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Almas traicioneras - por Thelma López Lara

Almas traicioneras

“Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, pero muy difícil que todos tengamos un alma gemela”, eso solía decir siempre mi abuela materna, dejando escapar un suspiro muy profundo. Como si desde ese entonces, ella adivinara lo que a su única nieta le esperaba. Por dicha, que ahora los recuerdos vienen y van, pero no se quedan anclados como antes. Esa semana, mi novio Alejandro y yo, habíamos decidido visitar a unos inversionistas mejicanos, para finiquitar unos negocios. Los dos trabajábamos en lo mismo, éramos corredores de bienes raíces. Teníamos planeado después de ese viaje realizar nuestra fiesta de compromiso. Ese fin de semana yo salí rumbo a México, unas horas antes que mi prometido, por aquello de algún retraso, porque a él se le había presentado a última hora una reunión.

Llegué al hotel antes del mediodía. Recuerdo que la habitación que nos habían asignado, tenía en el ambiente un olor como a flores silvestres. Era acogedora, relajante, transmitía mucha tranquilidad. Me tiré a la cama, a imaginarme lo bien que la iba a pasar con mi futuro esposo. Pasado un rato, me levanté, tomé mi celular, las llaves y salí en busca de unos cigarrillos. Cuando regresé al aposento, encontré la puerta abierta, no tuve ni tiempo para reaccionar. En ese momento salió una mujer con el carrito de los implementos de limpieza. Cuando ella levantó su rostro para saludarme, sentí en ese momento que me estaba mirando en un espejo. De la impresión, solté todo lo que llevaba en las manos. De inmediato la mujer los recogió y me los entregó, pidiéndome disculpas constante- mente. Yo enmudecí e ingresé de inmediato a la habitación. Me puse a caminar como loca, de un lado para otro, con la cabeza cargada de preguntas, que rebotaban como pelota en pared. Ese día, Alejandro llegó a altas horas de la noche, yo ya estaba dormida, con costo lo saludé, no pude contarle lo sucedido. Al día siguiente salimos temprano para reunirnos con los clientes. De regresó fuimos al restaurante del hotel, para degustar algunos platillos típicos mejicanos. El restorán tenía un jardín en su interior, estaba cargado de flores. Tenía muchas admiradoras, entre esas estaba yo. Mi novio, se encontraba revisando el correo en su celular. De pronto, él se me acercó y me dijo:

—Leonora, ya regreso, voy a la habitación por el cargador del celular—. Lo esperé casi una hora, en ese momento pensé que algún cliente lo había retrasado con alguna llamada. Cuando regresó, estaba totalmente cambiado, estaba sonriente, su rostro reflejaba felicidad.

En la tarde salimos de compras y de regresó nos quedamos descansando en la habitación. Estaba casi quedándome dormida, cuando lo escuché que dijo en voz baja:

—Es igual, pero diferente.

Mi sexto sentido, me decía que ellos ya se habían visto. En efecto, ellos se habían conocido cuando él fue por el cargador a la habitación. Él tenía razón, éramos iguales, pero a la vez diferentes. Pensé en ese momento en las palabras de mi abuela. Podíamos ser idénticas, pero nuestras almas no eran gemelas. Ella irradiaba mucha paz.

Al día siguiente, Alejandro no aguantó más y me dijo:

—Hoy nos regresamos a Puerto Rico.

En mi interior estaba deseando esas palabras, por eso no le refuté. Partimos hacia casa, al llegar nos encontramos con una sorpresa. Nuestras familias, habían adelantado la fiesta de compromiso. Durante el agasajo, Alejandro anunció que la boda había que retrasarla, que le urgía regresarse por una semana a México. Que hacía media hora, un cliente mejicano lo había llamado con urgencia. Esa noticia inesperada me desilusionó.

Esa semana que él viajó, se convirtieron en tres meses. Ya desesperada por la situación, decidí ir a México, no a buscarlo a él, porque sabía dónde lo podía encontrar. Viajé en busca de una venganza. En un mes lo saqué de la sociedad y me dejé todos los inversionistas. Él, le había creado a ella, una pequeña empresa de servicios de limpieza. También logré que todos sus clientes renunciaran.

Un día, de regreso al hotel donde yo estaba hospedada, me encontré un ramo de rosas en mí habitación, en la tarjeta tenía escrito: “Cuánto más nos odie, nuestro amor más se fortalecerá”.

Esas palabras dentro de mí, calaron muy hondo. Por eso decidí regresar a mí país. Aún sentía mucho dolor, no por la traición, sino por el tiempo perdido en algo inútil. Muy bien lo decía mi abuela “cuando hay amor, hay un fortín”.

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8 comentarios

  1. ¡Vaya historia! ¡Te felicito! Está escrita de manera simple, se deja leer con comodidad y aunque uno empieza a prever el rombo que tomará, finalmente sorprende con un final de resignación realista.

    Me ha gustado.

    Espero leer tus próximos trabajos.

    Mi relato es el número uno de la lista.

    Saludos.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 20:53
  2. 2. Thelma López Lara dice:

    Hola, Germán.

    Muchas gracias por tus buenos comentarios.

    Ya leí tu relato, me ha gustado mucho. Las descripciones que haces de los hechos son muy buenas. Se lee de manera fluida. Eres muy creativo, qué historia Germán.

    Te seguiré leyendo.

    Saludos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 04:54
  3. 3. SBMontero dice:

    Doña Thelma, no voy a mentir, a mi este tipo de textos siempre me recuerdan a esos lánguidos traveling de cámara mientras se ve a la protagonista en una esquina de la pantalla caminando por un jardín tan trillados en los culebrones.

    La idea no es mala, todo lo contrario, la doble que se apropia del enamorado de la original, el novio que cae en sus redes porque descubre, o cree descubrir cosas que anhela en la original, pero el floripondio, la excesiva descripción y la poca chicha la limitan.

    Déjeme ponerle un ejemplo, ¿Qué pasa cuando el novio va a buscar el cargador del móvil? ¿La otra lo seduce cuando él la ve y la confunde con la original? ESO es chicha, lo de que el restaurante tuviera un jardín interior, pues no.

    El texto pivota sobre los dichos de la abuela, al principio y al final, y eso es un gran acierto narrativo, es más, tal vez los dichos de la abuela deberían jugar más a lo largo de la narración retando importancia a la descripción física y dando más a la situación psicológica de la protagonista.

    Si me lo permite, Doña Thelma, le propongo algo, ¿Qué tal si hace este mismo texto, pero desde el punto de vista del novio y escrito en presente, o desde el punto de vista de la abuela? Se lo propongo como ejercicio de puntos de vista, porque de verdad creo que de esa forma se dará cuenta del uso que le digo del punto de vista de cámara que, es evidente, no va muy bien fuera de un guión.

    Con esto, de ninguna manera, estoy diciendo que esté mal escrito, o que haya defectos formales dignos de reseñar más allá de la pura anécdota, eh.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 13:07
  4. 4. Thelma López Lara dice:

    Hola, SBMontero.

    Muchas gracias por las sugerencias, las tomaré muy en cuenta.
    Le cuento, esas mismas preguntas sobre cómo fue el encuentro entre el novio y la doble, yo me las hice. Tuve la intención de escribarlas, pero el relato se pasaba de las 750 palabras.
    Me gusta el reto que me sugiere, hacer un relato desde el punto de vista del novio y en presente. Además me gustaría incluirle más diálogos, esto le da vida.
    SBMontero, qué opina sobre el reto opcional.
    Gracias por leer mi relato, pasaré por el suyo.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 01:36
  5. 5. Ocitore dice:

    Hola, Thelma, soy Ocitore y mi texto es el 171,te cometo que cuando anunciaron que el tema de este mes me sentí muy presionado porque, eso del doble, es un clásico que se ha tratado a lo largo de la historia de la literatura, por dicha razón, encontrar un tema original es muy difícil. Lo primero era no caer en la tentación del Dr. Jekyll, el doble de Dostoievski, el enemigo o el hombre por duplicado de Saramago y muchos más.Tú encontraste algo original, pero me parece que el tratamiento del tema deja un poco que desear porque se puede asociar con los clichés. Te leí pensando que eras mexicana, pero creo que no es así. Hay algunas cosas que se podrían mejorar en tu texto. Una de ellas es el uso adecuado de las preposiciones como: “echarse a la cama”, sería mejor echarse en la cama. Es que echarse a alguien se asocia con hacer el amor y eso distrae la lectura, es por asociación libre. Podrías también jugar con la estructura del texto y mejorar la voz del narrador. Bueno, el intento no fue malo. Un abrazo.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 16:17
  6. 6. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Thelma, la historia que nos cuentas abarca varios aspectos: viaje de negocios, compromiso matrimonial, infidelidad, venganza y una persona similar a otra. Son muchos aspectos para 750 palabras. Sugiero comprimir un poco la historia para enfocar solo un ítem de los contemplados en la narración.
    Espero te sirva mi sugerencia.
    Saludos.

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 04:50
  7. 7. María Esther dice:

    Opino que la historia está bien escrita,o mejor dicho bien pensada y podrías haberla desarrollado mejor si no tuvieras tantos asuntos entre manos.Pero tiene una estructura y personajes que actúan con coherencia.
    Saludos,Maritel en el 140

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 03:54
  8. 8. José Zapata dice:

    ¡Hola! Interesante historia. Vaya por delante que no soy, ni de lejos, una autoridad para criticar textos, todo lo contrario, apenas he empezado a escribir una historia en esta web. Dicho esto, aquí van mis humildes comentarios.

    La estructura de la historia es sencilla, y se deja entender fácilmente. Muy bueno el detalle de que la “doble” sea físicamente igual a la esposa, pero que sea tan distinta que el esposo la prefiera a ella en lugar de a su propia esposa. Me parece que hubiera sido interesante profundizar más en lo que piensa y siente el esposo, y por qué al final elije a la doble.

    Me parece que hay varias comas colocadas de modo extraño, lo que hace la lectura un poco incómoda. El final es un poco apresurado, el tema de la venganza se toca casi tangencialmente, lo que se entiende dado el límite de palabras, pero no me deja de dar la sensación de terminar un poco abruptamente.

    En general, buena historia. ¡Muchos saludos!

    Escrito el 26 noviembre 2016 a las 02:24

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