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Tras de ti - por Lluvia

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte… pero, ¿qué pasa cuando lo eres tú mismo? Sí, tú, que estás leyendo esto, deberías asumir la realidad. Es un hecho que, dentro de ti, en algún lugar recóndito, o quizá no tanto, de tu interior escondes esa parte, esa que crees no tener, que querrías no tener. Esa que sólo cabe calificarse como cruel.
Lo sé… Niegas su existencia, sigues firme en tu creencia de que no hablo de ti, eres la excepción, ¿verdad? Pero no.
Hace tiempo que te observo, no cuento los días, pero fueron suficientes para conocer tus miedos, aquellos que nadie más conoce. Es fácil creer que el fingir funciona y aún más cuando se sabe cómo cierta la ceguera de aquellos que miran.
Mientras te escribo esto, no puedo evitar recordar la crispación de tu rostro, el asco que curvó tus facciones mientras contemplabas tu reflejo con odio, queriendo borrar todo rastro, todo recuerdo. Querías destruir lo que habías hecho, lo que te habías hecho. Nadie tendría porqué saberlo nunca, ¿verdad? pero ahí estaba, plasmado a fuego en tus ojos. Veía tu lucha reflejada, cada vez que volvías a centrarte en ellos, esperando que desapareciera, pero ya era tarde, imposible de borrar algo que yace tan adentro.
No quieres culparte, es demasiada carga, la espiral aumenta y amenaza con tragarte entera. No hay excusas, sabías que eras responsable y no había ya nada que pudieras hacer por cambiarlo. ¿Por qué tiemblas? ¿Tan segura estabas de la ausencia de todos más allá de ti? De nuevo, error. Nunca estás sola.
Sé que sabes de lo que hablo. No arrugues la hoja, aún no, sabes que aunque lo hagas acabarás por recomponerla, eres demasiado cobarde como para dejar que alguien más sepa.
Puedes correr, tratar de huir, pero nunca podrás escapar de mí.
Soy ese miedo que te consume cuando se te revuelve el estómago al contemplar tu reflejo. Soy esa rabia que expulsas en ti cuando todo va mal. Soy quien te contempla mientras cargas contra ti todas tus fuerzas, cuando no escuchas ni ves nada más allá del resquebrajo de tu piel. Soy quien escucha tus sollozos, cuando no eres suficiente. Y sigo ahí cada mañana cuando tratas de esconder los despojos debajo de esa sonrisa tan bonita, o quizá no.
¿Aún desconoces mi identidad? Llevo toda la vida a tu lado, limitándote y frenándote una y otra vez. Siempre te recordaré que no puedes, que no lo lograrás. Estaré ahí cada día durante toda tu vida asegurando tu fracaso.
Soy tu inseguridad. Soy esa parte de ti que crece día a día, escapando tú control y que logra acrecentarse sin que sepas como pararlo.
Soy tu otra cara, la que escondes cuando alguien mira, la que te hace vivir con miedo y genera barreras que quizá sean imposibles de derribar cuando lo quieras.
Soy tu odio, tu debilidad más profunda.
Pero al final y pese a todo, sigo siendo tú.

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6 comentarios

  1. 1. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Lluvia, con un escrito tan bien llevado siento que estoy ante un confesor que conoce todos mis pecados, por eso y buscando mi tranquilidad interna te pido que me des lo que se requiera de penitencia(tres padres nuestros o diez avemarías) para liberarme de culpas. Ya me adelante con la señal de la cruz. Te felicito.

    me tocó ser tu comentarista.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 21:26
  2. 2. Laura dice:

    Hola Lluvia. Soy Laura del 121.
    Gran enfoque de la temática! Con un yo así no se necesitan enemigos.
    Me gustó la forma en que está escrito. La dinámica lleva a seguir y seguir leyendo.
    ¿No pueden reconciliarse desde la fortaleza que tiene ese yo interior tan poderoso?
    Espero tus nuevos textos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 10:28
  3. 3. Rosalia DS dice:

    Soy nueva en eso de comentar textos. Pero tengo que decirte que me se me ha encogido el corazón al leer tu relato.
    Desde el principio hasta el final no he podido despegar los ojos de él.
    Incluso creó que puede llegar a ser JNA buena trama para una novela.
    Buscar nuestros inconscientes, que son muchos, pueden llevarnos a saber quienes somos en realidad y desdoblarnos totalmente.
    Mucha suerte y ánimos.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 12:01
  4. 4. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Lluvia

    Me he quedado sin palabras, los relatos narrados en segunda persona son muy arriesgados, tienen que hacer que el lector se identifique con el personaje y se meta en su propia piel, y desde el principio tu relato me ha hecho ponerme en guardia, como si el narrador estuviera con su discurso apuntándome con el dedo. Me identifico con lo que ha dicho sobre él Osvaldo Mario Vela Sáenz, libérame de culpas que yo voy rezando…

    * “Nadie tendría porqué saberlo”: sería POR QUÉ, separado
    (http://www.rae.es/consultas/porque-porque-por-que-por-que)
    * cuando se sabe cómo cierta: sería COMO, sin acento.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 13:38
  5. 5. beba dice:

    Hola,Lluvia:Me gustó tu texto. Luce pulcro,correcto y expresivo.
    Aunque no es ub relato dinámico,motiva a la lectura y a la reflexión.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 18:41
  6. 6. K. Marce dice:

    Saludos Lluvia:

    Muchas gracias por leer y comentar mi relato, así que estoy haciendo un espacio para poder ir visitando a quienes tan gentilmente lo han hecho al mío.

    No hay mucho que decir, en referencia a las mejoras, no hubo gran cosa que me saltara a los ojos, que no te hayan dicho ya. Así que creo que ha sido un texto muy cuidado y pulcro.
    Te confieso, que no soy fan de los textos en segunda persona; los considero muy invasivos. No son fáciles de dominar, por lo que muchas veces se corre el riesgo de no llevar a cabo su objetivo. En este caso, sí que fue invasivo, no sólo por ser en segunda persona, sino “hablarme a mí de mí”. Aunque honestamente, no me sentí identificada ni con la narradora, ni con la persona de quien se narraba. Es un gusto muy personal, y nada tiene que ver con tu escrito.
    Un consejo, cuando narres en segunda persona, debes hacerlo neutral, todo el texto para ser escrito con la descripción de una mujer; por lo que admiro a los compañeros varones que pese a esto, se sintieron “señalados”. Ya con esto has logrado un éxito, porque tocaste la fibra de algunos.

    El texto no encaja en una escena en si misma, es más un monologo interior; recuerda que una escena debe contener: introducción, contenido y desenlace o resolución. Todo esto entregado con respeto, cumpliendo las normativas de la evualuación que nos pide el taller. Aunque sí cumpliste a cabalidad el reto de la narración desde el antagónico.

    Lo que me ha gustado es la instrospección de una persona temerosa y reprimida, quizá dominada por sus inseguridades. Siempre he considerado que muchas personas, su peor enemigo son ellos mismos. Así que espero que la protagonista, logré vencer esos obstaculos que parecen encadenar su vida a los fracasos y no ver sus cualidades que es lo que nos ayuda a salir del cascarón.

    Tengo mucha curiosidad por lo que puedes ofrecer, es seguro que buscaré el próximo reto. ¡Nos leemos!

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 00:34

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