como lo hacen tus amigos?, y con un gesto, me invita a continuar con lo mío.

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7 comentarios

  1. 1. José Luis Jaimes dice:

    #Amargos:referencia al mate amargo,infusión popularísima en Agentina.
    #El Turco:apodo,sobrenombre y no definición de nacionalidad.
    #Bardo: lenguaje popular para determinar que alguién genera problemas,líos.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 22:45
  2. 2. Jean Ives Tibauth dice:

    Hola Jose Luis.

    Muchas gracias por pasarte por mi relato y darme tu opinión. Es muy enriquecedor.

    Me ha sorprendido tu relato por el giro tan dramático y sorpresivo que dio al final. No me lo esperaba para nada y eso ha hecho que la lectura de las últimas frases y su posterior relectura fueran más absorbentes. Me encantó. Y eso que un vistazo rápido sobre su estructura, sin apenas separación entre sus párrafos, me causó fatiga antes de leerlo.

    Como somos de países distintos me ha costado seguir el hilo de algunas expresiones, aunque por contexto más o menos me iba apañando (luego he visto tus aclaraciones y ya todo encajó). Aunque he disfrutado con ellas porque me parecía estar oyendo a unos amigos cuyo acento no se va por muchos años que lleven aquí.

    Ha sido un placer leerte. Te espero en el siguiente taller.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 21:08
  3. Hola Jose Luis:
    Gracias por pasarte por mi relato.
    Referente el tuyo coincido con JEAN, se me ha hecho muy denso, he tenido que leerlo varias veces y gracias a tus aclaraciones de los vocablos argentinos he podido comprenderlo mejor. Es una historia genial, me ha enganchado, aunque deberías separar mas las frases.
    ¡Felicidades!, nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 20:41
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola,
    soy M.L.Plaza, del relato 46.
    Al final me he decidido a escribirte. Me parece un tema poco agradable, bien escrito y desarrollado.
    No me convence cómo usas el tiempo en el párrafo que empieza “Unos días después…” ¿después de qué? Se supone que antes has hablado en presente porque cuentas cosas habituales, lo que pasa cada dìa en el trabajo. Yo pondría “Hace unos días…” pero entonces tendrías que cambiar los verbos de todo el párrafo.
    Espero seguir leyendo cosas tuyas.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 04:21
  5. 5. Ebea dice:

    Hola Jose Luis,
    Un mes más nos vemos por este taller y me sirvo libremente a dejarte mi opinión.

    Bueno, una vez más, el doble espaciado entre párrafos. Veo que es algo que les sucede a muchos participantes así que no sé si considerarlo error o ya una obsesión mía, realmente me resulta angustioso leer textos tan apelotonados.

    Por otro lado, el argumento que usas y el giro final es muy acertado e inesperado. Desde el principio me atrajo tanto la estética como la acción que presentabas.

    Tengo la sensación de que deberías haber dividido los párrafos un poco más, el… párrafo nº2 es extenuante leérselo entero.
    Quizás, en mi inútil opinión, lo podrías haber solucionado pasando a guionizar el diálogo que mantienes en ciertos momentos, más que nada por convertir esa parte de la escena en algo más dinámica. (y no digo que no sea dinámica)
    Tampoco digo que esté mal, reconozco que usas un recurso perfectamente válido, ya que se prentende que el protagonista nos esté contando la historia, pero… no sé pienso que quedaría mucho mejor. A veces los textos piden diálogos y otras veces les sobran… en tu caso creo que sería un recurso que le podría mejorar. No me gusta modificar las cosas de los demás literalmente porque siento que anulo en cierta manera la esencia del autor, a veces no me queda otra porque no sé explicarme mejor, pero igual si lo intentases hacer de ese modo le des una vida diferente a la escena… lo propongo como idea para dinamizarlo, no para que se modifique la esencia, que, en sí, es muy buena y no considero que necesite cambiarse.

    Luego, los apodos o sobrenombres creo que deben ir entrecomillados, aunque, sinceramente, desde el principio entendí que era su apodo. Podemos decir que so forma parte de la ortografía (área que se me da bastante mal)

    La distancia de nuestros países se ha dejado notar en la jerga que usas tanto al explicar las escenas como en los diálogos que aparecen. Aún así, considero que ha sido acertado que la usases porque le has texturizado la escena y has dado forma a los personajes.

    El mejor ejemplo lo tengo en la serie NARCOS, que hablan con una jerga naturalmente Colombiana. En España lo de “sí ¿o qué?” no es algo que se use, aunque esté aceptado. Pero nos ayuda ENORMEMENTE a introducirnos en la escenografía.
    En tu caso, sucede lo mismo. La jerga que usas al contarlo todo, es útil para introducirnos y predisponernos en una escenografía concreta. Y he de admitir que el giro final no lo esperaba y ha sido de lo más acertado y correcto con el ambiente que presentabas.

    Tampoco te voy a engañar a estas alturas, no soy ninguna experta, me ha costado verlo y entenderlo en la primera lectura, pero, una vez hiciste las aclaraciones en las notas y lo releí, fue perfectamente comprensible. Imagino que a tí también te sucede algo similar cuando lees escenas con jerga del viejo continente (no vamos a volver a hablar de inri jajaja) La riqueza y diversidad del lenguaje y sus expresiones nos pone en muchos apuros en ambos lados del océano.

    Muchas felicidades por tu escena, Un saludo Jose Luis, nos leemos

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 10:59
  6. 6. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola José Luis, de nuevo aquí para dar las gracias por tu comentario: Agrego luego un listado de las dudas que encontré en ellos:

    Estos comentarios sobre mi texto son para aclarar algunos cuestionamientos de mis lectores.
    El bar Jacaranda existió en un tiempo en Nuevo Laredo, México. Y su nombre se debía a una canción muy popular y dicharachera de aquellos años, “Jacarandosa”, trovada por el grupo los Tres Reyes.
    Aparentemente la Psicóloga se entendía con el doble personaje de Napoleón. Pues reconoce que de todos, él era el más atrevido.
    Los nombres del personaje y la profesional del tema mental nacen, el primero del parecido con la descripción “bendito galán” y el de ella por una curandera quien decía que ella tenía “remedios” para cualquier problema mental.
    La aclaración de la ausencia de tilde en jacaranda lo aportó SBMontero en la página de Laura.

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 01:56
  7. Buenos días.

    Aquí tienes el comentario que pedías, el séptimo para tu relato. Aunque como verás nada tiene que ver con ‘La sombra de Aquiles’, y me da que no te va a agradar.

    Te pasaste por mi último cuento https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-38/6440 sólo para exigir y acabaste insultando. Eso te define. Con esos modales no vas a recibir de mi parte nada más que estas palabras. Madura, deja de ofender y muestra respeto al prójimo: ganaremos todos, y tú el primero. Hasta entonces no esperes que me moleste en hacer para tu relato un comentario como los que suelo trabajarme con otros compañeros.

    Una cosa más. El dicho reza ‘no alimentes al troll’. Lo suelo cumplir casi siempre, pero en esta ocasión (sobre todo debido al buen espíritu que rezuma este taller) me he permitido saltármelo y escribir este comentario. Dicho esto vuelvo a seguirlo de manera estricta y no te molesto más. Sigue tu camino que yo seguiré el mío.

    Adiós.

    Escrito el 8 diciembre 2016 a las 13:02

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