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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El poeta de invierno - por Amaya

El autor/a de este texto es menor de edad

-¿Le recuerdas bien? –preguntó listo para escribir en su libreta de cuero negro, ya demasiado vieja, la historia que estaba a punto de revelarle. Parecía un hombre paciente y distante por su mirada tranquila y su expresión seria, pero el molesto ruido rítmico y constante que producía al tocar con la suela de su zapato el suelo de madera de mi sala de estar delataban sus ansias por que empezara a hablar. Parecía que sólo estaba allí para escribir una historia más sin importancia y marcharse-.

Ya sé que había sido yo quien había buscado un escritor dispuesto a inmortalizar mi historia antes de que los años me la arrebatasen. Pero… Sólo esperaba otro trato.

-Mis recuerdos permanecen casi tan nítidos como el último día que pisé aquel aislado lugar.
El Campamento siempre había sido un orfanato modesto y con pocos recursos. A día de hoy todavía no sé porque recibía ese nombre, quizá por su semejanza a un campamento en la limitación de recursos. Pero no lo sé.-empezaron a augmentar el rito de los talonazos en el suelo- No importa.
Después de aquello el orfanato nunca se reconstruyó y partí sin mirar atrás.–dije mirando al fuego, que se esforzaba en consumir toda la leña de la chimenea-.

Sucedió en un día frío, casi tanto como sus manos. Por eso siempre traía puestos unos guantes permanentemente, aunque le entorpecieran para escribir sus delicadas poesías. Para él nunca cambiábamos de estación. Siempre estaba frío. No le dejábamos tocar la nieve y mucho menos jugar con ella por miedo a que se congelara su pequeño cuerpo.
Me gustaba llamarle el poeta de invierno pues nunca dijo su nombre. Sé que no es un nombre muy habitual ni demasiado bonito, pero a él le gustaba, o al menos sonreía cada vez que se lo decía. No hablaba mucho, ni siquiera ante mí.

Yo solía decirle que sus manos estaban frías porque alguien quería que le explicara, todas las gélidas noches, cuentos junto a la chimenea mientras, lentamente, entraba en calor.

Es muy posible que ese alguien fuese yo.
Era el hijo que nunca podré tener.

Sus poesías tenían más faltas de ortografía que versos, pero eso no le arrebataba belleza a sus composiciones. Todo lo contrario, demostraba que todo lo bello está formado por perfectas imperfecciones.
Sólo yo sé lo lejos que habría llegado como poeta pues a nadie más permitía leer aquello que escribía; era su dialecto.

Dormía poco; tenía muchas pesadillas. Era por culpa de aquellos niños. Algunos de los otros huérfanos se reían de él: de sus guantes, de sus gafas demasiado grandes, de su torpe forma de andar. Incluso llegaron a pegarle en algunas ocasiones.
Quizá lo hacían porque era más pequeño, porque no perderían la pelea, o quizá porque era más inteligente. Pero una cosa tengo clara; eran malos.

-¿Cuándo te diste cuenta de que no estaba fuera del edificio? –dijo dejando encima de la mesa su libreta y su bolígrafo. Su actitud había cambiado-.

-Me di cuenta demasiado tarde.
Había muchos niños que evacuar y poco tiempo para ello. El edificio quedaría consumido en cuestión de minutos, temía por sus vidas y por la mía, miré en todas y cada una de las habitaciones, en el comedor, en la cocina, en todas las instancias a las que todavía se podía acceder. Pero apenas encontré tres niños desorientados. Creía que ya estaba fuera, con los demás observando como el incendio derretía la nieve de los alrededores.
Aquellos niños malos le habían encerrado en el armario.

-Todavía conservo sus poesías.

-Me gustaría verlas. –dijo él-.

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8 comentarios

  1. 1. Gaia dice:

    Soy tu vecina en el 107 y te felicito por tu relato. Muy tierno. Pocas faltas de ortografía.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 16:06
  2. 2. Bea dice:

    Hola Amaya:

    Me ha gustado mucho tu relato. El título ya me interesó muchísimo y no has defraudado.
    La historia me ha parecido tierna y dulce por un lado Y melancólica y triste por el otro. Has conseguido darle al relato un aura mágica con esa relación tan especial entre el pequeño poeta y el protagonista.
    El final me ha encantado, como ya te e comentado, has conseguido darle tristeza de forma sutil y eso me parece increible de hacer.

    Si te apetece pasarte yo estoy en el 88.

    ¡Muchas Felicidades!

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 13:50
  3. 3. Cryssta dice:

    Hola Amaya, tu relato es hermoso y triste a la vez y me ha gustado.

    Te diré lo que yo veo mejorable:

    – repasa la entrada que hay en el blog donde se habla de cómo poner los guiones de los diálogos

    – repasa las comas, para ello lee en voz alta el relato y sabrás dónde ponerlas. Las aclaraciones, como por ejemplo “rítmico y constante”, van siempre entre comas, un truco es quitar esas palabras, si la frase sigue teniendo sentido es una aclaración y por eso se pone entre comas

    – “porque empezara a hablar”

    – tras los puntos suspensivos se escribe con minúscula salvo que sea otra frase

    – “todavía no sé por qué”

    – cuando dices “casi tanto como sus manos” parece que hablas del que está escuchando, sería mejor poner “como las manos del niño”

    – “el poeta de invierno”, con comillas porque es un apodo

    – “Sé que no es un apodo muy habitual”

    – “perfectas imperfecciones” entre comillas porque es una forma de hablar ya que si es perfecto no es imperfecto

    – no entiendo muy bien a qué te refieres cuando dices “era su dialecto”

    – “o tal vez porque era más inteligente” para no repetir “quizá”

    – “Pero una cosa tengo clara: eran malos” o bien una coma, pero no punto y coma porque forma parte de la misma frase

    – “la libreta y el bolígrafo”, presuponemos que son suyos

    – “Pero solo encontré tres niños”

    – el final queda incompleto

    Te felicito por tu relato y por no cometer faltas de ortografía.

    Te deseo una Feliz Navidad y un 2017 lleno de buenas experiencias.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 14:02
  4. 4. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    Hola Maya, me ha gustado tu relato.

    Te tengo una propuesta. Estoy haciendo una novela al estilo de circulo de Jerico, una novela coral en la que varios personajes se reunen a contar su historia. La novela se titula provisionalmente “crónicas de las guerra interminable” se situa en la guerra de Irak, y tú historia encaja muy bien con la historia de los personajes (que como ya te imaginaras toda guerra deja huerfanos).

    Si te interesa participar en el proyecto escribeme un comentario en el relato 33. Obviamente tu relato tendría que extenderse unas cuantas páginas (posiblemente entre una 15 o 20)

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 13:31
  5. 5. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    Hola de nuevo Amaya, te escribo para hablarte del proyecto. La novela coral sigue la estructura donde cada personaje tiene un trama propia que se integra en otra más grande que las une.

    Mi idea comienza más o menos así varios pacientes con traumas de guerra hacen una serie de reuniones de grupo donde cada uno cuenta su historia.

    Organizando un poco las historias. Comenzamos la historia de Bea (88) sobre un matrimonio fracturado por las lesiones de su esposo en la guerra y los problemas derivados de ello.

    Luego uno de los pacientes le pide al psicterapeuta que explique porque esta haciendo esto y este le cuenta una historia de la segunda guerra mundial protagonizada por sus abuelos, la historia de Noemi (177).

    Luego el paciente, tras oir la historia cuenta su historia sobre los asesinatos que cometió en la guerra de novel_madriles (36) y por el cual lo estan evaluando psicologicamente.

    Luego psicoterapeuta narra otra parte de la historia de su familia.

    Y luego siguen el resto de los relatos con una intervención del psicoterapeuta ocasional que cuenta una historia más grande dividida en seis parte, con la intención animar a los paciente a hablar.

    Tu historia creo que sería la 4° o 5°. Y se ampliaría para explicar como llegó el niño huerfano al orfanato de una zona de guerra en el medio oriente, la relación afectiva con la cuidadora y sus conflictos con niños de otro país en el orfanato, pensé que el niño bien podia ser un niño sobreviente de los balseros que embarcan a Europa junto con su familia (que falleció antes de llegar a la costa).

    La novela estaria integrada (por lo menos provisionalmente por 7 historias (seis individuales relativamente corta y una grande).

    ¿Qué te parece la idea?

    Puedes escribirme tu repuesta en los comentarios del relato 33.

    Nota: No existe ningún limite prestablecido de palabras ni páginas para cada relato.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 06:37
  6. 6. Jean Ives Tibauth dice:

    Hola Amaya.

    Sencillamente me ha gustado.

    Evocas imnagenes en el lector y la historias llega, aunque sea haciéndote sentir muy triste.

    Los compañeros ya te han indicado alguna que otra cosilla que mejorar así que yo no voy a aportar nada nuevo.

    Sigue así, escribiendo y disfrutando con tus escritos.

    Nos seguimos leyendo.
    Un saludo.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 17:04
  7. 7. Paola dice:

    Hola Amaya

    Me ha gustado tu relato, tiene presentación, trama y final inesperado.
    El tema es bueno y enfocas bien la historia.

    Por aquello de dar consejos para mejorar yo creo que podrías iniciar el relato en:

    “-Mis recuerdos permanecen casi tan nítidos como el último día que pisé aquel aislado lugar.
    El Campamento siempre había sido un orfanato modesto y con pocos recursos. A día d…..” y revelar que la mujer está contando una historia a un escritor poco a poco.
    Le daría más fuerza a la parte del incendio, ha debido de ser espantoso y traumático, yo lo reflejaría en las palabras de la mujer y de ahí el interés del escritor…

    Espero haberte ayudado

    ciaociao Paola

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 20:59
  8. 8. Calèndul dice:

    La historia es bonita y tierna y dura. Y tiene un encanto y una magia especial. Bastante bien escrita y con alguna falta de puntuación.Con alguna repetición de términos que es mejor evitar: busca sinónimos. Me ha gustado mucho tu texto y por tu tierna edad, bien podrías ser mi hija y llegar a ser escritor mucho antes que yo. Tienes que seguir cultivando ese talento innato que ya tienes. Seré tu devota seguidora. Muy bien, Maya.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 22:22

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