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NO QUISE BUSCAR LA RESPUESTA - por Roger/NHICAP

«Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte». Concha dijo la frase mirando a Yago, la soltó sin más, ¡ahí va eso!, mientras cenábamos un sabroso sargo al horno. Yago Perouto ni se inmutó, parecía estar en éxtasis paladeando el trago de mencía blanco; mejor así.

Recuerdo que le lancé una mirada penetrante y ella se sonrojó, intuyó mi malestar por esas palabras que no venían a cuento. Realmente me hubiese gustado huir lejos de mi mismo, las dudas quemaban mi alma de nuevo ¡Qué inoportuna!

Al quedarnos solos, miña rula se excusó. «Perdóname Milucho, sabes que estoy descentrada. No sé por qué dije esa tontería, imagino lo que pasó por tu cabeza». No se equivocaba, visualicé las imágenes de hace treinta y tres años, cuando rompí con Tino; éramos uña y carta.

De pronto, se excitó. «Fui adúltera prematura, él me humillaba a diario y volví a tus brazos ¡Espero que le ajusten las cuentas en la otra vida!». Me acerqué, tomé sus manos y callé para no ahondar en su amargura. Cuando se casaron, el era un ser amoral sin mimbres para el matrimonio, un hijo de puta que nunca quiso formar un hogar.

A Concha le había trastornado la noticia recibida ayer: Tino Perouto había muerto el mes pasado, en Caracas ¡Cómo se burló el cabronazo! Resultó que no se lo había tragado el océano treinta años atrás, tal como concluyeron la Guardia Civil y el juez, simplemente había abandonado Ledicia para siempre; desapareció sin dejar rastro. Así que la apreté fuerte contra mi cuerpo, besé su boca con vehemencia, le desabroché de un tirón la blusa…. A las dos de la madrugada, ella dormía; yo no.

Mi pasado con Tino había tejido una telaraña en el cerebro donde quedó atrapado el sueño; y la mente anclada en aquellos recuerdos. Desde críos me engancharon sus divertidas trastadas y nos hicimos inseparables; hermanos siameses, nos decían. De rapaces andábamos a nuestro aire, exprimíamos los días descubriendo todo tipo de experiencias, cabalgábamos veloces a lomos de nuestra juventud como si tuviésemos que hacernos hombres de golpe ¡Ale hop!

Era un tipo listo, gran seductor, tenía madera de líder y necesitaba ser el mejor en todo. Al principio, compartimos de forma espontánea nuestras personalidades distintas, el ciclón frente a la calma, en un equilibrio inestable. Con el tiempo, la balanza se fue inclinando hacia el lado equivocado, el contrario a mis principios; entonces aparecieron los desencuentros. Su creciente altanería hizo el resto y nos alejamos, más aún al rodearse de gente sin escrúpulos, una canallesca variopinta. Al final, dejamos de mariscar juntos y me enrolé en un palangrero.

Nunca me lo perdonó, y esperó la ocasión para vengarse en la pobre Concha; siempre le costó admitir que ella me hubiese elegido desde edad temprana. ¡Y la cagué!, fui un atontado, un imbécil, al no advertir el peligro cuando me alisté por tres años como patrón del Miudiño, un pesquero que faenaba en la costa africana del Atlántico Sur ¡Menudo gilipollas!

Y en esas apareció Tino ¡Me la jugó bien el cabrón! No era el más refinado, pero si tenía buena mano para enamorar a las mozas con sutil galantería. Aprovechó mi ausencia para seducirla, enseguida la embarazó y se casaron de prisa, ¡faltaría más!, había que proteger el buen nombre de la mujer, y el honor familiar, como exigían las costumbres de aquella sociedad ¡Cumplí un sueño, si, pero perdí a miña ruliña!

Cuando regresé del mar, el matrimonio no carburaba. Ella se rehacía de una fuerte depresión, consecuencia del aborto fortuito que sufrió tras la boda, y él andaba entonces en Portugal, trapicheaba en el contrabando de tabaco, una manera de completar sus ingresos de percebeiro.

Llevaba una vida desordenada, metido en juergas nocturnas y con deudas de juego, así que me propuse recuperar a Concha. Me hice con el traspaso del Tarambana y la contraté de cocinera: buen sueldo y también, comida gratis para su marido. Las cosas mejoraron: éramos amantes fugaces, en encuentros a escondidas. A los ocho meses, todo se precipitó: Tino desapareció cuando ella estaba a punto de dar a luz.

De aquella, me preguntaba si abandonó Ledicia por hacer mal, fue por cobardía, o renunció para pagar su penitencia. Pensé que si buscaba esa respuesta surgirían preguntas, alguna no deseada, por eso decidí enterrar el pasado para siempre. Empecé una nueva vida junto a la esposa del ahogado y el recién nacido, y quise a Yago como un hijo aunque no llevase mi apellido.

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11 comentarios

  1. 1. Roger/NHICAP dice:

    Nota para los posibles lectores.
    El relato, como el de octubre, parte del que me publicaron en el recopilatorio 2015/2016 “Almas junto al mar”.
    Por los requerimientos de la escena, mi Yago Perouto aparece como personaje pasivo y el protagonismo lo asumen Milucho y Tino Perouto, con Concha de referente.
    Dos aclaraciones de léxico.
    -Miña rula en gallego es una forma cariñosa de referirse a una mujer, algo así como mi paloma. Miña ruliña añade ternura.
    -De aquella, es una licencia mía, traducción literal de la palabra gallega “daquela” que significa “entonces” en castellano. Sorry.
    Buena lectura a todos.
    Un abrazo

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 17:08
  2. 2. José M Quintero dice:

    Hola Roger.
    Me ha gustado tu relato pero he tenido que leerlo dos veces para poder comprenderlo.
    Aún asi es una historia increible, bien narrada. Las frases coloquiales aunque un poco confusa, por no saber su significado, le inyecta un poco de realismo a la historia.
    Excelente trabajo. Felicitaciones.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 01:13
  3. 3. SBMontero dice:

    Seamos serios, es un lío del demonio y, con sinceridad, sino hubieras aclarado en los comentarios que venía de otro relato anterior, bueno, es igual, es un lío del demonio.

    Tengo que decir que los localismos, junto al follón que has montado ahí me han hecho tener alucinaciones auditivas, para mi que por momentos escuché de fondo Mi Vida eres Tú, de Rudy La Scala.

    Fuera de esto soy absolutamente incapaz de hacer una crítica con fundamento del texto, que no relato, porque NO es un relato.

    Un saludo.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 14:02
  4. 4. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Roger, una historia muy bien desarrollada, pero que me dejó un algo en blanco que no cerraba el circulo de mi entendimiento. Antes de llegar al desenlace me había propuesto a leer tu trabajo por segunda vez pero al llegar al final y conocer la identidad de Yago todo se aclaró. Felicidades.
    Gracias por tu visita en el taller pasado al cual llegué muy tarde.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 04:21
  5. 5. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Roger/NHICAP, me agrada el discurrir de tu relato. Sobresale allí tu habilidad para entretejer las historias con dinamismo.
    Saludos.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 22:17
  6. 6. David Rubio dice:

    ¡Hola Roger!
    Yo sí voy a ser serio y voy a intentar hacer una crítica con fundamento, constructiva, que es de lo que se trata en Literautas y no de hacer comentarios estúpidos e innecesarios como el nº 3 (si no lo digo reviento)

    Entrando en lo que importa. Para evitar problemas de comprensión lectora en un relato, pienso que es básico que el inicio sitúe al lector. Desde el primer momento, el lector quiere saber quién le cuenta la historia y visualizar qué hace el protagonista. Se trata de darle de inicio una piedra solida en la que situarse para comprender desde ahí el desarrollo de la historia.

    Te transcribo el inicio del relato y entre paréntesis te anoto lo que percibí en la primera lectura:

    «Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte». Concha dijo la frase mirando a Yago, la soltó sin más, ¡ahí va eso!, mientras cenábamos un sabroso sargo al horno.(Bien, nos narra la historia alguien que está en la cena pero que no es Concha ni Yago) Yago Perouto ni se inmutó (primer problema: luego sabremos que es el hijo, pero aquí para el lector es solo un personaje del que no conocemos su relación, ni si es niño, joven o adulto), parecía estar en éxtasis paladeando el trago de mencía blanco; mejor así.

    Recuerdo que le lancé una mirada penetrante y ella se sonrojó, intuyó mi malestar por esas palabras que no venían a cuento. Realmente me hubiese gustado huir lejos de mi mismo, las dudas quemaban mi alma de nuevo ¡Qué inoportuna!

    Al quedarnos solos, miña rula se excusó. «Perdóname Milucho, sabes que estoy descentrada. No sé por qué dije esa tontería, imagino lo que pasó por tu cabeza». No se equivocaba, visualicé las imágenes de hace treinta y tres años, cuando rompí con Tino; éramos uña y carta.(Aquí se produce el problema: No sabemos qué relación une al narrador con Concha, además ese “rompí con Tino” sugiere una relación de amor, no de amistad entre el narrador y Tino. Como no se ha visualizado el papel de cada personaje en el inicio, cuando el lector va asignando funciones a los personajes se encuentra con que 1. No sabe quién es Yago, 2. Desconoce qué relación tiene Concha con Milucho 3. Piensa que el narrador tuvo un lío con Tino.)

    En la continuación:
    De pronto, se excitó. «Fui adúltera prematura, él me humillaba a diario y volví a tus brazos ¡Espero que le ajusten las cuentas en la otra vida!». Me acerqué, tomé sus manos y callé para no ahondar en su amargura. Cuando se casaron, el era un ser amoral sin mimbres para el matrimonio, un hijo de puta que nunca quiso formar un hogar. (Aquí, como seguimos sin conocer los papeles de los personajes, el lector se pregunta ¿con quién se casó? Si el párrafo anterior termina con el conflicto de Tino con el narrador, el lector espera en el siguiente el desarrollo de esa relación, aunque no sepa todavía que une unos personajes con otros. Pero, en cambio, se encuentra con que Concha habla de un matrimonio fracasado, no sabemos con quien, y el narrador dice que “cuando se casaron” lo que lo aleja de toda relación con Concha.

    Es decir, en ese punto del relato, se exige al lector que guarde en su mente a Yago, sin saber quien es ni qué representa, que tenga presente un conflicto del narrador con Tino, sin saber de qué índole, con una referencia a un doble indeterminado y, además, que Concha tuvo una relación con alguien que acabó mal. Como ves el lector tiene demasiadas incertidumbres en cuanto a la función de los personajes y en cuanto al conflicto. ¿Es un problema de Concha con Yago, de Concha con el narrador, del narrador con Tino, de Concha con su exmarido?
    Creo que si se dejara claro quien es cada uno, Yago un niño, Concha y el narrador, marido y mujer, y Tino su exmarido se conseguiría ese poner en situación al lector para que, a continuación, el narrador cuente su historia con Tino.

    Si no he sabido explicarme házmelo saber.

    Salvado ese problema inicial, y una vez situados los personajes, el resto de la historia no tiene problemas de comprensión. Podrá gustar más o menos, personalmente para relatos cortos prefiero escenas más puntuales y concretas que no historias “de una vida”. Pero eso ya tiene que ver más con gustos.

    Otra cosilla que no termina de convencerme son las expresiones exclamativas que abundan en el relato. Creo que lejos de aportar tensión, provocan una distensión que, para una historia dramática no le viene demasiado bien. No sé que te parece.

    Espero que estas observaciones te sean de utilidad, cualquier duda acerca de las mismas me lo dices.

    Un fuerte abrazo

    Escrito el 23 noviembre 2016 a las 02:56
  7. 7. Roger/NHICAP dice:

    Gracias a José M Quintero, Osvaldo, Leonardo y David, por vuestro tiempo y comentarios. Llevo una semana muy complicada y solo he podido comentar los tres relatos siguientes al mío, espero pasar por los vuestros este finde.
    David, explicas muy bien el problema del relato. Soy consciente del mismo, fui ingenuo al pensar que cualquier lector identificaría bien a los personajes por ser protagonistas de dos relatos anteriores. Tomo nota, y trataré de corregir el asunto.
    David sobre el comentario nº3,creo que el tono empleado al expresar la crítica a mi relato, descalifica a su autor. Prefiero ignorar a esa tipo de individuos y me alegra conocer lo que tu opinas al respecto.
    Gracias y un abrazo a los cuatro.

    Escrito el 25 noviembre 2016 a las 10:15
  8. 8. Peter Walley dice:

    Hola Roger,

    Coincido un poco con lo que dice David, el relato está bien pero necesita que el lector sea consciente de los otros que has escrito con los mismos personajes…quizás estaría mejor en un blog en el que se pueden poner todos seguidos como un mosaico.

    Por un momento soñé con que Concha fuese un trasunto de la ardorosa Adelita 😉 tendré que esperar 🙂

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 27 noviembre 2016 a las 19:14
  9. 9. marazul dice:

    Hola Roger: hay mucho argumento en tu relato. Tal vez por ese motivo en una primera lectura el lector no se haga con todo el tema que encierra. Al leerlo un par de veces más y hacernos con todos los personajes que aparecen en tu historia, vamos entendiendo. El problema es que en 750 palabras es difícil concentrarlo todo.
    Haces una buena descripción de la amistad que de niños tuvieron Milucho y Tino. También de la personalidad de este último, y nos ambientas el relato en un pueblo de pescadores en Galicia. Es una historia que pudiera ser muy real, lo mismo que la conmoción que sienten sus protagonistas al revivir el pasado.
    Me gustan las historias en donde esté presente el mar…Tanto los nombres elegidos como las expresiones localistas: “miña rula” etc…le dan mucha ternura al relato.
    Un saludo muy cordial, Roger

    Escrito el 27 noviembre 2016 a las 20:45
  10. 10. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Roger! Perdona por mi tardanza al responderte con mi visita a tu relato. Me pareció una historia interesante. Sin embargo, encuentro errores en la forma que hacen la lectura algo tediosa, como el exceso de comas no acertadas; deberías cambiarlas por puntos o por puntos y comas. Otras veces, hay ausencia de puntos finales.
    Yo también pienso que es un relato con mucho argumento, pero te felicito. ¡Seguimos leyéndonos! Un saludo. ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 27 noviembre 2016 a las 21:30
  11. 11. Roger/NHICAP dice:

    Hola Oda,
    Gracias por pasarte y tomo nota de tus sugerencias. Suerte este mes.
    Un abrazo

    Escrito el 1 diciembre 2016 a las 17:41

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