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TÚ TAMBIÉN - por CARMELILLA

TÚ TAMBIÉN

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, pero Carlos, no. Realmente piensa que como él, nadie. Y como se siente único también quiere que los demás le vean sólo a él. ¿Qué significa eso? Fácil: llega, pisa, invade, arrasa y conquista.
Realmente le va bien. Mírale: el ejecutivo más impresionante de la multinacional más importante de Madrid. Un año lleva en la empresa y ya está casi en lo más alto. Llegó y deslumbró con su presencia física, con su oratoria fina y elegante, con sus buenas maneras y sus múltiples másteres.
Se fijó en Sonia, bueno más bien, en el puesto que ocupaba, y decidió que quería ocuparlo él. Necesitó poco tiempo para conseguirlo. Con su mágica e hipnótica verborrea, levantó un rumor tras otro sobre ella, hasta que nadie pudo mirarla sin ver a la «promiscua y sucia Sonia». Y Sonia sin comprender lo que pasaba comenzó a recibir anónimos constantes: ¿Cuánto cobras conejita? ¿en tu casa o en la mía?«a las ocho estoy libre y mi amigo a las ocho y cuarto, pero podemos ser más si quieres»…De los anónimos, pasaron a las miradas lascivas e hirientes y de éstas a los insultos cuando Sonia se encaraba porque seguía sin comprender lo que estaba pasando. No lo resistió más y se marchó. Dejó el campo libre y Carlos extendió su tienda de campaña y acampó.
Ya estaba más cerca, realmente muy cerca del siguiente objetivo.
Miguel. Se llamaba Miguel. Su despacho, exactamente al lado del despacho del presidente de la empresa. Su labor: la vicepresidencia. Su pecado: ser envidiado por Carlos. Su error: no darse cuenta. Y Carlos se convirtió en su mano derecha; en su mejor amigo; en su acertado consejero; en padrino de su primer hijo; en el amante de su mujer; en el verdadero padre biológico de su hijo…y en su verdugo silencioso. Un día la verdad apareció por la puerta del despacho de la plante dieciséis y Miguel salió por la ventana. Carlos y sus lágrimas fueron a su entierro, abrazaron a la mujer de Miguel y al bebé y se despidió de ellos para siempre. Tenía mucho trabajo por delante.
Y aquí está, prepotente, arrogante y, aunque me cueste reconocerlo, muy elegante. Admirado por todos y todas. Bañándose con las embelesadas miradas y los constante elogios. Llenando su cuenta con rapidez. Disfrutando del poder y la influencia. Machacando con sutileza a cualquiera sobre el que caiga sus sospechas de convertirse en la sombra que congele su éxito. Gastando dinero a espuertas y preparando su siguiente objetivo: la presidencia.
Carlos tiene claro que las personas normales tienen un doble en alguna parte pero también tiene claro que las personas excepcionales, como él, no . Cuando mira a su alrededor, da igual lo acompañado que esté, sólo se ve así mismo.
Y ahora Carlos se ha comprado una mansión que ha llenado de lujo y sirvientes, dónde da unas fiestas insuperables y vive como el único Rey.
Hoy me he presentado en su casa, antes de tiempo, por sorpresa. No me esperaba hasta la semana que viene, pero me he tenido que adelantar. Carlos es muy hábil y resuelve sus deseos con rapidez y ya tiene el punto de mira muy claro.
Mis incrustaciones de swarovski en tonos azulados, haber vivido durante varias generaciones en el Castillo de Lichtenstein y ser caro, muy caro, resultó convincente para que Carlos me adquiriera.
Espero con ansiedad el momento de nuestro encuentro. Estoy en el gran hall de su mansión, ha dado orden al servicio de que me quede allí. Él bajará enseguida.
Aquí está: soberbio; impecable. Con esa seductora sonrisa y con ganas de verse así mismo una vez más, quiere ver a su único doble. Necesita calmar su ego y ver su reflejo en el espejo más caro del mundo. Se planta ante mí y le muestro a su doble.
Entonces se ve: piel ajada; pelo escaso y pobre; ojos tristes que descansan sobre grandes bolsas; labios casi vacíos, sin color. Aura oscura. No está solo, le acompañan Sonia y Miguel que le observan sin decir nada.
Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, Carlos también.

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15 comentarios

  1. 1. Elba dice:

    Hola Carmelilla. Después de leer tu relato, tengo una sensación agridulce, no por tu forma de escribir, sino todo lo contrario. Me has llevado de la mano a experimentar unas sensaciones, que solamente desde tu buen hacer, las he vivido en primera persona. Te doy mi enhorabuena. Espero poder leer más relatos tuyos.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 14:10
  2. 2. Guiomar de zahara dice:

    Carmelilla: tu relato lo he leído de un tirón; creo que no he parado ni para respirar.
    ¡Hay tantos Carlos como ese a nuestro alrededor! que la historia también contada, me ha parecido tan real, como si la estuviera viviendo. De puntos comas y demás no he visto -a priori- nada importante. ¡Enhorabuena!

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 16:30
  3. 3. Leosinprisa dice:

    Hola Carmelilla,

    decir que me he quedado con las ganas de que su reflejo en el espejo le agarrase y lo trasladara directo al infierno, donde tendría a su cargo la sección de contabilidad de inflamables por perpetuidad 🙂

    Me imagino que un personaje sin conciencia como este individuo bastante tiene con lo que al final le quedara. Nada, porque nada se obtiene solo con cosas si se olvida del cariño de las personas.

    Ese será su castigo y maldición.

    Me he explayado bien :), pero es que tenía ganas de darle un final más concluyente. Perdoname por esta intrusión en tu entretenido, eficaz y verídico retrato de un tipo de sociedad que no causa más que dolor al mundo.

    Ha sido un placer leert. Un saludo.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 21:04
  4. 4. Menta dice:

    Hola Carmelilla: Me ha gustado mucho tu relato. ¡Vaya personaje! La pena es que no te lo has inventado, que todos hemos tenido a nuestro lado un ser parecido. Pero tú lo has sabido describir de maravilla. Mi enhorabuena y mi agradecimiento por haberlo compartido con todos nosotros.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 23:21
  5. 5. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Carmelilla, vaya peldaños que tuvo que escalar Carlos para llegar a donde quería sin respetar valores, pero tu vas mas allá y lo llevas ante la verdadera escalinata de nuestra vida.¿Hay elevador o de allá nada mas los empujan? Gran ingenio el tuyo, su doble lo esperaba para juzgarlo.¿Acaso su conciencia?. Excelente te Felicito.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 17:27
  6. 6. Jose Luis dice:

    Hola Carmelilla
    Gracias por leer mi relato
    El narrador de tu cuento resulta que es un espejo, pero no lo vi venir hasta justo el final. Eso demuestra que has realizado un buen trabajo en la narración, en las descripciones y en la estructura del relato, dejando bien preparado el final sorpresa. Muy buen trabajo.
    Un saludo

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 19:42
  7. 7. SBMontero dice:

    Mucha gente cree que un psicópata es un tipo que se dedica a destripar gente y a guardar sus lenguas como trofeo, cuando en realidad los verdaderamente peligrosos se dedican a ocupar altos puestos en lejanos consejos de administración que dejan sin luz a las ancianas, o que, simplemente, recortan fondos a los efectivos que deberían velar para que nadie muera ahogado atravesando el Mediterráneo.

    Hay más psicópatas ejerciendo de respetables sociópatas de lo que quisiéramos reconocer.

    Me ha encantado. El texto tiene una mala baba intrínseca que, ya verás, mucha gente ni pillará, pero ahí está. Es una mala baba que me gustaría seguir leyendo en otros de sus relatos en el futuro, eh.

    Hay algún defectillo de forma, pero nada que no se solucione con alguna bagatela.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 00:26
  8. 8. Vespasiano dice:

    Hola Carmelilla:
    De verdad que no acabo de entender ese diminutivo cariñoso que utilizas como seudónimo.
    Sin querer plagiar a SBMontero permíteme que te diga Doña Carmen.
    Tu historia está perfectamente contada y como soy un poco mayor he tenido tiempo de conocer a gente a las que se podría aplicar esos atributos.
    Concretamente tuve un compañero en la última empresa que trabajé, al que yo rebauticé como “Maquiavelo”. No sé cómo le irá en la vida actualmente, pues el antiguo gerente de la empresa y yo nos jubilamos hace años y le perdí la pista, pero seguro que habrá sabido engancharse fuertemente de las partes colgantes del nuevo gerente.
    El final de tu relato me ha recordado la novela titulada: “El retrato de Dorian Grey”.
    Enhorabuena por la buena escritura.
    Felicidades.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 12:43
  9. 9. Marikiya dice:

    Hola Carmelilla;
    Me ha encantado tu relato, la descripción de Carlos es tan minuciosa que parecía que lo conocía. Supongo que hay demasiadas personas como él en este mundo.
    En cuanto a la gramática, sigo aprendiendo de ti porque me parece que usas las reglas de forma correcta.
    Esperando a la siguiente escena para leerte y seguir aprendiendo.
    !Gran trabajo¡
    Un saludo.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 16:22
  10. 10. Marisa dice:

    Hola Carmelilla. Gracias por pasar por mi relato y por tus devoluciones. Quiero aclararte que no puse identificación alguna de cumplir con la opcional.
    Respecto de tu relato, me gusta el ritmo, el personaje, la idea. No me resulta verosímil el uso del fantástico.
    A seguir! Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 17:07
  11. 11. Luis Ponce dice:

    Hola Carmelilla:
    Gracias por tus comentarios en mi relato. Acepto tu colaboración para encapsular al tipejo, podríamos utilizar algo de vudú literario.
    Tu relato es perfecto, casi perfecto. No sé si el orden es el correcto: llega, pisa, invade, arrasa y conquista, o conquista antes de arrasar.
    Es la imagen contundente del representante de una escuela que está en todas las actividades: de la banca a los deportes y ni se diga de la política.
    Lo pintas de la manera más nítida posible sin sobra ni falta de términos.
    Estaré en los primeros puestos de lectura de tus relatos.
    Te felicito.

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 13:31
  12. 12. Carolina Tribó dice:

    Hola Carmelilla!!

    Muchas gracias por tu visita y tu comentario.

    Menudo personaje el tal Carlos, y como dicen los compañeros, hay muchos Carlos en nuestras vidas…

    Del texto, poco que añadir: bien escrito, de lectura fácil…

    Un saludo!!

    Escrito el 23 noviembre 2016 a las 18:21
  13. 13. Baltasar dice:

    Hola, Carmelilla: Me suena a Sevilla o algo así tu nombre. ¿Cierto?
    Muchísimas gracias, Carmelilla, por tu lectura y por cuanto me dices. Incluso por esa idea de poder continuarlo. A lo mejor.
    Así que demasiadas comas, ¿eh? «Fácil: llega, pisa, invade, arrasa y conquista». (veni, vidi, vici)Y ahora me dices: asíndeton. Tú sabes que el uso de la coma puede ser opcional u obligatoria. Me preocupan las obligatorias, créeme, aunque a veces puede que me pase en las opcionales.
    Tú dices:« Se fijó en Sonia, bueno más bien, en el puesto que ocupaba»
    Yo hubiera escrito: Se fijó en Sonia, bueno, más bien en el puesto que ocupaba.
    Y por supuesto que no la hubiera omitido ante ese «pero también tiene claro, etc.», donde entiendo que es obligatoria…
    Y aquí me paro, porque está tan fenomenalmente escrito, que ni me atrevo a continuar. Escribes que da gusto leerte. Felicidades.
    Saludos grandes desde Maddrid

    Escrito el 25 noviembre 2016 a las 18:33
  14. 14. Peter Walley dice:

    Hola Carmelilla,

    Me ha encantado la historia, y según la leía me iba preguntando quién era el narrador para que se diera el reto por cumplido…y cuando he llegado al final me ha parecido una pasada. Mis felicitaciones.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 27 noviembre 2016 a las 19:01
  15. 15. Clau Cruz dice:

    Hola Carmelilla…
    Cómo siempre, tus relatos muy, pero muy buenos…
    No he podido participar en estos meses, pero no podía dejar de buscar tu relato…
    ¡Felicidades!… en verdad que siempre ¡es un gusto leerte!

    Saludos

    Escrito el 13 diciembre 2016 a las 23:24

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