Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Uno - por Campanula

Web: http://lavieenrose-clau.blogspot.com.co/

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, y hay quienes lo conocen desde el momento de nacer, así fue para Andrés y para Carlos.

El 25 de Junio de 1983 a las 8:30 de la noche nacía Andrés, debido a lo complicado del parto una hora exacta después a las 9:30 llegaba Carlos. Desde ese preciso instante todos dijeron que eran como dos gotas de agua, imposibles de diferenciar.

Yo no los conocí hasta 5 años después cuando sus padres regresaron al país y los enviaron de vacaciones a la casa de la abuela, yo también estaba allí por aquella temporada y la verdad es que nunca había visto un par de gemelos, lo cual me causó tanta curiosidad que terminé persiguiéndolos a todas partes cada segundo del día y no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta que Andrés era un maldito bastardo, a mis 4 años no conocía aquellas palabras pero sí la sensación.

No creo que exista una palabra exacta para describir lo que era aquel chico, o al menos no la conozco, pero había algo en él que me producía un profundo temor, tenía una mirada que te congelaba y su sonrisa era como un mal augurio. Fue entonces que tomó la costumbre de “torturarme”; yo era su única prima y además era la menor, así que con cada oportunidad me pegaba, me insultaba y tomaba mis juguetes para destruirlos y siempre, sin excepción, me decía que si lo acusaba se pondría peor; Carlos siempre observo en silencio, nunca dijo nada…nunca, hasta aquel día.

Era una linda tarde, aún recuerdo sentir el aire como menta en mi cara y el color verde y dorado que rodeaba todo. Yo estaba jugando con mis muñecas en el patio trasero cuando llegó Andrés y me dijo que se quería disculpar, que me iba a mostrar algo bonito, y yo, con la inocencia de una niña de 4 años lo seguí. Cerca había un bosque, no tuvimos que caminar mucho para darme cuenta de lo que me tenía preparado, había tomado preso un pequeño animal, y pensaba obligarme a ver cómo lo torturaba, yo comencé a llorar y a suplicarle que no lo hiciera, pero él ni me escuchaba… cuando estaba a punto de comenzar su “juego” con su sonrisa mezquina y sus ojos vacíos Carlos le grito que nos dejara en paz. No dijo una palabra más, no se movió de su lugar, no sé por qué lo hizo, pero con eso fue suficiente para obligar a Andrés a dejarnos, desde aquel día jamás me volvió a molestar y Carlos y yo nos volvimos inseparables dejándole a Andrés al olvido.

Luego crecimos, Carlos estudiando derecho, yo diseño y Andrés se convirtió en un matón. “Tan parecidos por fuera pero tan distintos por dentro” decían ahora todos, y sin embargo seguían siendo imposibles de diferenciar. Tanto que el 5 de junio a las 10:30 pm un matón que iba por Andrés asesinó a Carlos.

Minutos después a las 10:35 de la noche sonaba el teléfono y mi madre contestaba para luego soltarme entre lágrimas que acababan de matar a mi primo, a lo que yo solo atinaba a contestar:

— ¿Andrés? —
— No. A Carlos, lo confundieron.

Aún recuerdo esas palabras haciendo eco en mi mente, ese Nombre que ahora suena tan lejano y el reloj digital que con letras rojas como la sangre dictaminaba la hora.

Aquella noche lloré tanto como nunca lo había hecho en mi vida, y odie más que nunca a Andrés, hubiera dado todo por yo misma ir y asesinarlo; sin embargo, con el tiempo entendí que solo había sido un chico que se había quedado solo demasiado pronto y a quien nunca nadie había querido salvar. Y era en esto que estaba pensando precisamente un año después en el aniversario de la muerte de Carlos, cuando a las 11:29 de la noche sonó mi teléfono y por alguna razón solo pude mirar el reloj.

— ¿Aló? —contesté.
— 1 hora, 1 año…Una mujer, uno fue el número que nos separó…tú me lo quitaste

Y entonces escuché el tiro al otro lado mientras el reloj marcaba con números grandes y del color de la sangre las 11:30 del 5 de Junio, aniversario de la muerte de Carlos y de su doble, Andrés.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

8 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    Me ha gustado. La idea es estupenda y la historia dinámica y ágil, aunque yo le habría dado un poco más de edad a esos niños de cuatro y cinco años, tal vez doce para la prima y catorce para los gemelos, te habría dado oportunidad de pintar aún más cabrito al Carlos… no, perdón, Andrés… espera… ¿O era Carlos?

    El final es tremebundo, el Andrés fue cabrón hasta para quitarse de en medio.

    La he disfrutado, oiga.

    Sigue escribiendo

    Un saludo.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 14:31
  2. Historia enigmática y atrapante. Tiene lo necesario para ser entretenida.¡Bien por eso!

    Fíjate que falta algunas tilde. La expresión “hubiera dado todo por yo misma ir” me resulta rara. Quizás suene mejor “hubiera dado todo por ir yo misma”.

    Espero leer tus próximas historias.

    Saludos.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 16:32
  3. 3. Wolfy27 dice:

    Me encantó no ver venir la muerte de Carlos, ¡aprecio mucho las historias imprevisibles!También encuentro correcta su estructura, pero deberías vigilar con los acentos, he notado a faltar algunos como en “observó”cuando dices “…, Carlos siempre observó en silencio, nunca dijo nada…”
    Y en “gritó” cuando dices “…Carlos le gritó que nos dejara en paz…”.
    Por otra parte creo que hay algunos errores gramaticales como la frase que ya ha marcado German Lanfranco. También estoy de acuerdo con SBMontero cuando te sugiere cambiar la edad de los personajes.
    ¡Un gusto leerte y gracias por comentar mi relato!

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 21:13
  4. 4. Marcos dice:

    A mí, como creo que al resto, nos ha gustado tu historia, atrapa al lector. Así que objetivo cumplido. En hora buena por la historia. Tu nivel es alto. Está bien escrita pero el asunto de tildes y comas hay que mejorarlo.

    Coincido con Germán Lanfranco en su observación y también me resulta rara la expresión: “Era una linda tarde, aún recuerdo sentir el aire como menta en mi cara y el color verde y dorado que rodeaba todo.” Yo habría puesto “Era una linda tarde, aún recuerdo sentir la brisa fresca como la menta en mi cara y el color verde y dorado que rodeaba todo.

    Muy gustosa la lectura, sin duda tomo nota para ideas. Espero serte de ayuda.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 21:37
  5. 5. campanula dice:

    Hola a todos, mil gracias por haberse pasado por acá y haber comentado, tienen razón con lo de las tildes y comas, la verdad es que siempre he tenido problema con ellas y estoy tratando de mejorar pero se me siguen pasando algunas, obvio trataré de mejorar ese aspecto, sobre la frase “hubiera dado todo por ir yo misma” la verdad es que a mi también me pareció rara, pero como que no logré dar con como ponerla mejor :/ ….

    Chicos un placer haberlos leído y que se hayan pasado por acá, nos seguiremos leyendo

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 13:39
  6. Hola, Campanula, creo que no te había leído nunca. Me alegro de haberlo hecho. has escrito una historia fresca, con el olor a menta en la cara, el bosque cercano, y a la vez dramática y con un final violento e inesperado. Una mezcla hábil e interesante de tonos, sabores y colores, hecha de contrastes. El desenlace, es verdad, resulta inesperado y por esto más intenso. Ya te han corregido algunas erratas, así que no las repito. Un gusto leerte y hasta el próximo encuentro.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 22:47
  7. 7. Don Kendall dice:

    Hola campanula
    Me gusta esta escena que presentas aprovechando el doble. Dos gemelos bien diferenciados, buen recurso la diferencia de una hora en el nacimiento. Bien resuelta. En resumen un buen ejercicio que pude dar mucho de sí.
    Hay algún detalle que tal vez podrías revisar, tú eres el autor/autora desde luego y poco tengo que decir, pero a mí como lector me gustaría más :
    * 1 hora, 1 año…Una mujer. Cambiaría las cifras por, Una hora, un año..
    * aniversario de la muerte de Carlos y de su doble Andrés. Suprimiría las palabras su doble.
    Muchas gracias por compartir tu trabajo
    Un abrazo

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 19:56
  8. 8. campanula dice:

    Hola María Kersimon, que bonito lo que has escrito, me agrada mucho lo que has dicho espero que nos podamos seguir leyendo en próximas ocasiones.

    Don Kendall, gracias por pasar por acá y leerme, tomaré en cuento tus consejos y estaré atenta a seguirnos leyendo.

    Feliz día a ambos

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 13:34

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.