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La dama de la guadaña - por A.R.Payán

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Mi cara, arrastrada de forma irremediable por el cuerpo, golpea de forma estrepitosa en el suelo, aunque el impacto ha sido fuerte mantengo la conciencia activa. Desde esta posición veo el alboroto que hay formado, mi corazón se acelera a pesar de mi debilidad e intento incorporarme sin conseguirlo.

No recuerdo donde estoy ni qué demonios hago aquí. Fuerzo a mi cerebro y momentos después vienen a él los recuerdos; me veo allí, parado junto a los demás después de una larga caminata rodeados por una vegetación salvaje y exuberante. Decidimos parar en aquel lugar de la selva. El azote de una tormenta, había arrancado uno de esos enormes troncos, dejando un pequeño claro. El lugar era lo bastante amplio para montar el campamento avanzado que serviría como enlace con la aviación.

El sargento dio órdenes claras y concisas sobre la ḿejor disposición del conjunto de tiendas que teníamos; la más grande, para el cuartel de mandos, la más pequeña era el centro de estrategia y dos más que servirán de barracones para un total de diez hombres; una unidad de élite para asaltos rápidos, pero esta vez el objetivo solo era informar de la posición enemiga.

A media mañana estuvo todo montado, incluido el camuflaje de las tiendas con la vegetación que cortamos de los alrededores.

Veo con claridad cuando Johnny y Rompesacos se adentraron en la selva. El sargento les ordenó que penetraran dos kilómetros con la única misión de inspeccionar que había más adelante. Fuerzo mi mente entre convulsiones, pero no logro verlos aparecer de entre la vegetación, tampoco percibo ningún sonido que alerte de algún problema.

Un gran estruendo me devuelve a la realidad. Desde lejos se oyen disparos, y de un lugar más cercano, escucho los gritos de voces conocidas. Fuerzo mis ojos en todas direcciones sintiendo un gran dolor, no consigo ver nada hasta que bajo la vista, allí, agazapados veo al sargento, junto con Jimmy, Carmelo y a duras penas llego a ver al Poeta. Por más que me esfuerzo en escudriñar a mi alrededor no consigo ver a los demás.

Cuando la vista se me empieza a nublar, noto como soy arrastrado por el suelo. Con un gran esfuerzo, apenas consigo levantar un par de dedos la cabeza para ver por qué me muevo. No siento el contacto de las manos del Poeta, quien me tiene cogido de las piernas. Cuando parece que estoy a salvo, veo el cuerpo mutilado de Charly.

A mi alrededor veo como Jimmy, Carmelo y el Poeta me hablan, parecen muy alterados, lo distingo por sus gestos, porque para entonces ya no escucho, todo lo que me rodea ha quedado en silencio y aunque no veo mi rostro, se que no debe diferir mucho del terror que veo en el de ellos. Tras varios segundos uno a uno me van dejando solo. Quizás ya no puedan hacer nada por mi y me estremezco de pensarlo.

El último en hacerlo es el Poeta, aquel hombre amenizaba las largas jornadas con sus bellos poemas; era un gran recitador. Veo acercarse una dama tras él y desvío la mirada. La agilidad con la que avanza entre la vegetación me sorprende. Un vestido negro hace que resalte su figura entre el verdor. Cuando está lo bastante cerca veo su cara con claridad. Nunca antes había visto un rostro tan bello. Me llama la atención la mueca de felicidad que desvelan sus finos labios, es como si estuviera ajena a todo cuanto nos rodea. Para mi sorpresa me coge entre sus brazos mientras sus delicados dedos me acarician el pelo. Eso hace que me relaje y por extraño que parezca, mi mente me aleja del lugar donde me encuentro y solo deseo estar junto a ella.

A sus espaldas veo acercarse una silueta y aparto la vista de ella. Dentro de mí surge una extraña sensación cuando veo cruzar por encima de los árboles varios de nuestros bombarderos con la intención de despejar la línea enemiga. La dama de negro parece entristecerse y me dedica una mirada vacía antes de dejarme en el suelo. Intento estirar los brazos para impedir que se vaya, pero apenas consigo moverlos. Con lágrimas en los ojos veo como aquella mujer desaparece en el interior de la selva sin llevarme con ella.

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12 comentarios

  1. 1. Marcelo Kisi dice:

    HOla A.R.Payán!

    Gracias de nuevo por tu paso por mi relato y por tu comentario!

    Tu relato me gustó, es increíble a qué lugares tan dispares pueden llevarnos las palabras de la consigna. Yo también me fui para el lado de la guerra.

    Me gustó tu manejo de la descripción y de la acción, de un hombre herido en la batalla, sus dolores y sus visiones afiebradas. Lo de la mujer queda abierto. ¿Lo imaginó? ¿Era la muerte que también se niega a llevarlo? ¿Volverá?

    Tu prosa contagia al lector con un dolor compungido, un estado de ánimo espeso, mucha soledad. Ese es su gran mérito!

    Felicitaciones y Feliz Navidad!

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 11:34
  2. 2. Lapdog dice:

    Hola A R Payán, por un momento creí que con el título de tu cuento ibas a escribir algo como lo que contó Ray Bradbury en su cuento “La guadaña”, pero resultó que no. Tu narración parece un pasaje de las películas de guerra y el final es predecible con la figura de la mujer de negro que por esta vez perdona al soldado. El tema de la guerra se ha tratado mucho y pasar de un “campamento, poeta y recuerdos” a una batalla resulta difícil, sin embargo tomaste el riesgo. Me hubiera gustado que describieras menos a los personajes y resaltaras sólo sus características más primordiales, de esa forma habrías podido extenderte más en la historia y en la destrucción de la guerra. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 16:24
  3. 3. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    Hola A R Payán, tu relato es interesante pero tiene una forma extraña de redacción por ejemplo la expresión “mantengo la conciencia activa” no se emplea a no ser que tu personaje sea un robot de ciencia ficción o algo así, se dice simplemento “no caigo en la inconsciencia” o “me mantengo consciente”. “Fuerzo mi mente entre convulsiones” tambien es una expresión oscura, ya que si estas convulsionando lo menos que puedes hacer es ejercer control sobre tus sentidos, en dado caso lo que tiene más sentido es trato de ver o trato de concentrarme.

    La frase estuvo todo montado, tambien esta mal redactada se dice todo estuvo montado.

    Otra observación es que en la selva es muy dificil aterrizar aviones, por lo que sería más creible si fuera o bien un helicoptero, una avioneta o un hidroavión sobre un río.

    Si te interesa puedes leer mi relato es el N° 33 tres horas y media

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 18:01
  4. Hola, A. R. Payán
    Entiendo que el soldado es herido, abandonado por sus compañeros cuando creen que está muerto, pero que a pesar de todo, la muerte, es decir, la dama de negro, no se lo lleva, por lo tanto vivirá para contarlo.
    Utilizas un narrador con dos tiempos narrativos. Primera persona y tiempo presente para que el soldado hable de sí mismo. Primera persona en tiempo pasado para narrar cuestiones exteriores al protagonista. Descompones bien el texto en párrafos, sin embargo en el segundo de estos se ven mezcladas las dos formas narrativas. Me explico: cuando acaba la frase “rodeados por una vegetación salvaje y exuberante” (presente), continúas con: “Decidimos parar en aquel lugar de la selva. El azote de una tormenta, había arrancado uno de esos enormes troncos… Sí, ya sé que decidimos puede ser presente, pero yo lo interpreto como pasado porque va ligado a: “El azote de una tormenta, había arrancado uno … Si el punto y aparte se iniciara con “Decidimos…”, creo que quedaría mejor.
    Me he hecho un lío para saber con claridad en que momento fue herido el protagonista, si antes o después de montar el campamento. Deduzco que fue después, es lo lógico, sin embargo el orden de los párrafos induce a confusión, al menos a mí me ha confundido. Por lo demás está bien. Me parece un buen relato.
    Te felicito por tu trabajo y deseo que la Navidad y el año próximo te sean venturosos.
    Saludos.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 18:29
  5. 5. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    ¡Que pena! Me equivoque en el nombre de mi propio relato, tenía en mente una cosa y puse otra. Soy el autor del numero 33: Tres horas y cuarenta y tres minutos.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 19:26
  6. 6. A.R.Payán dice:

    Gracias por vuestros comentarios, es un placer y una ayuda.

    Jorge Luis la intención de los bombarderos es bombardear no aterrizar, a eso me refiero con despejar la linea enemiga.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 22:19
  7. 7. Berundgaar dice:

    Yo he llegado a la misma conclusión en cuanto he leído el comentario del compañero. Se ve cruzar por el cielo a los aviones, en ningún momento dices que aterricen.
    Bueno, A.R…qué decirte.
    Me ha gustado mucho la forma en que retratas a la muerte. Por una vez no da miedo (ya pensaba que me encontraría con el típico esqueleto con la guadaña de hueso) y las vivencias del personaje te hacen sentir realmente desamparado.
    A mí me ha gustado. Voy a buscarte en la siguiente edición de Literautas.
    Una cosa..
    Si quisieras leer y opinar sobre mi relato, estoy en el 21.
    Un cordial saludo, A.R.
    Nos leemos.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 11:04
  8. 8. Paola dice:

    Hola A.R.

    Me ha enganchado y he disfrutado con la lectura.

    Coincido con los compañeros en la originalidad de la figura de la muerte.
    Quizás haya echado de menos algún diálogo, el sonido en directo de la guerra. Lo podrías hacer en el párrafo de ” un gran estruendo me devuelve a la realidad…

    Gracias por tu visita

    ciaociao Paola

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 16:03
  9. 9. Alonso García-Risso dice:

    Saludos A.R.Payán:
    Muchas razones me obligan a comenzar con lo que sería un final de comentario. Tu relato y narrativa han cautivado mi imaginación, sumergiéndome en una acción de combate en términos reales. Haciéndonos cargo de esta premisa, se podrá entender que deje de lado algunos aspectos lingüísticos como ortografía o criterios apropiados o no de la sintaxis usada. Daré, entonces énfasis al golpe impresionista de la historia: La atmósfera de guerra se percibe y se huele, los soldados del destacamento que están bajo riesgo real de muerte. Una extendida escena crítica conforma el nudo central, cargada de suspenso para dar lugar a un desenlace que supera las expectativas más osadas: “La muerte, con apariencia casi inédita, reconsidera su objetivo y perdona…”, nos saca de contexto y deja una interrogante.
    Excelente tu trabajo, de fácil lectura que embriaga. ¡Felicitaciones!

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 02:52
  10. Muy buena relato, la historia atrapa y el personaje principal sublime. Solo una cosa que me ha sacado de la trama, me ha parecido ver una tilde sobre una eme que no sé como ha ido a parar ahí, jeje.

    Un saludo.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 11:19
  11. 11. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, A.R.Payán!
    Un relato muy dramático y envolvente. Lo llevas muy bien. En la forma, deben cambiarse algunas comas por puntos y puntos y comas para oxigenar el escrito. Eso sería lo más importante a destacar. Saludos y hasta la próxima. ¡Felices Fiestas! ¡Buenas tardes!

    Escrito el 25 diciembre 2016 a las 20:07
  12. 12. Denis Enamorado dice:

    Hola A.R.Payan: Tu relato me pareció excelente, el visualizar en primera persona la experiencia de estar cara a cara con la muerte y describirla en forma de una bella mujer vestida de negro es fascinante, en general muy buena forma de llevarlo y concluirlo.
    Saludos.

    Escrito el 3 enero 2017 a las 00:11

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