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El escritor - por Ane

No encontraba explicación alguna. Más de una decena de libros en el mercado con millones de ejemplares vendidos, ¿para qué? Para encontrarme años después defenestrado por la crítica, olvidado por el gran público. Los medios ya no me llaman, no me buscan, ni siquiera para plasmar mi rúbrica en tediosos manifiestos de la izquierda. Mi agente hace tiempo que dejó de creer en mí, y yo en él. La química que caracterizaba nuestra colaboración dejó de existir. Ya no disimulábamos. No había necesidad.

Hoy, redes y plataformas sociales, acotando un espacio adquirido por derecho, dictaminaban los merecedores de aplausos. Y como si de un tribunal en plena era Robespierre se tratase, las cabezas rodaban por la afilada hoja de la guillotina.

Lancé una mirada de desprecio al teléfono. El subconsciente realizaba su búsqueda del culpable, alguien a quien arrojar la rabia contenida. Una necesidad imperiosa para soltar la ira que me carcomía por dentro.

Un día más me encontraba aquí, en la biblioteca, la parte de la casa en la que durante un largo periodo hallé felicidad. Testigos de mis novelas, las obras que reposaban sobre la librería y que adornaban las viejas paredes de papel, actuaron como fuente de inspiración. Una alianza iniciada en años jóvenes de campamento, bajo el manto de la lluvia en noches de verano a cubierto.

Sobre la mesita, el viejo tocadiscos, fiel compañero de la imaginación, digería la época de su esplendor. Acumulando polvo por el desuso, aguardaba su momento para reverdecer de nuevo. Incapaz de mí, la parálisis se había instalado en mi cerebro. Los últimos dos ejemplares no habían tenido salida. Nadie, absolutamente nadie, atendió a mis peticiones, ni siquiera a la vergüenza de la súplica. Pero estaba decidido a terminar con aquello. No podía levantarme cada amanecer y que la realidad me golpeara de nuevo.

Extraje diversos folios del cajón, los dispuse sobre el escritorio y eché mano del bolígrafo negro que tanto me gustaba, el mismo modelo que me había ayudado a ganar los premios que hoy descansaban sobre una de las repisas. Recuerdos de un tiempo glorioso, que, como un acto de regresión, retornaban cada mañana para cobrar su precio. Pero yo quería regresar, brillar de nuevo. Aquel autor cuyo nombre figuraba en la lista de los más vendidos, valorados y admirados del panorama literario.

La puerta estaba cerrada con llave, las persianas bajadas hasta el máximo y la luz del flexo encendida. Como en un ritual, la mecánica adoptada imponía un orden minucioso, sin dejar resquicio posible a la improvisación.

Con la tranquilidad de quien escribe por última vez, inicié la redacción del capítulo final que cerraría mi último libro, convencido de su impacto. A medida que escribía, más suelto me encontraba. Una especie de liberación florecía en mí, para despojarme de las cadenas a las que cualquier plumilla se condena, en cuanto necesita de sus lectores para sobrevivir.

Mi mano derecha bailaba enérgicamente. Sabedora de que no volvería a trazar línea alguna, se afanaba en dar el último capricho a su dueño. La última frase, la última letra, la última coma habían llegado. A continuación lo uní al resto de hojas que completarían la obra, y cumpliendo escrupulosamente lo redactado, me subí a la silla.

La piel entró en contacto con la rugosidad de la cuerda. Cerré los ojos, y por mi mente, los episodios de una intensa vida se proyectaron a gran velocidad. Tras ellos brotaron desordenadamente los pensamientos, interpretando una encarnizada lucha. Unos, en posesión de la verdad, los menos, implorando cordura, un equilibrio del que mi mente carecía.

Apreté el nudo y con el temblor trepando por mi cuerpo eché un vistazo a mi alrededor. El lugar mágico que representó aquellas cuatro paredes había dejado de existir, no había por tanto de qué lamentarse. Sin más dilación, y empujado por una vanidad que me dominaba, salté violentamente de la silla quedando suspendido en el aire, sin más amparo que la propia arrogancia. En ese momento y entre espasmos, fui consciente de mi regreso, hallando en un acto del que solo los vivos guardan recuerdo, una plena satisfacción.

Simultáneamente, la mano derecha se abrió completamente dejando al descubierto, el bolígrafo negro que cayó forzosamente sobre el texto, llegando a detenerse a la altura del título, donde se podía leer: Ascenso y caída de un poeta.

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18 comentarios

  1. 1. Claudia E. dice:

    Hola Ane:

    Tu relato me parece excelente!, aunque tal vez, y a modo de sugerencia, en vez de:

    “Mi agente hace tiempo que dejó de creer en mí, y yo en él. La química que caracterizaba nuestra colaboración dejó de existir. Ya no disimulábamos. No había necesidad”.

    Podría ser:

    “Mi agente hace tiempo que dejó de creer en mí y yo en él”. Lo demás lo veo un poco redundante.

    Después todo lo demás lo veo muy bien, me introduje rápidamente en la atmósfera, imaginaba cómo el escritor lamentaba su estado de actual anonimato luego de una gran fama. La referencia a las redes sociales y su comparación con la guillotina me encantó 🙂

    Lástima que un hombre que parecía muy brillante haya caído en la vanidad, su necesidad de una multitud de lectores.

    Y ese final, el título de la obra: Ascenso y caída de un poeta, me parece genial.

    Felicitaciones Ane!

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 03:25
  2. 2. Ane dice:

    Hola Claudia.

    Gracias por tu sugerencia, una visióna tener en cuenta. Me alegro que te haya gustado.

    Saludos.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 16:52
  3. 3. Gastón Paredes dice:

    Hola Ane, ¿cómo te va?

    Me ha gustado tu relato, y a mi también en particular tu segundo párrafo.

    Se me ocurren algunas ideas sobre la estructura de tu historia, a ver que te parecen:

    Delineas tres parte: la presentación del escritor, el acto de escritura de su último libro, y su suicido; pero que tal si intercalas las dos primeras a un párrafo, o a frases.

    También me parece que en un intento de remarcar la idea del éxito del autor, enumeras que ha ganado premios, venido millones de copias y que la crítica lo aclamaba. Quizás en lugar de decirlo directamente, podrías mostrarlo con pasajes cortos, por ejemplo: narrar una anécdota de un discurso de agradecimiento por un premio que recibió; la vez que intentó compar su propio libro, y no lo encontraba; lo que sentía mientras leía la revisión de su libro en el periódico.

    Saludos, sigue adelante, y felices fiestas!

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 04:05
  4. 4. Ane dice:

    Hola Gastón:

    Resulta muy interesante lo que dices. En cierto modo hay veces que simplificar es suficiente. Estoy de acuerdo que en ocasiones con poco se dice mucho, quizás esta sea una de ellas, lo tendré en cuenta. Gracias por tus sugerencias, resultan muy útiles.

    Gracias por comentar.

    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 08:14
  5. 5. guiomar de zahara dice:

    Hola Ane: Conozco a algunos escritores “de verdad” de los que han recibido premios importantes, firmado libros de colas interminables, pero salvo un par de ellos que se “creen importantes” por ese hecho, los demás son humildes y siguen escribiendo a pesar de algún fracaso literario. Tu texto me ha entristecido, por el hecho de la verdad de lo que relatas. Que triste que el mundo se mueva solo por los aplausos. Me gusta como escribes, independientemente de la historia.
    Te deseo unas felices fiestas.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 12:20
  6. 6. Ane dice:

    Hola Guiomar de Zahara:

    Decirte que yo no conozco a ningún escritor que cumpla el perfil del texto. Ahora bien, teniendo en cuenta que en este planeta hay unos cuantos habitantes, doy por supuesto que ya sólo por estadística pura, los habrá.

    Quizás le haya dado una salida un poco macabra, pero teniendo en cuenta el personaje creo que es lo que pedía

    Gracias por escribir.

    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 15:36
  7. 7. José dice:

    Ane, me ha encantado tu relato, muy fácil de leer, sin complicaciones. Me gustó mucho la parte del bolígrafo negro que cae sobre el texto. Realmente me pareces una gran escritora y espero que algún día tengas éxito en lo profesional (si todavía no lo tienes).
    Yo soy solo un “recién llegado” a esta web y es la primera vez que escribo. Si puedes me encantaría que comentes mi relato para saber ¡cuántas observaciones tengo que corregir! jaja.
    Relato 164

    Felices Fiestas

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 18:17
  8. 8. Ane dice:

    Hola José:

    Me alegra mucho que te haya gustado. Una salvedad, solo soy una principiante, que como todos los que participamos en estos retos nos gusta escribir y de cuyos comentarios aprendo y mucho.

    Gracias por comentar y por supuesto que pasaré por tu relato para leerte.

    Saludos.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 20:11
  9. 9. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola Ane

    Te debía una visita y me alegro de haberte leído. El tema del libro es, cómo decirlo, me ha resultado paralelo a la estructura del relato, ya que tiene un lenguaje claro y elegante que te va llevando sin tropiezos hasta arriba y cae bruscamente en un final redondo y triste.
    Me ha gustado mucho sobre todo el final, el poeta encumbrado que cae como un bolígrafo, una metáfora muy bonita.
    Te seguiré leyendo, un cordial saludo

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 11:23
  10. 10. Ane dice:

    Hola R.J. Esperanza:

    He intentado dejar pistas sobre ello, como cuando digo “y cunpliendo escrupulosamente lo redactado, me subí a la silla”.

    Me congratula que haya sido de tu agrado.

    Un saludo.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 12:16
  11. 11. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    Buen relato, aunque a la motivación le falto detalles. No sé, la crítica me parece un abstracto, suena más interesante que alguien en concreto por algún resentimiento personal le hubiese dado el empujon para llegar al suicidio. Y qué el escritor tuviese algunos antecedentes de depresión.

    Nota. Si te interesa puedes leer mi relato es el 33.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 14:32
  12. 12. Ane dice:

    Hola Jorge Luis:

    Es interesante la apuesta de personalizarlo en alguien, pero me he inclinado más por dirigir su ira hacia la crítica. Se que resulta global, pero a su vez actual. Pues hoy tristemente parece que asimilemos (yo no comulgo con ello) en que todo se ha de hacer con el fin de que guste a los demás. Si no estás en las redes no eres nadie, si no tiene “me gusta” eres un tipo extraño. Algo peligroso para la Salud.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 17:49
  13. 13. Perla Preciosa dice:

    Hola, Anne:
    Tan poética e introspectiva como siempre, tanto en cuanto a la forma como en cuanto al contenido, tu relato me ha encantado. Me parece muy realista y estoy bastante de acuerdo con lo que dice Guiomar, por lo que no lo repetiré. El final me desconcierta un poco, dado que ofrece una visión muy pobre del escritor, dando la impresión de que es la vanidad lo único que lo mueve a seguir viviendo, por lo que dicho final resulta trágico, pero pobre. Tal vez si hubieras dibujado la silueta de un escritor que, pese a sus vicisitudes intenta remontar, aunque encontrara un nuevo obstáculo, te habría quedado algo mejor.
    En fin, nos seguimos leyendo, querida Anne. Felices fiestas.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 11:17
  14. 14. Ane dice:

    Hola Perla Preciosa.

    Tienes razón, resumiendo, la vanidad y arrogancia del personaje es lo que domina sus actos, pero no estoy del todo acuerdo en que es lo único que lo mueve para seguir viviendo, más bien diría que al contrario, puesto que el impacto de su muerte suicidio mediante es lo que empuja para saciar su vanidad.

    Me alegra que te haya gustado. Gracias por pasarte por aquí.

    Saludos.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 20:00
  15. 15. lectora70 dice:

    Hola Ane! Te agradezco que pasaras por mi relato y que lo hayas comentado.

    Tu texto es de lectura fácil y cómoda. Está bien estructurado y la escritura te va atrapando hasta llegar hasta el fatal desenlace.

    Únicamente decirte que con respecto al reto, en el penúltimo párrafo has escrito una conjugación del verbo ser: “fui consciente…”. Pero no pasa nada. Es muy complicado escribir 750 palabras sin que se cuele alguna conjugación.

    Me ha gustado mucho!

    Felicidades!

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 19:32
  16. 16. Ane dice:

    Hola lectora70:

    Qué razón tienes, ese fui se coló. Ohhhh, prueba no superada, ja,ja. La próxima vez espero estar más atenta.

    Gracias por comentar.

    Saludos.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 21:03
  17. 17. Pilar dice:

    Hola Ane,
    Al fin encuentro el momento para comentar tu estupendo relato.¡Enhorabuena! Tienes mucho talento, una gran riqueza de vocabulario y la capacidad de hacer plástica una historia de tal forma que la visualizas como si se tratara de una película.

    Está correctamente planteado, alternado la crisis del protagonista con pequeñas dosis de sus mejores tiempos para hacer más potente su decadencia.

    Poco a poco se adivina el final por las pequeñas pistas que nos vas dejando, por lo que no llega a ser sorprendente del todo, pero quizá de otra manera habría resultado abrupto y forzado, por lo que me parece que la historia fluye con naturalidad y buen ritmo.

    Tan solo me ha chocado esta frase: “Los medios ya no me llaman, no me buscan, ni siquiera para plasmar mi rúbrica en tediosos manifiestos de la izquierda.”, porque está en presente y el resto de la historia la narras en pasado, no solo sus recuerdos, que es lo lógico, sino el propio momento que está viviendo el escritor caído, centro de la acción. Yo habría continuado en presente, marcando así la diferencia entre su época buena y mala. No sé, es una opinión, tal vez haya sido de esas cosas que por más que revisas no detectas.
    Aún así, te felicito de nuevo, es un buen relato y se nota que lo has trabajado mucho.
    Un abrazo y hasta el próximo reto!!!

    Escrito el 25 diciembre 2016 a las 23:46
  18. 18. Ane dice:

    Hola Pilar:

    Gracias por pasarte por aquí. Es cierto que he utilizado el presente en la frase concreta que mencionas. He intentado jugar un poco con ello pues creo que otorga un aire de ambigüedad a lo narrado, quizásno haya sido un acierto.

    Me alegro que te haya gustado. Seguiremos escribiendo.

    Saludos.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 20:21

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