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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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EL INVENTOR DE ESPEJOS - por Earendil

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. Seguramente yo nunca llegue a encontrar al mío, pues sufro una extraña enfermedad que no me deja recordar los rostros de las personas, ni tan siquiera puedo reconocerme a mí misma ante un espejo.

Todo empezó cuando me golpeé la cabeza contra el tocón de un viejo roble. Mi hermana mayor y yo jugábamos a perseguir conejos en el prado detrás de nuestra granja. Recuerdo aquel ejemplar blanco desaparecer en las entrañas de la tierra y, poco después, despertar sobresaltada y rodeada de gente extraña, cuyos rostros desconocidos aseguraban ser mi familia.

Ha sido muy duro para mí adaptarme a esta circunstancia que me ha cambiado la vida. He tenido que aprender a reconocer a la gente por alguna característica especial de su apariencia, por su olor, por el timbre de su voz, por sus ademanes. Al principio me veía perdida en aquel laberinto de sensaciones angustiosas, temerosa de que algún desaprensivo se aprovechara de mi debilidad. Maldito conejo…

Pero un buen día cambió mi suerte.
El circo estaba acampado a las afueras de la ciudad y mi hermana y yo fuimos a verlo. Al llegar a la feria me dejé arrastrar por aquella vorágine de gentes desconocidas; cuerpos pulsantes que se sucedían uno tras otro, cambiantes, irreconocibles, anónimos. Empecé a marearme y me perdí entre la muchedumbre. Huyendo de aquel carrusel de risas y voces, llegué hasta la entrada de una carpa que decía: “El laberinto de espejos”. Dentro, en un corredor, se alineaban toda clase de espejos imposibles. Algunos alargaban los torsos, otros los achataban, incluso los había que deformaban partes del mismo y devolvían extrañas figuras deformes de sus superficies pulidas. Pero mi problema seguía siendo el mismo: mi rostro nunca se repetía.

Cuando iba a salir de la galería, observé con sorpresa una cara que se reflejaba una y otra vez en todas las lunas. Aquello solo podía ser un milagro.
―Parece que hubieras visto un fantasma ―dijo el desconocido.
―Más que un fantasma podría ser un ángel.
―Pues no, mi querida señorita, soy de carne y hueso. ―Rió―. Mi verdadero nombre es Louis Carroll y soy inventor de espejos. Y dime, ¿qué te ha sorprendido tanto de mi persona? ¿Acaso soy feo, gracioso o me cuelga una oruga gigante de la chistera?

Le conté lo de mi enfermedad y me consoló, asegurándome que aquello no era un verdadero problema. Me cogió de la mano y me llevó a otra carpa. Allí, sin ningún tipo de pudor, otras gentes del circo exhibían sus cuerpos deformes. Casi no pude sostener la mirada ante tanta fealdad y desgracia.
―Pero… ―conseguí balbucear― ¿por qué lo hacen? ¿Por qué no se esconden?
―Llevan demasiado tiempo huyendo, abandonados por sus padres y maltratados por desaprensivos que se burlan de ellos. Mi mujer y yo los acogimos y aquí han hallado una oportunidad de ganarse la vida. Han encontrado una familia donde todos se comprenden y se cuidan. Ellos sí que son únicos, irrepetibles. Es imposible que la naturaleza vuelva a cometer dos veces el mismo error.

Nos hemos hecho buenos amigos. Visito el circo a menudo, pues siento verdadera fascinación por el inventor de espejos. Me parece increíble que de todas las caras del mundo solamente la suya permanezca constante, que no se desdibuje y que lo pueda reconocer una y mil veces. Debe de ser una señal de los cielos, una estrella que solo brilla para mí. Necesito agarrarme a él como a una tabla de salvación, que me guíe y me acompañe…

Pero existe un problema. Ese problema se llama señora Carroll. Se encarga de confeccionar el vestuario de la gente del circo y de todos los complementos de sus atuendos, incluyendo los sombreros. Los fabrica de todas formas y colores y los artistas la adoran. La consideran el alma máter de aquella familia variopinta. Para algunos es su enfermera, para otros una hermana y para los que más, una madre. Pero sobre todo es la esposa perfecta. Demasiado perfecta.

Yo no necesito una enfermera, ni una hermana, ni una madre, de eso ya tengo. Me he enamorado del señor Carroll y necesito un hombre al que pueda reconocer cada día, que me quiera y que me cuide solo a mí. Dicen que en los circos ocurren muchos accidentes, algunos inexplicables. Tal vez la señora Carroll tenga la desgracia de sufrir uno. Sería una verdadera lástima…

Por cierto, no os he dicho mi nombre. Me llamo Alicia.

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25 comentarios

  1. 1. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola Earendil,
    ¡Sencillamente genial! Un relato con mucha imaginación, -Propio de Alicia- y que revelas al final. Me parece muy bien escrito, agil, dinamico. Un comienzo muy bueno que te engancha a la lectura de principio a fin. ¡Felicidades!
    Por cierto, estoy terminando de corregir mi trabajo anterior para colgarlo en mi blog como te prometí. Espero hacerlo en lo que queda de mes. Un abrazo.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 12:29
  2. 2. SBMontero dice:

    Como curiosidad diré que la enfermedad se llama prosopagnosia, pero no se produce por un golpe, es un defecto de la corteza cerebral. Por poner un ejemplo, Brad Pitt la sufre.

    Ahora, entrando en harina…

    La idea es muy buena, e hilvanarla de forma que exista ese vaivén entre la pobre enferma que se enamora de aquel a quien sí puede reconocer por su cara y que esté rumiando un accidente para la mujer de quien se enamora… es simplemente genial. Y sería igual de genial sin usar la coletilla de Carroll y Alicia, eh.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 00:21
  3. 3. Atlante dice:

    Encantado de conocerte Earendil y leerte.

    Es muy agradable y alentador que sea tu comentario el primero que recibo. Tienes una sensibilidad escribiendo y opinando que te hace grande por encima de la literatura.

    Tomo nota de las correcciones. Totalmente de acuerdo en todo. Las prisas…

    Conocí este blog (felicitaciones desde aquí) casi a punto de cerrar el plazo de entrega de trabajos. Casi no me dio tiempo a mandarlo.

    En referencia a tu historia, al principio me vino algún flash a la película “Memento”, casi visualicé a tu protagonista leyendo notas en su mano para recordar…se.

    Al igual que el ambiente friki del circo, también por el contexto, lo relacioné con “Carnivale”.

    La historia es fluida e invita a la curiosidad de conocer el final. Desde el principio lleva como sujeto elíptico a Alicia, no está pero se presiente. Como en mi relato, toda la trama desemboca en un personaje que se revela al final, después de narrar su historia desde el inicio. Creo que vas dando las pistas justas y adecuadas para preparar al lector para el final.

    Como anécdota relacionada con el tema…

    Cuando era niño, más o menos en 5º de E.G.B. 3 días a la semana íbamos a la biblioteca. Fue cuando leí por primera vez a Lewis Carroll. El libro era una edición con unas ilustraciones muy buenas. Todavía recuerdo la extraña sensación que me produjo el cuento. Algo no encajaba en la historia. La sensación de fondo no me gustaba. Ni Lewis. Con los años leí un ensayo donde decía que L.C., gran matemático, creó el cuento para hipnotizar y subyugar a la hija de un colega suyo que se llamaba Alice Linddell. Con el tiempo se tuvieron que alejar de él por la insana obsesión que tenía con Alice.

    Te comentó ésto por si no lo sabias. Me imagino que una vez que te inspiras en una historia te gusta tener datos esenciales de su génesis y construcción que te ayuden a entender su esencia.

    Con está anécdota me despido, agradeciéndote el tiempo que le has dedicado a mi texto y también tus palabras.

    ¡Tomo nota de los consejos!

    Gracias. Y buscaré tus textos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 01:26
  4. 4. AmaneAkai dice:

    Un excelente inicio, adoro las historias relacionadas con los circos y me parece bastante original. Sería genial continuarla.
    Un saludo. 🙂

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 14:09
  5. 5. Alejandro Urdiales dice:

    Me ha encantado tu texto Earendil.
    La historia esta muy bien hilvanada y engancha enseguida al lector. A mi personalmente me ha parecido muy divertida la analogía con Alicia y Carroll.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 16:48
  6. 6. Earendil dice:

    Buenas a todos, queridos comentaristas:
    Gracias Feli por ser la primera en abrir la caja de los comentarios, y por tus amables palabras, por supuesto. He estado buscando tu relato entre la recopilación de este mes, y no lo he encontrado. ¿Has cambiado el seudónimo y solo has utilizado Feli? Me gustaría que me lo aclarases para devolverte la visita, si es que lees esta nota.

    SB Montero: me alegra que te haya gustado mi historia, aunque le hayas sacado algunos peros. Efectivamente, conozco que la enfermedad a la que hago referencia es la prosopagnosia, pero no he querido utilizar el término porque fue acuñado en 1947 y mi cuento está ambientado a finales del siglo XIX y principios del XX. En aquella época, en los circos, se exhibían a personas con alguna discapacidad o enfermedad física rara. Por desgracia en algunos se les denigraba pero, por suerte, los hubo donde llegaron a convertirse en verdaderas estrellas.
    La prosopagnosia, o “ceguera de los rostros”, es un tipo de agnosia visual que consiste en la imposibilidad de reconocer los rostros de las personas conocidas (incluso la propia), aunque se trate de familiares y amigos. El afectado ve y reconoce las distintas partes de la cara, pero no puede recordar su ubicación ni identificar de quién se trata.
    Como tú bien has señalado, es un defecto de la corteza cerebral, congénito –se nace con él–, o adquirido, a consecuencia de un traumatismo craneal, un derrame cerebral, o una enfermedad neurodegenerativa.
    En cuanto a la trama, empecé escribiéndola sin ninguna intención de incluir a Alicia ni a su creador, Lewis Carroll, pero surgió de repente tras nombrar a los conejos y me pareció una buena idea.
    Atlante, gracias por tus amables palabras, siempre bienvenidas. Me ha gustado mucho que me contaras la anécdota con la lectura de la obra de Carroll. A mí también me pasa lo mismo. Conocía la obsesión del escritor por esa niña, Alice Linddell, incluso con otras. Se ha llegado a decir en sus biografías que podía incluso ser un pederasta. Precisamente he tomado la idea de la obsesión pero al revés, la de la Alicia de mi relato por el inventor de espejos, sobre la que gira la trama. He querido darle una vuelta de tuerca a la historia original donde, en vez de pasar a través del espejo y descubrir un mundo diferente, Alicia descubre reflejada en su superficie la realidad que andaba buscando, aquella que le aportará seguridad y confianza en sí misma, aunque a cualquier precio.
    Alejandro Urdiales, gracias por pasar por aquí y dejar tus impresiones. Me alegra que te haya gustado la analogía con Alicia y Carroll. Sé que la trama hubiese podido desarrollarse sin ese detalle, pero surgió al azar y quise sacarle partido a la idea. Veremos que opinan otros comentaristas. Espero que también den el visto bueno.
    Saludos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 17:37
  7. 7. Earendil dice:

    Saludos Amane Akai.
    Muchas gracias por pasarte por aquí y que te guste la historia.
    Nos leemos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 17:41
  8. 8. Yoli dice:

    Hola, Earendil.
    Me ha gustado la referencia de Alicia y Carroll, pues es uno de mis libros favoritos. Me gusta tu relato, lo he encontrado muy bueno, describes muy bien la angustia y el miedo de Alicia por su enfermedad y su amor/obsesión por Carroll. Saludos.
    Si quieres leer el mio, soy el 39.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 10:41
  9. Hola, Earendil.

    He disfrutado mucho tu relato. Conocía de la enfermedad porque en algún momento leí un artículo al respecto, por lo que de entrada me ha enganchado. Incluso me quedo con ganas de más.

    Gracias por tus consejos para mi historia, han sido de gran ayuda.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 02:40
  10. 10. Escritores Anónimos dice:

    ¡Hola Earendil!
    Hoy te he visitado un poquito más tarde, con el tiempo justo aunque ganas locas de leerte. Por ello te pido perdón si el comentario me queda muy escueto.

    ¡wow! Es lo que pensé mientras leía la historia, no sé si a mis compañeros les ha pasado lo mismo pero sentía que Alicia me contaba a mí su historia, la tenía al lado. Una vuelta de tuerca a esta mundialmente conocida historia que narras con ritmo. De verdad, muchas felicidades.

    Solo he logrado encontrar dos cosillas fáciles de corregir, en primer lugar repites en la misma frase “espejo” dos veces muy de seguido;y un verbo de habla que debería haber ido en minúscula (rió).

    Me voy a repetir pero es que no lo puedo evitar me ha encantado la historia. Destaco esta oración: “cuerpos pulsantes que se sucedían uno tras otro, cambiantes, irreconocibles, anónimos.” ¡Qué manera de expresar sus sensaciones!

    Resumiendo que la historia la has clavado, sin duda la major que he leído hasta ahora.

    Muchísimos besos y hasta otra!

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 16:08
  11. 11. Ebea dice:

    Hola Earendil, aquí me paso a devolverte la cordial visita.
    Es para mí una delicia encontrarme con tu escena, sinceramente, me ha encantado.

    Me gusta mucho tu forma de escribir, las sensaciones que describes me resultan palpables. Tal y como comente algún compañero, lo de… “…me veía perdida en aquel laberinto de sensaciones angustiosas, temerosa de que algún desaprensivo se aprovechara de mi debilidad… ” o “… cuerpos pulsantes que se sucedían uno tras otro, cambiantes, irreconocibles, anónimos…” no sé cómo expresarlo, pero en mi cabeza se formaba esa sensación angustiosa, que todos hemos sentido alguna vez de niños ante una gran masa de gente (o al menos yo sí la he sentido). No sé, muy logrado, muy bien logrado el efecto.

    El ritmo del discurso es agradable y adecuado, las frases encajan a la perfección, las palabras son acertadas, la sonoridad es buena ¿tengo algo que criticar? pues en mi opinión no, no encuentro nada al que poner un pero.

    El argumento de la escena es una impresionante y brillante vuelta de tuerca sencilla y original, me ha parecido magnífica la puesta en escena en un laberinto de espejos y ese giro en el que es Alice quien se obsesiona con Lewis.

    ¡Gran punto!

    Hace unos años, en el blog de cine en el que participo, recuerdo que tuve que realizar una crítica bastante profunda sobre el mundo de Lewis Carroll, Alice y las diferentes adaptaciones y versiones que han existido de sus obras.
    Me resultó bastante penoso encontrarme con la escasa originalidad que me encontré entre el gran número de referencias a sus obras. Pienso que el mundo de las locas y extravagantes maravillas de Alicia es un argumento de fácil explotación tanto en versiones infantiles como góticas y siniestras. Sin embargo… prácticamente se puede decir que difieren poco.
    Una de las pocas versiones que más centró mi atención, es un Videojuego muy cruel, gótico y subrealista en el que Alice es una niña que, tras un abuso, se vuelve loca y debe viajar “a través de los espejos” y de su locura matando a sus enemigos hasta recobrar la salud mental.
    En aquel momento me pareció una idea para la adaptación a un videojuego brillante y como versión cinematográfica más excelente todavía(cosa que esperaba de Tim Burton, pero no se realizó finalmente, a pesar de que puse mis esperanzas) , pero he de reconocer que tu vuelta de tuerca me parece todavía mejor. (Deberías venderle tu idea a algún director de cine de terror gótico)

    Mis más sinceras felicitaciones por tu magnífico trabajo.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 10:16
  12. 12. Otilia dice:

    Hola Earendil,
    Me gusta como basándote en cuentos escribes algunos de tus relatos.
    Leí “La flauta encantada”, tu relato ganador, y ahora en este utilizas el conejo blanco de Alicia para construir esta genial historia.
    El final estupendo, aunque yo hubiera terminado en: “Sería una verdadera lástima…”,pero la autora eres tu.
    Felicidades. Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 11:16
  13. 13. Wolfdux dice:

    Hola Earendil,

    una historia curiosa y entretenida. Es un relato muy logrado, solo puedo felicitarte por él. Un abrazo.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 12:07
  14. 14. Bea dice:

    Hola Earendil:

    ¡Gran historia! Me ha gustado mucho como describes tanto a los personajes como sus sentimientos y sensaciones. Eso le ha aportado un curioso toque mágico al relato.
    Por otra parte también me ha gustado mucho el final, hace que no todo sea idílico y le aporta a la historia un toque lúgubre que personalmente pienso aue le queda genial.

    Si te apetece pasarte yo estoy en el 86.

    Nos leemos,
    ¡Felicidades!

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 12:43
  15. 15. María Esther dice:

    Es interesante como te las ingeniaste para entrar en el mundo de Alicia.
    Haces una recreación del clásico y conocido cuento,que, ha subsistido a pesar de los vendavales que lo han atacado.Ahora el final queda librado al lector.La señora Carrol, ¿sufrirá un accidente?
    Saludos y nos leemos.
    Maritel 140

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 04:16
  16. 16. Isan dice:

    Hola Earendil:

    Me ha costado, pero por fin tengo un rato para comentar tu relato. Siempre te leo aunque no siempre te le comentado (creo que la última entrega no pude), siempre me ha gustado tu estilo y siempre sorprendes. Se nota que te curras las historias. Las estudias, las trabajas y al final les das una o dos vueltas para hacer relatos únicos, con imaginación, bien planteados y desarrollados.

    Siempre suelo sacarles a tus relatos alguna cosilla menor, alguna pega que me ha llamado la atención que, ¡ojo! no desmerecen para nada las redacciones. En este relato me ha llamado la atención el uso del posesivo ME. Aparece unas veinte veces. Tel vez lo he notado porque iban por parejas: “Empecé a marearme y me…”, “…y me consoló, asegurándome…”, “Me cogió de la mano y me llevó…”, “…que me guíe y me acompañe…”, “…que me quiera y que me cuide…”

    Como ya te han comentado, tal vez la última frase no sería necesaria. Me ha pasado como a ti que, al llegar al conejo y a la gente extraña, espejos, dices, ¡Tate! Esto me suena a Alicia.

    Ha sido un placer leer “La cara oculta de Alicia”. Creo que de los relatos que he leído y que señalan haber cumplido el reto opcional, eres de los pocos que lo cumplen.

    Felicidades. Hasta el próximo.

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 21:18
  17. 17. Earendil dice:

    Gracias a todos y cada uno de los comentaristas: Yoli, Isabella, Escritores Anónimos, Ebea, Otilia, Wolfdux, Bea, María Esther e Isan.
    Les agradezco profundamente que hayan dedicado un poco de su tiempo a pasarse por aquí y dejar sus impresiones.
    Por cierto, Isan. Gracias por la corrección de los “mí” y los “me”, ¡ni tan siquiera me había dado cuenta! Lo más curioso es que he corregido el mismo error a otro compañero y en su relato sí lo vi claro. Es que nadie quiere ver la paja en el ojo propio☺

    Escrito el 24 noviembre 2016 a las 19:09
  18. 18. Ariadna TP dice:

    Hola Earendil,
    Un relato muy imaginativo. Se ve la angustia del personaje que sufre esa enfermedad y cómo se consuela al conocer a Carroll.
    Está bien redactado y es un relato ágil y dinámico. Me ha gustado. Te felicito.
    Estoy en el 113 por si tienes un ratito.
    Nos leemos!!!

    Escrito el 25 noviembre 2016 a las 09:35
  19. 19. José Zapata dice:

    Hola Eärendil (punto a favor por el nombre élfico).

    Muy buen relato. La estructura me parece impecable y la historia tiene un giro y unas implicaciones muy oscuras, tal vez incluso más de lo que se lee a simple vista.

    Aunque el relato no dice la edad de Alicia, es de suponer que, al igual que en las historias, ella es una niña. Si a eso le sumamos que se enamoró de Lewis (no “Louis”, pequeña acotación) Carroll, y que, debido a la predilección de éste por pintar y fotografiar niñas desnudas, existe la sospecha de que tenía inclinación a la pedofilia, pues… Ignoro si este detalle fue adrede, sin embargo.

    Me gustó mucho, espero poder llegar a escribir así.

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 02:37
  20. 20. Earendil dice:

    Muchas gracias, Ariadna y José Zapata por pasaros por aquí.
    Me alegro que os gustara mi historia. El comentario número seis lo hice para aclarar algunos detalles. Lo digo como contestación a alguno de los incisos de José Zapata. Lewis es una variante de Louis, y lo de la obsesión por las niñas de Carroll también tiene su parte en la historia.
    Un saludo.

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 18:27
  21. 21. Jose Zapata dice:

    Je. Debí leer todos los comentarios antes.

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 23:25
  22. 22. Earendil dice:

    José Zapata, en breve pasaré por tu relato.

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 23:40
  23. 23. Menta dice:

    Hola Earendil: Me ha gustado mucho tu relato. Me ha enganchado desde el principio y he aprendido que existe esta enfermedad de verdad. Has transmitido muy bien las angustias de la niña, las imágenes del circo, del laberinto. Al final, la desgraciada niña con una enfermedad rara se nos ha vuelto una asesina en potencia ¡qué miedo!
    Gracias por compartir tu escrito. Hasta pronto, Menta

    Escrito el 27 noviembre 2016 a las 00:39
  24. 24. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Earendil, tus comentarios son siempre constructivos y bienvenidos. De lo que se trata es de aprender y cada cual aportar su granito de arena con generosidad, sinceridad y respeto, como tú lo haces.
    Un cordial saludo

    Escrito el 29 noviembre 2016 a las 10:17
  25. 25. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola de nuevo, Earendil,
    Me ha encantado tu relato, has usado algunos símbolos del gran cuento que nos maravilló a todos de niños, pero el que has creado es totalmente tuyo. Sabes elegir contenidos interesantes e imaginativos, lo cual, unido a la claridad con la que están escritos, hace que el lector se quede con las ganas de seguir leyendo más.
    Felicidades

    Escrito el 29 noviembre 2016 a las 10:37

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