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Instantes para siempre - por Alejandro Urdiales

Duró sólo un instante. Se desató uno de esos pensamientos fugaces que a veces se cruzan por nuestra mente en una fracción de segundo y que contienen tal cantidad de información en forma de recuerdos, sensaciones y abstracciones varias, que le dejan a uno paralizado.
Eso es lo que le ocurrió a Alberto en medio de la estación de trenes donde se apeaba todas las mañanas y que a esa hora estaba repleta de gente que se movía por los andenes como si hubiesen anunciado por megafonía la llegada del apocalipsis.
Así de repente, un martes cualquiera a una hora temprana, sin haber tomado ni siquiera un café y en medio de aquel enjambre humano, su cabeza decidió que era momento de reflexionar y enseguida tuvo la incómoda sensación de que aquello iría muy en serio.

Allí parado con su mochila al hombro, el teléfono móvil en la mano y la vista perdida en el paisaje de escaleras mecánicas, la mente de Alberto comenzó a ser bombardeada a toda velocidad con imágenes y efectos de la infancia y la adolescencia; de aquella época en la que todo estaba en orden y la vida era como un paseo veraniego con helado incluido.

Eran esos tiempos en los que todo estaba por descubrir: aquel campamento de verano donde se inició en el mundo de las borracheras con sus compañeros del equipo de balonmano; esas nochebuenas en las que su familia parecía la más feliz del mundo; el sexo con aquella primera novia que soñaba con ser poeta; ver las primeras películas de miedo; escuchar los primeros discos de culto; caminar por la calle de la mano de su padre; el olor a café, brandy y puros mientras correteaba por las mesas de bodas, bautizos y comuniones…

Ya sabía que la nostalgia es una droga muy dura, ya se había sobrecogido otras muchas veces pensando en el tiempo pasado, a veces algunas canciones le transportaban directamente a esos pasajes ya vividos, pero aquel torrente emocional tan salvaje lo cogió por sorpresa e hizo que en ese momento Alberto estuviera viendo a otra persona distinta.
La persona que estaba allí de pie no era la misma que aparecía en sus evocaciones. Sentía que estaba viendo unas secuencias donde el personaje principal no era él.

Tuvo que respirar profundamente antes de pensar en lo rápido que habían pasado los últimos años; frenéticos y exitosos en lo laboral, fracasados en lo matrimonial, con varios cambios de ciudad de por medio. Se habían derrumbado tantos mitos por el camino, se habían ido de su vida tantas personas…
No había tenido tiempo de darse cuenta de que la distancia con ese otro Alberto juvenil era ya demasiado grande. Sin embargo no era melancolía o pena lo que le invadía en ese momento. Era la fría confirmación de que ahora otra persona distinta llevaba las riendas de su historia personal.

Justo antes de que sonara el teléfono móvil se sintió dichoso por haber comprendido que se pueden vivir varias vidas mientras dura nuestra existencia. Que eso es una gran oportunidad que se nos brinda, y que él no estaba dispuesto a desaprovecharla ahogandola en añoranzas.

Fue sólo un instante pero le abrió los ojos para siempre.

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12 comentarios

  1. 1. Xerchio dice:

    Interesante reflexión sobre la vida, la que tiene Alberto, me he identificado con el, en algunas cosas, consigues que haya empatía, y me ha gustado el hecho de como, en un momento dado podemos parar a pensar en nuestra vida, en su transcurso, en cualquier parte y sin motivo alguno.

    Saludos

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 11:08
  2. 2. María Requena dice:

    Me ha encantado, sencillamente. Enhorabuena; sólo, por decir algo, quizás le ha faltado algún giro sorpresivo, algo que nos dejara aún más sin aliento, pero solo por sugerir algo. Me ha gustado un montón. Felicidades.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 16:26
  3. 3. Yoli dice:

    Hola, Alejandro.
    Gracias por comentar mi relato. El tuyo me ha gustado, describes muy bien esa añoranza por el pasado de Alberto, y de lo que era él cuando era joven, pero también ese brillo de esperanza de cambiar su vida para mejor. Saludos.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 12:44
  4. 4. Earendil dice:

    Hola, Alejandro.
    Ante todo, gracias por pasar por mi relato y dejar tus comentarios.
    Tu relato me ha gustado mucho. Es un viaje introspectivo movido por un resorte que se activa sin premeditación, innato, sublime. Y aunque el protagonista lo vive sin ningún tipo de miedo, sabe que no debe aferrarse a esos instantes de “huida” hacia atrás, si no que hay que adaptarse y vivir las circunstancias que nos tocan en cada momento.
    En la parte formal no he visto nada reseñable. Buena estructura, buena ortografía, buen lenguaje. Tal vez, y solo por poner un pero, hay un par de frases demasiado largas, la segunda y la que viene a continuación del primer punto y aparte.
    Te felicito por tu trabajo.
    Un saludo y buenas fiestas.
    P.D. Respecto a tu invitación al grupo de comentaristas, te he dejado una reseña en mi relato.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 20:13
  5. 5. Mariaje dice:

    Hola Alex,
    Me ha gustado tu historia: esos segundos de lucidez en medio de la frenética rutina que nos arrastra, pero que te pueden cambiar la vida. !Qué cierto es, además!
    Lo único que he visto, según mi opinión, digno de comentar, son algunos problemillas de puntuación (o mejor dicho, de la falta de ella): usas frases muy largas, en el primer párrafo hay dos que falta el aire al leerlas. Se evidencia cuando lo lees en voz alta.
    Felicidades por tu relato,
    Un saludo.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 12:51
  6. 6. Jean Ives Tibauth dice:

    Hola Alejandro.

    Tu relato me ha gustado porque me he trasladado a esa estación para ver cómo Alberto se quedaba parado. Quizá con la boca a medio abrir, embelesado con sus propios pensamientos y seguro que dejando pasar el tren que esperaba.

    Sin embargo me falta la historia. Hay una biografía muy extensamente explicada, con una fuerte influencia de la parte sensorial del protagonista. Pero qué pasó, a parte de que le hizo recapacitar, para mi gusto, no tiene fuerza.

    Quizá si te hubieras quedado con un momento muy concreto de su boigrafia en el que nos muestras con imágenes vívidas su pasado y su presente, en el que les das la vuelta a su modo de ver la vida por algo que le pasa, hubiera tenido mas impacto.

    Por lo demás, se lee con fluidez y eso se agradece un montón.

    Nos seguimos leyendo.

    Te invito a que despellejes el mio a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-39/6752

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 13:17
  7. 7. Javier López dice:

    Hola compi. Técnicamente inapelable. Yo sólo te comento que me ha gustado esta foto, me ha parecido algo que a todos nos ha pasado en algún momento, a mí desde luego, de quedarse parado con algún recuerdo más nítido de lo habitual y que nos toca la fibra, la nostalgia. Lo que pasa es que el peso de nuestro día a día, suele ser demasiado pesado como para permitirnos la libertad de elegir el rumbo, si es que tenemos opción. De ahí que para mí, Alberto es un privilegiado. Pero solo te quedas en eso, una foto. No hay hechos, tramas, desenlaces, salvo el de tomar una decisión, y me hubiera gustado algo más, pero como nos faltan palabras…¿verdad?Nos vemos por el taller.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 14:07
  8. 8. José Tapia dice:

    Que buen relato, se requiere mucha inteligencia sobre todo para escribir sobre reflexiones profundas e introspección, tiene cuerpo y la historia realmente engancha fácilmente. Nos estamos leyendo estoy en el 133. Un abrazo Colombiano.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 20:45
  9. 9. Jo Vans dice:

    Me resultó muy cómodo de leer, la escritura fluye y me transmite emociones.
    Estoy en una etapa de mi vida en la que me encuentro reflexionando sobre lo que tu relato trata.
    Me gustó mucho, felicidades por tu escritura.
    Saludos

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 08:04
  10. 10. Patricia Redondo dice:

    Ooooohhhh como me ha gustado Alejandro !!! me toca muy de lleno por que yo he vivido muchos momentos de esos en que uno revisa su vida y se hace preguntas del tipo ¿estoy viviendo como quería o como quiero? ¿en qué momento me he perdido? ¿que me he perdido de la vida? ¡¡Vivo en permanente crisis existencial, en serio !! ja ja ja !
    Así que he entendido muy bien las sensaciones del protagonista de tu relato. Están muy bien descritas además, sobre todo el primer parrafo muy bueno, ese momento que le golpea a uno en cualquier sitio y circunstancia y sin saber como llega de repente , fugaz , pero en el que toda nuestra vida pasa por delante de nosotros …

    Muy bueno.

    Quizá lo único que haya echado de menos sea que al final el momento no transforme de alguna manera al personaje, que no salga de esa vivencia con algún cambio. Es cierto que en la vida real suele pasar como tú describes (nos golpeamos, reflexionamos , nos hacemos preguntas… pero la mayor parte de las veces ignoramos esas sensaciones yseguimos nuestras vidas tal cual). Pero en la literatura, donde uno puede cambiar lo que quiera… me hubiera gustado ver como el protagonista gracias a ese momento inspirador le da un giro a su existencia 🙂

    Muy felices navidades, nos leemos!

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 11:39
  11. 11. Alejandro Urdiales dice:

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!

    Está feo que lo diga, pero la verdad es que , quitando los problemas de puntuación en algunos párrafos, estoy muy contento con el resultado general.

    Lo que he visto, por vuestros comentarios es que la primera parte ha gustado más que la segunda.
    Para mi, lo realmente interesante era el hecho de darse cuenta, que a determinada edad, uno puede verse a si mismo como una persona diferente si retrocede muchos años en sus recuerdos.
    Creo que ahí me ha faltado insistir más en la idea, o describirla con más fuerza quizás.

    Me ha gustado también que, según vuestros comentarios, muchos os hayáis sentidos identificados. ¡ Parece que las crisis existenciales están a la orden del día ! jejeje

    Muchas gracias por comentar el relato.
    Feliz Navidad a todos.

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 12:12
  12. 12. Isolina R dice:

    Hola, Alex:
    Tu texto me ha gustado (aunque no como relato porque no hay conflicto, pero me da igual)

    Le pondré el pero del verbo “ser”. No por no haber cumplido el reto opcional sino porque te has pasado un pelín con “era” (siete veces, algunas muy cerca).

    Lee esto de un tirón en voz alta y verás: “Eso es lo que le ocurrió a Alberto en medio de la estación de trenes donde se apeaba todas las mañanas y que a esa hora estaba repleta de gente que se movía por los andenes como si hubiesen anunciado por megafonía la llegada del apocalipsis”. Dos “que” no son buena idea. Procura hacer oraciones más cortas y con pausas de cuando en cuando. Mi sugerencia es que de punto a punto no pases de las treinta palabras.

    En: “aquel campamento de verano donde se inició en el mundo de las borracheras con sus compañeros del equipo de balonmano” riman “verano” y “balonmano”.

    “ahogándola” con tilde.

    En: “Se desató uno de esos pensamientos fugaces” no he entendido el verbo. ¿El prota se desató ese pensamiento como el nudo de la corbata?

    Saludos.

    Escrito el 30 diciembre 2016 a las 03:23

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