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El doble de Juan - por María

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. En el caso de Juan, el suyo se cruzó en su vida exactamente el día 9 de noviembre de 2016, a las 7,30 de la mañana, sin que nada ni nadie pudiera hacer nada para evitarlo. Ese día, cuando Juan salía de casa como de costumbre para tomar un café en el bar de abajo, como siempre hacía antes de ir a su oficina, algo distinto ocurrió. Juan salió del portal y con la rutina del que espera encontrar siempre lo mismo, rápidamente observó su entorno: Ildefonso, el portero del edificio, le saludó desganado y soñoliento, como era habitual. Macarena, la viuda alegre que vivía en el sexto, le guiñó un ojo sonriente mientras regresaba de pasear a su chihuahua diminuto. El panadero de enfrente hizo un gesto distraído como queriendo decir buenos días. Y fue en ese preciso momento cuando algo llamó la atención de Juan: Justo enfrente del portal y mirándole de frente, se había detenido un hombre que parecía tener aproximadamente su edad, si bien su indumentaria y su aspecto, eran completamente opuestos a los de Juan. El extraño desconocido lucía una sudadera amarilla fluorescente, vaqueros gastados y zapatillas deportivas de colores chillones, que contrastaban con el aburrido traje gris que vestía Juan, y lucía una sonrisa en la cara que transmitía alegría y paz, muy distinta de la cara tristona de lunes de Juan. Pero, por encima de su apariencia, lo que más llamaba la atención en este sorprendente personaje, era su rostro. Porque era exactamente idéntico al de Juan. Tanto, que al verse, los dos sintieron como un escalofrío recorría su cuerpo de arriba abajo. Ambos se detuvieron, se miraron y se quedaron perplejos, sin saber qué hacer o qué decir.

Menos mal que, como hemos dicho antes, la viuda alegre que vivía en el sexto, regresaba de paseo matutino con Lucas, el pequeño chihuahua. Menos mal, porque ella nunca, nunca, se quedaba sin palabras. En cuanto vio el aspecto tan idéntico de ambos hombres, no tardó en exclamar: “¡¡¡ Juan, pero no me habías dicho jamás que tuvieras un hermano gemelo, y mucho menos, uno tan atractivo!! Juan sólo acertó a balbucear: “No le conozco de nada, jamás había visto a este señor”. El desconocido de alegre sonrisa e indumentaria respondió: “Buenos días, soy Jesús, encantado. Estaba buscando un sitio donde desayunar unos buenos churros, ¿conocéis alguno por aquí cerca?”. Y así, como pasan las cosas que no tienen mucho sentido, fue como Juan, Jesús y Macarena, acabaron compartiendo una ración de churros en una fría mañana de noviembre.

Durante la media hora que disponían para devorar los churros y beberse el café calentito del bar de Manolo, Juan, Jesús y Macarena compartieron risas y charlas, como si se conocieran de toda la vida. “Ay que ver, Juan, siendo vecinos desde hace tantos años y que nunca hubiéramos cruzado más de dos palabras seguidas”. Los tres charlaron, rieron y se intercambiaron los números de teléfono para mantener el contacto. A las 8 en punto, como un resorte, Juan se despidió de sus nuevos amigos, pues tenía que ir a trabajar. Por primera vez en quince años, llegó a la oficina del banco a las 8 y 10 minutos y no a las 8.00 exactamente como acostumbraba. Por primera vez, entró en su despacho silbando. Pero sobre todo, por primera vez en tantos años, y sin que aún supiera exactamente por qué, Juan sintió que algo estaba cambiando en su interior. Aquel encuentro con Jesús y Macarena, aunque breve, había supuesto un tremendo punto de inflexión en la rutina gris y aburrida de Juan.

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5 comentarios

  1. 1. rubisco dice:

    Gracias por tu relato, María 🙂

    Me gustaría empezar por lo que considero mejorable, para que luego te quedes con buen sabor de boca.

    Para empezar, el texto me parece demasiado condensado; no tengas miedo a crear varios párrafos, porque un párrafo largo se puede hacer cansado.

    Por otra parte, los diálogos se leen mejor si usas esquemas como el de los guiones. Por ejemplo:

    «En cuanto vio el aspecto tan idéntico de ambos hombres, no tardó en exclamar:

    ―¡¡¡Juan, pero no me habías dicho jamás que tuvieras un hermano gemelo, y mucho menos, uno tan atractivo!!!
    ―No le conozco de nada, jamás había visto a este señor ―acertó a balbucear Juan.

    El desconocido de alegre sonrisa e indumentaria respondió:

    ―Buenos días, soy Jesús, encantado. Estaba buscando un sitio donde desayunar unos buenos churros, ¿conocéis alguno por aquí cerca?.

    Y así, como pasan las cosas que no tienen mucho sentido, fue como Juan, Jesús y Macarena, acabaron compartiendo una ración de churros en una fría mañana de noviembre.»

    De esta forma queda más ligero y se sigue mejor.

    También te diré que la idea que quieres transmitir se me ha antojado un poco corta. Supongo que te quedaste sin espacio, como nos pasa a tantos.

    Por último, un buen ejercicio es repasar el texto con mucho detenimiento. Hay expresiones algo chocantes, como «sin que nada ni nadie pudiera hacer nada para evitarlo» tiene una repetición en «nada» que no me suena demasiado bien. Una opción es decir «sin que nada ni nadie pudiera evitarlo».

    Y ahora, lo bueno:

    Sabes escribir, y eso no es poco. Sabes plasmar lo que quieres transmitir, algo que no todo el mundo es capaz de hacer. Con trabajo y teniendo tiempo suficiente para escribir seguramente nos puedas brindar grandes historias.

    La otra cosa buena que veo (y que también es importante) es que de una idea previsible (como es la presencia de un doble) has generado intriga y has conseguido que espere que ocurra algo 🙂

    Espero que mis opiniones te sirvan para mejorar. En eso estamos todos 😀

    ¡Saludos!

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 00:17
  2. 2. gaia dice:

    Estoy de acuerdo con todo lo bueno. Me gustó tu relato. Me puedes leer en el #162

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 22:19
  3. 3. LUIS dice:

    Hola María, soy Luis (150).Me gustó tu relato y suscribo el comentario tan bien hecho de Rubisco. Saludos y nos seguimos leyendo

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 19:25
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Hola María:
    Interesante planteamiento. Me parece que el texto está comprimido, le falta fluidez y me extraña pues solamente has utilizado 608 palabras, lo que significa que podrás haberlo soltado un poco.
    Literautas tiene una serie de páginas donde te guían sobre la construcción de diálogos y el uso de guiones, deberías darte una vuelta por ellas.
    Lo que no entiendo todavía como unos churros con un desconocido y con una viuda a la que ha evitado toda la vida puedan cambiar la vida de Juan.
    Con el espacio y las palabras que te sobraron podrías rematar de una manera más certera el relato.
    Gracias por tus comentarios en el mío.
    Nos leemos.

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 00:18
  5. 5. Larahan dice:

    La historia está bien. Estoy de acuerdo con el comentario de rubisco.

    Otra cosa que creo que quedaría mejor es separar las frases con “;” en la enumeracion o al acabarla cambiar de párrafo. Claro que es un gusto personal.

    Veo que tienes puesto lo del reto y no me queda claro quién es el antagonista.

    Saludos.

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 16:21

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