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Albin Wilton - por Ales

Web: http://micuadernodeescritor.blogspot.com

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, pero para Albin Wilton esa afirmación se convertía en una terrible verdad.
Albin era un ciudadano honorable. Su inmensa fortuna le habría permitido tener una vida llena excesos y de intensas emociones, sin embargo, Albin vivía en un pequeño apartamento en el centro, si bien con lujo, no con el exceso y el espectáculo que caracterizaba a la clase rica de Wenden. Sus numerosas contribuciones en asociaciones benéficas y sus múltiples apariciones en eventos solidarios lo habían convertido en una figura querida en la ciudad.
Sin embargo, Albin escondía un terrible secreto. El alma del millonario estaba enferma. Un extraño mal había anidado en su mente.
Por la noche lo despertaban terribles sueños y por el día horribles pensamientos se dibujaban en su mente. Pero pese a que Albin separase las dos realidades llamando a los sucesos “sueños”, en éstos había más realidad que ficción. Las atrocidades que se producían en su mente y que le hacían gritar de terror por las noches, no se quedaban allí. Se escurrían entre sus pensamientos tejiendo finos hilos de araña entre sus acciones y se convertían en una cruel realidad. Sus demonios lo transformaban en un ser monstruoso capaz de fundirse en uno con la noche y el miedo.
Ese demonio vivía dentro de él, se alimentaba de él, se vestía con sus ropas, causaba el sufrimiento con sus propios músculos y reía con su propia voz. Se lo había quitado todo y a la vez se lo había dado todo, porque con esos mismos músculos, esa misma ropa y esa misma energía, él luchaba por el día por hacer de esa ciudad un lugar mejor. Había intentado de todo, incluso eliminar el sueño mediante fármacos. Pero la fisiología de su cuerpo era perversa y, antes que dejarlo morir, caía otra vez en el sueño despertando al demonio.
Con el tiempo habían llegado a un acuerdo con su otra parte. A ambos le convenía mantener la imagen pública, así que ninguna de sus caras revelaría a nadie su condición. El icono de Wenden se desharía en pedazos y con él todo lo que había construido. Por otro lado, la posición de Albin lo mantenía lejos de las sospechas de las autoridades cuando las actividades nocturnas del millonario dejaban tras sí un rastro de cadáveres. Hubo un tiempo en el que Albin tuvo esperanza. Pero con el paso de los días había aprendido que rendirse al control de la otra parte era mucho más fácil que intentar resistirse. Caer en el olvido, llamar a los horrendos actos que cometía por la noche simplemente “sueños” y justificar las manchas de sangre en sus ropas con un exquisito gusto por el vino y un mal pulso, se convirtieron en la única manera de poder sobrellevar la enfermedad sin caer en la locura.
Sin embargo, cuando otra figura empezó a aparecer en las portadas de los periódicos, cuando un héroe anónimo empezó a soportar el peso de la ciudad sobre sus hombros, Albin sintió que se avecinaba un cambio.
Por toda la habitación descansaban artículos sobre la nueva figura que patrullaba las calles de Wenden por la noche. La luz del sol del amanecer entraba por los ventanales de la habitación y caía sobre un desayuno a medio comer. Albin, descalzo y en bata, miraba a través de la ventana disfrutando del calor que le transmitía la taza del café en sus manos agarrotadas por el frío mientras observaba pensativo cómo las últimas sombras de la noche desaparecían perseguidas por los rayos del sol. En una esquina oscura de la habitación descansaban los restos de un sanguinolento traje junto con una pistola plateada. Por primera vez sentía el miedo. Pero no el miedo normal con el que se había acostumbrado a vivir. Un miedo más profundo, procedente de lo más oscuro de su cerebro. Un grito de rabia desde lo más profundo de su inconsciente. Miró otra vez el artículo que descansaba junto a los restos del desayuno y, por primera vez en mucho tiempo, sonrió con alivio. Sonrió a la vez que rompía la taza contra el ventanal y profería un profundo grito de rabia que sofocaron las luces del amanecer.

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4 comentarios

  1. 1. Patricia Redondo dice:

    Hola Ales !!

    El doctor Jekyll y Mister Hyde 🙂

    No está mal , todos tenemos nuestro alter ego tenebroso , alguien que habita en el fondo de nosotros mismos y que quizá se atreviera a hacer algo que nuestra capa más supeficial no es capaz casi de imaginar…Me gusta mucho el tema de la dualidad que todos tenemos que hace que los sueños de nuestra razón generen monstruos quizás .. y está bien expresado, pero me hubiera gustado más aún si te hubieras acercado de forma mas tenue y no fuera tan clara la historia casi desde el principio..

    El final un poco confuso … intuyo que al final gana el lado oscuro ?

    Mi texto está encima del tuyo por si te animas a echarle una lectura y comentar…

    Nos segumios leyendo

    Saludos!

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 15:37
  2. 2. Don Kendall dice:

    Hola Ales,
    Comento tu relato, dado que estoy próximo por arriba. Como Stevenson has elegido tratar el tema de una figura de un aparente modelo de ciudadano ejemplo de conducta cívica por el día y terrible comportamiento de noche. Dicen que Stevenson se basó en William Brodie, rector de comunidad y concejal de ayuntamiento ( se me ocurre alguna asociación de ideas, pero mejor la dejo, je je…). Tú planteas a Alvin Witon que vive en Wenden. Tal vez en la novela o relato mayor esas claves tengan sentido. Tal como lo expones en tu relato, yo como lector me quedo huérfano. Y eso hace que el tema sea insuficiente para tener atractivo.Poco sabemos de la nueva figura justiciera patrullando la ciudad, con lo cual poco sabemos del conflicto y mucho menos como se “resuelve” o se presenta al menos.
    Esta es la dificultad interpretativa que tengo como lector. Por otra parte es evidente que la historia puede dar de sí. En ese sentido te recomiendo que des un vistazo a alguna forma de expresión reiterativa : “grito de rabia”, “Un extraño mal había anidado en su mente.”horribles pensamientos se dibujaban en su mente”.”Las atrocidades que se producían en su mente”…
    Gracias por dedicar tu trabajo y exponerlo a nuestros comentarios, hechos desde el deseo de aprender y hacer que este taller sea vivo.Un abrazo

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 17:02
  3. 3. SBMontero dice:

    Está muy bien escrito, tal vez un poco ampuloso en algún momento, pero vamos, nada fuera de ese tono gótico que se huele por todo el texto. Escribirlo en tercera persona y en pasado es todo un acierto porque da distancia y también le va muy bien al tono del relato.

    Tengo problemas con el final, pero es algo subjetivo, personal. Para mi que ese justiciero debería estar más claro, pero ya digo, es una impresión personal.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 14:45
  4. 4. Javiyoshi dice:

    Hola Ales!!

    Lo cierto es que por un momento he visto a Bruce Wayne jaja. Deberías de haber profundizado aún más en la psique de ambos personajes y no en el conflicto exterior.

    Por otro lado, el final es confuso pero permite al espectador interpretarlo a su manera.

    Nos seguimos leyendo!!!

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 00:34

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